martes, 24 de septiembre de 2019

El orden y La Ley - Capítulo 36 - Y último- Todo llega y todo pasa

La noche no terminaba nunca, pero le tranquilizaba que no hubiese noticias; era buena señal.  Y pasó ese día y dos más.  James no se movió del hospital, tan sólo para ir a cambiarse de ropa, pero al fin recibió la noticia más esperada: estaban controlados y la trasladarían a planta a media mañana.  Se desplomó en un sillón de la sala de espera aliviado por las noticias que había estado esperando desde hacía tres días.  Al parecer su hijo no había sufrido daños gracias a la rápida intervención con la madre, cuyas heridas  llevaban su curso sin problema.


Deseaba verla, abrazarla y decirla cuanto  amaba a los dos, porque también el bebe le preocupaba.  Aparentemente estaba todo normal, pero era tan sólo un feto.  ¿ Y si a causa de esto el bebe tuviera alguna mal formación o secuela? ¿ Podría soportar su impaciencia hasta que le hicieran una ecografía ?  Y mentalmente fijo su mirada en el espacio infinito y dijo " no lo permitas,  son inocentes ".  Ante ella disimularía lo que pudiera para no angustiarla, pero pasaría por un infierno hasta conocer algo positivo.

Y al cabo de una semana, Rose recibió el alta casi curada de sus heridas, y feliz porque James le había anunciado que iban a ser padres y todo estaba perfectamente, aunque esto último sólo lo dijo para que estuviese tranquila. Y sonrió al ver la cara de asombro que puso Rose cuando se lo anunció.  Como había supuesto el médico  no lo sabía, no era ocultación sino ignorancia.

Recordaba como en una neblina todo lo que aconteció aquella mañana.  James no lo sabía, sólo lo que le dijeron sus compañeros policías.  Fue su compañero quién, a ambos, completó la historia, para que rodas las piezas encajasen.

-Al ver que Rose entraba en la casa, y yo  dentro del coche patrulla, comuniqué a nuestro  jefe lo que ocurría

- Jefe, temo por ella.  No me fio; aquí pasa algo muy raro.  No hemos averiguado nada, pero uno de los guarda espaldas la ha metido al interior ya hace rato
- No te muevas de allí. Vamos a buscarte.  Enciende el localizador.  Salimos de inmediato. Iremos en silencio, así que tu tampoco te descubras; debe tratarse de algún narco y es muy posible que tenga gente dentro armada hasta los dientes


Y en poco menos de veinte minutos, estaban actuando, asaltaron  y detuvieron  a los habitantes de la mansión.  Mientras unos agentes se hacían cargo de Rose, otros registraban la casa y  al pie del helicóptero  atraparon a Chiquito Cienfuegos y a cuatro de sus secuaces.

La casa fue puesta patas arriba, encontrando una habitación camuflada en la que guardaban droga y gran cantidad de dinero


- Van a tener unos cuantos años a la sombra - dijo el comisario-. Buen trabajo chicos

Lo que ignoraba el comisario es que Cienfuegos estaba fichado por la policía desde hacía muchos años y en  paradero desconocido.  Los cargos iban a ser muy graves y no se libraría esta vez de entrar en prisión.


James fue informado de la operación  y supo que al fin Chiquito  y el habitante misterioso de esa casa, eran las mismas personas. Hablaría con la 47 y con Frederick.  Que fueran ellos quienes re abrieran el caso y lo llevaran a prisión para toda su vida.
Fue Frederick como fiscal quién solicitó llevar ese caso y puesto que había sido en Westway y una agente de la 47, unirían sus fuerzas y si el juez lo autorizaba, el juicio se celebraría en aquella localidad y con Rose presente.

Y por fin ya estaba en casa, y aunque  algo debilitada, entre todos la cuidarían y volvería a tener el vigor que siempre tuvo.  James informó a todos que de nuevo iban a ser padres y todos aplaudieron, ya libres de la preocupación por lo sucedido.  Aunque entre ellos no comentaban nada, ambos esposos estaban preocupados  por lo que el suceso hubiera repercutido en el bebe, pero la ecografía no recogía nada anormal, por lo que al fin respiraron aliviados.  Había sido una gran noticia que ambos se ocultaban mutuamente ante el temor de una complicación, pero su hijo venía perfectamente y sin fallo alguno.  No quisieron saber su sexo por expreso deseo de los esposos

- Da igual el sexo que tenga.  Será muy bien recibido- comentó James

Ada estaba loca de contenta pensando que iba a tener un hermano o hermana. Alguien a quién ella cuidaría y  querría mucho.  Y  sus vidas transcurrieron con la normalidad acostumbrada. Y totalmente recuperada de las heridas volvieron a sentarse en el porche, a tomarse de las manos y a decirse sin palabras, sólo con la mirada lo que se querían y necesitaban. Que Rose se dedicaría de pleno a cuidar de su familia, abandonando  la idea de ser policía


- ¿ Sabes James ?  En los breves instantes que transcurrieron antes de ser herida, sentí que tenías razón.  Que no podía ser tener una familia y someterla a la tortura de que pudiera pasar algo como lo que sucedió.  Comprendí lo que tú sentías y lamento profundamente no haberlo comprendido antes.  Puse en peligro la vida de nuestro hijo, aunque en mi descargo diré que no sabía que estaba embarazada.  Dirás ¿ cómo es posible? ya tenías una hija... Y no te faltaría razón, pero es que con Ada tuve unos síntomas y con James ninguno

- ¿ James ?¿ Ya sabes lo que va a ser ? - la dijo él sonriente
 -No, no lo sé, pero quiero y deseo que sea chico porque tu también lo deseas.  Además una madre lo sabe
- No seas presumida.  No tienes ni idea - Y ambos rieron  felices sin soltarse de las manos

El rancho estaba revolucionado.  Nadie había ido a trabajar ese día:  la señora estaba de parto.  Zulma los reunió a todos en la sala y les sirvió lo que cada uno de ellos quisiera tomar.  La espera sería larga y los muchachos estaban nerviosos.  Los hermanos Livingston, los que más.  Nadie tenía interés por ver televisión, que estaba puesta, pero con el volumen bajado. Todos alrededor de la mesa que portaba el teléfono aguardando la llamada que no se producía. Hacían horas que habían salido del rancho a toda prisa pero seguramente quién llegase a este mundo quería hacer una entrada triunfal. Y así fue:  había nacido James  Donovan Patton.  Un muchachote fuerte y llorando a pleno pulmón.
Sus padres emocionados no sabían si llorar o reír.  Todo había salido bien.  Todo estaba bien y eran inmensamente felices.

 El teléfono sonaba insistente en la sala y todos guardaron silencio expectantes.  Fue Zulma la que recibió la noticia que abrazaba a Ada que no la quitaba la vista de encima. Todos guardaban silencio;  cuando cortó dijo:

- Ha sido niño - Y una explosión de júbilo estremeció los cimientos del rancho Patton

                                                              F   I   N

Autora:  1996rosafermu
Edición:  Julio de 2019
Ilustraciones: - Internet ( a quién correspondan )
Publicación:  Septiembre de 2019
DERECHOS DE AUTOR RESERVADOS

El orden y la Ley - Capítulo 35 . En lugar equivocado

La sagacidad de Rose la hizo fijarse en dos coches negros, con los cristales tintados, que estaban aparcados junto a la acera en su lugar correspondiente para ello en el bar llamado Cheers Boys.  Normalmente iba la gente joven y algún que otro viajero de paso.  Pero ya les había visto en repetidas ocasiones y eso la extrañó.  Y ese día decidió averiguar por qué lo hacían.  No se trataba de algún viajero perdido, puesto que se repetían las visitas a Westway dos veces en semana.  Su olfato policial, la indicaba que algo extraño hacían y ese día decidió  comprobarlo.


Metida en el coche patrulla, aguardaba pacientemente y observaba sin pestañear las idas y venidas de aquellos personajes.  Eran dos hombres, altos, corpulentos , no llegando a los cuarenta años uno,   pasando de ellos el otro. Trajeados con ropa oscura e impoluta; siempre igual, la misma rutina, el mismo comportamiento sin explicación aparente, y eso, precisamente fue lo que hizo que fijara su atención sobre ellos.
No la extrañó el primer día que los vio, al pensar que serían personas que pasaban por allí a descansar. Pero eso mismo se repitió tres días después, y entonces llamó su atención:  en ese bar se cocía algo y lo averiguaría.  Lo comentó con su compañero que también se extrañaba de ello.  Abrió el interfono y comunicó a su jefe lo que estaban observando, al tiempo que le anunciaban que tratarían de averiguar hacia donde se encaminaban.

Decidida entro en el bar con la excusa de beber agua, y de esta forma retener en su memoria.más de cerca, los rostros de aquellos desconocidos.  Miraba a uno y otro lado, observando de reojo a los extraños hombres de gris.  Hablaban como en un susurro, lejos de las conversaciones en voz más alta con que se suele hablar en esos sitios. Se demoraban en salir, y ella no escuchaba casi nada y el vaso de agua estaba vacío.  Con el fin de demorar la espera, pidió que la sirvieran un café, algo que tomaría lentamente para dilatar el tiempo.  Y de repente abonaron la consumición que hubieran hecho y salieron tras comprobar sus relojes. Rose hizo lo mismo y rápidamente se introdujo en el coche patrulla .  Estaba claro que tramaban algo y que estaban sincronizando sus relojes. ¿ Esperarían a alguien y éste no llegaba? ¿ Por qué tanta sincronía ?

- Ve detrás de ellos y mientras te explico. No les pierdas, pero tampoco hagas alguna maniobra que nos delate.  La próxima vez traeré mi coche y vendré sin uniforme. - Le dijo a su compañero

 Procedió a informar a su jefe de lo que estaban haciendo, y así seguirían,  dejando el micrófono abierto para que supieran lo que ocurría. Y les siguieron a cierta distancia hasta el final del pueblo.  Después tomaron una carretera que terminaba a las puertas de una gran mansión en mitad de una arboleda.  No sabían que allí estuviera aquella gran casa.  Teclearon algo en la verja de la entrada, y la misma se abrió.  Ellos permanecieron lejos de su vista, pero cada vez estaban más reafirmados  en que aquello no pintaba bien. Esperaron y esperaron y nada ni nadie volvió a salir, y Rose decidió "tirarse a la piscina" de una vez.  Iría hasta la casa y llamaría con cualquier pretexto, ya se le ocurriría algo.
Y así lo hizo. Una voz con acento extranjero la respondió

- ¿ Qué quiere ?
- Perdone señor, me he quedado tirada y he venido caminando hasta encontrar alguna casa en donde me permitieran llamar para que vengan a recogerme. No sé donde estoy. ¿ Podría dejarme entrar para llamar por teléfono?

Siguió un silencio sin respuesta. Ya iba a regresar al coche, cuando un chirriar de la verja al abrirse la hizo retroceder.  Ante ella una avenida muy cuidada a cuyos lados había árboles y setos. Pensó que quién viviera allí no sería ningún pordiosero. Al final del camino se abrió una inmensa puerta de madera, imponente,  y en el dintel de ella, una figura de hombre, con su traje gris, en la que reconoció a uno de los sujetos del pub.


- ¿ La conozco ? - la dijo el hombre
-Me temo que sí. Esta mañana en el pub en Cheers
-¿ Es usted policía?
- Si así quiere llamarlo... Voy en una patrulla revisando las carreteras. Este pueblo es muy tranquilo y no tenemos ninguna complicación, así que mi trabajo es ir por las carreteras  para que nadie corra por ellas a velocidades no permitidas.- Rose había tenido buenos reflejos y supo reaccionar con naturalidad al hombre de gris
- ¿ Que es lo que quiere?
-Pues llamar a la oficina del sheriff y que alguien venga a recogerme, pero no conocía este lugar, así que no sé cómo indicar donde estoy
- Tendrá que darme la pistola. Aquí no queremos armas.- respondió el hombre

El guarda espaldas la miraba sonriente sin creer ni una sola palabra de lo que estaba diciendo, pero decidió seguirle el juego, hasta que se abrió una puerta y apareció en ella otra figura de hombre, algo más bajo que el anterior y más o menos de la edad de Rose

- ¿ Dónde vive señorita...? la dijo con algo de ironía en su voz
- A las afueras de Westway
- Y su nombre ¿ es ?
- Me llamo Rose, señor.  Y ahora si me permite, he de llamar, por favor
- Desde luego, pero antes permítame obsequiarla con una copa.  Viene poca gente por aquí, así que cuando lo hace alguien tan bonita como usted, es un premio de la lotería.  Venga acompáñeme -e indicándola con el brazo  se dirigieron hacia otra estancia anexa
- Señor se lo agradezco, pero estoy de servicio, mi turno hace rato que debiera haber terminado y me echarán de menos en comisaría. Dejémoslo para otra ocasión
- Sólo un momento, lo justo para tomar una copa. Después la dejaré ir.  ¿ Sabe una cosa? yo viví hace tiempo en Westway, por eso elegí este lugar para asentarme.  Fue en un rancho y allí fuí feliz

 No podía ser verdad. ¿ La estaba tendiendo una trampa ? ¿ Acaso era por hacerse la inocente ? Y si fuera así significaría que harían algo más con ella.  Y comenzó a ponerse nerviosa y a  acordarse  de James y de Ada.  Había sido demasiado ingenua como para creer que todo iba a ser tan sencillo. Y trató de no perder el control al darse cuenta de que estaba delante del mismísimo Chiquito Cienfuegos, que ahora tenía otro nombre. Tragó saliva y apretó los puños cuando él, lentamente se aproximó a ella.



-¿ Sabe una cosa ? yo la conocí . Si, si a usted, no se extrañe de ello. Nunca la había visto hasta este momento, pero sí escuché mucho hablar de usted Por cierto, ¿ cómo es que no está en Nueva York?  Su padre era un buen hombre, pero me vi obligado a irme de allí. No tuve más remedio
- ¿ Por eso se cambió de nombre? ¿ Por eso nos dejó a las puertas de la ruina? Usted ha sido responsable, en gran medida de la muerte de mi padre
- Si, ya me enteré, pero no es cierto, aunque lo lamento, pero no fui responsable de su enfermedad.  Pues como la iba diciendo... ah si.  Yo era muy joven y usted estaba muy idealizada por los pèones del rancho, pero ni siquiera vi una fotografía suya, sólo las alabanzas de usted, e irremediablemente me sentí atraído. La policía pisaba mis talones y tuve que salir por patas. Y ya ve lo que son las cosas, ahora está aquí, así que ...

A Rose no le gustaba nada el cariz que estaban tomando las cosas.  Leía entre dientes lo que aquel sinvergüenza pretendía, y ella estaba sola y sin armas.  En un lugar perdido del mundo y sin nadie que pudiera ayudarla.  Lo que James había sentido la noche de la discusión era un presentimiento de lo que iba a ocurrir.  Sabía que no saldría de allí viva, ya que de hacerlo le denunciaría de inmediato.  Supo que sus horas estaban contadas, y mentalmente pidió a su padre que la ayudase  con Ada y James, a los que estaba segura jamás volvería a ver.  Miraba nerviosa a un lado y a otro de la habitación, buscando algo con lo que poder defenderse si la atacara, y no lo encontraba, pero él cada vez estaba más cerca de ella y en su cara marcada una sonrisa nada esperanzadora.
Lo tenía todo perdido, pero no estaría pasiva. Pensó en su marido y su hija y con decisión agarró una botella de cristal tallado que tenía al lado y la estampó en la cabeza de Chiquito, que por un momento, desprevenido, hizo que se tambalease, al tiempo que de su frente brotaba  sangre.
Al oir el ruido la puerta se abrió bruscamente dando paso al guarda espaldas que la había conducido hasta allí.  Al ver a su jefe sangrando y a punto de caer al suelo, sin pensarlo más, desenfundó la pistola disparando contra Rose, que al ver el movimiento del hombre, en un acto reflejo se protegió como pudo, pero no evitó que cayera herida
Todo ocurrió muy deprisa, no podía respirar bien y escuchaba las voces alteradas como muy lejanas. Antes de perder el conocimiento, vislumbró una silueta con uniforme  y escuchó disparos.  Después ya no supo más


James recibió la noticia e inmediatamente  salió rumbo al hospital.  Sus peores augurios estaban aquí. Dijo a Zulma que se encargara de la niña y descompuesto y alterado se puso al volante de su coche.  La noticia corrió por el rancho como reguero de pólvora y Trevor le hizo señas para que parara:  le acompañaría.  No le dejaría solo en estos momentos tan cruciales.  La policía que fue a notificarles lo ocurrido, nada les dijo, ya que en esos momentos la estaban operando.  Durante el tiempo que tardaron en llegar, ninguno de los dos hombres habló por el camino. Se temían lo peor, y James no quería ni pensar si ella le faltase,  lo que sería de él y de su hija.  No podría vivir sin ella.  Desde hacía mucho lo había presentido, por eso tenía tanto empeño en que ella no fuese policía. Lo presintió cuando la vió y aunque tardó tiempo en cumplirse, había llegado, estaba ocurriendo y no sabía lo que pasaba en ese quirófano.
Nadie les decía nada. De vez en cuando llamaba a Zulma para informarla y que a su vez ella, transmitiese las novedades a todos.  nadie trabajaba y todos guardaban silencio, quizás esperando lo peor.

¿ Cuánto tiempo había transcurrido dos, tres, cuatro horas? o quizá cinco minutos.  James no lo sabía, había perdido la noción del tiempo.  No cesaba de pasear delante de la puerta del quirófano.  La desesperación se agrandaba más en su pecho y la crispación que sentía era inmensa.  Al fin, la puerta se abrió.  Ansioso miró el rostro del médico.   Según le viera, así sería la noticia que les daría

- ¿ Es usted el esposo de Rose Patton?
- Si. Por favor dígame algo
- Su mujer ha sido operada y podemos decir que ha vuelto a nacer. La bala rebotó en su brazo pero penetró en el pecho.  Posiblemente el gesto que hiciera para protegerse desviase la bala para que no llegase hasta el pulmón.  La herida por tanto no reviste gravedad, aunque deberá guardar reposo.  Lo que más nos preocupa es el feto.  Es demasiado pequeño y no sabemos si habrán consecuencias.  Está de muy poco tiempo, pero ahí está.  La dejaremos en la UCI para controlar todo el proceso.  Posiblemente el embarazo siga adelante, pero hemos de tomar todas las precauciones posibles para que el  bebe siga viviendo normalmente


Estaba a punto de derrumbarse:  estaba embarazada y no había dicho nada.

- ¿ Está seguro ?  No me había dicho nada- le dijo al médico asombrado
-Es muy posible que ni ella lo supiera; era muy poco tiempo y creería que era un retraso. 
No había tenido otra experiencia, en que se pudiera malograr su hijo, porque Ada vino sin complicaciones. La emoción era fuerte, los nervios muchos,  y la tensión máxima.  Apoyó su cara en la pared y se derrumbó rompiendo a llorar.  Trevor no sabía cómo consolarle, porque él mismo estaba deshecho.

Cuando se hubo calmado, llamó a Zulma y la explicó todo lo ocurrido.  La buena mujer no dijo nada, solo lloró quedamente.
No quisieron  apartarse de Rose, y permanecieron en la sala del ante quirófano. No habían vuelto a tener noticias, y aunque les intranquilizara,  sería signo positivo  A las siete de la mañana, con el cambio de turno, un médico les dijo que la noche la había pasado bien y que referente al bebe no había signos de aborto.
Al fin pudo relajarse un poco y respiró aliviado. Pudo verla a través de un cristal.  Estaba dormida y tranquila, un poco pálida y la máquina que controlaba sus constantes vitales, emitía el pitido con normalidad. Pero tenía otra preocupación añadida:  su hijo.  Había deseado tener otro hijo y lo habían conseguido , pero ¿en qué condiciones?

- No lo  piense  señor - le dijo  Trevor para tratar de animarle.  Pero era muy difícil tranquilizarse en una situación como la que estaban viviendo.

lunes, 23 de septiembre de 2019

El orden y la Ley - Capítulo 34 - Sentimientos intensos

Ya llevaba más de seis meses como sheriff sin que nada ni nadie alterase el panorama, por lo que James poco a poco, se fue tranquilizando. Esa noche estaba especialmente eufórico y contento, y lo cierto no sabía a qué atribuirlo porque nada había cambiado entre ellos. Pero debió ser el hecho cotidiano de ver cómo Rose  se desvestía para meterse en la cama. Lo había hecho siempre estando él presente, era su marido, conocía perfectamente su cuerpo y la había visto desnuda en repetidas ocasiones, aunque lo cierto es que el final siempre había sido el mismo: su unión conyugal. Le excitaba verla, ver su cuerpo bien  formado y sentía la misma pasión que cuando la vio por primera vez.  La euforia de ese primer momento era el  que sentía aquella noche y algo debió  notar ella, porque también la transmitía ese deseo.  Y, ambos impacientes, no lo demoraron más. Y él  constantemente la decía cuánto la amaba y ella le premiaba besándole como nunca había hecho.  ¿Sería el cambio de luna? Posiblemente, pero ellos sólo sabían que deseaban estar juntos por siempre
perteneciéndose mutuamente. Y se les fue el santo al cielo, y la noche transcurría y ellos no interrumpían su estado de euforia, nada más que para tomar aliento

- ¡ Qué noche tan extraña ! - dijo Rose mientras se levantaba- Se me está haciendo tarde
- No vayas hoy- la pidió él - Podemos seguir con lo nuestro.  No me importaría estar todo el día haciéndote el amor
- Dudo mucho de que pudiéramos aguantarlo. replicó ella riendo a carcajadas-.  En serio he de irme, pero mañana  no trabajo así que  resérvate para luego

Quién diría que, aunque había pasado el tiempò seguían con tan buena forma´.  Nunca imaginó que resultara una vida familiar plena, él,  que siempre creyó que jamás se uniría a alguien para toda la vida.  Y de refilón recordó a Claire y lo distinta que eran esas dos mujeres en la cama.  Sonrió satisfecho admirando a Rose, que ya salía por la puerta para desayunar.
  Y la vio partir y él se dirigió a su despacho, quería tenerlo todo listo para tener el día siguiente libre, sólo para ella.  Harían lo que ella quisiera y cuando quisiera. Tenía plena devoción por su mujer y ese sentimiento tan intenso, a veces le daba miedo.  Necesitaban otro hijo. Uno del que disfrutaran ambos a un tiempo, y aunque no  por tener esa ilusión Ada, dejaría de estar siempre presente en su vida.  Tuvieran los hijos que fuesen, ella siempre estaría en un lugar preferente.  Le habían arrebatado,  sin quererlo,  siete años de su vida.  Las cosas habían surgido así; nadie tenía la culpa pero él la sentía más cercana para compensarla de algún modo su ausencia.

La maravillosa actitud de los niños, que ven las cosas a su inocente manera, que con confianza plena aceptan las explicaciones que les den los mayores, y aman y gozan en todo momento,  intensamente del regalo de amor que se les hace como compensación.


Y Ada no fue una excepción  y juntos ambos, su padre y su madre, con las manos unidas, la explicaron lo mejor que pudieron la ausencia paterna durante tanto tiempo.  Y la niña les escucho atentamente, y al terminar la explicación, se lanzó impetuosa al cuello del padre y abrazando a su madre.  Se miraron emocionados cuando la niña salió corriendo a seguir con sus juegos.  Entonces James abrazando a su esposa, la dijo

- Gracias por esta hija increíble que me has dado.  Por cómo la educaste, con el alma limpia sin rencores por las ausencias.  Siempre te estaré agradecido por ello.  La has educado en el amor y no en la desilusión-.  Se abrazaron.  El mal trago que tanto temían, había pasado ya.

¿ Qué le pasaba hoy que estaba tan romántico y a la vez tan sensible  ¿ Sería por la noche tan especial pasada con Rose?Habían tenido muchas noches tan tórridas como esa, y sin embargo nunca se había vuelto tan melancólico.  Decidió aparcar sus reflexiones y entró en el despacho en donde le aguardaban los hermanos Livingston.


Deseaban plantearle algo que se les había ocurrido, y si daba el visto bueno planear concienzudamente lo que tenían en mente.

- Verá señor, se nos ha ocurrido hacer indagaciones por el pueblo.  En la inmobiliaria porque ese casoplón que el hombre misterioso compró, me huele mal. Seguramente no será el individuo que nos ocupa, pero creo que si no es  y se mueve en los mismos círculos,  algún criado podría darnos alguna pista. Seguramente no será sólo en un día lo que,  vayamos o no,  a descubrir.  tendrán que vernos más veces, sobre todo en el pueblo.  Formar parte de las tertulias de los vecinos, de sus partidas de cartas, . integrarnos con ellos y darles como pretexto que venimos buscando trabajo  Que cojan confianza con nosotros.  Creo que es nuestra última oportunidad, porque ya no se me ocurren más cosas ni donde investigar

- Es una buena idea. Dejad todo lo que estéis haciendo aquí y dedicaos de pleno a esas pesquisas.
Lamentaría profundamente que no sacásemos nada en limpio.  Se lo debo a mi mujer y a mi suegro. No reparéis en gastos si tenéis que hospedaros en algún hotel porque así lo creáis más oportuno.  Y sobre todo no perdáis de vista a los esbirros de esa casa, pero no hagáis nada . Si veis algo sospechoso, llamadme de inmediato y yo hablaré con la policía, y sobre todo tened mucho cuidado con lo que habláis con mi mujer. Se enterará, de eso estoy seguro, pero cuanto menos y, más tarde, mejor.  No quiero que esté nerviosa ni preocupada.
- No se preocupe. Lo haremos lo mejor que sepamos.  Estaremos en contacto.


Prepararon un pequeño equipaje y en su coche, partieron rumbo a Westway y si fuera necesario irían hasta Laredo o a El Paso, a ver si allí tuvieran mejor suerte, puesto que el tal Chiquito, presuntamente había vivido allí.
Y ejecutaron el plan que tenían previsto, pero al ser desconocidos, les costaba mucho trabajo entablar cualquier tipo de amistad con los vecinos. Y pasaron bastantes días, hasta que al fin uno de los contertulios con el que jugaban a cartas, les insinuó que a quién buscaban era oriundo de El Paso.  Los hermanos se miraron sin decir nada, pero ya sabían lo que tenían que hacer: viajar hasta allí, ir a la hemeroteca y buscar si había alguna publicación en los periódicos de aquellas fechas.  Era muy probable que así fuera, puesto que habían habido dos muertos, detenidos y algunos huidos que buscaron denodadamente, entonces.  Pero con el paso del tiempo se fue olvidando hasta quedarse enterrado entre los papeles de un escritorio de la policía.
Y encontraron los datos,  pero eran los mismos que la policía les facilitara en su día.  Todo había sido inútil.  No habían adelantado nada en absoluto.
Descorazonados regresaron a Westway y con el consabido disgusto se lo comunicaron a James, que dándoles una palmada en el hombro, restó importancia al hecho, ya que sabían desde el principio que era poco menos que imposible  averiguarlo, ya que carecían de datos.  Tendrían que darse por vencidos definitivamente.

Y pasaron los días, pero la sensación extraña que James sentía, no desaparecía, ni el miedo tampoco.  Sin embargo nada hacía que lo sintiera;  todo estaba tranquilo y Rose, seguía con el mismo trabajo que se le había encomendado.  Hacía unas tres semanas que habían tenido aquel memorable fin de semana, sería bueno repetirlo de nuevo, a pesar de que  ellos , precisamente,  no carecían de pasión y la sentían siempre que deseaban.



El orden y la Ley - Capítulo 33 - La sheriff

¿Y que fue de la vida de nuestros protagonistas ?  El rancho progresó grandemente bajo la dirección  del matrimonio. No tenían deudas, los obreros permanecían con ellos y  también los hermanos Livingston.  Habían recibido pagas extras  al terminar la siembra y la cosecha, además de haberles subido el sueldo.  Trevor y  Morgan, trabajaban en el despacho junto a James y también tenían un salario, lo que les había permitido tomar un apartamento en el que vivieran cómodamente.  Eso hacía que ellos se sintieran que eran"normales", y para nada recordaban su vida en las calles de Nueva York, y aún conservaban su sagacidad.    Todos estaban  contentos y se esforzaran más por el trabajo.  Ada crecía normalmente y era inseparable de su padre y el padre de ella; la consentía todo lo que  hiciera,  algo que molestaba a Rose por malcriarla, pero James, convencía a su mujer  con un argumento contundente


-Déjalo, mujer. Estuve siete años sin tenerla, ahora he de resarcirme - Y ante estas palabras Rose le sonreía y le regalaba una caricia y un beso
- Pero hay que poner unas normas, James. Te entiendo, pero no quiero que sea una niña mimada y caprichosa
- Lo sé Rose, lo sé, pero déjame, al menos por una temporada.

 James sabía que algo se estaba cociendo en la cabecita de su mujer, pero lo que fuera, no se atrevía a decírselo, así que fue él quién tomó la iniciativa. Era el final del día.  La tarea ya había concluido y era el tiempo de ellos dos.  La sentó sobre sus rodillas, y besando su rostro, la miró a los ojos y la preguntó por lo que estaba pensando y no se atrevía a contar

- Dime mujer ¿ qué te ocurre? Porque sé que algo estás tramando y los secretos entre nosotros no me gustan, ya lo sabes.  Así que dime ¿ qué te pasa?

Ella le miró fijamente dudando, pero al final comenzó a hablar. De todas maneras nada podía ocultar a su marido; sabía en todo momento lo que ella pensaba antes de decírselo, pero en esta ocasión ni siquiera imaginaba lo que estaba ideando

- Hay una vacante en la comisaría de la ciudad y quiero solicitar esa plaza
- ¿ He oído bien ?
-Si, James.  Aquí prácticamente no tengo nada que hacer.  Serían unas horas, y además el puesto no es el de inspectora, sería un ayudante para revisar el tráfico en las carreteras y a veces en la ciudad,.  Nada que entrañe riesgos
- Ni hablar. Tendrías que llevar un arma  y eso, en sí, ya es un riesgo. Definitivamente no.


No quería seguir escuchándola.  Había peleado siempre con ella por el mismo tema, y ahora que creía haberlo conseguido, sale con esas, que sigue fijo en su cabeza.  Sólo de pensarlo, se le ponía la piel de gallina. Era algo que no podía superarlo a pesar del tiempo.
Ella daba vueltas por la habitación y James sabía que estaba furiosa y no sabía como rebatirle, y se mordía la lengua porque no quería armar un escándalo ni discutir con él.Se paró en seco  y le dijo
- Pues que sepas que voy a hacerlo. Es absurda esa idea que tienes de que me va a pasar algo. Esto no es Nueva York, a penas hay delincuencia. ¡ Por Dios santo, es para vigilar una carretera y parar el tráfico cuando los niños pasen ! ¿ Te parece eso peligroso ?  Eres un neurótico recalcitrante. Pero que sepas que con tu consentimiento o sin él, lo haré
- Ni se te ocurra ¿ me oyes?  Ni se te ocurra

Se levantó del sillón en el que estaba sentado, y salió de la habitación con cara de pocos amigos. Rose era testaruda y sabía que se lo había tomado a la tremenda sin razón.  James se había dirigido a su despacho sin darla siquiera las buenas noches. Ella subió a su dormitorio y se metió en la cama. Pero las horas pasaban y James no subía.  Cuando el sueño la rindió, se quedó dormida esperándole,  James subió muy de madrugada. La vió como dormía tranquila y dándola un beso en la mejilla sigilosamente a modo de buenas noches,   la dio la espalda, algo que no había sucedido nunca desde que eran marido y mujer.  Quería que se enterara que estaba enfadado, a ver si así entraba en razón

Rose buscaba con su brazo el pecho de James, pero sólo encontró su espalda.   Se acurrucó en ella y  extendió su abrazo sobre él.  Ese simple gesto, adormilada, hizo que James se volviera para mirarla.  Estaba visto que por mucho que se enfadara, ella siempre conseguía  desarmarle y hacer que cediera en sus pretensiones, no sin antes hacer valer sus temores.  Finalmente,  la beso y la abrazó con fuerza atrayéndola hacia él y sonriendo débilmente.  Ella también lo hizo y le besó en la mejilla. Había quedado claro que a regañadientes, daba su consentimiento.


Y en el desayuno, él se mostraba más silencioso de lo normal y sus respuestas eran más escuetas de lo que acostumbraba.  No podía evitarlo; algo tenía en su interior que le intranquilizaba.
 Y la miraba de soslayo y la veía tan contenta e ilusionada, que poco a poco fueron olvidados sus temores.  Tenía razón, si es que su labor sería la que había dicho
 Se puso un traje de chaqueta y pantalón de color marrón y zapato plano, el cabello recogido en una coleta y sin a penas maquillaje .  Estaba preciosa., y en la mirada un brillo muy especial.  Era como si fuera la primera vez que solicitaba un trabajo, y posiblemente así se sintiera ella, aunque estaba en plena forma a pesar de hacer tiempo en el que ya no era policía.  Pero seguía conservando sus inquietudes.  Suspiró hondamente con resignación y pensó

- ¡ Dios mio las mujeres ! Hacen de nosotros lo que quieren y el caso es que sin  ellas estamos perdidos. Sólo hace falta un pestañeo de sus ojos para que nos volvamos de gelatina.  Y me  gusta la influencia que ejerce sobre mi, y me doy cuenta, de que antes de conocerla no tenía nada, sólo artificio,  y ella me hace inmensamente feliz, con su entrega y amor incondicionales.   Ya no sabría qué hacer sin ella y sin mi niña.. Esa pequeña mujercita, que a nada que me descuide me traerá por la calle de la amargura espantando a los moscones que tendrá a su alrededor.  Por difícil que nos pareció al principio, al final hemos conseguido formar una familia increíble,  Vivimos en un magnífico lugar y nos rodeamos de gente maravillosa.  Pero,  a veces tengo miedo de tanta felicidad.  Me da miedo., mucho.  Y no puedo evitarlo


Movió su cabeza  como para ahuyentar los pensamientos que al final de sus reflexiones se habían vuelto algo pesimistas.  El ruido de unas pisadas rápidas, le hizo volver a la realidad.  Era ella que con su cartera parecía una ejecutiva más que una inspectora de policía en excedencia y posiblemente sheriff de carreteras y de escuelas.  Pero temía que en cuanto conocieran su valía, su destino fuese otro y a la vez más arriesgado, y eso es lo que le hacía preocuparse y evitar alegrarse del contento de su mujer.

Mientras tanto ni James, ni los hermanos Livingston, habían olvidado el tema de Chiquito, pero las pesquisas se complicaban una y otra vez, así que decidieron explorar sobre el terreno. Irían a la ciudad. Hablarían con el banco aún a sabiendas que no le dirían nada, entraría en los bares a ver si conseguían alguna pista por vaga que fuera.   Cada día que regresaban a casa sin nada, era un disgusto para los tres,.  Tenían orden expresa de James, de que Rose no se enterara de nada hasta haber agotado todas los recursos.

Y Rose regresó a casa con su nombramiento bajo el brazo.  Comenzaría al día siguiente por la mañana revisando el estado de las carreteras.  Tenían que prepararlas en condiciones para cuando llegasen las lluvias y el mal tiempo.


El orden y la Ley - Capítulo 32 - Cienfuegos

Ante una inmobiliaria en Laredo, aparcó un coche de super lujo, de esos que se ven pocos por el mundo.  De él descendió un hombre trajeado de color gris oscuro, corpulento y de unos cuarenta años de edad.  Rápidamente se trasladó a la parte de atrás y abrió otra puerta de la que descendió otro,  vestido  de sport elegantemente y  un poco más joven que el anterior.  El hombre de gris, en la calle, miraba a uno y otro lado de ella observando quién transitaba cerca de donde estaban aparcados..  El otro entró en la inmobiliaria.  El empleado que allí estaba se quedó boquiabierto, pues  raras veces acudían gentes tan distinguidas a su establecimiento.  Con paso seguro, el caballero se dirigió a una de las  mesas para  que le informaran de algo concreto.  Le hicieron sentar y a continuación expuso lo que venía buscando


- Verá usted- dijo al empleado que muy impostado y sonriente se deshacía para complacerle - Necesito un terreno, o mejor si fuera posible una casa ya construida en mitad del campo, rodeada de árboles y aislada de miradas curiosas.  Ha de tener ciertas dimensiones, es decir que sea amplia con al menos cinco habitaciones completas, un comedor, cocina, salón, piscina.... en fin mas o menos como le describo.  ¿ Sería posible algo así ?
- Desde luego, caballero.  Ha venido al lugar indicado. Deje que le enseñe alguna de ellas

Desplegó un catálogo en el que detallaba minuciosamente el contenido de cada oferta, y además buscó en el ordenador para que lo viera más fielmente.  Y el vendedor no exageró cuando dijo que su establecimiento era el mejor en ese campo, porque efectivamente encontró lo que buscaba.
Pero él lo quería ver in situ, de modo que en un todo terreno  y seguido por el comprador en su coche, se perdieron por la calle principal, rumbo a ese oasis de paz que deseaba adquirir.

Había bastante distancia desde la inmobiliaria hasta donde estaba el terreno.  Tardaron en llegar más de media hora, pero efectivamente, la casa  estaba rodeada de arboles y tenia una valla alta con madreselvas que impedían vislumbrar su interior.  Estuvieron dentro más de una hora y el comprador y su acompañante tomaban medidas y cuchicheaban bajito para que el vendedor no escuchara  lo que hablaban algo que no sería posible, ya que iban de habitación en habitación y el buen hombre permanecía a la entrada de la mansión

Al fin aparecieron en donde estaba y por el rostro del adinerado comprador, supo que esa comisión ya la tenía en su bolsillo. Denotaba satisfacción.  Ahora sólo quedaba volver a la inmobiliaria y formalizar la compra

- Necesito tenerla lista de inmediato - es todo lo que dijo al cierre de la operación.  Extendió un cheque por la totalidad de la venta, y tras recoger las llaves volvieron a su coche silenciosamente como habían llegado.

Una semana más tarde, una hilera de camiones paraban a la entrada de la mansión. Su propietario aún tardaría una semana en llegar, pero para entonces, debía estar todo en su punto.  Y lo estuvo, y llegó secretamente encerrándose en el interior de esa monumental vivienda.  Nadie le vió llegar, nadie vio su rostro.  Por el lugar corrían rumores de que era un alto personaje de la política y deseaba privacidad . Todo especulaciones, porque en realidad, ni siquiera el empleado de la inmobiliaria le había vuelto a ver.. Sólo vieron a unos obreros dirigirse a la mansión, y en su parte trasera, allanar un terrero y construir una pista de aterrizaje para un helicóptero, aparato que permaneció anclado allí a la espera de que su dueño hiciese uso de él.  Pero hasta las más curiosos del lugar se olvidaron de ello transcurridas unas semanas Seguían sin conocer al extraño personaje.

Un día comenzaron a llegar varios coches lujosos que atravesaban la ciudad a gran velocidad y tomaban la dirección de la mansión.

-Será una fiesta - pensaron los hombres que jugaban a cartas en el bar que estaba pegado a la carretera por la que pasaban raudos.. Seguía sin despejarse el misterio y así sería durante mucho, mucho tiempo.  El helicóptero no se había movido de allí, pero al cabo de cuatro días, los coches que pasaron por el pueblo, hacían el recorrido inverso, señal que lo que fuera a lo que habían venido, había terminado.  Y de nuevo la tranquilidad y la curiosidad se instaló en aquella parte  del planeta.

Trevor Livingston estaba en una cafetería cuando presenció el desfile de coches que se dirigían al rancho.  Por la experiencia que él tenía de andar por la calle, supo que aquello no era normal y que tenía un "tufo" de no ser muy legal.  Todos los días iba a la salida del pueblo que estaba cerca de la carretera que conducía a la mansión

-Si han entrado tendrán que salir por mucha fiesta que allí tengan.

Y día tras día se integraba en la tertulia de los ancianos que seguían con sus partidas de cartas o de dominó.  Pero por mucho que preguntaba, nadie sabía darle razón de ello.  Y por su cuenta empezó a hacer averiguaciones, comenzando por la inmobiliaria, en donde haciéndose valer como detective y,  dado que el empleado era poco avispado, consiguió el nombre del propietario:  Fernando Martínez.  Como esperaba, en el banco no quisieron darle ningún dato, por lo que optó por hablar con James a ver qué podrían hacer

- Ve a El paso y en la hemeroteca recaba toda la información que se haya publicado sobre un suceso ocurrido  hará unos diez años aproximadamente.  Tuvieron que reseñarlo puesto que hubieron muertos y huidos.  No sé porqué me parece que algo tiene que ver con la mansión.  Ese secretismo y aislamiento...  Pero no creo que fuera tan torpe de volver a una zona en donde pueda ser reconocido, pero seguramente su ego se niega a ver las cosas claras.  No hables con nadie de todo esto.  Hemos de andar con mucho cuidado, es un sujeto peligroso


Siguiendo las instrucciones que les habían dado, los hermanos fueron al día siguiente hasta El Paso.  Allí Tratarían de hablar con algún vecino que viviera por aquella época , o amigos, o la propia familia si aún allí vivieran.  Nadie sabía nada o al menos decían que no lo sabían. En vista del fracaso se dirigieron al ayuntamiento de la ciudad y allí estuvieron toda la mañana en la hemeroteca viendo las noticias de los periódicos de aquellas fechas, y cuando ya iban a rendirse, pudieron dar con la noticia.  Algunas notas de prensa, contenían fotografías de algunos de ellos, de los fallecidos y otra  de uno de los huidos.  Sacaron una foto de él con el móvil, y ávidamente buscaron su nombre:   Fernando Martínez, alias Chiquito Cienfuegos.  Bien, ya tenían algún indicio y el presentimiento de  que en aquella mansión se escondía alguno de ellos.  Dieron un paseo alrededor del banco y por otros establecimientos más exclusivos, por si acaso aparecía, al menos alguno de los guardaespaldas.  Pero sería demasiada suerte si eso ocurriera, y al no ser así, optaron por regresar al rancho y darle los datos a James.

- Tengo el presentimiento que allí hay algo que quieren ocultar , pero  con tanta ostentación, van a conseguir todo lo contrario y serán el punto de mira de todos, al menos el nuestro lo es desde este mismo momento.  No debéis hablar con nadie de esto, ni siquiera con mi mujer, querría intervenir y aún es pronto.  No tenemos más que sospechas y hay que andar con pies de plomo.  A quién buscamos se hacía llamar Chiquito Cienfuegos, y aunque sabemos que podría ser un nombre falso, no estamos seguros que se trate de la misma persona que vive en la mansión.  Me pondré en contacto con Nueva York, a ver si los antiguos compañeros de mi mujer pueden ampliarme la noticia. Buen trabajo chicos, y ya sabéis:  de esto nada de nada a nadie.
- Entendido, jefe.- respondieron ellos


domingo, 22 de septiembre de 2019

El orden y la Ley - Capítulo 31 - Dime que me quieres

Y tomándola del brazo la hizo entrar de nuevo. Rose no sabía qué hacer. Ya se lo había dicho todo ¿Qué más quería ? Era una tortura lo que estaba viviendo y todo se acumulaba:  la tensión vivida, la dureza con que la hablaba, la acusación que la hacía como si ella hubiera querido ocultar a su hija, todo, y no tenía ganas ni fuerzas para seguir la corriente.  Quiso salir corriendo huir de allí, pero él estaba junto a la puerta mirándola fijamente, con esa  mirada que la taladraba, y no hablaba, no decía nada. Y se ahogaba por contener el llanto que pugnaba por salir de sus ojos, y no pudo más.  Se tapó el rostro con las manos y comenzó a llorar.  No quería hacerlo delante de él  ¿ era eso lo que buscaba, torturarla para que  purgase su culpa ? ¿ Qué culpa, la de haberle dado un hijo ? Y oculta como tenía la cara entre sus manos, no vió que él avanzaba hacia ella y rodeándola con sus brazos, hundió su la cara  en su cabello besándolo



- Por favor no llores, eso no lo resisto. Perdóname, me ha pillado de sorpresa.  Lo último que quisiera es hacerte daño y te lo estoy haciendo.  Ambos hemos cometido errores, los dos.  Pero posiblemente yo tenga más culpa que tú, porque es cierto,  me fui sin decir nada y no sólo eso, sino que pasados unos meses de mi partida me casé con alguien a la que creí querer, pero al poco tiempo ambos nos dimos cuenta que sólo fue una nube de verano.   Te  eché  de menos cada segundo del día. Nuestra vida en pareja se fue apagando poco a poco y sólo nos unía la misma cama, literalmente hablando, pero nada más. Terminó la complicidad, la intimidad y cundió el desamor.  Al principio nos engañamos nosotros mismos, pensando que vivíamos algo para toda la vida.  Después ella se enamoró de otro hombre.  Presentí lo que había ocurrido, pero lejos de montar en cólera, me dio igual y ni siquiera se lo comenté.  Entonces decidimos dar por terminado nuestro matrimonio.  Me sentí libre y en quién primero pensé fue en tí y decidí venir a buscarte, confesarte todo y tratar de retomar nuestras vidas.  Cuando vi a la niña, se me hundió el suelo.  Había pensado que posiblemente estuvieras casada y rodeada de hijos, y al ver a Ada, todo se confirmó, hasta ahora, en  que  hemos hablado claramente  por primera vez después de tanto tiempo.  Te sigo queriendo, nunca he dejado de hacerlo, pero necesito saber que tú también me quieres.  Lo necesito ahora porque no estoy seguro de resistir más tensión

Ella levantó su rostro que había mantenido oculto contra su pecho. Por sus mejillas caían las lágrimas y él dulcemente  las secó con su mano y con besos.  Ella se dejaba hacer,  mirándole, y no necesitó más respuestas:  ella también le amaba.  El resto vino por sí solo; eran dos enamorados que se amaban pese a todo y contra todo. No importaban las circunstancias que les habían llevado hasta allí, pero habían llegado,  luchando contra todas las tempestades de su alma y de su corazón.  Estaban juntos, eso era lo que importaba.


Uno al lado del otro con sus manos juntas  mirando al techo, quizás sumidos en sus pensamientos, guardaban silencio. Acababan de ser un mismo cuerpo, pero a diferencia de otras veces, ahora ya no importaba, pasase lo que pasase, siempre estarían ahí.  James se puso de lado frente a ella y acariciando su rostro la dijo

- Quiero saber cómo fue todo. Desde el mismo instante que supiste que estabas embarazada. Cómo fue tu embarazo, como fue el parto.  Si estuviste sola.  Todo,   y con todo detalle.  Deseo vivirlo ahora  aunque sea con la imaginación.  Ella se arrebujó en su pecho y comenzó a narrar desde  el momento mismo en que las pruebas dieron positivo.  El entornaba los ojos y no decía nada, pero su cara estaba serena y hasta sonreía débilmente.  Quería  vivir con la imaginación lo que escuchaba.  Y de esa forma tan sencilla y dulce comenzó a querer a su hija, a esa niña que sólo había visto un instante, como si fuera una ráfaga de aire.  Rose alzó su mano hasta la cara de él, y entonces sintió que unas débiles lágrimas corrían por sus mejillas.

Y ella no dijo nada, sólo le miraba.  Sabía que estaba emocionado y su cabeza debía asimilar todo lo que acababa de saber.  Ambos debían darse un tiempo hasta que todo se normalizara. Rose se dio cuenta que quizás en un par de días él tendría que regresar a Nueva York y retomar su vida en donde la había dejado no hacía muchas horas.


Volverían a separarse y de nuevo la incertidumbre de no saber cuándo se volverían a ver.  Ignoraba que James hacía muchos días, cuando consiguió el divorcio y supo que ella estaba en el rancho, había pensado en una solución. Todo menos alejarse de nuevo.  No la dijo nada, pero  presintiendo que ella lo pensaba , se le adelantó y comenzó a explicarla sus proyectos

Regresaría a Nueva York, al bufete en el que trabajaba, dejaría todo en orden y diría adiós definitivamente. Si ella lo aceptaba, trabajarían los dos en el rancho:  ella en la parte comercial y él en el financiero, de este modo estarían juntos todas las horas del día.  Sabía que ella lo rechazaría, no porque no lo desease, sino porque estaba convencida que para James el despacho de abogados era su vida, pero se equivocaba.  Tendría una labor más importante y gratificante que sacar las castañas del fuego a los muy ricos que no sabían lo que hacer con su dinero. A partir de ahora tomaría las riendas de su familia y se dedicaría por entero a su hija y a su mujer.  No desperdiciaría ni un sólo instante.  Y al exponer sus planes, ella aceptó a regañadientes
- Me siento mal.  Yo no quise renunciar a mi trabajo, y ahora lo harás tu.
- No cielo.  Es lo que quiero y deseo. Además puedo montar un despacho en la ciudad; recuerda que ya tuve uno en mi primera renuncia.  Quiero ver crecer a mi hija a todos los que sin duda vendrán.  A mi regreso de Nueva York nos casaremos y lo celebraremos en nuestra casa, en el rancho  e invitaremos a todos tus vecinos, que serán lo míos también.  A nuestros empleados, y a todo el mundo. Estoy contento y feliz, muy contento y muy feliz.  Y te quiero y adoro a Ada, a la que tendremos que informar de quién soy.  Hemos sufrido, pero nos aguardan días de felicidad y juntos iremos adelante con nuestras vidas.


Y se casaron y entre todos arreglaron el rancho para la ocasión e invitaron a todos los vecinos y empleados con sus familias y Frederick y su compañero en la comisaría, fueron sus testigos .  Ada portó los anillos y no se separaba de su padre.  Y como habían planeado,  los dos llevaban las riendas del rancho y en Westway instaló un pequeño bufete en el que empleó a los hermanos  Livingston para que siguieran con sus pesquisas.  Por mucho que Rose insistió no consiguió que James diera carpetazo al asunto del robo

- Se lo debo a Thomas y sabe Dios que haré todo lo posible por conseguirlo así tarde cien años

 Y en su hogar reinaba la alegría, pero sobre todo el amor.. Era la pareja más popular de los alrededores y todos apreciaban los consejos legales que les daba James a aquellos que le solicitaban alguna duda en leyes. Además del bufete y la administración del rancho, fue nombrado presidente de la cooperativa con mayoría absoluta.  Parecía mucho volumen de trabajo por lo que Rose le daba alguna monserga de vez en cuando, pero tenía tiempo y energía para todo

- Tu me das las energías - solía decir a su mujer mientras la abrazaba y su hija  se les reunía.  Nunca pensó que un hogar era eso,lo que él tenía allí en aquel lugar apartado del mundo.  Una vida sencilla, sin complicaciones pero en el que todos se ayudaban y querían. Respiró hondo satisfecho besando a su mujer, porque sin ella nada de eso tendría lugar

El orden y la Ley - Capítulo 30 - Las cuentas claras

Rose vio alejarse el coche con preocupación y ansiedad. Había sido seca y dura en su tratamiento, ni siquiera había dejado que se explicara, porque algún motivo debía tener para que al cabo de los años regresara en son de paz. ¿ Fue tan grave  el problema que tuvieron,  para ser su respuesta tan drástica? Y recordó los momentos amargos que pasó en aquel entonces, sobre todo cuando murió su padre, lo sola que estaba y que se sentía.  A su memoria vinieron sus palabras  cuando tramitaban la hipoteca del rancho

- Deja que te ayude.  Deseo protegerte. No quiero recibir una llamada por la noche diciéndome que te han herido.  No lo soportaría...


¿ Qué  fue de él durante esa larga ausencia ? ¿ La seguiría queriendo ? ¿ Cómo reaccionaría cuando le dijese que Ada era hija suya ?  Demasiadas preguntas.  No entró en su casa, sino que comenzó a dar vueltas por el porche sin saber qué hacer.¡  Si al menos tuviera a alguien en que pudiera volcar esas preocupaciones y la ayudara a despejarlas!  Y pensó en Zulma.   Ella la conocía desde que nació y siempre estuvo a su lado y sus consejos siempre la hicieron bien. ¿ Debía hablar con ella?  Y sin pensarlo más entró al interior de la casa y fue en su búsqueda.  La encontró en la cocina preparando la comida.  Al verla entrar la dijo:

-Pensé que se quedarían a comer. Pero se ve que han venido de paso ¿ Ocurre algo  ?
- Si.  Claro que sí y no sé lo que hacer. Le he echado, no con esas palabras pero se lo he dado a entender. Sé  que tengo que hablar con él, pero ¿ cómo ? ¿ Cómo decirle que tiene una hija ? Y que aún le quiero
- Pues diciéndoselo.  Es así de simple.  Estoy segura que él también te quiere, sólo que no le has permitido hablar, sólo le has abroncado.  No hay más que ver cómo te mira.  Desde siempre.  Ve a su encuentro. Sentaos los dos y hablad todo cuanto tengáis que deciros.  Aclarad vuestras cuentas y vivid en paz.  Niña, la vida es corta como para desperdiciarla en resquemores añejos.  Lo que sea que tengáis, tenéis que aclararlo, no ya por vosotros, sino porque tenéis una hija en común y ella ignora quién es su padre. Has de decírselo a ambos.  Si quieres mi consejo , ve ahora mismo  y búscale
- No sé dónde está
- ¿ Te ha dado su teléfono  no ? Bien, pues llámale y di que tienes que hablar con él urgentemente, ahora mismo si es posible.  Anda, no lo pienses más.  Si regresa a su casa sin haber aclarado nada, te vas a arrepentir toda tu vida.  Hazme caso que estoy de vuelta de casi todo. Desecha el orgullo, los rencores y abraza al amor de tu vida, hazme caso

Llorosa y acongojada por el temor a que él no atendiera su llamada, marcó su teléfono.  Enseguida escuchó su voz rotunda como siempre pero al mismo tiempo algo apagada como con preocupación


- Te has ido muy deprisa y no me has dado tiempo a nada.  He de hablar contigo, es importante
- No me has dejado ni respirar ¿ qué creías que podía hacer?  Tu ya has tomado el rumbo de tu vida que no coincide con el mío, así que pienso dejarte en paz y no te molestaré nunca
- No es eso lo que deseo. ¿ Dónde estás? ¿ Puedo ir a tu hotel y hablamos?  Es urgente
- Me estás preocupando y mucho, pero de acuerdo si es tan urgente lo que has de decirme, está bien.  ¿Vendrás con tu marido ?
-¿ Qué ? ¿ De qué marido me hablas ? Dame la dirección, es largo y he de decírtelo frente a frente.  No es algo que se pueda discutir por teléfono

James le dio la dirección del hotel y ella subió corriendo las escaleras para arreglarse.  El corazón la palpitaba deprisa. Tenía miedo y alegría a un tiempo. Ojalá y todo se arreglara, porque en verdad le necesitaba.  Siempre le había necesitado aunque se creyera muy auto suficiente para caminar ella sola por la vida.

- Me voy - dijo a Zulma nerviosa - He hablado con él y voy a seguir tu consejo. Llegaré tarde;  es muy largo lo que hemos de hablar
- No te preocupes y no tengas prisa.  De Ada me encargo yo. Ven cuando quieras - ,  Lo dijo sonriendo;   presentía que las cosas se arreglarían y necesitaban tiempo

 Llegó al hotel y en recepción pidió que avisaran al señor Donovan.  James no tardó  en bajar a buscarla y lo hizo con el rostro tenso y preocupado ¿ Qué es lo que había pasado para esa reacción de ella ?


- Como te he dicho tenemos que hablar, es urgente porque seguro que regresaras a tu casa pronto y después  no sé si querrás volverme a ver.  Vayamos a un sitio en que nadie nos interrumpa
- Creo,  y si no te importa,  que subamos a mi habitación y allí hablaremos con tranquilidad, porque lo cierto es que me estás preocupando,  y mucho
- Me parece bien. ¿ Y los chicos?
- Ellos tienen su propia habitación.  Podremos hablar con toda libertad
  Además salieron a comer fuera.  No te preocupes, nada ni nadie nos interrumpirá.  ¿ Quieres tomar algo ?
-  Creo que me vendrá bien algo fuerte
-¿ Tan grave es lo que has de decirme?  No te entiendo.  hace mucho que no nos hemos visto, por tanto no será algo que yo haya cometido
- Pues sí, lo es- respondió Rose
-Puedo asegurarte que si he cometido alguna falta, ha sido sin querer.  A propósito nunca te haría daño

Y en ese momento, y sin pensarlo Rose se lo dijo de un tirón.  No soportaba más la angustia y tenía miedo, mucho miedo a la reacción de  el

- La niña que has visto esta tarde, Ada, es tu hija y también mía

James se puso lívido. ¿ Había escuchado bien ? ¿ Cuando ? ¿ Por qué  no lo ha dicho antes ? ¿ A qué juego macabro quiere someterme?

Comenzó a dar vueltas por la habitación pasando su mano por la frente como para despejar un pensamiento.  Rose  estaba expectante esperando alguna palabras de él que no pronunciaba, hasta que con voz alterada y crispada, se paró frente a ella mirándola con dureza y la dijo

- No te conozco ¿ Cuantos años tiene la niña seis, siete? ¿ Me lo dices ahora ? Hubieran cambiado muchas cosas si hubieras hablado cuando debías
- ¿ Que quieres decir ? ¿ Dónde estabas entonces?  Te fuiste  y nunca más volví a saber de tí hasta ahora.  ¿ Crees que ha sido fácil ?  Mi padre  murió y ni él lo sabía. Me vi sola embarazada, y teniendo que hacerme cargo del rancho ¿ De verdad crees que yo busqué esa situación? Lo dejé todo, y es una ironía de la vida porque discutimos precisamente porque no quise renunciar a mi trabajo, y al final lo perdí todo y a tí también. ¿ Qué has hecho en todo este tiempo?  Seguro que solo no has estado lamiendo tus heridas, que según tú te produje.


James no esperaba esa respuesta.  Tenía razón,  no volvió a llamarla ni escribirla y se fue a Boston dejando todo atrás.  Y se casó.  Pero su reproche era porque deseó al casarse tener un hijo, y Claire no se lo dio, Y sin embargo ¡ lo tenia ! además con quién amaba, pero lo ignoraba.  El también había cometido errores, pero los suyos no tenían comparación en gravedad  como el ocultar que era padre.
El seguía sin responder, y ella lo interpretó como que no quería ni verla, ni tener más conversación, pero al menos ya lo sabía.  El resto corría de su cuenta.  Decidió que allí ya no pintaba nada y salió al pasillo en dirección al ascensor.   Antes de llegar a él, una mano fuerte, la agarró del brazo e hizo que se detuviera en seco.

- ¿ A donde crees que vas?  Me das esa noticia y decides que ya has cumplido y todo solucionado ¿ no ? ¿ Que crees que puedo pensar ? Necesito que hablemos detenidamente y ahora. Necesito saber,  conocer todos los detalles, creo que tengo derecho.  Así que vamos,  entra de nuevo en la habitación.  Creo que la noche va a ser larga y muy intensa

El orden y la Ley - Capítulo 29 -Chiquito Cienfuegos

Había nacido en Matamoros, pueblo mejicano fronterizo con Estados Unidos, en el seno de un hogar modesto, en un pueblo siempre atiborrado de gentes que iban y venían a cada lado de la frontera.  Camiones y filas interminables de coches que hacía desear  las islas desiertas.  Era un chico  de  raza  mejicana y  de origen español, y el mayor de cuatro hermanos. Su padre había muerto hacía tiempo y su madre sacaba adelante a su familia como podía. En realidad su nombre era el de Fernando, pero debido a la estatura alcanzada de pequeño, sus amigos le pusieron Chiquito y con ese mote se quedó.

 Era un inconformista que veía con envidia, los grandes coches que cruzaban la frontera derrochando dólares, bebiendo y consumiendo algo que no era precisamente tabaco.
Decidió que todo eso tenía que cambiar.  Estaba harto de miseria y de tener que hurgar en el monedero de su madre buscando unos pesos para pasar con sus amigos la tarde del sábado o del domingo, porque para los dos días no había.
Su pandilla estaba formada, en su mayoría por chicos que vivían más o menos como él, y como él estaban hartos de la situación.  El único trabajo que encontraban era trapicheando alguna cosa de poca monta. 
Uno de sus amigos dio un paso más allá y decidió que los yanquis  no venían a beber, sino a otra cosa que don Rigoberto Espinoza  les facilitaba y con él habló para solicitar su venta.


- Muchacho sólo te conozco de andar merodeando por donde están los míos.  No se quién eres, y esto no es para tomárselo a broma
- Deme una oportunidad no le fallaré

Y no le falló y subió como la espuma hasta casi ser socio de don Rigoberto.   A partir de ese día, tuvo sus propios empleados entre los chicos de la pandilla, entre ellos estaba Chiquito.  Pero el dinero fácil, también se gasta fácilmente  porque se piensa que no va a terminarse nunca, pero resultó que ya estaban fichados , que la policía seguía sus pasos siguiendo el rastro del dinero que gastaban sin sentido,  y en una noche de redada la policía se tuvo que ver con ellos, hiriendo a uno y muriendo otro.  Los demás escaparon y se dispersaron cruzando como pudieron al otro lado de la frontera.

Chiquito estuvo dando tumbos en busca de trabajo y robando fruta o lo que podía,  para poder comer.  Andaba de un lugar a otro.   Unas veces a pie, otras en algún camión que pasase y le llevara hasta otro lugar.  No sabía los días  ni a donde iría a parar.  Cuando ya estaba agotado y exhausto, como si fuera un milagro,  apareció ante él un rancho. Saltó la valla y continuó andando hasta que  se encontrara con alguien y pedirle  trabajo


No sabría lo que tenía que andar.  Aquello era inmenso . Sembrados de cereales a ambos lados del camino, y al fin un prado en donde unos caballos pastaban,  y un poco más retirado, al fin, una casa del rancho y los obreros sentados  tomando su almuerzo. Ya no podía más; estaba hambriento, cansado y deshidratado, y antes de llegar a donde ellos estaban, se desplomó en el suelo.  Corrieron todos a socorrerle y entre dos de ellos le llevaron hasta el galpón para que al menos descansara a la sombra.  Le dieron agua y comida, que devoró ante el asombro de todos.  Muchos de los obreros eran mejicanos, por lo que no tuvo problema al entenderse con ellos en castellano.
Una vez repuesto, les contó su peripecia, disfrazando la realidad y ocultando su verdadero nombre.  No quería tener problemas con la policía si se acercaban por allí

¿ Cómo te llamas ?- le preguntó uno de los braceros
- Chiquito Cienfuegos - respondió. y busco trabajo. En mi país no hay nada.  No tengo familia, así que allí no se me ha perdido nada. Decidí buscarme la vida como pudiera
- Quizás aquí puedan darte algo
- ¿ Con quién he de hablar?  Sé leer y escribir y las cuentas se me dan bien. He ido al colegio y he sido muy aplicado.  Mi padre murió y me dejó tres hermanos menores que yo, que  asuntos sociales se hizo cargo de ellos con la condición de que en cuanto pueda,  volveré a por ellos, me echaré novia y me casaré .  Ellos tendrán un hogar

Y de esta manera Chiquito entró a formar parte del rancho.  Efectivamente era listo y simpático y pronto se ganó la voluntad de todos, principalmente del dueño:  Thomas Patton.  Supo que tenía una hija casadera que estudiaba en Nueva York, así que echó sus cuentas para cuando ella regresase.
El contable del rancho cayó enfermo y hubo de ser hospitalizado.  Era la época de la cosecha y Thomas no daba a basto con las cuentas y el manejo del rancho.  Una mañana en la que estaba muy agobiado, le propuso  que le echara una mano hasta que el contable se repusiera de su enfermedad. Chiquito vio el cielo abierto y se dijo que al fin Dios había sido justo con él

Se hizo cargo de la parte administrativa, de los pedidos y del banco, en una palabra se convirtió en el brazo derecho de Thomas, que depositó toda su confianza en él.  Y pasó el tiempo y el contable no se recuperó y decidió dejar el trabajo y jubilarse aunque fuera antes de tiempo para poder disfrutar de la vida que le quedase.  Y de esta manera, se hizo dueño y señor de la parte más delicada:  el dinero. Trucó las cuentas, anotando más pagos y menos entradas de las debidas y abriendo una cuenta en un banco de El Paso para ingresar lo que se le "escurría entre los dedos".  El resultado, ya lo conocemos


Acudía  los fines de semana a un bar al que solían acudir sus compañeros solteros y allí bebía y disfrutaba de alguna chica .  Pero también escuchaba rumores de que estaba siguiendo la policía el rastro de un narco que había huido y creían que estaba por los alrededores. Estaba seguro que no era a él a quién buscaban, pero por si acaso se dejaría ver poco por allí y el primer día lunes con cualquier pretexto iría a El paso, sacaría el dinero del banco, y de madrugada de ese mismo día saldría de allí, sin dirección pero le daba igual un sitio que otro.  Ya encontraría sitio en el que recalar.  Y así lo hizo borrando cualquier rastro de su presencia por aquellos pagos.
Pasará mucho tiempo para que,  por una casualidad,  volvamos a saber de Chiquito Martínez

El orden y la Ley - Capítulo 28 - Rancho Patton

A medida que se iban acercando,  James se  aferraba más el volante como si ello pudiera hacer que los kilómetros pasasen más aprisa.  Los chicos gritaban a pleno pulmón la música, a veces ratonera, que escuchaban, pero James, lejos de molestarle, era como si no les escuchara sumido en sus propios pensamientos.
 Y a lo lejos de la carretera, allí estaba, impresionante, lleno de flores, tal y como lo recordaba. Con la fachada colonial, igual que entonces, como si nada hubiera cambiado.  Como si la paz que recordaba , hubiera vuelto de golpe a su espíritu.
 Los chicos le miraban sorprendidos al ver que, parado ante la entrada, no se atrevía a llamar.  De pronto la puerta se abrió y Zulma, al verle, ahogo un grito de alegría. Cuántos años, y cuántas cosas habían sucedido desde que él estuviera allí.


- ¡ Señor James ! - exclamó sorprendida al tiempo que le tendía la mano
- Zulma, ¿ tan ceremoniosa ?  Cuando me fui me abrazaste  ¿no vas a hacerlo ahora ?
- ¡ Ay señor, cuántas cosas han pasado desde entonces !
-Si, me enteré del fallecimiento de Thomas, por un amigo de un amigo que coincidió conmigo en Boston.  Lamenté profundamente no  venir.  Lo supe cuando ya habían pasado varios meses.  De todas formas debí venir antes, pero era complicado, y ahora también lo es.  En fin ya tendremos tiempo de charlar con calma. ¿Don....

No dio tiempo a terminar la frase  que preguntaría por Rose.  Una risa infantil se acercaba corriendo y chillando nerviosa. Un torbellino de cabello claro venia llamando a Zulma, y tras ella  alguien corría sofocada y también riendo:  Rose.  James, sorprendido, se  quedó mirando a la niña sin poder pronunciar palabra. Sólo atinó a preguntar

-¿Quién es ? - Zulma supo a quién se refería, pero no debía decir nada, no la correspondía, y le respondió displicente

- Oh, es la hija de Rose que está jugando con ella.

Aquellas palabras retumbaron en su cabeza lo mismo que un mazazo; sus peores augurios acababan de cumplirse.  Estaba casada y era madre de una niña, preciosa.  No pudo decir más, Rose se acercaba con la misma sorpresa en su cara que él debía tener.  La sonrisa se borró en el rostro de ambos, no atinaban a pronunciar palabra, y fue ella la que primero se decidió a hablar

- ¿ Qué haces aquí ? ¿ Acabas de llegar ?
- Si,  y vengo a verte, claro - respondió él
- ¿ Por qué ? ¿ Pasa algo? Creo no tener nada pendiente con la Justicia y la hipoteca casi terminada de pagar, así que no tendiendo

James no sabía qué decir, no podía hacerlo con la verdad de su intención y  se le ocurrió nombrar el contencioso de la estafa.  Rose entonces, miró a los jóvenes que le acompañaban y se dio cuenta de que eran los mismos que habían estado allí  con el mismo asunto, pero no fue eso lo que llamó su atención sino que recordó de qué les conocía: el juicio.


Dirigió de inmediato la mirada hacia James en señal de malestar, pero a penas entreabrió los labios, los volvió a cerrar sin comentar nada.  De manera que lo explicado por los muchachos referente a otro cliente se trataba de James No lo entendía, aparecer ahora, de improviso al cabo del tiempo con esos dos muchachos  ¿por qué,   para qué ? Que ella supiera,  a él no le habían hecho ninguna estafa.  Había avivado viejos sentimientos, y otro nuevo se abría paso rápidamente en su cabeza: Ada.  Tendría que decirle la verdad.  No tendría excusa y además había pasado el tiempo.  Su pretexto sería el ignorar su paradero, pero ahora le tenía allí mismo,. delante de ella. Y observó su rostro que no sonreía, sino que la miraba fijamente con algo de tristeza.
Y entonces bajó de la "nube"; algo debía decir

-No es necesario que indagues más.  He tirado la toalla y además quién más lo agradecería no está aquí para verlo.  Ya no importa
- Si, si importa.  Han habido otras personas  afectadas directa o indirectamente  y no puede quedar impune. Tenía ganas de verte y ahora que estoy libre, vuelvo a Nueva York y creí que debía explicarte algo.
- Tienes razón, hemos de hablar sobre cosas ocurridas durante este tiempo, pero ahora no es el momento oportuno.  Tengo trabajo


- ¿ Es tu hija ?- dijo dirigiéndose a la niña que estaba dristraída con Zulma y los muchachos,  que prudentemente se habían alejado de ellos
- Si, lo es y...  Bueno,  entrad en casa.  Zulma os dirá las habitaciones que debéis ocupar.  Supongo que estaréis cansados
- No te preocupes, tenemos reservas en un hotel en El Paso.  Sólo hemos venido a saludaros.  Ya hablaremos con más calma

Le parecía imposible sentir la frialdad tan extrema por parte de ella.  Claro que lo cierto era que tenía que estar dolida sobre todo por no haberla llamado cuando falleció Thomas, lo que no sabía es que él lo ignoraba, pero ya habría tiempo de aclarar todo.  Regresarían de inmediato a la ciudad, no podía resistir más indiferencia .  Había hecho el viaje en vano, con esperanza e ilusión, pero todo eso había desaparecido de un plumazo  Hizo un gesto con el brazo indicando a los muchachos que se marchaban y los hermanos se miraron extrañados de la visita que estaban haciendo.  Zulma tampoco lo entendía;  creyó que al menos se quedarían a comer, que todo lo hablarían entre ellos y las aguas volverían a su cauce, pero estaba visto que no era así.

Era una situación de lo más extraña.  Estaba enfadada ¿ por qué? ¿ por haber venido a verla ? No sólo por eso;   había aparecido de la nada con una excusa pueril que a todas luces se notaba que era mentira.  Se moría de ganas por correr y abrazarse a su cuello, pero se mostraba tan indiferente como si  solo hicieran cinco minutos que se hubieran separado.  Eso es lo que la dolía, que ni siquiera hubiera hecho intención de abrazarla.  Si así hubiera sido, se lo hubiera perdonado todo.   Le diría" es tu hija" y ahí hubiera terminado  ese tiempo de amarguras e inseguridades, de soledad y tristeza, pero ni siquiera se movió del sitio en el que estaba parado


- ¿ A qué demonios ha venido? ¿ A remover viejas heridas? ¿ Se habrá dado cuenta de mi actitud? ¡ Claro que se ha dado cuenta,! ha sido más que evidente.  No me importa si lo ha hecho; yo también estoy dolida.  Se marchó sin decir nada.  No he sabido nunca qué fue de su vida, así que estamos en paz. Seguro que durante todo este tiempo no ha estado nunca solo,  alguien le habrá hecho compañía, hasta puede que se haya casado.  Pero cuanto más lo pienso menos entiendo este viaje.

James y los hermanos, se introdujeron en el coche.  Antes de eso, se despidieron tan fríamente como habían llegado, excepto Zulma, que sí les abrazó.

- Te dejo mi número de móvil por si tienes que ponerte en contacto conmigo. Estaremos un par de días. Bien, pues hasta la vista.

Arrancó el coche  y se perdió de vista por la carretera.  Ninguno de los tres hablaban  y en el ambiente se notaba algo tenso.  Los hermanos se miraban y entendían que algo extraño había entre ellos porque no tenía explicación ni el viaje, ni el recibimiento dispensado.  Además el rostro de James, había cambiado totalmente.  La había dicho que tenían reservas en un  hotel de El  Paso, y no era cierto. ¿ Significaría  que volverían a casa ?  James no hablaba y ellos no se atrevían a entablar una conversación, ni a preguntar nada.
Llegaron a El Paso y reservó habitaciones  en un hotel.  Los chicos se miraban embobados;  nunca habían estado en un lugar como ese.  Ignoraban lo que ocurríria y si regresarían al día siguiente, pero de lo que estaban seguros es que la experiencia de estos lugares y de este viaje  merecía la pena vivirla.

El orden y la Ley - Capítulo 27 - Ruta de esperanza

Claire formaría parte de la vida de otra persona a partir desde ese mismo día. Recogería su ropa en cualquier ocasión en que James no estuviera,  para que no fuera más violento.  El insistió en que  se quedara con el piso que habían ocupado juntos, pero ella desistió alegando que ya era de él antes de casarse

- Es muy grande para mi solo. Quédate con él - la repitió insistentemente
- No James, estaríamos incómodos.  Además es tuyo y  no te resultaba grande antes ¿ por qué ahora si?  Decididamente no.

Al finalizar la reunión, no pudieron evitar el emocionarse:  sería la última vez que se vieran como matrimonio ya extinguido.


- Eres una buena persona, James.  Busca esa felicidad que te es esquiva y agárrala fuerte. Seguro que dentro de un tiempo lo llenaras de niños, estoy segura.
-Claire, sé feliz y sabes que puedes contar conmigo para lo que necesites.  Hemos sido felices, aunque a ratos y por temporadas.  Pero nos respetamos y a nuestro modo nos quisimos. Cuídate y hasta siempre.

Había un coche esperándola enviado por el que,  tiempo más tarde,  se convertiría en su segundo marido. James de pie en la acera, la vio partir, y exhalando un suspiro, miró al cielo y respiró aliviado.  Ya no tenía obstáculos para emplearse a fondo en la conquista de Rose.  Pero al segundo de haberlo pensado,  se daba cuenta de que pudiera ser que  ella no  estuviera libre ¿ Y si no lo estaba ... ?  Era una mujer muy válida y había pasado mucho tiempo, no sería de extrañar que hubieran conquistado su corazón.  De todas maneras pensaba en llegar hasta el final, no podría vivir con esa duda.  Si acaso no resultara, daría media vuelta y regresaría a casa, sin más.


Decidió llamar a los hermanos  Livingston a ver si tenían algo nuevo que contarle, aunque no estaba muy convencido, porque de lo contrario, ellos  habrían contactado con él..  Y efectivamente así era,  no tenían nada especial que comunicarle.  Les anunció que viajaría al rancho en cuanto solucionase los asuntos pendientes que tenía y partiría hacia Westway ,para bien o para mal.  Aunque ésto último lo pensó para sí.

- Podríamos acompañarle - pidió Trevor- Mientras usted habla con su amiga, nosotros podríamos indagar por el pueblo e ir al banco.  Los tres haríamos más fuerza

James soltó una carcajada.  Estaba contento y todo le parecía bien.  Posiblemente fuera una buena idea la expuesta por el muchacho.
 Una semana más tarde, estaban sentados en el avión que les  conduciría a ¿ la felicidad ? ¿ o a la decepción?

Ya era tarde cuando llegaron a El Paso, así que decidieron hacer noche en un hotel y continuar viaje a la mañana siguiente.  Estaba deseando llegar y al mismo tiempo temblaba de miedo.  Nunca había estado tan inseguro, es decir, la palabra inseguridad no existía en su vocabulario.  Pero  ahora todo era distinto.  Posiblemente si no se hubiera interrumpido su contacto, no tendría tantas dudas. Sería cuestión de horas el poder comprobar si el desplazamiento hasta allí era inútil o daría sus frutos.
 Siguiendo los deseos de sus compañeros, decidieron pasar un rato en la discoteca del hotel, algo que a los jóvenes les llenó de alegría al no estar acostumbrados a "tanto" lujo. James les miraba con curiosidad y admiración; eran unos buenos chicos que no habían tenido facilidades para salir adelante, pero eran muy trabajadores e inteligentes y les gustaba el trato de ellos educado y servicial que tenían.  Estaba decidido a ayudarles y a poder ser retirarles de la calle.

- No les vendría mal un empleo en el bufete donde trabajo aunque fuera para servir café o llevar la correspondencia al correo. Ganarían un sueldo, aunque no muy grande, pero les permitiría comer caliente y en lugar seguro.  Se lo propondré a ellos y al jefe de recursos humanos.



La noche se le hizo interminable, y se levantó muy temprano.  Antes de bajar a cafetería llamó a los Levingston  ya que allí les esperaría. Era una hora prudencial, pero él estaba impaciente por emprender la marcha, pero aguardó a que ellos bajasen, desayunaran y le dieran sus impresiones de la noche pasada en la discoteca.  Se les veía expectantes al no estar acostumbrados a ello.  Y después de tomar su desayuno , alquilaron un coche en el mismo hotel que les conduciría a su destino.  Pusieron la música para que el trayecto se les hiciera más corto, coreando las canciones al ritmo que marcaba la música

sábado, 21 de septiembre de 2019

El orden y la Ley - Capítulo 26 - Algo que no esperaban

La conversación de James con quién fuera, se mantuvo durante un largo rato .  El asunto se complicaba  y tenían que verse personalmente.  Pero algo le roía por dentro y es que el solo hecho de sus confidentes,  hubieran viajado hasta el rancho, le trajo recuerdos muy lejanos en el tiempo, pero cercanos en sus vivencias.  Le recordaron aquellos días y le inquietó lo que de nuevo sentía.  Entonces era libre, todo distinto; ahora estaba casado, aunque muy a su pesar.  Quizá fuera la ocasión de plantear a Claire su separación.  Por lo que él percibía de ella, tampoco estaba muy satisfecha con lo que vivían.  Cada vez su situación como esposos, era más fría y esporádica.  Ya ni siquiera les unía la atracción sexual del principio. No le extrañaría que ella tuviera un amante; era una mujer bella y con labia especial para embaucar a un hombre. Y analizó ese pensamiento y se dio cuenta de que le dejaba indiferente si ello fuese verdad.

- Si - se dijo -. Cuanto antes mejor.  Lo nuestro no va a mejorar, y probablemente el desencuentro vaya a más.  Hablaremos esta misma noche.  Me prepararé para los gritos, porque ella no está interesada en mí emocionalmente, pero sí en la posición  que ocupamos.  Eso si la preocupará.  Seguro que de concederme el divorcio, me sacará todo lo que pueda, pero no me importa, recuperaré mi vida, porque lo que tengo ahora es sólo desgana. Me desplumará seguro, pero tengo mi trabajo, y además el dinero sólo vale para mejorar tu vida, pero si la vida es una ruina, no merece la pena conservarlo.

En el fondo, sintió que se quitaba un gran peso de encima, porque era algo que llevaba mucho tiempo pensándolo.  Al día siguiente tenía que regresar a Nueva York para hablar con su cliente, pero esa misma noche, en cuanto Claire llegara a casa, hablarían largo y tendido.  Lo tenía decidido y así lo haría, sin pesar y con alivio.  Y Claire llegó,  y no muy contenta.  James se dio cuenta de ello, y pensó dejarlo para otro día, pero pensó en el viaje que debía hacer,  y quién sabe si estaría dos o tres días fuera;   quería quitarse ese come come de una vez por todas.  Y así se lo hizo saber.

Ella no se mostró muy sorprendida cuando, al principio de su charla,  dio una explicación de lo que les había llevado hasta la situación que tenían, y lejos de protestar se mostró conforme, algo que  sorprendió a James e hizo que respirara con alivio.  Ignoraba si la indiferencia era motivada por el disgusto que había mostrado a su llegada a la casa, o porque, efectivamente tenía un amante.  Le dio lo mismo, ya no le afectaba,  lo que deseaba era solucionarlo todo de la mejor manera posible.  El que llegasen a esa situación no le restaba  para que James  otorgara a su todavía esposa el  suficiente dinero para que viviera cómodamente como estaba acostumbrada.  A ella le pareció bien y decidieron tramitarlo cuanto antes y ponerse en manos de sus abogados, para que cada uno de ellos tuviera lo que en buena lid les correspondiera. Y al estar de acuerdo con el divorcio, James planteó que según  acordaran al reunirse con sus letrados, con anterioridad, ellos debían hablar con calma y tratar el reparto de gananciales, que él no discutiría si no llegaban a un acuerdo.


 Ella tampoco quería perjudicarle.  le había amado,  aunque sabía desde siempre  que no era ella la que ocupaba su corazón, pero que nunca le faltó como esposo en ningún sentido.  Nunca la dijo nada, ni siquiera se lo insinuó, pero las mujeres conocemos  ciertos detalles.  Es como si tuviéramos un sexto sentido que nos avisa, y ella lo presentía desde hacía mucho
  Sabía que no tenía amantes, pero siempre sospechó que James  recordaba a otra persona, que por el motivo que fuera, nunca le habló de ella, pero estaba segura de que existía, aunque nunca  mencionase el motivo de que no se hubieran casado antes de conocerla a ella..  Seguramente sería un amor de juventud, de esos que arraigan para siempre en tu vida y nunca se olvidan.  Ella no había tenido esa suerte;  todos sus novios duraron una siesta, pero ahora quizás había  encontrado su mitad por lo que estaba decidida a arriesgarlo todo porque presentía que sería el definitivo¡ Qué inexplicable situación !   Sólo les había derrotado la rutina y el que la suya fuera una pasión momentánea que duró poco, aunque fue muy satisfactoria por ambas partes.

  Pero aquella tarde,  Claire y su ¿ amante ?, discutieron,  se enfadaron, por algo que tenía relativa importancia, pero que si aumentó el malestar de ambos:  tener que ocultarse para seguir con esa relación adúltera. Fue el reproche que la dirigió que no entendía la fidelidad que Claire guardaba a su marido a pesar de no amarle. No lo entendía,  pero ella le debía el mismo respeto que James la había guardado.

Pero ahora todo parecía arreglarse después de que James la solicitara el divorcio.  En lo sucesivo no volvería a esconderse de miradas ajenas y de conversaciones silenciadas al aproximarse a sus amigas..  En cuanto obtuvieran el divorcio, se iría a vivir con él, aunque no estuviesen casados.  Pese a que ya no se amaban seguía respetando a James aunque ya no sintiera por él la pasión desbordante que les unió y que no comprendía su nuevo amor, a pesar de estar loco por ella, o precisamente por eso.


De mutuo acuerdo decidieron que ya esa noche, no dormirían juntos.  Ella en su dormitorio, y James en el de invitados.  Y al día siguiente establecerían contactos con sus respectivos abogados para tramitar cuanto antes su separación.  Todo debía ser muy civilizado,procurando conservar al menos una amistad.

Todos los trámites fueron relativamente sencillos al estar ambos de acuerdo en el reparto.  Y dos meses más tarde, se despedían dándose un beso en la mejilla a las puertas del despacho de los abogados.  James exhaló un suspiro de alivio:  todo había concluido y ahora tendría tiempo libre para hacer lo que le viniese en gana y enderezar su vida.

- Si fuera posible con Rose, pero no me hago muchas ilusiones. Ha pasado demasiado tiempo y lo lógico es que ella esté casada y rodeada de hijos.  Me he forjado una utopía. Ni siquiera pienso que desee hablar conmigo después de tanta distancia guardada. En fin, desecharé esa idea, pero si llevaré acabo las pesquisas que hemos emprendido.
Y lentamente se encaminó a su despacho a fin de organizar el trabajo cuando se tomara algunos días libres para viajar a Texas y tantear el terreno con Rose.

El orden y la Ley - Capítulo 25 - Un lugar llamado Westway

Y como sospechaban  no sacaron nada en limpio, aunque hubo uno que le "sonaba" ese asunto pero no tenía ni idea de donde estaba. Creyó recordar que venía procedente de un rancho, pero no sabía el lugar .  Aunque con un soplo de esperanza, los hermanos Livingston insistieron en que les diera un nombre, aunque suponían que no sería el suyo verdadero. Que le describieran sus facciones aunque fuera someramente.  Los hermanos eran listos y posiblemente no fueran descaminados al pretender ser detectives.  Esa noche, llamaron a James y estuvieron hablando largo rato con él

-Señor Donovan creo que lo mejor sería que fuéramos hasta el rancho y allí indagásemos  por si alguien conociera algún dato más y que nos describiera cómo era su rostro.  El dinero que nos dio para gastos, lo cubre con creces.  Sabe que estamos deseosos de hacer cuanto nos solicite;  no hemos olvidado el favor que nos hizo.
- Posiblemente tengas razón. Trevor.  Déjame pensarlo y mañana te lo digo.  Tengo un asunto pendiente sobre un cliente y ahora no me puedo desplazar.  Tendríais que viajar vosotros solos, y sobretodo no descubrir nada ni quién está detrás de la investigación.  La policía no va a hacer nada, pero tampoco dejará que lo hagamos nosotros
- Me parece bien.  Si llegamos al acuerdo nos pondremos en marcha inmediatamente.

James, se quedó cavilando la iniciativa de Trevor; sería algo magnífico darse una vuelta por el rancho y darla una sorpresa, aunque quizá no fuera tan buena idea si estuviera casada. En fin, tendría tiempo de considerarlo todo, tenía unos días para solucionar lo aquí pendiente, y si fuera posible, se tomaría unos días de descanso.  Trataría de inventar alguna excusa pausible para Claire, porque lo que no haría sería llevarla con él.  Y siguió con lo que estaba haciendo.

Y volvieron a comunicarse y quedaron en que los hermanos se desplazaran hasta  Westway y trataran de indagar en el rancho algo que les hicieran deshacer la madeja y tirando del hilo sacar alguna pista que les valiese.  Deberían justificarse como que eran detectives privados y trabajaban para alguien que tenía conexión en el mismo caso del rancho, pero bajo ningún concepto deberían descubrir que era una indagación particular y de quién procedía.  Y de este modo Trevor y Morgan tomaron un avión y allí alquilaron un coche que les llevase hasta el rancho.  Estaban viviendo lo que nunca imaginaron: detectives. ¡ Quién sabe si cuando terminasen,  no estudiarían para eso !, se decían contentos.

Estaban entusiasmados, al fin tendrían un trabajo digno que les apartara de las chapuzas que normalmente hacían.  Y tras un largo viaje, se encontraron frente a la puerta del rancho Patton.  Lo observaban todo con admiración.  La casa grande rodeada de flores, de tipo colonial y una paz absoluta.  Tan sólo se escuchaban a lo lejos, unas risas infantiles acompañadas por otras de alguna mujer adulta que la acompañaba.  Y en esa dirección se encaminaron sorprendiendo a aquellas personas que no esperaban unas visitas tan extrañas.

- Perdón, no queremos interrumpir, buscamos al dueño de este rancho.  Queremos hablar con él referente a un asunto que le interesa. ¿ Nos puede llevar ante él ? - dijo Trevor a Rose, ignorando con quién estaba hablando
- Es este momento no está, pero yo soy su delegada ¿ para qué le quiere?
- Es un asunto delicado y muy personal. Deje que nos identifiquemos.  Somos detectives privados cumpliendo un encargo de un cliente, que como puede imaginar no podemos revelar su nombre ni el asunto que hasta aquí nos ha traído
- Me estoy fijando en usted y su cara no me resulta desconocida- Trevor, se quedó callado - Mire soy la hija del dueño del rancho y llevo todos los asuntos que conciernen a ello. Mi padre ha fallecido, así que si no desea nada más...
- Espere ¿ ha muerto ? ¿ Cuando ?
- Hace mucho tiempo.  Ahora soy yo quién lo regenta y quién lo ha heredado.  De modo que si no quiere hablar conmigo, deberán irse
. Quizá nos pueda ayudar.  Venimos recabando información sobre alguien que les hizo un desfalco y que posiblemente sea la misma persona  que hizo  lo mismo con mi cliente. No sabemos ni su nombre, ni como era físicamente y al facilitarnos la coincidencia con su caso, creímos que podría tratarse de la misma persona. ¿ Tiene alguien aquí que fuera amigo o que nos pudiera dar su descripción?  Sería un favor inmenso - dijo  Trevor

- Creo que hablaremos mejor dentro. Entren por favor- dijo Rose- Ada, volvamos a casa
-Pero mamá...
- Luego volvemos.  He de hablar con estos señores

Trevor reconoció de inmediato a Rose, pero no se identificó siguiendo el mandato de James, y seguiría así,  si ella no le recordaba.

-  ¡ Está casada y tiene una hija  ! ¡ Vaya ! Ella ni siquiera me recuerda. Mejor . No tengo ganas de dar explicaciones y ella tampoco quedó muy bien ante el Tribunal, así que mejor lo dejamos

Se acomodaron en una sala y Zulma se llevó a la niña para que pudieran hablar libremente.  Les sirvió un refresco y de nuevo Trevor la explicó lo que les había llevado hasta allí.

- Yo no le conocí, mi padre era con quién trato. Me enteré del suceso cuando había desaparecido, pero probablemente alguno de los peones pueda facilitarnos algo. No guardan buen recuerdo de esa persona que estuvo al borde de dejarles en la calle.  Pero en fin, eso ya es historia. La policía no ha hecho nada, y eso que yo fui policía, pero se han encontrado con los mismos impedimentos que nosotros, y creo que dan el caso por cerrado.  Perdone un momento.  Voy en busca de los obreros.

Y ellos tampoco aclararon nada, pero al menos les dieron una descripción de su rostro, estatura, complexión, etcétera.  Al cabo de un rato, agradeciendo sus facilidades, Trevor y Morgan se despidieron de Rose.  Durante el regreso, los hermanos comentaban lo que habían sabido referente al delincuente, pero lo que menos esperaban era encontrarse frente a la policía que intentó meter a Morgan en la cárcel.

- Por fortuna no lo ha recordado - comentó uno de ellos
- Hubiera sido muy violento.  yo rezaba para que no se acordara - respondió el otro.

En cuanto llegasen al hotel llamarían a James si es que la diferencia horaria fuera adecuada.  Seguro que el abogado se extrañaría de las noticias que habrían de darle:  el dueño del rancho muerto, y la inspectora casada y con una hija. ¿ Cuánto tiempo hacía que no tenían comunicación ?  No debía ser una amistad muy íntima puesto que, de saberlo, les hubiera advertido de algo. En fin, ya se enterará- pensaron

Le dijeron lo poco que habían logrado sacar, pero nada más, ya que en ese momento James recibía una llamada importante y tuvieron que cortar la comunicación.

-¿ Cuándo venís ? Hablaremos cuando lleguéis.  estoy esperando una llamada muy urgente.  Tengo que cortar.  Ya nos veremos a vuestro regreso. Id al banco a ver si con esa descripción recuerdan de quién se trata y pueden daros algún dato más, aunque no creo, porque dirán que son datos entre cliente y el banco.  Vosotros intentadlo por si acaso. Y ahora he de colgar. Anunciadme la llegada.  Gracias por todo y un saludo

Los hermanos se miraron extrañados de que no preguntara siquiera por la niña, ni por el fallecimiento del dueño del rancho  ¡ No sabía nada , de nada !  Y con la sagacidad que da la escuela de la calle, sospecharon  que,  en el fondo,  algo extraño había entre ellos.    Pero entonces ¿ a qué tantas molestias por ayudar a alguien que ni siquiera trataba ?¿ Sería oportuno contar la  existencia de la niña?  En definitiva, si ellos tuvieron algo, pertenece a su vida. Tratarían  por todos los medios de evadir esa respuesta.  Pero si se enteraba ¿ les culparía por no habérselo dicho? Sería mejor limitarse a lo que habían ido buscando, y si se terciaba el otro asunto... ya se vería

- En fin. A nosotros no nos interesa.  Será cosa de ellos. ¿ Bajamos a la cafetería a tomar algo ? - Propuso uno de ellos, y el otro aceptó de inmediato.