viernes, 22 de marzo de 2019

Nunca logré olvidarte - Capítulo 40 y último -Mi vida es tu vida

Todo está bien, cuando bien está. Y aquella comida familiar resultó de lo más divertida y entrañable. Tanto James como Willy, comentaron en un aparte el resultado final de aquella entrañable familia. Todo había contribuido a ello y todo había tenido el porqué de ser. Ahora todo era normal sin rencillas, ni indirectas.  Observaron contentos, la complicidad que de repente tenían esas dos mujeres que tan sólo unos días atrás se llevaban mal.  Todo era más luminoso y hasta los empleados estaban tranquilos, porque los amos también lo estaban.  Solo ellas dos conocían el secreto y se sentían impacientes por poder pregonarlo, pero el deseo de Noa es que primero lo supiera James y después el mundo entero. Cuando se despedían para regresar a casa. Alice, bajito, le dijo a Noa

- Hija, mi consejo es que se lo digas a James cuanto antes. Déjale disfrutar de todo el proceso, que viva el embarazo y te acompañe en todo..  No importa  si al final resulta que es un retraso, se desilusionará posiblemente, pero habrán más ocasiones, sois muy jóvenes.   Tu sentirás el proceso que lentamente se forja en tu interior, pero los hombres no; sólo pueden ser comparsas.  Haz que él también participe de ese maravilloso milagro desde el principio

Se quedó mirando a Alice, y comprendió que tenía razón.  Que James tenía el mismo derecho que ella a participar de ese hijo no nato aún, pero que se gestaba en su interior.  Y juntos cuidarían de que todo fuese bien, y juntos le amarían desde su inicio.

- Si, tiene razón.  Así lo haré cuando lleguemos a casa.

Y todos se abrazaron con la promesa de que volverían otro día., y partieron hacia su hogar, más contentos que cuando llegaron, sobretodo Noa, porque además de haber ganado a su suegra, tenía un secreto que desvelaría a James no tardando mucho.  La noticia la quemaba en los labios, sabía que si se lo decía en ese instante, se iba a poner nervioso.  pero por otro lado no quería demorarlo más.  En esas estaba cuando al dar una curva, algo líquido le subió desde el estómago hasta la garganta:  iba a vomitar.

- Para, para, para - le gritó a James
-Que, ¿ qué ocurre?  No voy deprisa ¿ Te encuentras mal?

No podía hablar.  Una bocanada de agua exigía su salida y apoyada en el coche aparcado en la cuneta, echó fuera aquel líquido de su garganta.  James estaba pálido, y pensó que algo en la comida le había sentado mal, o quizá las emociones vividas.  El no se retiro mientras ella vomitaba, a pesar de que quería apartarle con el brazo

- Para lo bueno y lo malo ¿ recuerdas?- es lo que la dijo, mientras apretaba su frente y estómago para que no se hiciese daño.

Al fin, las náuseas se pasaron, y en el fondo Noa estaba contenta.  Ese era un síntoma de que no se había equivocado:  iban a ser padres.  Anduvieron unos pasos alrededor del coche.  le dio agua a beber, pero James estaba preocupado; Noa tomó sus manos e hizo que se sentaran en el coche en el asiento trasero:  quería tenerle ,lo más cerca posible.  No se quería perder ningún gesto de la reacción que sin duda tendría al conocer la noticia

- ¿ Qué ha ocurrido, nena? ¿ Algo te ha sentado mal ?
- Pues si te digo la verdad, creo que todo lo contrario.  Aunque no estoy segura
- No me hables ahora con traba lenguas.  Me has preocupado
-¡ Ay mi amor ! No te preocupes porque ahora te diré lo que pasa:  vamos a tener un hijo
-¿ Qué ? ¿Quieres decir que estos vómitos son ...?
- Tengamos calma. Lo imagino solamente, porque hace tan sólo unos días que tengo el retraso.  Pero lo creo, porque soy muy puntual y hemos celebrado por todo lo alto cada ocasión que se nos ha presentado, por lo tanto... creo que el resultado, es bebe a bordo.  James no podía contener la risa, la emoción , los besos y el abrazo a su mujer

- ¿ Has ido al médico ?
-No el lunes pediré hora.  Deseo estar segura.  Pero también tenemos que pensar que sea una falsa alarma.  No quería decírtelo hasta tener la certeza, pero Alice me ha convencido que te lo dijera enseguida para que tu disfrutes junto a mi del proceso.  Aunque pienso que estas náuseas se repetirán y de disfrute no tiene nada
- No importa.  te acompañaré en lo que sea y cuando sea.  Engendramos este hijo los dos juntos, y juntos hemos de crearle y pasar los buenos y los malos ratos que nos de. ¿ Te he dicho lo importante que eres para mí, lo que te quiero?  Todos los momentos que hemos vivido no los cambiaría por nada, ni los buenos ni los malos. Ni por nadie.  Aunque me hiciste pasar muy malos ratos cuando te marcharte, pero ni siquiera hice intenciones de olvidarte, ni de pedir la separación, porque algo me decía que volveríamos a estar juntos. Sabía que por mucho que lo intentara, nunca lograría olvidarte, desterrarte de mi vida.  Nos queremos demasiado para borrar todo lo vivido.  Y el tiempo me dio la razón y todo ha vuelto a su lugar y nosotros nos amamos más que al principio, y ahora tenemos por quién luchar.  Te quiero, y te querré siempre amor mio.
- James, vas hacerme llorar
- Pero también se llora de alegría

La besó tiernamente y sus ojos también se llenaron de agua.  Eran dos tontos llorando de emoción, pero tener un hijo era lo que les faltaba para ser felices al completo, y ese día había sido grandioso en todos los sentidos.

- Iremos al médico y nos sentaremos los dos a plantearnos cómo enfocar la cuestión, porque ahora no sólo tengo que cuidar de tí, también de nuestro bebe y me parece que ninguno de nosotros tenemos mucha idea de lo qué hacer - Dijo James besando las manos de ella
- Hay algo que aún tienes que decirme : Jocelyn. ¿ Estuviste con ella aquella noche?  Dejamos ese tema en suspenso, pero no lo he olvidado

. ¡ Por Dios, Noa ! Si te refieres a si me acosté con ella, no lo hice. Yo estaba en el bar, ella llegó nos saludamos y bebimos, más de la cuenta, por cierto, Pero te doy mi palabra que sólo hablamos, y en ello estábamos cuando llegó Willy.  Te quiero demasiado para serte infiel.  Ella me merece todo el respeto del mundo, pero no la amo.  Nunca la he amado, por mucho que se empeñara mi madre. Desde que te conocí, sólo tú has estado en mi vida y allí estarás siempre.
- Está bien. Este tema está zanjado.  Y ahora vamos a casa.

Y fueron al médico y éste les constató que efectivamente estaba encinta. Cuando salieron de la consulta, la alegría de ambos era inmensa; lo habían conseguido, serían una familia.  Noa llamó a Alice y a Willy confirmando la buena nueva y quedaron en reunirse a fines de esa semana para celebrarlo.  Noa llamó a su padre con el mismo propósito y Cecil se emocionó muchísimo y tanto Pamela como él hablaban a un tiempo quitándose la palabra.  James les invitó a pasar unos días en el rancho, aprovechando que ellos se tomarían también unas cortas vacaciones y de esta forma se conocerían los consuegros

- Te tomo la palabra, así os llevamos las invitaciones de nuestra boda.  Deseo que vengáis. Es algo importante para nosotros
-  Estupendo Cecil.  Noa no me perdonaría faltar.  Aunque, quizá el médico no lo autorice; está dentro de los tres primeros meses y corre peligro.  Lo consultaremos, pero se me ocurre una idea ¿ por qué no celebramos la boda en el rancho? Así estaríamos todos juntos
- No sé James. No conozco a tus padres y sería invasión de la intimidad.  En ese caso, aplazaremos la boda hasta que Noa pueda viajar.
- No se hable más Cecil. Tu nos hiciste un gran favor con mi tio y a Pamela no va a gustarle nada el aplazamiento, así que podéis venir con tranquilidad y celebrar la boda.  Mi madre estará encantada de hacerlo,.

James habló con su madre y con Willy y quedaron de acuerdo en ello.  Les pareció una ocasión única para que las familias se reunieran: ambos iban a ser abuelos del mismo bebe, así que todo estaría  dispuesto.  Celebrarían los dos acontecimientos a un mismo tiempo.  Alice pidió a James el teléfono de Cecil; quería hablar con él y ser ellos quienes hicieran la invitación oficial tanto a la boda como a la estancia de ambos en el rancho para unas cortas vacaciones. Y fue Willy y después Alice, quienes hablaron con Cecil,  La conversación mantenida fue amable y cordial y el padre de Noa aceptó encantado y ofreció a Pamela que hablase con Alice para que ambas mujeres se pusieran de acuerdo.  El futuro se presentaba  muy bien, y ambas familias estaban contentas de que todo se hubiera solucionado amablemente con la llegada de ese bebe.  Alice se sentía obligada a Cecil porque se daba cuenta de que él  no necesitaba para nada el negocio de su hermano, y era una forma de zanjar los problemas sin humillar a nadie.  Por eso le estaría por siempre agradecida.

 Cecil y Pamela, fueron recogidos en el aeropuerto por James, Willy y por Noa, que emocionada se abrazó a su padre sin dejar de lado a la que sería su madrastra, aunque no la consideraba como a tal.  Las tres mujeres charlaban como cotorras Mientras que los hombres por su parte, hablaban de sus cosas sin perder de vista  a las féminas.  Se asombraban el modo en que todo se había solucionado y la forma de encajar las piezas de ese rompecabezas, que comenzó con un viaje de fin de carrera a Nueva York.

Pero aún tenían más sorpresas por conocer.  Era una mañana espléndida.  Sentados en el porche tomando un aperitivo, vieron llegar un coche y bajarse de él una pareja. Alice sonrió ampliamente al comprobar de quienes se trataba:  era Rupert y su mujer que venían a visitarles. Habían sabido que Cecil estaba en el rancho y deseaban saludarle.  Le debían un favor enorme, que  reconoció  fuese  a través de su sobrino, por tanto a ambos les tendría gratitud eterna.
Alice y Rupert, desde su encuentro al cabo de los años, hablaban con frecuencia por teléfono, y fue la hermana la que le anunció que iba a ser abuela,  que esperaban la visita de sus consuegros y que celebrarían la boda allí.  Y ese era el motivo para visitar a todos.  También fueron invitados a la boda y  todos juntos compartieron la comida de ese día

Noa deseaba hacer reposo después de comer.  Sentía mucho sueño constantemente y una de las señoras del servicio le había dicho que traía una niña

- Las niñas dan mucho sueño- le comentó

Antes de dormirse, y mientras escuchaba las risas y las conversaciones de todos, sonrió y pensó en  todo lo sucedido en su vida desde que conoció a James. Era como si se hubieran subido a un tobogán  subiendo y bajando constantemente hasta llegar a la meta, y había sido al final,  que todo se conectara y solucionara al mismo tiempo.  Estaba tumbada en el dormitorio de Alice, por expreso deseo de ella

- Es más cómodo  que vuestro antiguo dormitorio, y hasta él no llegan los ruidos.  Aquí estarás mejor.  Descansa mi niña, porque así también él, estará más cómodo

- Alice ¿y si es niña , le querrás igual ?
- Hija mia, le querremos lo mismo.  Sigue siendo sangre de nuestra sangre y carne de nuestra carne.  Por nada del mundo querría otra cosa
- Pero seguro que James querrá un niño
- James querrá lo que venga, y se enamorará de ese bebe, como lo hizo de su madre, y le adorará porque es parte de tí y él te quiere muchísimo, no lo dudes.  Le querremos todos con todas las fuerzas del mundo, Pero ahora descansa.

 Le dio un beso en la frente, la tapó como si fuera una niña y salió de la habitación silenciosamente.
Nunca hubiera imaginado llegar a querer tanto a la chica que descansaba en su cama y que al conocerse no la soportaba.  James era feliz con ella, inmensamente feliz y había sido un rayo de luz que entró en su casa  dando siempre sin recibir nada a cambio más que desaires.  No se  perdonará nunca el haberse comportado de esa forma con ella.   Se reunió con todos asegurando que todo estaba bien.

Y se celebró la boda que entre Pamela y Alice habían organizado.  Fue la comidilla del lugar, ya que era la primera boda que se celebraba en el rancho y también asistió Rupert, que había entablado amistad con Cecil y por consiguiente con James, al que consideraba como lo que era: su sobrino y salvador.  Hubo baile y alegría hasta altas horas de la noche.  Cecil y Pamela partieron de luna de miel.
 Y poco a poco, el rancho volvió a la normalidad.  Sólo quedaba el acontecimiento de la llegada del bebe, que efectivamente sería niña.  James estaba loco de alegría y todos estaban expectantes aguardando  la última etapa del embarazo.  Y se cubrió con éxito y alegría de todos.

Había nacido el primer hijo de James y Noa:  una niña preciosa que era  la reina de la familia. James colmaba a su mujer de besos y palabras de agradecimiento por el regalo que había supuesto la llegada a sus vidas de ella y por consiguiente de su hija, como continuación de ella misma.
Y como se dice que cada hijo llega al mundo con un pan bajo el brazo, al despacho de James comenzarían a llegar clientes.  Unos facilitados por Cecil y otros por Rupert y por el mismo James, que poco a poco se abría paso.

A  los   dos años de Beth , llegaron  Robert y  dos años más tarde Paul. Tenían su vida organizada y eran rotundamente felices.  Habían superado con creces las cotas del amor que sentían.  Compraron una casa más grande puesto que se habían convertido en familia numerosa, pero ésta,  a mitad de camino  del rancho y San Fraancisco, para que los abuelos pudieran verles  con más frecuencia.  Cecil se retiró de los negocios y ahora disfrutaba junto a Pamela  de una vida feliz y reposada.  Visitaban con frecuencia a sus hijos y pasaban vacaciones en el rancho.  Todos habían formado un núcleo familiar entrañable y feliz.  Felicidad por la que nadie, en un principio, daría ni un centavo por ella. Alice era una abuela orgullosa, cariñosa y dulce con los nietos a los que adoraba y mimaba a su nuera, siempre estando de su parte.  James poco a poco se hizo con un nombre dentro de la abogacía y se dedicaba al derecho civil ayudando también, a las gentes sin recursos..
Adoraba a su mujer y a sus hijos, con quienes compartía el tiempo libre. Organizaron su vida personal de manera, que siempre tuvieran su espacio,  y de vez en cuando hacían alguna escapada ellos solos, quedando los niños al cargo de los abuelos en el rancho.


- Te quiero Noa, y siempre te querré.  pase lo que pase. A donde quiera que nos lleve la vida, siempre estarás tú.  Por difíciles que sean los tiempos, mientras te tenga a mi lado, siempre habrá una solución. Bendigo la hora en que decidí divertirme en Nueva York y te encontré, porque fuiste desde entonces la brújula de mi ser.  Te quiero esposa mía

Y besando a su mujer, ambos esposos se fundieron en un abrazo.


                                                   F   I   N

Autora:  1996rosafermu
Ilustraciones:  Internet
Edición:  Enero de 2019
DERECHOS DE AUTOR RESERVADOS



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