domingo, 29 de julio de 2018

Mi vida en una maleta - Capítulo 22 - Candice en la memoria

Cuando llegaron  de nuevo al hotel, Brendan respiró aliviado.  Algo había ocurrido en aquel despacho que había dejado a su mujer sin palabras.  Ni siquiera le miraba, ni hablaba.  Daba vueltas por la habitación guardando cosas en la maleta ¿ Quería marcharse ?  La experiencia no había sido positiva, pero eso ya lo sabía por habérselo advertido.  Pero no era eso.  Ni siquiera se atrevía a preguntarle;  por fuerza tuvo que extrañarle el encuentro de los dos hombres, ese abrazo sin conocerse; sabía que tenía que contestar a la infinidad de preguntas que le haría, pero ahora lo que deseaba era estar tranquilos, y una vez relajados, la explicaría todo.
Pero Liesa no tenía ninguna gana de hablar.  Aún rumiaba en su cerebro la explicación dada con pelos y señales, luego entonces, no había sido un invento.  Gorrión supo desde el principio quién era ella y por esa razón fue tan explícito en sus comentarios.

— Bastante más explícito que mi propio marido— se dijo, pero a Brendan no le comentó nada

— ¿ Estás más tranquila ?— la preguntó él

Ella se detuvo en lo que estaba haciendo y muy seria le dijo:

— ¿ Crees que debo estar tranquila ?   ¿Le debo a tu amistad con ese señor que no me hayan detenido ?  ¿También en esto ?

— No sé a qué te refieres.  Ignoro lo que te habrá dicho, por eso pienso que tenemos que hablar de ello, pero no ahora.  Dejemos que pasen unos días

— ¿Qué pasen unos días?  ¿ Años quieres decir ? ¿ Insinúas que he de dejar pasar todas las mentiras y omisiones que  he vivido a lo largo de estos años ?

— Pero ¿Qué demonios te ha contado? 

— ¿ Debo llamarte Brendan ó Alan Kline ? ¿ A cuál de los dos he de agradecer que nos llevaras a Inglaterra ?  Agradeceré a Alan toda mi vida la buena acción que hizo con mi madre y conmigo, pero no perdonaré nunca a Brendan el haberme engañado de esta forma tan vil como lo has hecho. Ha sido una tarde muy útil; me he enterado,  por un extraño,  que estabas enamorado de una chica a quién habías embarazado y que sólo la mala suerte rompió ese lazo, ese amor, tu verdadero amor a quién ni siquiera mencionas. Me pregunto si cuando me decías que era lo más importante en tu vida, que era tu amor infinito, que cuando hacíamos el amor, lo hacías conmigo o con Candice 


— ¿Tienes respuesta para ello?   Déjalo, no quiero escucharla porque es tanta la decepción que siento que no quiero oír tu versión, porque llegaría a dudar si sería la verdadera.   No me duele el que te hubieras enamorado de ella:  No me conocías y era lógico que la amases, pero lo que me duele es que lo hayas ocultado y además que ibais a tener un hijo. Confiaba en tí.  Te confié mis secretos más íntimos porque solamente te tenía a ti y me enamoraste y me casé contigo y te amé desde la primera vez que te vi, pero ahora pienso que cuando me abrazas, no es a mi a quién lo haces, sino a ella. Soy la pieza que no encaja en tu rompecabezas.   Ahora está todo claro para mi.  No confiabas en mi , nunca lo has hecho. En realidad no encajo en ninguna parte ni aquí ni en tu país.  Y tampoco contigo. Todo cuanto poseo y soy, está dentro de una vieja maleta de cartón. No tengo a penas pasado, pero tampoco futuro, al menos a tu lado.  Lo nuestro no puede continuar; nunca más creeré en ti por mucho que me jures que me necesitas.  No necesitas más que pensar en ella, en ese amor roto por la guerra y no en mi¿ Se lo contaste al menos a tus padres?

— No ellos no saben nada.  Ocurrió al poco tiempo de morir James.  No quería incrementar su pena.

 —Quiero volver a Inglaterra cuanto antes.  No voy a vivir contigo. No deseo explicaciones.  Pienso que tus motivos habrás tenido para ocultar la verdad durante todos estos años.  Me has hecho daño, porque ni siquiera en los momentos de intimidad, confiaste en mi.  Está bien, es tu vida y puedes hacer con ella lo que quieras, pero yo también haré lo mismo.

— Por Dios, Liesa estás sacando las cosas de quicio.  Naturalmente que la amé y a ese niño que estaba en camino.  Y estuve a punto de volverme loco de dolor.  Pero te cruzaste tú como una compensación a tanta pérdida y en cuanto te vi, volví a sentir algo profundo, y las esperanzas renovadas volvieron a mi vida y me enamoré de ti locamente.  Nos casamos  y te sigo amando. Cada vez que estamos juntos sé que eres tú, mi esposa, mi amor , mi timón, mi esperanza y mi futuro.  Candice fue una ilusión  y que si no hubiera ocurrido aquello horrible, posiblemente no nos hubiéramos conocido tu y yo.
 Pero cuando pasó el tiempo y las heridas comenzaban a cerrarse, tu ya estabas en mi vida, en mi casa, con mis padres y eras de nuevo una luz que se abría ante mis ojos.  Es cierto tardé en regresar con una excusa pueril, pero aún me sangraba el alma y no sólo por ella, también por James.  Necesitaba sosegarme para comenzar de nuevo una vida.  Y la quise contigo desde el principio;   y traté de olvidarte porque no me parecía justo para Candice pero no pude evitarlo y volví a enterrarla a ella y resurgir de nuevo en tí.  Cuando por primera vez te hice el amor, no lo hacía con ella, sino con una dulce niña llamada Liesa.  Y así ha sido desde el principio hasta hoy.
Referente al nombre, es lo  de menos.  Era un nombre en clave que ahora ya no tiene objeto, pero entonces aún nos lo prohibían.  Nunca pensé que fuera motivo de una discusión.

— ¿ Y porqué él sabe tanto de vosotros, de tus correrías, y yo no ?

— Porque él era el padre de Candice. Busque refugio en él y me ayudó a superarlo.  Me ayudó con vuestra tramitación.  Y aunque ahora las cosas estén complicadas en ambos bandos, siempre hemos tenido algún contacto.  Pero no sabía que me había casado contigo, con aquella chiquilla a la que traje a mi casa por ayudar a un compañero de lucha y a la que acabo de perder.

— Dices bien: me has perdido.  Pero no creo que eso te duela mas que las otras pérdidas.  Quiero que nos separemos, al menos durante una temporada.  Tengo que asimilar todo lo que ha ocurrido en el día de hoy

— Pero no puedes hacerlo. Vamos a tener un hijo

— Te avisaré cuando nazca.  Nunca te prohibiré que le veas cuando quieras, pero ahora necesito estar sola y digerir todos estos años de ocultamientos y secretos.  No podría estar contigo sabiendo lo que sé.. Ya no tengo confianza en tí, y eso es fatal para un matrimonio. No soy neurótica, simplemente te entregué lo mejor de mi y me he visto superada por todo esto.  He de dejar que pase el tiempo. Tengo una sensación de vacío, de estorbar en todas partes, aquí, allí... No sé dónde ir, ni qué hacer.  Me siento huérfana de nuevo.

— Por favor, por favor.  No destruyas lo hermoso de nuestro amor. Cuando supe que estabas detenida, creí morirme de angustia, no por ella, sino por tí, porque aunque no lo creas te quiero más que a nadie.  No sabía lo que había ocurrido y suceden cosas muy serias ahora, aquí, que tu ignoras,  que son graves.

— No he sido yo quién lo ha destruido. Te sigo queriendo y te querré toda mi vida, pero he de hacerme a la idea. Fui una inocente al creer que sería la primera y única mujer en tu vida, porque otra clase de mujeres no contaban, pero ella y yo, si.  Porque no puedo evitar el pensar que me comparas constantemente, y que cuando estabas en la cama conmigo comparases mentalmente  con ella.  Tiene que pasar tiempo ¿ Por qué me lo ocultaste? Si no lo hubieras hecho, esta conversación no tendría lugar.  Lo hubiera entendido, pero este secreto es señal de que todavía tus heridas no se han cerrado, que las quieres para tí solo, y que yo no entro en ellas. Que la sigues amando y no siento celos de ella, pobrecilla que fue una víctima, pero sí de tí. De todo lo que dijiste ocultando que tu verdadero amor no era yo.  Sé que te hubiera perdonado si lo hubieras contado cuando comenzamos nuestra relación, pero ahora, no te creo.  Y  ahora no quiero seguir dando vueltas sobre lo mismo.  Quiero regresar a casa y cuanto antes mejor.

No hay comentarios:

Publicar un comentario