martes, 12 de julio de 2022

Rumor de mar y lluvia en Connemara - Capítulo 35 - Dos hermanas

 

        

               Capítulo 35 – Dos hermanas


 Y llegaron frente al local en el que habían quedado citados y, efectivamente, desde lejos se veía la silueta de Amy, quizás algo cabizbaja mirando al frente a algo indeterminado. Tenía las manos encima de la pequeña mesa y frente a ella un vaso grande con al parecer sería un refresco sin tocar. ¿Qué pensaría su cabeza en esos instantes? Seguramente lo que todos imaginaban. ¿Cuánto tiempo había pasado desde que se despidieran para acudir a la cita con los abuelos? ¡Más de tres horas! Daba la impresión de que no se había movido de la postura que adquiriera a su llegada a esa cafetería.

A Kwan se le agarrotaba el corazón por momentos. Nunca antes la había vista tan sola, tan desamparada y con el rostro tan contraído como estaba ahora. ¿Qué pensaría? Seguramente lo más alejado de lo que en realidad estaba ocurriendo. Porque el paso que había dado su padre era digno de tenerlo en cuenta. Iba a dar una explicación a esa muchacha que le había hecho el regalo más grande sin conocerlos: su nieta mayor, de la que ya se sentía orgulloso sin saber apenas nada de ella.

La miraban de una forma especial, pero cada uno de ellos diferente: Kwan y Aileen con lástima y admiración, el abuelo con expectación, analizándola a marchas forzadas porque iba a tener con ella la conversación más delicada y difícil de toda su vida. Al mismo tiempo le inundaba no sabía muy bien si lástima o ternura, porque de pronto la vio joven y, mucho más joven que sería años atrás y la valentía que tuvo al enfrentarse ella sola a esa situación desconocida para ella totalmente.

No le extrañaba la forma de ser de su nieta. Había formado a una joven fuerte y sana de carácter, afrontando las cosas en su justa medida. Se necesitaba mucha fuerza interior para abordar temas tan delicados como los que ellas dos tenían. Ya no era tiempo de reprocharse nada, pero sí de tenerlo en cuenta para otra ocasión que, esperaba no se diera nunca más. Se volvió a su hijo y nieta y les dijo:

—Esperad un momento. He de hablar con ella a solas. Es aquella muchacha ¿verdad? Inconfundible con el color de su cabello

   -Papa, ¿no crees que sería mejor…?

   -☺No lo sé Kwan, pero he de hablar con ella a solas. Después te haré una seña y será tu turno.

Kwan sonrió aceptando porque comprendió perfectamente la actitud de su padre y la buena situación que se plantearía entre ambos. Porque a los dos conocía bien y sabía que, si su padre se había dado cuenta del error que cometieron con su boda, había llegado el momento de cambiar y, la única manera de arreglo, sería analizar junto a ella la situación y tratar de volver atrás en el tiempo rectificando el error y facilitando que al fin su hijo y esa muchacha encontraran su punto de encuentro. Sin olvidar que aún había otra brecha abierta: su otra nieta.

Debían ser los padres quienes intervinieran ya que era un asunto que solamente a ellos competía. Y no sería fácil, sobre todo para la chiquilla. Confiaba que el saber que tenía otra hermana sería beneficioso, pero a largo plazo, porque el choque emocional que iba a producirse sería grande.

De repente una oleada de ternura se agarró a su garganta. No lo hubiera deseado nunca si se hubiera dado cuenta del daño que proporcionó a estas criaturas inocentes que ahora tenía frente a él, unas y otra con el pensamiento.

Se irguió tragó saliva y avanzó decidido unos pasos hasta llegar frente a Amy que, sorprendida al no esperarle, pegó un ligero respingo. Era la primera vez que se vieran, ya que ella le conocía de oídas por Kwan, y le había imaginado probablemente mayor de lo que en realidad era.

Indudablemente tenía el mismo aire señorial que su hijo, aunque imaginó que físicamente se parecería más a la madre que, imaginó bella. Giró la cabeza entorno suyo para tratar de localizar, entre las personas a Kwan y a su hija, pero sólo le vio a él. ¿Dónde estaba Aileen?  De momento se asustó, pero la sonrisa de él y el rostro relajado del señor que tenía delante, la tranquilizaron.

Ella recordando la etiqueta de ellos, se levantó enseguida de la silla e inclinó su cabeza en señal de respeto. Algo que gustó al que sería sin duda, no tardando mucho, su suegro.

Pero hasta llegar a eso, aún tenían mucho camino que recorrer, ya que tenían que contar con otras dos personas más: su nuera y su otra nieta. ¿Qué diría la primera y qué la segunda?

De una lo sabrían pronto, puesto que Kwan quería resolverlo cuanto antes, pero su nieta tardaría más ya que deberían decírselo en persona, al menos Kwan así lo había decidido y era lo correcto. Sabía lo doloroso que sería para todos el dar esa noticia tan inesperada, pero debía ser de esa manera. Posiblemente Kwan hiciera ese viaje al mismo tiempo que su nieta y Amy de regreso a Irlanda. Pero también estaba Young Mi ¿Cómo reaccionaría al enterarse de todo? Tenía claro que se posicionaría del lado de su hijo. Porque en verdad que había sido un matrimonio bastante arbitrario y obligado. Tampoco sería fácil hablar con sus consuegros, pero ellos le importaban bastante menos, tanto si se enfadaban como si se contentaban.

Se miraron uno al otro. Ella con cortedad, él con un halo de ternura en su cara y en su mirada. Pensó en cuestión de segundos que aquel rostro que estaba mirando había sido elegido por su hijo y truncado por él. Y ahí volvían los dos luchando por el amor que frustró él mismo. Tendió su mano al tiempo que Amy extendía la suya.

Ese trivial y común gestó la tranquilizó un poco. Esperaba a Kwan y Aileen, pero ni por lo más remoto al padre ¿Qué quería? Nada tenía que reprocharla, no se lo permitiría. Ahora no tenía por qué callar nada. Ya todos sabían la situación así que de repente, el nexo de unión que tuvieran se había roto definitivamente y cada uno de ellos elegiría su camino, al igual que Aileen. Pero la conversación era amable, sin reproches, sin preguntas sin inconveniencias, como dos amigos que se encontraran para tomar un café, hasta que, al fin, se decidió a pedirla excusas y en su defensa argumentó que nunca supo acerca de la relación tan profunda que tenía su hijo con ella y las consecuencias posteriores.

   Señor, Kwan tampoco lo sabía. Intenté contactar con él, pero fue imposible, así que, pasado el tiempo, decidí encarar la situación yo sola.

   ¿Por qué no pudiste hablar con él o con alguno de nosotros?

   Es muy complicado. Lo traté, pero alguien me lo prohibió, después de la boda y de mi alumbramiento, ya nada tenía arreglo, así que opté por tratar de olvidar el tema. Pero no me di cuenta que, a quién tenía que rendir cuentas era a mi propia hija. Cuando llegó la edad, sostuvimos una conversación profunda y en ella volqué toda la emoción retenida durante tantos años. Así que decidimos que conociera a su padre y después que fuera lo que Dios quisiera.

   Bien. Eso ya lo sé. Pero ¿Fue Kwan quién te prohibió contactar con él?

— No señor. Nunca llegue a hablar con él hasta ahora. Fue la que sería su esposa.

   No estaba enterado de todo esto. Ya sé que son costumbres ancestrales, si se quiere, pero no tenía ni idea de que estabas embarazada, de lo contrario no estaríamos hablando de esto.

   Me enteré cuando llegué a Irlanda. Pero bendigo al cielo por la hija que tenemos.

   Buenas gracias has de darle, pues es alguien impresionante. Y tú tuviste mucha mano en todo ello. Mi mujer nos aguarda impaciente. Se han hecho buenas amigas ¿Sabes? Y lo cierto es que estamos bastante solos, así que nos vendrá bien savia nueva, ya que Suni está lejos.

¡Suni! Todos la habían mantenido al margen y era tan protagonista como Aileen. De repente una ola de ternura inundo al anciano. Sus dos nietas eran quienes habían recibido el mayor de los castigos. Una por ignorancia y la otra por desconocer quién era su progenitor. Les habían negado lo más importante en la vida de una persona de dónde vienen, porque en parte eso les conducirán hasta donde debían ir. Hubiera querido intervenir en ese asunto, puesto que ambos abuelos, de común acuerdo, habían sido quienes trazaron los planes de boda de sus hijos, pero ahora, esos hijos habidos desde entonces tenían unos padres y debían ser ellos quienes lo solucionasen de una vez.

Para ello, Kwan debía hablar cuanto antes con Young Mi y ponerse de acuerdo, siquiera por una vez en la explicación que debieran dar a su hija. Cuanto antes mejor; terminar de una vez por todas con esta pesadilla y, normalizar sus vidas. Trataría de, al menos ganarse a una de sus nietas: Aileen, la más parecida en carácter a ellos, puesto que además estaba de vacaciones. Tenían la necesidad de conocerla más a fondo, de que se encariñase con sus abuelos y ellos concederla todas las atenciones de que la privaron durante su niñez.

Convencería a sus padres para que la dejasen, siquiera una semana o dos. Conocía bien a su mujer, y supo de inmediato que, con la explicación de la muchacha, ella la había aceptado en el acto.  Lo discutiría con sus padres. Y después, él mismo la llevaría hasta Irlanda para que conociera a su hermana, después de haberla notificado la separación de sus padres. Eso sería lo mejor para todos, principalmente para ellos que, esta vez lo hizo egoístamente. Necesitaba tener cerca a esa jovencita para resarcirse de tantos años de abandono.

 Se sentía satisfecho del resultado obtenido. A todas luces habían salido ganando; contaban con un miembro más en su familia, además alguien muy valioso para ellos, ya que la jovencita no mostró en ningún momento, sentirse abrumada por la presencia de los abuelos, muy al contrario, siempre que podía les mostraba su apoyo, en cierto modo no culpándoles de lo ocurrido, ya que eran otras costumbres y otros tiempos. En la mente de la jovencita, había otra cara, otra persona de la que nada sabía, pero que llevaba su misma sangre y por tanto, al ser mayor que ella, se sentiría responsable de su reacción. Para ello pidió permiso a su padre para acompañarle a la visita que la haría en el internado en Dublín. Seguro que se sentiría más relajada viendo a otra persona más o menos de su edad, y además hermana, en esa noticia tan trascendental que tenían que comunicarla.

Para Aileen era toda una incógnita otra más, que debería ayudar a solventar por interés propio. Le vendría bien tener una hermana.


RESERVADOS DERECHOS DE AUTOR / COPYRIGHT

Autora: 1996rosafermu / rosaf9494quer

Edición: Julio 2022

Fotografía: Internet

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