martes, 6 de noviembre de 2018

Los 'Connor - Capítulo 7 - Ultimatum

Iris pasó la noche muy inquieta, nerviosa. Iba de un lado para otro de la habitación tratando de asimilar la situación que se había planteado. No quería casarse, no quería un matrimonio tan forzado, tan extraño con una persona a la que a penas conocía y además  no la quería ver ni en pintura. De repente se dijo :

  —Si no hay otra solución, sea, pero impondré mis propias reglas. Si no las aceptan no habrá boda, eso es seguro
.

Se levantó temprano y en cuanto Phillip y Susan hicieron lo mismo planteó lo que durante toda la noche había estado pensando: Brendan no sabría nunca que iba a tener un hijo.

Cuando lo expuso,   los hermanos se miraron sin pronunciar palabra , y fue Susan quién  dio su opinión.

— Pero hija, él  tiene derecho a saberlo ¿ cómo vas a ocultárselo?. Es imposible. No estoy de acuerdo, no puede ser.
  —Pues así será, de lo contrario,  por mucho que os empeñéis, no me casaré.

Phillip no daba crédito a lo que escuchaba. La decisión era firme, nunca la había visto más segura de sí misma. Tardó unos momentos en dar su respuesta, y al fin comentó :

  —Hablaré con tu tío, le expondré tu petición, y veremos qué pasa. Por favor piénsalo bien antes de dar ningún paso
— Lo he pensado durante toda la noche; este bebe será mío solamente. Ya veis que ni siquiera ha llamado por teléfono, señal inequívoca de que no nos quiere. En el caso de enterarse le daría lo mismo.  Si no es así, no me uniré a esa persona, de ningún modo.

El padrino llamó a su hermano y le expuso lo que Iris había exigido para "salvar el honor de la familia".  Sean  estuvo madurando la petición. Había tenido la noche anterior un serio altercado con Brendan pues éste había rechazado de plano el contraer matrimonio con Iris.

— Es una niña , no me voy a atar a ella de por vida, no la amo ni siquiera me siento atraído. Es una persona muy simple; no no me casaré.   Ni hablar.

Sean apeló al honor de la familia y trató de convencerle con el argumento de que a lo sumo estarían casados  durante un año y además viviendo en distintos lugares. Al contraer matrimonio civilmente el divorcio sería más sencillo y cuando los rumores del escándalo se hubieran calmado se separarían y cada uno podría hacer lo que quisiera.  Brendan se quedó callado y le dijo:

  —Si es con esa condición, me lo pensaré. No durará más de un año, de lo contrario el escándalo que provocaré será tan grande que tendrás que irte a vivir a otro continente
— Te lo prometo, no durará más de un año


Pero eso había sido  la noche anterior, y ahora había otro escollo. No podían esperar mucho puesto que a Iris se le notaría en breve. A Sean le agradaba la idea de convertirse en abuelo y además de Iris, pero el ultimatum que ella había dado, desbarataba todos sus planes. ¿ Cómo enfocarlo ? Brendan debería saber que su acto iba a tener consecuencias.  Por otro lado recordando lo que él planteó la noche anterior le hizo reflexionar y pensó ." bueno que así sea, de cualquier forma se enterará, pero cuando eso suceda la situación ya se habrá normalizado".  Descolgó el teléfono y llamó a sus hermanos. Phillip habló con Sean durante largo rato, y al final le dijo:

—Di a Brendan que necesito verle cuanto antes, y no te preocupes no le comentaré nada, pero preciso hablar con él. Iris no le verá; será un encuentro breve, pero hay algo que tengo que solucionar  cuanto antes, me es un poco urgente
—Le transmitiré tu deseo y no creo que ponga ningún inconveniente, máxime si no tiene que entrevistarse con Iris.  Te comunicaré la fecha de vuestro encuentro, pero debes pedirle alguna explicación. Esta situación es tan incómoda para ti como para mi
— No perdona, para mí es más complicada, ¿ no crees?. —Y colgaron el teléfono. Por la noche fue Brendan el que llamó  y quedaron en verse a la siguiente semana.

Phillip planeó,  que Susan  e Iris,  fueran a comprar la casa que iba a ser su hogar durante un tiempo en un pueblecito de pescadores y que ellos conocían de haber pasado las vacaciones de verano. De esta forma él estaría libre para entrevistarse con Brendan. No iba a ser una entrevista agradable por la tremenda decepción que le había producido que precisamente él se hubiera comportado de tal manera.  En la fecha fijada llegó Brendan a Madrid y se entrevistaron en el hotel donde se había hospedado. La situación era tensa. Los dos hombres se miraban fijamente y ninguno de los dos articulaba palabra, no sabiendo cómo romper ese silencio. Fue Phillip el que se adelantó con una simple pregunta : ¿ Por qué ?  Brendan bajó la mirada y le contesto apenado:

  — No sé, tío Phillip, no sé lo que pudo pasar por mi cabeza. No tienes idea de la pesadumbre que tengo y no sólo por ella, también por ti; imagino que el cariño que me tenías lo habré perdido y espero subsanar  mi error con este disparatado matrimonio que va a truncar nuestras vidas tanto a ella como a mi. Reconozco que tengo que pagar las consecuencias de  lo que hice, y,  aunque no lo creas,  siento que ella se vea envuelta en esta situación. Es una buena chica y yo me aproveché de su inocencia. Si pudiera dar marcha atrás lo haría sin dudar. Es una niña muy divertida y lo hubiéramos pasado bien como amigos si yo no hubiera hecho algo que no debía. Lo siento tío, lo siento mucho.

Estaba verdaderamente apesadumbrado, como si en ese momento se diera cuenta de las consecuencias de su delito. Maduró en cuestión de horas. Ya no era un chico alocado.  Ahora era responsable de su acción, y Philip  pensó " no tienes ni idea de toda la verdad, no te la creerías". Siguieron los reproches, las explicaciones y al cabo de un rato Phillip le explicó lo que quería de él:

— Brendan, dentro de poco serás el  responsable de la Compañía, tendrás el mando de todo y yo quiero dejar arreglado un asunto que me preocupa. Ni Iris ni Susan saben nada de esto, por lo que te ruego no lo divulgues. No me encuentro bien y por si a mi me ocurriera algo, quiero que seas el tutor de Iris, que la cuides y la protejas. Que la aconsejes respecto a las acciones del capital, ya que ella será mi heredera universal. Nadie mejor que tú, su esposo, para cuidar de sus intereses. Si ya sé, serás su marido por una temporada, pero también se que eres leal y cuando das una palabra la cumples.  Quiero que me asegures que cuidarás de ella, pase lo que pase.


Brendan no se esperaba aquello. Se preocupó no tanto por el encargo, sino por la salud de su tío, el que más quería. ¿ Qué es lo que le pasaba? De aspecto estaba bien, un poco delgado y con cara triste, pero lo achacó a la especial circunstancia que estaban viviendo.

— Te prometo que la cuidaré y protegeré siempre, pase lo que pase. Cualquiera que sea el destino de nuestras vidas, siempre estaré cerca de ella .  Pero ¿Qué es lo que te ocurre, no será que estamos todos más sensibles por la situación?
— No hijo, tengo una lesión en el corazón desde hace tiempo. Nunca he comentado nada con Iris, bastante tenía la pobre con superar las cosas que le han ocurrido a lo largo de su corta vida, y te ruego que permanezcas callado  mientras yo viva. Después,  a la apertura del testamento,  se sabrá   todo lo que he dispuesto. El abogado , ya conoces su nombre, tiene un vídeo con el testamento y mis instrucciones que dará a conocer a todos

  Brendan se tornó muy preocupado. Su tío tenía todo bien dispuesto, señal de que  en verdad algo le ocurría.

Comieron juntos y a media tarde se despidieron. Brendan volvió a Irlanda y Phillip un poco más tranquilo se dirigió a su casa para hablar con las "chicas"  por teléfono. Como habían acordado.

—¡Menos mal que está Susan con nosotros!.  No sé cómo me las hubiera arreglado con Iris, mi pequeña. ¡ Qué pronto te ha tocado madurar !. Estela tendrás que perdonarme, no supe cuidar bien de ella. Me pesará toda la vida.

   Y poco a poco se encaminó dando un paseo hasta llegar a su domicilio.

Sean pensó que había que acelerar la boda de Thomas y Maureen porque de esa manera taparían un poco la otra boda, si acaso trascendiera lo ocurrido y además Iris no podía esperar.
Maureen y Thomas se casaron felices.

— ¡ Qué distinta esta boda de la mía!— pensó Brendan que se convertiría en hombre casado en unos pocos días.

Mientras su hermano daba palabra de amar y respetar para siempre a Maureen, pensaba en que debería hablar con su fiel amigo Clive de lo ocurrido, si quería que le representara en Madrid, en su boda por poderes.

Mientras todos festejaban el enlace del menor de los O'Connor, Clive notó algo extraño en Brendan, y aprovechó que había salido a los jardines, fue tras él, tratando de averiguar qué le ocurría.  Ya no eran los chicos alocados de hace un tiempo; ahora Thomas se había convertido en un hombre casado, y lo había hecho con la mujer que había amado desde siempre. Pero... ¿Qué le ocurría a Brendan ? ¿ Sería que estaba enamorado de su cuñada ?  Le encontró sentado en un banco del jardín semi oculto de la vista de todos, en el lugar en que Victoria y él solían sentarse para charlar.  Le conmovió la cara de tristeza que tenía. Él, que era alegre como un cascabel, pero  desde hacía algún tiempo, ya no tenía el mismo carácter. Se acercó despacio y llamó la atención de su amigo



-¡ Eh Brendan ! Tenemos que hablar.

lunes, 17 de septiembre de 2018

Algún lugar en la tierra - Capítulo 30 y último - Unidos ante lo bueno y lo malo

 Los abuelos deseaban pasar unas vacaciones con sus hijos y sus nietos.  Les echaban de menos y deseaban estar con ellos, y como cualquier otros,   darles  caprichos, aunque sus padres les regañaran.  Alex y Anna estaban encantados con tenerles allí;  ellos eran como sus padres.  Siempre la demostraron cariño y la refugiaron cuando lo necesitó. La aconsejaron y la acogieron siempre con cariño.  Lo preparó todo para su llegada además la descargarían del trabajo de los dos pequeños.

El matrimonio, seguía como siempre y gustaba por las noches cálidas y después de que la casa quedase en silencio al estar durmiendo los niños, de sentarse en el porche y sencillamente mirar al horizonte.  Ella recostaba la cabeza en el hombreo de Alex y él acariciaba la cara de su mujer y depositaba un beso en su cabeza.  Era su hora, la de la tranquilidad, la del relax, y la hora de contarse mutuamente cómo había ido el día.  En el horario de trabajo sólo se veían a la hora de la comida y cualquier otro rato en que el trabajo dejaba libre , siquiera por un momento, a alguno de ellos.

Aquella noche, era como una de tantas, pero observaron que en el cielo había unas nubes extrañas, demasiado negras y espesas para la época del año.  Alex indicó con la barbilla a su mujer, su extrañeza por ese fenómeno

- No me gustan nada esas nubes.  Presiento que vamos a tener trabajo extra.
- ¿ A qué te refieres ? No veo nada de particular en el cielo
- No lo ves porque no estás acostumbrada, pero si está extraño.  Mañana mismo tomaremos precauciones
- ¿ Tomar precauciones para qué ? ¿ Por qué ?
- Ya te lo diré, cariño. Ya te lo diré

Anna le notó preocupado a raíz de su contemplación con el cielo.  La besó en la frente y la dijo

- Si no te importa voy a ver un rato la televisión

No habían pasado diez minutos, cuando su ayudante, Bob, se presentó en la casa para hablar con Alex  Alan también bajo preocupado para hablar con ellos.

- ¿ Lo has visto tú también ? - dijo Alex dirigiéndose a su padre -  Mañana mismo no haced otra cosa que salvaguardar todo lo que se pueda.  Asegurar vuestras casas y si es necesario traed a vuestras familias al rancho. Como sabes tenemos un refugio, que hacía años no habíamos tenido necesidad de usar, pero, mucho que temo que ahora si lo necesitaremos.   Está equipado con todo lo que podamos precisar.   Traed a las mujeres y los niños, a poder ser esta misma noche.  El diablo se presentará cuando menos lo esperemos.  Gracias Bob.  Ahora ocúpate de tu familia. Mañana habremos de madrugar mucho

- Patrón, ya sabe que cuenta conmigo y con los muchachos también.
- Gracias.  Ahora veré la televisión y concetaé con metereología a ver si aclaran algo.  Buenas noches Bob
- Hasta luego, señor.

Quedaron a solas Alan y Alex.  Ambos se miraron preocupados máxime después de escuchar las últimas noticias.

- Hijo, puedes contar conmigo para lo que sea. Conozco bien estas situaciones.  No te preocupes, tomaremos medidas.

Anna entró pero no interrumpió la conversación.  Sabía que ellos estaba preocupados y la cosa iba en serio, así que avisó a Teresa y a Dolores para que estuvieran preparadas.  Y  las sospechas de Alex se confirmaron el huracán Harvey, tocaría Texas en unas pocas horas.  Inmediatamente comenzó a sonar el teléfono y todo el mundo se puso a trabajar.  Los obreros llamaron a la puerta con Bob a la cabeza para ponerse a disposición del patrono, y éste , seguro de si mismo, comenzó a dar instrucciones

- Gracias a todos por estar aquí.  Lo primero de todo traed a vuestras familias al rancho; tenemos un refugio seguro.  Coged algo de ropa y no os ocupéis de nada. Después asegurad vuestras casas.  No sabemos cómo vendrá. Probablemente no nos toque, pero seguro que las lluvias torrenciales nos llegarán
Cuando todos hayáis protegido  a vuestra familia, Comenzaremos aquí el trabajo con el ganado y asegurar  el rancho.  es todo lo que podemos hacer y encomendarnos a Dios.  Ahora id a vuestras casas y sobretodo tranquilizad como podáis a vuestras mujeres y a los niños. Venga, daos prisa.

Para Anna era una situación nunca vivida y se pusieron a revisar lo que pudieran necesitar y llevarlo al refugio; serían bastantes personas y no sabían cómo y cuándo llegaría.  Con un poco de suerte pasaría de largo, aunque un monstruo como ese, sería extraño que no hiciera de las suyas. Davinia también conocía la situación así que se puso con ellas  manos a la obra. Les infundía tranquilidad al verla tan segura de lo que había que hacer.  Ella y Teresa, ya lo habían vivido otras veces; no era nuevo para ellas.


Fue una noche infernal y corta, a pesar de la situación, pero de intenso trabajo .  Trabajaban deprisa, pues no había tiempo que perder y de ahí que  se les hiciera corto.

Constantemente estaban conectados a la televisión a la metereología, y sabían paso a paso por dónde pasaría y qué intenciones traía.Por el rancho pasó de largo el viento, pero dejó las lluvias torrenciales, que arrasaban todo.  Anna, no podía evitar el pensar en La Charca.  Hacía ¡tan poco tiempo que la tenían!, y sobretodo el significado que para ellos tenía, pero lo importante es que todos estaban sanos y salvos.  Todos menos la cosecha de cereales que quedó arrasada.  Se perdió totalmente.  Por fortuna el ganado estaba bien, pero los campos habría que limpiarles y dejarles  reposar.

Estuvieron durante dos días viviendo todos en el rancho, se alojaban como podían, pero no sabían cómo estarían las casas de los obreros y si habrían sufrido daños.  En cuanto el tiempo se calmase, revisarían todo e irían a ver el estado de los campos.  A pesar de todo el desastre, Alex estaba contento: había sido mejor de lo que esperaba; nadie había sufrido daños físicos, el resto ya se arreglaría.
Cuando todo se calmó un poco. en el todo terreno Alex, Bob,  Anna y Alan, decidieron recorrer la plantación.  Davinia se ocuparía de los niños que permanecían en la casa; ella sabría cómo mejor controlarlos a todos.
Les costó una regañina tratar de disuadir a Anna para que no les acompañase, pero ella se empecinó en ir con ellos.  Era su casa y debía participar en lo que fuera para ayudar.

- En lo bueno y en lo malo, pero siempre juntos.-  Tomados de la mano nos enfrentaremos a ello ¿recuerdas?  Bien pues esto es lo malo y he de estar a tu lado. Así que no insistas porque no voy a desistir.

Equipados de un impermeable y botas altas de agua emprendieron la ruta hacia los trigales, y como sospechaban todo se había perdido. No era el camino de La Charca, por eso no dijo nada a su marido.  Cuando estuviera más tranquilo se lo pediría o iría ella misma.  Necesitaba saber los destrozos que el temporal había causado en su casa. Se temía lo peor, y su mayor dolor, aparte del significado que tenía,, era el trabajo y el amor que Alex  puso en su construcción .  Pero contra ese enemigo de la Naturaleza no podía luchar, así que se guardó su pesimismo y se puso al lado de Alex.  Ella sería una más de las cuadrillas.  Los niños estaban seguros en casa.  Las familias de los obreros, poco a poco habían regresado a sus casas, y afortunadamente, sólo había alguna que otra gotera.  nada que no pudiera solucionarse.

- Bien muchahos, nos espera un duro trabajo. Hay qye desbrozar  las mieses, y limpiar el terreno.  Después dejar que se seque el suelo, y cuando todo esté listo , entonces volveremos a sembrar.  Quiero que sepáis que vuestros puestos de trabajo y los sueldos seguirán siendo los mismos, como si nada hubiera ocurrido.  Si necesitáis algún adelanto  para reparar vuestra casa, no dejéis de pedirlo.  El seguro nos abonará la cosecha perdida.   Así ahora a trabajar.

- No te empeñes Anna, no vas a venir
- Mira marido, no creo que desbrozar la tierra sea mucho peor que limpiar mierda de caballo, así que sí iré.  Se trata del pan de mis hijos
- No te pongas melodramática, porque ni a tus hijos ni a tí os faltará que comer
- Muy bien, me alegro el saberlo. Iré con vosotros.  No discutas


Y Alex sonrió rindiéndose. No habría podido elegir mejor mujer para compartir su vida.  En verdad era una compañera que estaba a todas.  La besó y se dirigió al todo terreno.  Otros irían en tractores, pero todos iban animosos y darían de sí todo lo que pudieran para sacar adelante ese terreno del que dependían en gran parte, sus familias.  Alan observaba al matrimonio y sonreía. No se había equivocado con ella.

Al llegar al terreno, todos quedaron sin saber que decir.  Todo encharcado de agua y las mieses que ya habían crecido, estaban totalmente  arrasadas. Nadie se atrevía a pronunciar palabra.  Anna de golpe, se acordó de La Charca ¿ cómo estaría ?,. pero ni siquiera se la ocurrió mencionarlo a su marido.

Y fue ella la que subiendo al capó del coche , arengó a todos, incluido a Alex y a su padre.

-  Qué os pasa ? ¿ Es la primera vez que véis esto?  Yo tampoco lo había visto, pero sabemos el modo de que todo vuelva a funcionar, así que demostrad que sois hombres curtidos y sabéis afrontar ,las malas rachas. ¡ Vamos a trabajar !  Hay mucho por hacer.

De un saltó salió del coche, hundiéndose en el barro. Todos la miraban con asombro.  Era una mujer valiente que no se arredraba por nada.  Alex la miró orgulloso de ella, y también saltó, abrazándola fuertemente bajo los silbidos de los obreros y los aplausos de todos.

- Mi amor, sin tí no lo conseguiría.  pero aquí estás, a mi lado.  Saldremos de ésta.  Afortunadamente podemos hacer frente a todo, y lo haremos juntos.

Fue un día agotador cuando regresaron todos al rancho.  Alex ordenó que prepararan comida para todos y así sería.  Patronos y obreros comían juntos, todos a una.  Anna les veía con el ánimo levantado a pesar del panorama que tenían por delante.  A la mañana siguiente seguirían hasta terminar de arreglar el terreno.  Después tocaba esperar.

Cuando  se hubiera secado en parte, y sin decir nada a Alex, iría hasta La Charca.  Imaginaba que estaría todo destrozado; habría que arreglarlo de nuevo, pero lo importante es que estaban juntos en eso y en todo.  Le dolía por Alex, pero saldrían adelante.

Después de la comida, cada uno de ellos se dirigieron a sus hogares. y ellos descansarían un rato.  En la entrada de la casa estaban todas las botas llenas de barro que Teresa limpiaba con una manguera .  Ella lloraba entristecida.  Ana se acercó a ella , y abrazándola la dijo

- Eh Teresa, no llores, saldremos de esta.  Tenemos que dar gracias que todos estamos bien, que no han habido más que pérdidas en la cosecha, pero todos están bien y sus familias también.  Hemos dejado la casa un poco sucia de barro
- Señora, no se preocupe por eso.  Lo limpiaré en un pis pas.
- Bien, Teresa, así deseo verte.-  La abrazó y subió a ver a sus hijos y a ducharse.  Se metió en la ducha y allí, corriendo el agua por su cuerpo, dió rienda suelta a su angustia por los nervios y por todo lo vivido.  Era el trabajo de mucho tiempo, pero al menos ellos estaban bien.  Unos fuertes brazos al rodearon.  Sabía que era Alex quién besaba su cabeza apretándola contra si.

-Gracias, cariño por todo lo que has hecho. Gracias por estar a mi lado.  Gracias por existir, porque siempre podré contar contigo.  Te he amado este día como no puedes imaginarte.  Al verte con el barro hasta la rodilla, luchando con las mieses salpicada de barro por todos lados, pero hermosa como ninguna otra.  está visto que me enamoro de tí cada vez que estás metida en un barrizal .  Nunca te he sentido más mía, más mi mujer, más mi aire por el que respiro.  Y no te preocupes por La Charca, todo se arreglará.  Estamos todos a salvo es lo importante para mi.  Y ahora dame un beso y un abrazo, fuerte, fuerte, hasta fundir nuestros cuerpos.  Te quiero esposa mía, y te querré siempre.-.
Se besaron y se amaron allí mismo.

Alan , en un descanso de la cuadrilla que capitaneaba, llamó a su hijo para ver cómo iba todo. Comentó con él la actuación de Anna  para arengar a los obreros.  Estaba asombrado de la energía que derrochó en ese momento, y la firmeza con que les habló a todos, incluidos a ellos dos.  Alex  estaba  exultante.   Reía feliz alabando a su mujer y relatando lo que ella había hecho para animarles ante el desastre.

- Alan  soltó una carcajada aliviado porque todos estuviesen bien-.  Esa chica vale su peso en oro.  Quiérela mucho, hijo.  Tuviste mucha suerte al encontrarla.

 Pasadas unas semanas, volvieron de nuevo al trabajo y a preparar la tierra.  Anna se acercó hasta La Charca; la casa estaba intacta, pero los parterres de flores estaban todos en el suelo, pero no lloró.  Los acarició con amor y pensó que Alex los volvería a poner en pie.   Era un hombre valiente y contaba con ella.  Se querían y tenían dos hijos preciosos, y unos trabajadores que les apreciaban.  Eran afortunados.  Todo lo perdido se repondría, pero lo que habían ganado era muy superior a todo: afecto y entrega . Y ellos se amarían cada día más, porque se crecía su amor ante las adversidades.

Y así sucedió,  cuando fue época de cultivo, cultivaron,  y ese año fue una cosecha magnífica que todos celebraron en una fiesta grandiosa. La Charca volvió a recobrar su aspecto primero bajo la dirección de Alex, y ellos se tomaron un descanso de una tarde sólo para los dos, y esa alfombra fue testigo de su amor único y verdadero, pero está vez no vendrían más niños en camino.  Al menos de momento...



                                                      F    I    N

Autora:  1996rosafermu
Ilustracioes:  Archivo de 1996rosafermu
Edición:  Julio de 2018
DERECHOS DE AUTOR RESERVADOS

Algún lugar en la tierra - Capítulo 29 - El estreno

A pesar de que aún hacía buen tiempo, pero en aquél entorno y la casa sin habitar, la temperatura era baja.  Alex encendió la chimenea: era lo que faltaba para que se convirtiera en un lugar mágico.  Delante de ella había un sofá grande de piel y a sus pies una alfombra gruesa, tan gruesa que se enterraban los pies en ella al posarse  La había elegido con toda intención.  Una idea se le cruzó por la cabeza cuando la vió, y ahora estaba a punto de hacerla realidad.  Mientras recorrían el entorno la casa tendría la temperatura ideal.

- Mira también mandé construir una pequeña caballeriza, así podremos guarecer a los caballos cuando vengamos.  ¿ Te gusta el jardín ?  Puedo rectificar algo si no está a tu gusto- la decía entusiasmado al ver el rostro de asombro de Anna
- Alex ¡ es mágico ! ¡ Es extraordinario, maravilloso !  ¡Y lo has hecho por mi!
- ¿ Y por quién iba a hacerlo ? ¿Cuando te convencerás que eres mi universo, tú únicamente.?

No pudo reprinmir el llanto por la emoción que sentía.  El la abrazó y le dijo muy quedamente

- Eh, eh.  Lo he hecho para disfrutarlo, no para hacerte llorar. Dime que te gusta
-¿ Qué si me gusta ? No tienes ni idea.  Te quiero ¡tanto! Nunca hubiera imaginado que terminásemos así, porque nuestros comienzos no fueron buenos.  Pero sin duda alguien movió unos hilos invisibles que nos condujeron hasta este lugar, a nuestro propio paraiso. Respira tranquilo, mi amor.  Es un sueño hecho realidad.  Es maravilloso porque todo ello está impregnado de amor y eso, justamente, es lo que me emociona. Si alguien me hubiera dicho que mi destino sería aquí, contigo, nunca lo hubiera creído. Y ya ves, aquí estamos y ya no concibo la vida sin tí, sin Junior, sin el rancho, sin las personas que lo integran, sin esta tierra que me acogió.  Aquí deseo echar mis raíces para siempre, contigo a mi lado.
- -Amor mio.  No podrá ser de otra manera, porque el destino nos empujo uno hacia otro.  Y el destino es poderoso.  Me has enseñado a vivir felizmente; tenemos un hijo precioso.  Todo nos va bien.  Nos amamos y juntos afrontaremos todo lo que la vida nos traiga, pero juntos, de la mano, podremos con todo, bueno o malo, pero siempre juntos.  Hace fresco, entremos en la casa.  No quiero que tengas un resfriado.

Anna estaba emocionada, contentísima, asombrada y sobretodo llena de amor hacia su marido.  Cada día la daba muestras de ello, pero la de hoy fue ¡ tan inesperada, tan mágica ! que no sabía qué decir.

Al entrar en el salón miró a su alrededor, mientras Alex revisaba la chimenea.  Se había calentado y había una temperatura ideal.  Se fijó en la alfombra y de pronto comenzó a desvestirse.  Al girarse Alex, extrañado, la preguntó

- ¿ Qué haces ? ¿ Acaso me has leido el pensamiento ?

El hizo intenciones de seguir el ejemplo de ella que ya se había desnudado por completo,pero Anna le frenó en seco

- Ni se te ocurra. Deseo desnudar a mi marido, así que déjame que lo haga.  Hoy me siento lujuriosa, así que prepárate.-.  Alex levantó los brazos como diciendo
- Está bien.  Aquí estoy, haz lo que quieras

Y lo que quería estaba claro:  disfrutar plenamente de él.  Y estaban en el lugar indicado, sólo que ahora no podrían bañarse en el lago, pero tenían una alfombra muy tentadora delante de la chimenea.  Podrían revolcarse en ella y hacer cuanto quisieran.  Estaban en su paraíso particular, libres,y libres se amarían.  Y se amaron intensamente como si fuera el último día de sus vidas, pero en realidad era el comienzo de algo hermoso,,aunque ellos aún no lo sabían.

Nueve meses después de aquél día, llegaba al mundo Elva, una niña preciosa que se parecía extraordinariamente al padre.  Alex estaba loco de contento y Junior sonreia al verla y escuchaba atentamente las palabras que su padre le decía para que cuando creciera un poquito la cuidase, lo mismo que él cuidaba de mamá.

Hubo paga extraordinaria para todos los obreros con motivo del nacimiento de su hija.  Hicieron una barbacoa a la que todos ellos estaban invitados el día que regresó de la clínica con su hija en brazos y Junior de la mano de su padre.  Teresa y Dolores muy emocionadas  se peleaban por tomar a la niña en brazos, que era sonrosada y preciosa,

- ¡ Qué bonita es, señora ! Claro, ustedes son muy guapos, así que no es de extrañar que tengan hijos preciosos.
- Gracias Dolores.  Mucho me temo que te ha venido un nuevo entretenimiento
- Me encanta señora.  Junior ya no me necesita tanto y yo les quiero y es un placer trabajar para ustedes.

Alex había comprado vino de California y la barbacoa estaba en todo su apogeo.  Todos estaban contentos y las risas y los cánticos obscenos de los empleados resonaban por todos lados. Algunos de ellos estaban acompañados por sus mujeres y sus hijos.  Todo era armonía.  Anna se disculpó y después de comer, se recostó un poco.  Se sentía un poco cansada, quizá la culpa fuera por las emociones vividas al sentirse queridos por la gente que trabajaba para ellos.  Y así transcurrió esa gran fiesta en el rancho Preston.
Anna no acudiría al trabajo hasta pasados unos días; hasta que se hiciera con el control de Elva; ya tenía experiencia por lo que no la costaría tanto como cuando nació Junior.  Era un matrimonio feliz y unido, y este estado de ánimo se reflejaba en la casa y en el trabajo.  Los obreros trabajaban con serenidad, sin agobios, pero por eso mismo lo hacían mejor y sin problemas.
Estaban muy considerados entre sus vecinos.  Le hicieron director de la cooperativa  con el máximo consenso;  sería algo más de trabajo, pero lo haría gustoso por ayudar a sus vecinos y amigos.  Quizás algún día necesitara la ayuda de ellos y estaba seguro que la tendría.

En su época adecuada, habían sembrado los cereales y preveían una cosecha extraordinaria.  Alex con algunos de sus hombres, seguían con su ruta hacia Arizona.  El ganado había crecido y el rancho tuvo que adecuarse para su ampliación.  Todo bajo las expertas manos de Alex y las orientaciones económicas de Anna.  El capital había aumentado mucho, y por ese motivo, premiaban de vez en cuando con algún sobre, extra a sus obreros.  Eso también redundaba en el interés de ellos por cumplir escrupulosamente con la tarea encomendada.  Todo marchaba bien , pero...

domingo, 16 de septiembre de 2018

Algún lugar en la tierra - Capítulo 28 - Su lugar

Se acercaba Navidad y en el rancho reinaba el ajetreo y la alegría entre todos.  Habría paga extra, regalos de Navidad para todos y juguetes para los hijos de los trabajadores. Anna era la que llevaba toda la organización ayudada por Teresa y Dolores.  Al final de ese día se sentaron cansadas en la cocina, y simplemente se miraron y rompieron a reír, sin más.  No necesitaban causa alguna.  Simplemente eran y se sentían felices.  Junior ya  daba sus primeros pasos  solo y miraba con extrañeza a las tres mujeres, sin comprender por qué reían de esa manera que ni ellas mismas sabían.  Pero habían terminado todo los preparativos a tiempo:  eso era suficiente.

Al día siguiente llegarían Alan y Davinia, que pasarían una temporada con ellos y Anna se sentía alegre y feliz ;  les quería entrañablemente.  Habían sido muy buenos con ella, queriéndoles no hacía más que devolverles  lo que ellos la dieron.  Se tomarían un café mientras descansaban un poco. Alex entró en la cocina como una tromba y fue directo hacia donde estaba su mujer, tomó su cara entre las manos y la estampó un sonoro beso produciendo la hilaridad de las otras dos mujeres

- ¡ Alex, por favor !
- ¿ Qué pasa ?  Eres mi mjuer y hace por lo menos media hora que no te besaba.  Ellas no van a asustarse, también están casadas ¿ verdad chicas ?

Había renacido un nuevo Alex, y cuando salió nuevamente, Teresa dijo a Anna

- Puede creerme señora.  Con la cantidad de años que llevo en esta casa, nunca había visto a Alex tan sereno, tan alegre y tan contento.  Con tanta paz.  Me emociono mucho cuando les veo abrazarse, porque les queremos mucho, y si sufren también lo hacemos nosotros.
- Teresa, yo también os quiero. Sé que eres sincera al decirlo y te lo agradezco. Cuando llegue por primera vez, creí que no lo soportaría; ocurrieron muchas cosas en mi vida en muy poco tiempo y todas malas.  Perdí a mi padre y todo mi entorno.  Llegue a un ambiente que no había sido el mio y en un principio sentí hostilidad por Alex, que me tenía completamente intimidada.  Cuando decidí volver a Nueva York creí poder volver a integrarme con los que fueron mis amigos. Me prometieron un empleo y un lugar donde vivir, pero nada de eso encontré,  solo excusas para darme de lado.  Esto que voy a contaros no lo sabe nadie, ni Alex siquiera, pero hoy soy feliz, y deseo contárselo a mis más queridas amigas que sois vosotras.
-Por el sueldo que me daban aquí, conseguí ahorrar un poco, pero al llegar  a Nueva York y comprobar que todas las promesas se fueron con el viento.  Me encontré sola.  Alquilé una habitación en una casa mugrienta, con gentes de todas clases, sucia, oscura y triste, pero barata.  Por comida me compraba un perrito o una hamburguesa y cena un  vaso de leche,  Pero se acabaron los ahorros y no conseguía empleo.  Primero solicité de economista, pero ¿ cómo iban a darme un trabajo como ese , si mi propio padre se había arruinado ?  Alex me lo avisó con esas mismas palabras, pero no le creí.   Desistí.  Comía en un albergue y en los días en que el tiempo era bueno, dormía en un banco de algún parque.  Si llovía o hacía frio, me metía en la cabina de algún teléfono o de un banco.

-Me ayudó un sacerdote de la parroquia del barrio, y alguna noche si tenía suerte, hasta tenía en la parroquia una colchoneta.  Al menos allí no tenía miedo.  Conseguí un trabajo de limpiadora en una oficina en turno de doce de la noche a siete  de la mañana y desde esa hora hasta primera  hora de la tarde , vendía perritos en un carrito en la calle.  Y allí fue donde por casualidad los señores me encontraron.  El resto ya lo conocéis

- ¡ Oh mi niña ! ¿ Por qué no llamó ?
- Porque no tenía ni para el teléfono.  Hubieron  días que llegue a pasar hambre.  Aprendí a conocer la vida real en muy poco tiempo, pero fue muy duro para mi

En el umbral de la puerta estaba Alex que había escuchado el relato; no sabía nada de todo aquello y se le encogió el corazón al escuchar el relato de su estancia en la gran ciudad.  Fue hacia ella y la abrazó con mucha fuerza.  Ella lo había superado todo, pero él acababa de enterarse y mientras, él estaba  aquí  con Olivia o con otra si se terciaba.  Acudió en su ayuda en cuanto supo su paradero,pero le dolía todo el tiempo que ella había permanecido con esas penurias.

- Por Dios, nena.  Por qué no nos llamaste ?
- No podía.  Lamento que hayas escuchado porque todo esto ya ha quedado atrás.  Fue una enseñanza para mí, pero quizá demasiado dura.  Alex, eso pertenece al pasado. Ya no está, es sólo  una anécdota, pero también creo que necesitaba pasar por aquello para aprender  a valorar la vida.  Creo que es lo que mi padre intentaba hacerme ver y no le hacía caso.

Alex estaba entristecido por todo lo pasado, pero deseaba quitar hierro y que ella olvidara tan malos recuerdos, por eso, sonriente, la dijo

- Como dices, son cosas del pasado.  Ahora vivamos el presente que es muy feliz.  Acompáñame tengo que enseñarte algo.. Vamos a tardar un poco Teresa.  Si surge algo, llamadme al móvil. Y tú, cambiate de calzado, vamos a montar a caballo.
- Cielo ¿ a esta hora ?
- Si a esta hora. Vamos, sube.

Ensilló un sólo caballo.  Irían los dos en uno sólo.  Quería tenerla cerca y así la podría abrazar mientras se dirigían a ese lugar tan especial.  Ya estaba totalmente terminado y sería su regalo de Navidad.  Estaba ansioso porque lo viera.  La ayudó a subir y él detrás tomó las riendas abrazándola con ello.

- Creo que voy a dejar de montar.  me gusta más hacerlo contigo - dijo ella riendo libremente.

Con un trote ligero  Alex condujo al caballo por un sendero  que les conduciría hacia La Charca.  Ella parloteaba sin parar sin a penas darse cuenta de que iban hacia un lugar conocido por ellos.  No tardaron en llegar. Alex descabalgó un pequeño tramo antes de llegar, quería mantener el suspense y observar su reacción cuando se viera allí.  Había resultado una preciosidad, que encantaba a todos cuantos lo vieron.  Todos los obreros del rancho conocían lo que se traía entre manos, pero ninguno de ellos se fue de la lengua.  Era el regalo del jefe hacia su mujer, y debía ser una gran sorpresa.  Todos aguardaban su reacción que sabrían a su regreso según vieran la expresión de su rostro.

- ¡ Porque me has traído por este camino.  Creí que llegaríamos hasta La Charca - preguntó a Alex
- Y hacia allí vamos, mi amor.  Antes quiero que veas algo
- Estás muy misterioso ¿ qué me  ocultas  ?
- Nada, no te oculto nada. Sólo quería que vieras una cosa..  Cierra los ojos y no los abras hasta que te avise.

La tomó de la mano y la condujo despacio y con cuidado hasta la verja que daba entrada a la casa construida especialmente para ella.  Tecleó unos dígitos y la verja se abrió produciendo un chirrido que Anna no conocía.

- ¿A dónde me llevas. ?
- Abre los ojos y lo verás tú misma´


No pudo decir nada.  Sólo abrió sus ojos y su boca, e inmediatamente miró a su marido. Los ojos comenzaron a llenársele de agua y sólo pudo volverse hacia él y lanzarse a su cuello y besarle con todas sus fuerzas.  Con los ojos llenos de lágrimas dijo:

- ¡ Oh Alex ! Es una maravilla. Significa mucho para mí.  Sabía que habría algún lugar en la tierra que sería mi refugio, en el que me sentiría la reina del universo, la dueña de tu amor.  Este lugar es muy querido para mi, y tú sabes por qué.  Muchas veces he pensado en aquel día. Cuando todo nos iba mal, me refugiaba en este lago y en lo que hicimos cerca de él.  Lo que significo aquello. No sé qué decirte
- Dime que te gusta.  Lo he hecho por tí y para tí. Para que cuando quieras, cuando queramos vengamos aquí y nadie nos interrumpa, tú y yo solos.. Ven deseo que conozcas todo.  He puesto una valla para que ningún intruso entre, que sea sólo para nosotros.

De la mano recorrieron el terreno que la circundaba y el jardín creado para ella con las flores que más la gustaban. El interior de la casa estaba amueblado de acuerdo al entorno y era cálido y acogedor.  Y decidieron que llamarían a Teresa y la dirían  que no les esperase a comer.  Tenían que estrenar la casa y especialmente una de sus habitaciones.



Algún lugar en la tierra - Capítulo 27 -De nuevo en casa

¡ Qué diferente fue la cena de aquel día ! Todo eran risas y una conversación distendida y jovial entre aquellas cuatro personas.  Junior se había dormido hacía rato en los brazos de su padre. Davinia observaba cómo durante la cena, a ratos Alex apretaba suavemente la mano de su mujer, que parecía haber recuperado el apetito, la risa, y el buen humor.  Alan pensó:

- Lo que no pueda el amor, no lo puede nada ni nadie.- Y suspiró aliviado al comprobar que sus hijos de nuevo eran felices y se seguían amando.  Probablemente más que antes de que todo ocurriera, porque ahora habían aprendido el valor que tiene algo que pierdes y no crees volver a tener.

 Alex pasó dos días más con su familia, pero al haber sido un viaje improvisado, tuvo que regresar a Laredo, no sin pena al tenerles que dejar.  Pero era un viaje largo, pesado y creyeron oportuno, que al haber recuperado el apetito y el buen humor, era mejor esperar unos días a que terminara de ponerse bien.  Y a la semana siguiente Anna emprendió el viaje de regreso a su hogar.  Puso la radio y canturreaba la música que más la gustaba.  Estaba alegre y feliz:  iba a encontrarse de nuevo en su casa, junto al hombre que amaba.  Estaba ansiosa por llegar y los kilómetros no parecían correr.  El niño al escuchar a su madre cantar, emitía unos sonidos que parecian acompañarla y juntaba sus manitas a modo de aplauso.  También él estaba feliz.

Desde que llegara de Austin, se ocupó principalmente de la construcción de La Charca, como la llamarían.  Metió prisa a todo el mundo y les obligó a hacer dobles turnos para que estuviera lista lo antes posible.  No importaba el tener que pagar más jornales; nada importaba más que la felicidad de su mujer y las ansias por volverla a ver por casa correteando.  Había perdido bastantes kilos, pero seguro que los recuperaría rápidamente.

Sólo faltaba  para que todo estuviera concluido, el arreglo del jardín.  había encargado los muebles y estaban a punto de llevarlos, cuando todo  estuviera terminado.  Probablemente no estaría listo para cuando ella llegara, pero no importaba, guardaría el secreto hasta que estuviese a punto. Trabajaba frenéticamente, es como si el haber hecho las paces, le hubiera inyectado  más vitalidad también.  Y en cierto modo así era; antes de eso, no tenía ganas ni ilusiones, pero desde su reconciliación todo era optimismo.

Las risas,los chistes, las canciones, el ruido , en definitiva había vuelto al rancho.  Los obreros se alegraban de que de nuevo volviera la señora.  La habían tomado cariño; les trataba con suma educación y consideración, algo que no solía suceder en las casas de algún ricachón ranchero.  Pero no allí, por eso eran considerados familia y guardaban respeto y aprecio a los dueños.

 Desde mucho antes de llegar al rancho el claxon de Anna se escuchó en  la lejanía.  Alex sabía que era ella, y salió corriendo hasta la entrada para ser el primero en recibirla.  Su corazón palpitaba a cien  por hora: su familia venía.  Nadie podría sentirse más feliz que él, ni querer más a su mujer y a su hijo.  Al parar el coche, Anna se bajó de él y corrió hacia su marido que  salió también a su encuentro con los brazos abiertos.  Se besaron y escuchaban los llantos del niño por haberse quedado solo, pero no interrumpieron su abrazo hasta pasados unos instantes.

Juntos, de la mano fueron hasta el coche, y Alan liberó a su hijo de las ataduras que le mantenían seguro en su asiento.  Le tomó en sus brazos y le apretó fuerte contra su pecho: su familia había llegado a casa.

Todos se alegraron de volverla a ver y la recibieron estrechando su mano.  Cuando entró en la casa Teresa y Dolores la esperaban impacientes.  Ambas mujeres les abrazaron y Dolores especialmente tomó a Junior en sus brazos y le besuqueaba: ¡hacía tnto que no le veia !...  Le examinó de arriba abajo y se admiró de que hubiera crecido y que ya se sujetase de pie en algo.  El tiempo había pasado rápido para él, aunque a ellos la ausencia se le hiciera eterna.

Habían preparado un menú especial como bienvenida. Todos estaban contentos y alegres. Alex la obligó a echarse un rato y descansar

- Debes descansar.  El viaje ha sido largo y pesado y tú aún estás débil. Yo estaré a tu lado
- Pero es que no quiero dormir. Quiero estar despierta y que me hables, que me cuentes cosas
- No te preocupes, no me voy a mover de tu lado. ¿ Qué deseas que te cuente?
- Lo que has hecho durante este tiempo
- He trabajado, he ido a Arizona y he vuelto.  Eso es todo
- ¡ Oh Alex ¿ En serio ya ha pasado todo, no estoy soñando o volviéndome loca ?
- No cariño, Ha pasado y no estás loca, además no te lo permitiría como no fuera por mi
- Eso también. Sabes que lo estoy, y mucho.  Deseo estar contigo
- No te referirás a lo que estoy pensabndo.  Porque primero te recuperarás y después ya veremos
- No, de eso nada. Necesito esa medicina y creo que tú también.  Es lo único que puede curarme.  Necesito sentirme tuya de nuevo. Necesito que me mimes, que me adores, que me acaricies y me beses.  En definitiva necesito una noche de lujuria.  Eres mi marido, y me dijiste en una ocasión que entre nosotros todo estaba permitido.  Pues bien, te espero esta noche.
- Con una condición. Por lo que veo vamos a permanecer en vela, así que  será si ahora duermes un rato. De lo contrario no aguantarás mi ritmo, te lo puedo garantizar.

Ambos rieron por las bromas.y a Alex le fue difícil contener el "entusiasmo" que sentía, porque sobretodo deseaba que ella recobrara la salud, y ahora tocaba descansar.  Y a duras penas tras un buen rato, consiguió quedarse dormida agarrada a su mano.  El no se movió de su lado, ni tampoco dejó de mirarla, porque al igual que ella parecía que estaba soñando.

Acostaron a Junio:  ya tenían la noche para ellos solos. Al día siguiente no trabajaría, se tomaría esa licencia para estar con ellos.  A solas en su dormitorio, frente a frente, se miraban intensamente y muy serios.  Sus miradas eran como cuchillos de acero penetrando en la mirada del otro.  Iban a encontrarse después de mucho tiempo, de muchas cosas acaecidas.  Era como su fuera la primera vez, pero saborearían minuto a minuto todo lo que allí ocurriese.  No sería un encuentro más, sería el primero de los muchos que vendrían, pero si el de una nueva etapa que empezaba después de superar una dura prueba.  Alex acariciaba su rostro con ternura mirándola a los ojos, y ella esperaba.  Necesitaban esa cercanía y poco a poco, suavemente, tiernamente, sin apenas palabras pero diciéndose todo lo que sus cuerpos expresaban se unieron.  Al principio las caricias, los besos, pero lentamente la pasión les inundaba y sus cuerpos respondían frenéticamente como si no hubiera tiempo para nada, sólo para el amor y su posesión. Lo habían echado de menos.   Se pertenecían uno al otro , y no había fuerza humana que hiciera cambiar eso.  Allá donde quiera que estuviesen, al unirse, ocurriría siempre lo mismo.  Necesitaban sentirse, que se pertenecían que eran un solo cuerpo, un solo corazón, una sola vida:  la de ellos.  Y no lo olvidarían nunca; habían comprobado el dolor de sentirse solo sin la otra parte de su existencia.

sábado, 15 de septiembre de 2018

Algún lugar en la tierra - Capítulo 26 - De repente Austin-

Alex había sacado todo lo de la cabaña.  Había pintado sus paredes y había amueblado de nuevo la casa.  No quería nada que le recordase que en ella había vivido Charlotte. Y esperaría paciente a que su padre le dijera que podía recoger a su familia. Cada tarde, después de trabajar, montaba a caballo y se dirigía hacia La Charca.  Allí se unieron por primera vez y allí se separaron también por primera vez.  Pero ese lugar tenía un gran significado para ellos.  Anna había ido hasta allí el día que se enteró del problema.

Hacía días que tenía una idea rondando por la cabeza y deseaba llevarla a cabo.  Dado que aquellos terrenos eran de su propiedad, construiría una casa y dejaría La Charca  dentro de su terreno.  De este modo podrían pasar los fines de semana allí con tranquilidad y podrían bañarse como quisieran sin temor a ser vistos por nadie.  A ella la gustaba el terreno semi salvaje que la rodeaba, la dejaría así.  Pondría una cerca para que nadie pudiera entrar , nada más que ellos.  Y delante de la casa sembraría flores; formaría parterres de rosas, y flores de distintos colores como le gustaba a Anna.

De hecho hacía dos días que estaba tramitando el papeleo para empezar a construir.  Había hablado con los arquitectos y los jardineros paisajistas, todo a punto cuanto antes, por si ella regresaba pronto.  Quería darle esa sorpresa a modo de reconciliación.
Pero la espera se dilataba. Ya había pasado un mes desde que decidiera ausentarse, y por mucho que insistía a su padre, Alan seguía sin dar la autorización para el encuentro.

La nostalgia, el disgusto, el estres, los nervios, habían podido con ella y cayó enferma.  Los médicos les decían que físicamente no tenía nada, pero anímicamente estaba tocada.  Sólo cabía esperar a que los medicamentos hicieran efecto.  Alan sabía que el único medicamento que necesitaba era a su marido, y por fin aquella tarde, llamó a Alex y le dijo:

- Ven a verla.  No se encuentra muy bien y por eso no puede viajar aún
- ¿ Qué está enferma ? ¿Y no me habéis dicho nada ?  Se trata de mi mujer. Por Dios Santo ¿ Te lo ha pedido ella? ¿ Te dijo que no fuera ?
- No . Después de hablar contigo la primera vez, al día siguiente amaneció con fiebre, pero no le dimos importancia. Pero no mejoraba y llamamos al médico.  El diagnóstico que nos dió es tener paciencia. Está deprimida.  Por eso no quería avisarte esperando su recuperación, pero creo que quién puede curarla eres tú.
- No, no, no..¿ Y el niño ?  Lo que está pasando es demencial
-Junior está precioso y cuando la ve se vuelve loco dando grititos. Es el único que hace que remonte un poco.
- Lo organizo todo y salgo para allá de inmediato.

Partió sin más demora. Los kilómetros se le hacían eternos.  No hacía más que dar vueltas a la cabeza que su mujer estaba enferma por su culpa. Era una mujer fuerte y sana, para nada deprimida.  Pero él con su locura ha hecho que enfermara.  Se agarraba al volante con todas sus fuerzas como si por ese gesto, el coche pudiera ir mas deprisa.  Cuando llegó a Austin estaba anocheciendo.  llamó al portero automático y fue Davinia quién atendió la llamada.

- Abrid - fue su escueta demanda

A penas saludó a sus padres impaciente por ir a verla.  Le condujeron hasta la sala en donde estaba sentada mirando hacia la calle.  Tenía el niño en brazos dormido.  La encontró más delgada y desmejorada.  Con un nudo en la garganta, avanzó hacia ella que volvió la cabeza en ese instante.  Alex la abrazó y escondió su cabeza en el pecho de ella llorando.  Anna a penas hablaba sorprendida por la presencia de él.  Acarició su cabeza que también besó incrédula por si lo que sentía era real. o no.  Alan y Davinia, respiraron aliviados: al fin curarían  sus heridas.  Les dejaron solos recogiendo al niño de los brazos de la madre.  Ellos tenían que hablar, decirse muchas cosas.  No importaba el tiempo que tardaran, pero debían hacerlo cuando la emoción se lo permitiese.


- ¿ Por qué has venido ? ¿ Por mi, porque estoy enferma? No tengo nada en especial.  Todo lo curará el tiempo.  No debieron decirte nada
-¿ Crees eso en serio ? ¿ Hasta cuándo va a durar esta situación que nos está matando? Mientras venía hacia aquí, creí volverme loco.  Estás enferma por mi culpa.  No sé qué puedo hacer para obtener tu perdón y seguir adelante con la vida. Yo te quiero más que a nadie. Me abriría las venas si me lo pidieras  ¿cómo voy a convencerte de eso?
- Estás aquí.  Estás aquí

No pudiendo contener más su llanto, estalló en sollozos convulsos, dando suelta a toda la angustia que oprimía su pecho causante de su depresión. Pero él estaba allí y la estaba abrazando y besando su cara. Y todos aquellos reproches que le hizo de que no admitiría besos porque habían sido de otra mujer, lo borró de su memoria y los quiso.  Es más los necesitaba.  Y Alex no paraba de besarla y ella se dejaba hacer, porque eran un bálsamo para su mal.  Eran torrentes de aire fresco en su rostro. Y tomó la cara de Alex entre sus manos y le beso en los labios, aquellos labios de los que había renegado. Y él sintió que su corazón estallaba de felicidad. Al fin había venido la reconciliación. Había esperanza para él.  Había pagado un alto precio por aquella insólita aventura, pero ahora todo será diferente.

- Has de ponerte bien. Te necesitamos Junior y yo.  Mucho, más de lo que imaginas.  Te quiero rebelde y protestona, pero dulce y sensual. Te quiero como eras antes de todo este jaleo.Yo estaba loco por tí y lo estaré mientras viva. Tú eres quién mueve mi mundo, y te necesito para respirar.  Si antes hubiera tenido alguna duda, en esta temporada se ha despejado totalmente. No me interesa nada de lo que tenga o pueda tener, si no te tengo a ti a mi lado para disfrutarlo.  Eres , has sido y serás la única mujer de mi vida.  Mi único y verdadero amor. Vivo,  cada mañana cuando te veo dormir a mi lado.  Es la energía que me transmites durante todo el día.  No podría vivir de otra manera.
-Alex, yo también te quiero, de la misma forma que tu puedas quererme, por eso me dolió tanto.  Si no hubiera sido por Junior, no me hubiera importado morir en ese momento en que me enteré
- Te prohíbo que vuelvas a decir eso. No pienses en eso.  Tenemos mucha vida para vivirla juntos, y muchas cosas por hacer.  Muchos proyectos que realizar.  Te necesito a mi lado, a cualquier hora del día o de la noche.  Estoy viviendo un infierno desde que te alejaste.  Dime que regresarás cuando mejores.  Dímelo, necesito oírtelo decir.

- Si, amor mio.  regresaré con vosotros a nuestro hogar, porque es allí el lugar de la tierra en el que quiero vivir y no en cualquier otro.  Allí están mis raíces y sobretodas las cosas allí estás tú, y Junior, y el próximo hijo que vendrá.  Llévame a casa.  Prometo no volver a recordar este incidente. prometo no volver a reprocharte nada al respecto nunca más. Prometo seguir amándote cada día más.  A cambio te pido que renuncies a pedirme perdón más veces, porque cada vez que lo haces, vuelve a mi memoria el por qué lo pides y quiero borrarlo   de nuestras vidas para siempre.  Prométeme que me contarás todos los problemas que surjan en nuestras vidas, por muy dolorosos que sean.  Soy tu mujer para todo, para las malas cosas también
- Te lo prometo.  Nunca habrá más secretos entre nosotros.

Se volvieron a abrazar y besar largamente.  Aquello era el cielo, un cielo radiante limpio, sin nubes con un sol radiante que se abría nuevamente ante ellos.  Habían perdido la noción del tiempo.  Querían recuperar la separación y no se dieron cuenta, que tras la puerta de esa habitación, habían dos personas anhelantes de saber lo que estaba ocurriendo y un pequeñín que lloriqueaba porque echaba en falta a su madre.

Al fin la puerta se abrió y ante ellos estaban unos radiantes Alex y Anna, abrazados por la cintura y sonrientes.  Anna había perdido su tristeza y ahora recobraba su sonrisa y dulzura de siempre.  Alex partía su cara en dos de la sonrisa que tenía.  No hacían falta palabras ellos eran un libro abierto en el que se podía leer que todo se había solucionado.  Tanto Alan como Davinia, se miraron y respiraron aliviados.  Alex tomó a su hijo en brazos, besando su carita repetidas veces; hacía mucho tiempo que no le veía, pero el niño no le había olvidado y sonreía acariciando su cara.  Lo vivido durante ese tiempo y este momento, no lo olvidaría nunca,  porque ello representaba lo que jugó a una carta marcada, lo que perdió y volvió a recuperar.  Sería una lección bien aprendida.




Algún lugar en la tierra - Capítulo 25 - La huida

Y Alex la vió partir con el corazón roto. Sin saber a dónde irían, ni cuando volverían a verse. Si habría algún camino para el encuentro. ¿ Qué más podía hacer?  Volvió lentamente al trabajo que estaba haciendo. Estaba silencioso, no era el jefe simpático y dicharachero que gastaba bromas con sus empleados.  Ninguno de ellos hablaba tampoco, no tenían ganas.  Apreciaban a su jefe y lamentaban lo ocurrido, pero ellos no podían hacer nada.  Quién sí podía hacerlo acababa de irse con su hijo.  El panorama era poco alentador,

Hacía calor y Junior daba señales de que quería comer.  Miró su reloj y comprobó que había sobrepasado su hora.  Buscó en el mapa si había alguna gasolinera cerca donde pudiera parar, descansar y dar la comida al niño.  Pensó que probablemente se había precipitado .  El niño era muy pequeño y no deseaba mezclarle en las peleas de los mayores, pero dejarle tampoco  quería.  En este momento era su refugio, su único consuelo.  Debía estar con ella.  Junior tomó su comida y le sentó en su porta bebés. Al poco rato ya estaba dormido.  Le miró con ternura y pena a un mismo tiempo.  Los ojos se le llenaban de lágrimas.  Se acercó la camarera a ofrecerle café que rechazó; pidió un sandwich y agua:  esa sería su comida.
Mientras comía  y miraba al exterior pensó que por qué no ir a ver a los abuelos.  Se extrañarían al verles solos y probablemente la preguntarían el motivo.

- No, allí no.  Les daría un gran disgusto. Pero yo necesito hablar con alguien, alguien que no divulgue lo que nos ocurre.  Alguien que sepa escucharme y comprender. Decididamente es donde mejor podríamos estar. Verán al niño y estaré entre gente que me quiere..  Abonó la cuenta y después de acomodar a Junior en su cuco y sujetarle, emprendió el viaje hacia la casa de sus suegros.

Llegó a media tarde ante la sorpresa de ellos que no la esperaban y además les extrañó que Alex no viajara con ellos.  Hablaban como si todo fuera bien, aunque Davinia veía en su conversación que estaba algo apagada, y Alex se había quedado en el rancho.  Ató cabos y creyó que había pasado algo en el matrimonio.  No dijo nada; esperaría a que ella hablase, necesitaría hacerlo con alguien conocido y que la quería.  Acostaron a Junior tras darle la cena, y ellos se fueron al salón a charlar antes de ir a la cama.

Alan no sabía cómo sacar la conversación, pues intuía, al igual que Davinia, que algo había pasado entre ellos.  Hábilmente desviaba la charla hacia donde quería que llegase, y Anna, sin poder aguantar más rompió a llorar y les contó lo sucedido.  Davinia la  hizo una taza de tila, pues estaba muy nerviosa, y ellos muy disgustados

- Hija mía, la vida de un matrimonio es complicada. Hay infinidad de motivos por los que creer que tu vida se acaba, que la persona a la que amas te ha defraudado, te ha hecho daño.  Pero cuando hay amor firme y verdadero, todo se pasa.  Hay que dar tiempo a que todo se asiente.  No estoy justificando a mi hijo. No señor, no tiene justificación alguna, pero tú no debes ser más severa de lo que estás siendo.  Cuanto más difícil pongas las cosas, más tardía la reconciliación. Sé que estás dolida y seguramente  a quién le ocurra algo así reaccionaría del mismo modo, porque tienes razones para ello.   ¿Tu le amas aún ?
- Alan ¿ cómo me preguntas eso? ¡ Claro que le amo ! por eso estoy tan dolida.   Tenemos un hijo  ¿qué más prueba de amor ? No me lo merezco, de verdad.  Soy una esposa cumplidora con mis deberes como tal, y él también.  Nunca hemos tenido problemas de ese tipo; por eso es que me extraña lo pasado.  No lo entiendo, por muy atractiva que esa mujer sea. Lo cierto es que ya no me quiere como antes.  Que no le atraigo, que se ha cansado de mi.  No le encuentro otra explicación..

 Era muy tarde, de noche cerrada, así que a primera hora de la mañana hablaría con su hijo seriamente.

Se metió en la cama, y Davinia acudió a darle las buenas noches acariciando su cara.  Era como una hija para ellos.  La querían y les apenaba lo que ocurría, pero también sabían que ellos se amaban y que tarde o temprano, las aguas volverían a su cauce.  La tapó, la besó en la frente y salió de su dormitorio.  Alan y Davinia, comentarían el suceso que la había llevado hasta allí.

Anna no durmió bien.  Extrañaba la cama, pero más a su marido, sus buenas noches tan especiales,  su brazo rodeando la cintura y su cabeza pegada a la de ella. Su último beso del día y el del despertar.  Le echaba de menos rabiosamente, pero también tenía el corazón cansado y dolido.  Habían formado un hogar feliz y estable.  Estaban locos con su hijo y planificando otro cuando transcurrieran unos meses. ¿ Es que en verdad había dejado de amarla ? Su comportamiento no lo decía.  ¿ Se habría enamorado de Charlotte? pero ¿ cómo explicar la dolorosa despedida de hacia unas horas?  Las dudas la atormentaban.

Alan y Davinia, tampoco dormían.  Tomados de la mano comentaban lo narrado por Anna, y trataban por todos los medios de buscar una solución que les volviera a unir.  Sabía que los sentimientos de Alex hacia su mujer eran sinceros y profundos.

- Alan,   no entiendo nada ¿ Alex con otra mujer?
-Querida, los hombres a veces hacemos muchas tonterías en cuanto unas faldas nos provoca y no miramos más allá de nuestras narices.  No tenemos en cuenta las vivencias  que tenemos cada día con nuestra compañera.  Ni siquiera sabemos por qué lo hacemos si no tenemos ningún sentimiento hacia la persona con la que nos acostamos, pero lo hacemos.  Aunque después venga el sentido común y la conciencia a reclamar lo sucedido.  Estoy seguro que Alex lo está pasando fatal, y su mujer está destrozada. Un hogar tan feliz, con ese niño tan precioso y todo se ha ido al traste por cinco minutos de placer, si es que llegó a tenerlo.  He de hablar con él mañana mismo, en cuanto nos levantemos.  Y ahora cariño, tratemos de dormir si es que podemos.  Apagó la luz y se abrazó a Davinia.

Junior se despertó a su hora, era muy temprano y Anna ya no podía estar más en la cama. Tras asearse y vestirse, salió a la cocina a preparar el desayuno de su hijo, pero ya sus suegros estaban desayunando, así que al menos lo harían en familia. Ellos se mostraban extremadamente cariñosos con ella y con el niño, al que Davinia adoraba,posiblemente por no haber tenido hijos. Consideraban que era su nieto y aquella mujer joven acongojada, su hija.  Sonreían como si nada les apenase, algo que Anna difícilmente podía disimular  que su noche no había sido todo lo relajada que era de esperar.
Alan se había puesto de acuerdo con Davinia en que salieran con el niño con cualquier excusa, y mientras Alan hablaría con su hijo. Sabría al fín donde estaban, y que no debía preocuparse.  Pasaría unos días con ellos,  como unas pequeñas vacaciones.  de este modo podrían atemperar los nervios y el estrés que ambos padecían.

Cuando las mujeres salieron llevándose al niño, Alan llamó al rancho y reclamó la presencia de Alex

- ¿ Pero en qué demonios estabas pensando ? ¿ Es que te has cansado de tu mujer?
- ¿ A qué viene eso ?
- Ella está aquí. Ha venido buscando refugio y cariño.  Nos ha contado todo, me da miedo no vaya a caer enferma, y no lo digo por preocuparte, sino  porque está viviendo la situación que corresponde a un disgusto de esa categoría.  Si no la quieres, si ya no te gusta, haber hablado con ella  y hubierais buscado una solución para ambos

-- Basta ya papa. La amo con mis cinco sentidos. No deseo una situación como la que estamos viviendo. Se lo he tratado de explicar, pero no me cree, no me escucha.  ¿ Crees acaso que para mi está siendo fácil? Iré a buscarla. Ahora mismo me pongo en camino
- Alto, alto.  Déjala en paz.  Deja que pasen unos días y ella vaya asimilando y cambiando su manera de actuar.  Eso no se consigue en cinco minutos. La has herido muy profundamente, porque ¿ lo merecía ? Responde ¿ Es mala esposa?
- No. Naturalmente que no.  Es una excelente esposa en todos los sentidos y nos amamos profundamente.  Daría mi vida mil veces por mi familia. No ´se qué pasó por mi cabeza.  Creo que no habló mi cerebro sino otro órgano. Y habló muy mal, teniendo en cuanta que faltaban horas para reunirnos de nuevo.
-¿ Le has pedido perdón ?
- Mil veces, y si es necesario lo haré otras mil veces más, pero ella no quiere ni oír hablar del tema
- Bueno quédate tranquilo que ella está con nosotros, pero no vengas aún. Te avisaré cuando crea conveniente.  Hazme caso, hijo mio.  Ya he pasado por ese camino antes que tú.
- Cuida de ellos, papa.  Me dejas más tranquilo porque tampoco quiso decirme donde iría
- Bueno pues ya sabes donde están. Ahora calmaos los dos,  dejad pasar unos días.  Hazme caso, aguanta un poco más el chaparrón.  Ella lo está pasando muy mal, así que hazme caso en lo que te digo.  Yo te avisaré

Colgaron y Alex tuvo que sentarse.  Al menos sabía que estaba segura y protegida. Pero ¿ podría esperar hasta que su padre le avisara?

Algún lugar en la tierra - Capítulo 24 - Pacto

Al llegar,  y tras dejar los caballos en las caballerizas, Anna a paso ligero entró en la casa, preguntando por su hijo.  Teresa y Dolores la miraron con preocupación, temiendo lo peor que pudiera haber ocurrido.  Tomó al niño en sus brazos y le abrazó con tanta fuerza que la criatura protestó.  Se lo subió a la habitación. Quería mirarle y contarle lo que debía hacer.  El niño la miraba y sonreía sin entender lo que su madre le contaba.  No había dado la oportunidad para que Alex hiciera lo mismo con el niño.Quizá como revancha, como para decirle que tampoco a su hijo debiera tocar.  Unos golpes, sonaron en la puerta

- Adelante - exclamó

Allí estaba Alex, con el gesto descompuesto mirando a los dos.  El niño restregaba sus manitas sobre su naricilla, señal de que iba a dormirse de un momento a otro.  Ella lo tomó en sus brazos y se dirigió a la salida

- ¿ Dónde vas? ¿ Tampoco puedo ver a mi hijo ? - preguntó él
- Es tarde, tiene que dormir- respondió secamente ella

Tardó mucho en volver a su habitación, no esperaba que él estuviera aún allí.  Al entrar le vió sentado frente a la ventana.  Su cara había cambiado  en a penas unas horas.  Tenía arrugas en la frente, y en la comisura de los labios.  Los ojos estaban algo hundidos y demacrado.  Por un momento sintió pena al verle tan abatido;  se había dado cuenta de que iba en serio y también que  evitaría en lo posible que tocara a su hijo.  Estaba verdaderamente dolida, y no admitía término medio.
Como si él no estuviera en la habitación, sacó una maleta y comenzó a llenarla de ropa.  Alex abría los ojos de par en par:  su amenaza la cumpliría.  Tenía que hacer un último intento para que las cosas no se desbordaran y comenzó a hablar pausadamente mientras la veía hacer

- Ya no sé cómo pedirte perdón. Ni qué hacer para que me escuches.  He repetido miles de veces que soy culpable de no habértelo dicho antes, pero no de dejarte de querer, porque te he amado desde el mismo instante en que te vi. Supe que serías la mujer de mi vida y así lo creo.  Mi error ha sigo grande, y estuve ciego al hacerlo. Sigo sin entender cómo llegué hasta su cama, porque estaba loco de contento al pensar que al día siguiente estaría contigo y con nuestro hijo. Y fue ese pensamiento el que me desveló a pesar del cansancio, y por el que bajé a tomar una copa y  me encontré con ella.. No fue un encuentro pactado, te lo juro.  Te repito una vez más que sólo fue lo que fue.  No me atrajeron sus curvas ni su belleza; nada de eso necesito. Me enamoré de tí por cómo eres.  He estado con varias mujeres, pero sólo contigo siento una excitación permanente.  Te deseo constantemente mañana, tarde, noche, a cada segundo.  La atracción que siento por tí, no la he tenido jamás por ninguna otra. Ni por Olivia ni por Charlotte, por ninguna.  Cuando te veo y acaricio tu piel, siento un placer infinito que deseo y busco. No tenía derecho a serte infiel, pero es que no lo he sido.  En mi vida sólo estás tú, sólo te deseo a tí. Sé que ahora es difícil que me creas , pero esa es la realidad.  Te he abierto mi corazón en canal, y sólo espero que pase tiempo y volvamos a ser lo que éramos.  Pero por favor, no te vayas.  No te alejes de mi ni alejes a Junior.  Viviré en la cabaña, no te molestaré.  Pero al menos sabré que estáis en casa y  podré verte aunque sea a través de una ventana. Por favor, es lo único que te pido.

Anna estaba de espaldas a él. No quería que la viera llorar porque sus palabras se estaban clavando dentro de su corazón. A pesar de todo le amaba con toda su alma. Tenía tristeza y decepción y aún seguía queriéndole. Sabía que estaba diciendo la verdad, lo que sentía, pero ella también sufría y necesitaba tiempo para apaciguar su alma.  Necesitaba alejarse un tiempo y tratar de asimilar lo ocurrido, y después... No sabía lo que pudiera ocurrir.  Se dio la vuelta y le miró de frente.

- Está bien. Acepto tu plan.  Vivirás en la cabaña y podrás ver al niño siempre que lo desees. Yo no pisaré esa casa, así que tendrás que venir a buscarle tú mismo si quieres pasar algún rato con él.   Pero necesito marcharme de aquí, siquiera por unos días.  Necesito alejarme de tí, no verte, ni escucharte, ni que tú me mires. Quisiera hacerme invisible.  No sé donde iré, no muy lejos, pero llevaré al niño conmigo.  Dejaré todo dispuesto en la oficina  para que Fred se haga cargo, y después me iré.  Creo que ya lo hemos hablado todo y no tenemos más que decir.

- ¿ Puedo tener alguna esperanza ?
- No lo sé. Ahora mi cabeza es un laberinto, , es una lucha permanente y soy incapaz de reflexionar.  Por eso quiero estar sola, alejarme de todo y de todos.  Lo que ocurra mañana, o la semana próxima, está por decidir.
- Está bien.  Me quedaré con eso y la esperanza.

-.  Salió con la misma tristeza que entró.  Se moría de ganas de abrazarla y besarla, pero ni siquiera lo insinuó porque sabía que la respuesta sería un no rotundo.

Desayunó un café mientras Dolores daba la papilla a Junior.  Ya lo tenía todo listo. en cuanto terminara saldría de allí sin saber cuándo regresar.  Iría en el coche y tenían un largo camino por delante.  Iría a casa de sus suegros para que vieran al niño, y después no sabía si seguiría hacia otro lugar o estaría con ellos.  La bolsa con lo necesario para Junior ya estaba dispuesta, y lo de ella también. Dio unas vacaciones a Dolores mientras ella estuviera ausente, algo que a ninguna de las dos hermanas agradó por toda la carga que su ausencia suponía.  Sólo el tiempo cerraría esa herida tan profunda.

Se dirigió hacia donde estaba Alex para que se despidiera del niño.  Se notaba que no había dormido.  Estaba descuidado, sin afeitar, algo que nunca había ocurrido.  Era pulcro en grado sumo, por eso la causó más impacto el verle en ese estado.  Le miró pero no dijo nada, sólo dejó que él la diera un beso en la mejilla.

- ¿ Llamarás cuando lleguéis a donde quiera que vayáis ?
- De acuerdo, te llamaré.  Y ahora hemos de irnos
- Pero dime al menos dónde vais Creo que eso no es pedir demasiado
-A algún lugar en la tierra que encontremos a nuestro paso. Ahora mismo no lo sé. .No es que no quiera decírtelo, es que no lo sé.
-Pero el niño...
- ¿No me crees capaz de cuidar a mi hijo?
- Vale, vale. Haz lo que quieras.

Y dando media vuelta, con el niño en brazos palmoteando  y sonriendo a su padre, se alejaron hacia su coche. ¡ Qué diferencia ! .  De querer estar siempre juntos, a lo de ahora:  separarse.  Tener que irse para alejarse..  A Alex el corazón se le desgarraba ¡ Cómo había cambiado todo en tan poco tiempo!