domingo, 10 de marzo de 2019

Nunca logré olvidarte - Capítulo 14 - La historia de Alice

Y en los ojos de Alice había lágrimas, probablemente arrepentida de su proceder.  Se abrazaron madre e hijo, y por mucho que insistió la dijera a dónde iban a esas horas de la noche, James no soltó prenda. Ella tampoco daba grandes muestras de rectificación, muy al contrario pensaba que había procedido bien, y por ello, por no dar su brazo a torcer,  ocultó que iban a casarse, solos, sin nadie de los que querían, pero esa era su decisión.  Se marchó dolido y decepcionado; tan sólo un saludo con la mano fue lo que Alice dedicó a Noa, que correspondió con la cabeza.  Un triste final para lo que creyera sería una buena idea de conocerse ambas mujeres, pero, no pudo ser más nefasto, e incluso había empeorado las cosas.  Arrancó el coche y salieron de allí  con una sola idea llegar a Las Vegas cuanto antes.  pero después ¿ qué ?

  Noa no quería quedarse  a vivir en el rancho salvo que James así lo dispusiera.  Temblaba sólo de pensarlo; estaría en casa de Alice, no en la suya. Se sentía de prestado, como pidiendo permiso para andar por ella, y de esta forma sería muy difícil que las cosas marcharan bien en el matrimonio. James siempre estaría en el medio, tratar de llevarse bien con ambas mujeres, pero sabía que, al menos de momento, sería su  madre la ganadora.
¿ Por qué las cosas se habían vuelto tan  horribles ? Ella viajó con todas sus ilusiones puestas en California, pero ahora dudaba de si habría sido una buena idea. Quizá sus padres tuvieran razón por la precipitación de sus decisiones, pero era el caso de que ellos luchaban con todas su fuerzas por defender su amor, aunque no lo entendiera nadie.

Buscaron un hotel cercano al aeropuerto y se inscribieron como señor y señora Mulligan..  Cuando entraron en el dormitorio, ninguno de los dos hablaba, pero bastaba con ver sus rostros para comprender por lo que estaban pasando.  James nunca había tenido un enfrentamiento tan grande con su madre, y Noa se sentía responsable por ello, por eso, hizo que se sentara a su lado en el borde de la cama y le dijo:

- James, voy a regresar a Nueva York.  Creo que debemos aplazar lo nuestro hasta pasado un tiempo.  Me duele que hayas regañado con tu madre.  Sé lo importante que es ella para tí, y yo no quiero ser la causante de vuestro distanciamiento.  Además sería incómodo para ambas el vivir bajo el mismo techo. Sé que ella no me soporta y eso hace que me sienta extraña e incómoda.  Creo que es lo más acertado. Vuelve a tu casa mañana mismo y yo a la mía.  Hablaremos a diario y nos veremos cuando podamos.  Nos seguiremos queriendo, pero al menos, durante una temporada deberíamos seguir de este modo
- Te he dicho que no. Vamos a casarnos en cuanto lleguemos a Las Vegas.  Me duele estar tirante con mi madre, pero estoy defendiendo mi vida y he tomado la decisión que en su día ella tomó. Por eso es que estoy más dolido con ella, porque no se hace cargo que nosotros estamos pasando por lo mismo que ella pasó

- ¿A qué te refieres?
- Creo que te lo he contado, pero la verdad, es que estoy tan confundido que no lo recuerdo bien.  Tengo familia además de a mi madre: abuelos, tíos y primos, que no conozco. Creo que viven en San Francisco o en Los Angeles, o en ambos sitios, no sé,  ni me interesa. Mi madre pertenece a una familia muy acomodada, que también tenían un rancho en Laredo.  Mi madre era la menor de los hermanos y la única chica de los tres que eran. Contaba con dieciséis años.  Mi abuelo empleó a un capataz  de veintitantos años, pero muy experimentado. Era apuesto y mi madre, aún casi una niña, se enamoró de él y él de ella.  Pero la familia al notarlo,le despidieron y la prohibieron rotundamente verse con él.
A escondidas ellos seguían su relación, hasta que decidieron fugarse e irse a vivir a otro lado-  Se casaron en secreto y buscaron cobijo en Sacramento. Ellos fueron mis padres, y el rancho era simplemente una casa desvencijada en mitad de la nada.  Mi padre trabajó hasta dejar su salud en el empeño, pero consiguió lo que se había propuesto y ofrecido a mi madre.  Primero fue una granja para el consumo de ellos y poco a poco lo fue agrandando.
Mi madre trataba de contactar con sus padres que se negaron a hablar con ella hasta que al morir mi abuelo uno de mis tíos la llamó. para que acudiera a darle el último adiós.  Tan sólo mi tio Jeremy la avisó y acudió al entierro de su padre conmigo de la mano,.  Fue  la única vez que conocí a mi familia.  Nunca se lo perdonaron , no que fueran inmensamente felices y se amaran más que al principio.  Se negaron a verles, sobretodo a mi padre. Por eso me extraña y me duele que ella se comporte de esa forma; francamente no lo entiendo. Nunca  ha obrado de esa manera
- Es una historia muy triste y quizá sea el origen de todo. Probablemente sienta que voy a robarle tu cariño, y no entiende que hay amor para todo el que nos rodeé. Dale tiempo a que se haga a la idea, verás como será la suegra más cariñosa  que existe.  Aunque parezca que eso esta muy lejano, hay que darle tiempo.


 -Yo estoy dispuesta a ello , y tú por supuesto debes hacerlo. Por eso es que creo que debo regresar a casa, y cuando esté lista volveré
- He dicho que no. Quién sabe lo que tardaríamos en reunirnos de nuevo y yo te necesito a mi lado.  Sigamos como lo teníamos pensado. Y no quiero seguir hablando de este tema. Voy a ir hasta el aeropuerto a comprar los billetes para el primer vuelo que haya a Las Vegas.  No tardaré mucho.
¿Te apetece cenar en el restaurante del hotel, o traigo comida?
- Lo cierto es que no tengo hambre, pero creo que mejor lo comemos en la habitación, no me apetece vestirme para bajar a cenar.
- Está bien, pediré la cena cuando esté de regreso

La beso tiernamente y la miró mientras acariciaba su rostro con inmensa ternura.  Deseaba expresar en esa caricia el amor que sentía por ella y que estaba dispuesto a defenderla de todo y de todos. Reconocía la generosidad de Noa y sus buenos sentimientos y paciencia hacia Alice.  Confiaba en que una vez pasados unos días reflexionara y a su regreso las cosas cambiasen.  Por otro lado pensaba en qué diría el padre de Noa al saber que se habían casado y no esperaron a conocerse mejor.  Pero para eso ya sería  su marido y nada había que se opusiera a eso, mientras ella estuviera conforme con todo.  Volvió a besarla y se despidió hasta pasado un rato.  En la soledad de la habitación, Noa se desahogó y rompió a llorar compulsivamente.  En mil años esperaba una situación como la vivida en el rancho con su suegra. Al fin más calmada, sin darse cuenta,  acariciaba su anillo de compromiso y ese objeto la transmitió que sí lo quería.  Que deseaba ser su mujer frente al mundo entero, y lo quería ya, como él lo deseaba.  Y una fuerza interior, algo desconocido,  la invadió y como  si fuera un milagro, sintió alegría al pensar que en sólo unas horas serían marido y mujer y nadie, nadie en el mundo,  podría cambiarlo.
Buscó en su maleta algo atractivo, se dio una ducha y se perfumó.  Esa noche quería ser suya físicamente, incluso antes de estar casados, y sonrió al recordar su primera vez.

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