jueves, 26 de julio de 2018

Mi vida en una maleta - Capítulo 16 - La inocencia

Estaban nerviosos aún por todo lo acontecido, pero al fin Brendan reconoció que ella tenía razón. Lo contrario sería claudicar y no les daría la oportunidad de sentirse triunfadoras.  Aunque no dijo nada, pensaba entrevistarse con la compañera y recriminarle lo sucedido.  Había estado con ella, pero probablemente ese fuera el motivo que la moviera a despreciar a la que siempre había sido su amor eterno, y por ahí no pasaría.  Debía ser ella la que se fuera del hospital avergonzada por tan feo comentario.  Aunque se lo negara, sabía que era cierto.

— Eso es, tengo que hablar con ella, y es ahora mismo

Lo pensaba mientras sorbía una taza de café, pero no le dijo nada a Liesa, sino que tenía que terminar un informe que había olvidado.  Se levantó seguro y decidido; ahora que todo estaba reciente es cuando debía tener unas palabras con quién había considerado amiga.  Y a su encuentro fue. la discusión se tornó áspera porque ella se defendía como gato panza arriba, pero él tenía la fuerza que da la razón.
 No sabía el tiempo que había durado la discusión, suponía que bastante, puesto que Liesa ya se había marchado.  Le dejó una nota en su escritorio

— No sé dónde estás, pero se hace tarde y seguramente tendrás para rato.  Nos vemos mañana.  Liesa

La llamó por teléfono pero la señora que atendió la llamada, le dijo que aún no había llegado a casa.  Era tarde ¿Dónde estaba   Insistió al cabo de media hora y la respuesta fue la misma.  Estaba confuso no sabía por donde buscarla.  En casa no estaba y no hacía tiempo para estar paseando por la calle;  se había hecho de noche.  Pero su preocupación era que se marchara de nuevo a Casttle Combe y que no quisiera saber nada de él.

 Pero Liesa paseaba sin rumbo fijo y ausente de todo cuanto la rodeaba..  Pensaba en todo lo sucedido a lo largo del día y decidió quedarse sólo con una imagen, que era la más nítida y agradable de todas:  su primer beso con él.

Y al pensar en ello, sonrió y decidió ir hasta su casa.  Seguramente estaría ya de regreso.  Consultó el reloj y comprendió que se había hecho muy tarde.  Que sus reflexiones habían sido muchas y muy largas y, las decisiones tomadas las tendría en cuenta.  Aceleró el paso hasta encontrar un taxi que la condujera hasta la casa de Brendan.  No sabía por dónde había caminado, e ignoraba donde estaba.  Tardó poco en llegar y cuando estuvo frente a su puerta, supo de la preocupación que él tenía, pero no la riñó, sino que la atrajo hacia él y la abrazo fuertemente

— ¡ Que preocupado me tenías!  Hace rato que te he llamado y la patrona me dijo que aún no habías llegado  ¿Dónde has estado?  No sabía por donde comenzar a buscarte, no sabía dónde estabas y si te había pasado algo. Menos mal que estas bien y aquí
— Tenía que pensar. Paseando y pensando se me pasó el tiempo.  Ignoro por donde fui pero necesitaba aclarar mis ideas.  Hoy ha ocurrido algo importante para mí, y quería saber su significado.
— ¿ Y lo has averiguado ya ?
— Si, lo tengo muy claro.
— Tendrás hambre.  Es tarde.  Cenemos y me vas contando.
-—No, no quiero cenar.  Quiero que me digas lo que sientes, lo que represento en verdad para ti. Has dicho que me quieres, pero ¿Cómo? ¿Cómo hermana o cómo mujer?
—¿Aún no lo sabes?  Creí que había quedado claro esta mañana, pero veo que aún dudas. Bien pues te lo aclararé..  Eres una mujer preciosa.  Es fácil enamorarse de ti, aunque yo  lo estaba desde que eras una adolescente.  Luché contra ese sentimiento, pero todo fue inútil.  Me prometí a mi mismo que te olvidaría si me alejaba de ti, pero ya ves que ha sido todo lo contrario. Sé que todo esto es nuevo. Para mí no. Pero no quiero que te engañes por lo que ha ocurrido.  El amor es mucho más serio que unas caricias y unos besos.  Es llegar hasta el límite y traspasar fronteras y tener comunicación constante.  Contar con la otra persona para resolver problemas y vivir alegrías.  En definitiva compartir una vida.   Es aceptar las virtudes y defectos de la persona con la que deseas vivir.

— Pero es que yo siento todo eso por ti.   Pero no sé si les ocurre igual a todas las personas, o es que simplemente es la novedad, lo que a mí me sucede. Cuando esta mañana me besaste, era la primera vez que yo recibía una caricia tan apasionada como esa, bueno como esa y como otras, porque nunca he besado a ningún chico.  Siempre me había impuesto una barrera, pero tú te encargaste de derrumbarla.
— Pero eres enfermera y habrás estudiado anatomía, y debes saber lo que ocurre en el cuerpo de un hombre o de una mujer, en determinados momentos.  Vives entre médicos  ¿Cómo es que estás confundida? ¿ Nadie te ha explicado nada? Porque ya tienes edad suficiente para saberlo.
—Si, si , pero nunca hasta ahora...  Cómo explicar los escalofríos que sentí al abrazarme, y la presión de tus labios sobre los míos, la sensación extraña de tener la necesidad de corresponder de la misma forma.  De estrecharme contra ti y transmitirte. Y también  sentir las sensaciones del momento.  Y desear que no se terminara nunca, que  se repitiera.  Que no importaba el lugar ni cuando volviera a ocurrir, pero lo deseaba con todas mis fuerzas.  En todo eso es en lo que he estado pensando; porque nunca me había ocurrido, con nadie.  Sólo contigo. Y eso debe tener una explicación. Mi confusión no me permite explicarlo.  Al mismo tiempo tengo miedo de que no vuelva a repetirse y lo deseo mucho.  No sé si es lo correcto, si está bien o mal.  Si debía decírtelo o callarlo.  No lo sé.  Ignoro como actúan las parejas normales. Sólo sé que deseo estar contigo y recibir tus caricias y tus palabras dulces.  Saber si verdaderamente es amor lo que siento, o simplemente deseo

— Todo eso que dices haber sentido, fue ocasionado por la emoción del momento.  Fueron los preliminares de algo que debió ocurrir después, pero que no pudimos realizar. No te asustes; les ocurre a todos los seres humanos, y a los no humanos también. ¿ Nunca te has fijado en los cortejos de los animales?  Ellos no pueden besarse, ni acariciarse como hacemos nosotros, pero tienen sus rituales que equivalen a los nuestros,. Cuando dos personas se aman, se desean  y hacen el amor con pasión y deseo; eso es lo que tu desconoces y francamente me asombra que no lo sepas.

Brendan no sabía cómo y qué responder.  Sabía que era una mente limpia y que nunca había experimentado los brotes del amor, y eso había ocurrido y él era el afortunado en recibirlos.  No quería dañarla, pero al mismo tiempo, debía ser sincero con ella, y explicarle lo que seguía a las caricias y a los besos.  Era inocente, ignoraba todo , a pesar de tener ya edad  para ello. y temía que algún desaprensivo pudiera hacerla daño.  Debía hablar abiertamente con ella y, si él fuera el primero sería una alegría inmensa de poder haberle abierto a la vida, pero si fuera rechazado, que al menos estuviera prevenida.

Le hablaría como médico, aunque le costara enormemente  no ser el Brendan persona .  Pero ella no había tenido oportunidad de vivir la vida, ni tener a su lado a alguien que le explicara en qué consiste amar a otro ser.  Como en tantas ocasiones, sería él quién la protegiera de todos y de todo, hasta de él mismo.  Porque el impulso que sentía en ese momento era el de abrazarla hasta dejarla sin respiración.

  Poco a poco, la fue abriendo los ojos a la vida.  Le miraba muy seria y muy atenta, absorbiendo todo lo que Brendan la decía, y recordó que en cierta ocasión Molly la comentó algo, pero era tan pequeña que no entendió nada y no le dio más importancia.  Pero  todo lo que él la decía, deseaba vivirlo, experimentar esas sensaciones, pero no con cualquiera: lo deseaba con él.
Brendan seguía hablando como médico, pero Liesa se aproximó y fue ella la que le besó , sorprendiéndole.

— Lo quiero. Y que sea contigo.  Con nadie más.  Porque yo también te quiero.  Creo que te he querido siempre, pero soy tan torpe que no me daba cuenta de ello... hasta esta mañana.   Por vez primera conocí lo que significaba pertenecer a la persona a la que amas más que a tu propia vida.  Como se querían mis padres, como se aman los tuyos a pesar del tiempo que llevan juntos.  Eso es lo que para mi significa el amor, y lo quiero vivir contigo únicamente.  Lo deseo, aquí y ahora.  Sé que  pensarás que soy una lanzada, pero no es así.  He conocido el amor y has sido tú quién me has enseñado y, quiero vivirlo tal y como me dijiste en una ocasión.  Pero has de ser tú, aunque mañana me olvides y lo consideres una anécdota.  Porque tú eres el amor de mi vida, quién ha estado ahí siempre ayudándome, protegiéndome, aunque fuese tan tonta que no me diera cuenta de ello.
— ¿ Estás segura? ¿ Quieres ser mi Liesa ?   Porque yo lo estoy deseando desde hace mucho tiempo, pero debías ser tú quién descubriera tus sentimientos.  ¿ En serio conoces lo que viene después de que te bese y te acaricie?  Quiero que lo conozcas todo. Que no es sólo  besarnos y ya está. Las caricias son recorrer nuestros cuerpos, conocernos a fondo, desearnos hasta la extenuación una y otra vez.  Ser uno del otro en todos los sentidos. Y vivir el momento a tope.  Vivir por y para esa persona con quién te has fundido.  Eso es el amor.  No creas que quienes lo hacen por necesidad física es igual. Esas personas no aman a quien comparte su cama con ellos, simplemente tienen una función para esa persona que les solicita.  No necesariamente tienen que ser prostitutas; te asombraría saber la cantidad de chicas formales que en un determinado momento tienen necesidad de estar con su novio, o con algún amigo.  Porque también las mujeres, aunque no con tanta frecuencia que los hombres, necesitan esa expansión.  Y eso es la Naturaleza del ser humano.
El amor es algo muy distinto; no tiene horarios, ni días,   nada más que amar a esa persona y  unirte a ella, buscando el placer de ambos. Cuidarla y protegerla siempre, porque es su tesoro más valioso.  El hombre necesita tener a una mujer a su lado, y por eso ha de amarla para siempre y no elegir a otra mientras esté con ella.

— ¡Vaya!  Esto si que ha sido una clase de relaciones sexuales de cátedra— dijo asombrada —. Has sido muy claro y no me ha quedado ninguna duda de lo que representa el amor entre un hombre y una mujer. ¿ Sabes qué ? Te amo y deseo que me enseñes en la práctica lo que has dicho en la teoría.
— ¿ Segura que quieres hacerlo?
— Segura. Sólo te ruego que te olvides de la niña que vivió en tu casa y sólo veas a la mujer que se ha hecho adulta y desea conocer el amor.
— ¿ Cuántos años tienes?— la preguntó él—Yo tengo veintisiete.  Eres muy joven.  Creo que no sabes lo que quieres
— Me he hecho mayor muy deprisa.  La vida me obligó a ello.  No quiero obligarte a nada por el hecho de que siempre me has protegido.  Creo que debemos dejarlo para otra ocasión— respondió ella contrariada al ver como sus expectativas se frustraban
— Muy bien. Vayamos al dormitorio ¿Estás segura de lo que quieres.? Te lo repito una vez más: yo te he deseado desde hace mucho.  No es por mí, sino por ti.  Si no es lo que esperas, puede ser frustrante, tanto como bello si se colman tus deseos.
— Yo confío en ti.  Has sido muy sincero y claro conmigo. Yo también lo deseo, solo que seré torpe, pero espero me sepas conducir.

La miró durante unos instantes, pero no dijo nada.  Sólo giró el picaporte y abrió la puerta de la habitación

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