lunes, 11 de marzo de 2019

Nunca logré olvidarte - Capítulo 17 - Regreso

Y había llegado el día. Debían tomar el avión a primera hora de la tarde.  Dejaron el equipaje listo y salieron a dar una vuelta para recorrer por última vez el lugar en donde habían sido  los más felices desde que se conocieran.  Habían apartado de sus cabezas las preocupaciones por lo que encontrarían a su regreso, pero ese remanso de paz, terminaba en poco tiempo, y volverían a las tensiones, a la incomprensión.  O quizá no. Quizás a su regreso Alice se hubiera dado por vencida y al fin comprendiese que todo lo asegurado por ellos era cierto.  Pero estaba segura de que les echaría también en cara que no la hubieran llamado, aunque hubiera sido muy poco el tiempo que habían faltado.

 Y Noa se dio cuenta de que probablemente tuviera razón en eso, sólo en eso.  Pero como excusa también tenían la forma tan agria en que fueron despedidos, sobretodo ella.
Se trataba de la madre de su marido, y la perdonaría todo, porque sabía que lo que la movía para comportarse de ese modo, eran celos.  Celos a perder el cariño de su hijo, y sería un trabajo de ella para hacerla ver que, no sólo no lo perdía sino que ganaría su  cariño,', alguien  más para mimarla y no dejarla sola.  Estaba en esa edad delicada en la mujer de los cincuenta años, en los que crees que ya tu ciclo como mujer ha terminado, a pesar de que ella lo perdió hacía mucho, cuando quedó viuda. Pero aún tenía tiempo de disfrutar de la vida y se encargaría, poco a poco, de hacérselo ver y que comprendiera que no dejaba de amar y recordar a su primer marido, pero que tenía la oportunidad de volver a vivir el sentimiento de sentirse querida por un hombre, bueno y fiel como era Willy.  Sería una ardua tarea, porque estaba segura que no querría ni oir hablar del tema, sobretodo si era ella quién lo sacaba a relucir.

Caminaban despacio como queriendo dilatar la hora de regresar al hotel a recoger su equipaje, pero tenían el tiempo justo, así que James optó por no demorar más la angustia. Y de esta forma se vieron sentados en la sala de espera para embarcar y en poco más de hora y media estarían en Sacramento y después el trayecto que les llevaría al rancho.  No habían querido avisar en casa de su llegada, tomarían un taxi que les condujera hasta el rancho.

Noa, durante todo el vuelo había fingido dormir, pero en realidad reflexionaba sobre lo que encontraría y lo que estaba dispuesta a hacer para que la normalidad volviese a sus vidas.  Sabía lo importante que Alice era para su hijo, y por él haría todo lo posible por congraciarse con su suegra.  Tomaría grandes dosis de paciencia y hablaría con Willy en su favor.  Y otro tanto pensaba James, pero no estaba muy seguro de que todo fuera a ser tan fácil como se lo prometían.
 Llegaron frente a la entrada principal.  James tomó de la mano a su mujer y avanzaron tragando saliva. Una sirvienta les franqueó la entrada, alegrándose grandemente de su regreso, y fue quién les anunció que la señora no se encontraba en casa.

- ¿ Dónde está ?
- Creo que ha ido a los campos de cebada, por no sé qué complicaciones han surgido
- Gracias - le dijo a la sirvienta que se perdió en el interior.

James tomó el equipaje y a Noa y subió hasta su habitación, porque pensó que esa sería en la que dormirían.  Las piernas la temblaban .  Hubiera deseado haberse enfrentado en ese instante a su suegra, y la contrarió que no estuviera en casa.  No soportaría por mucho tiempo la incertidumbre de la espera.

- Lo siento cariño, pero he de ir en su busca; seguramente ha sucedido algo para ir hasta allí
- Voy contigo
-¿ Estás segura ?
- ¡ Naturalmente que lo estoy !  A partir de ahora esta va a ser mi casa y esta mi vida.  Deseo participar en ella cuanto antes.
Pues bien.  Cogeré las llaves del jeep. Así  conocerás parte del rancho

Y fueron en dirección a los campos de cebada.  No estaban muy lejos, pero a Noa, el camino se le hizo interminable.  Al llegar vieron el coche de Willy y junto al pabellón de los obreros, distinguieron a unas figuras que hablaban con alguien.: se trataba de su madre y Willy que intercambiaban aspavientos con la otra persona.  Al aparcar, todos volvieron la cabeza para averiguar quién llegaba y  tanto Alice como Willy se quedaron  callados y perplejos al conocer quienes eran los que acababan de aparcar el jeep


Willy sonrió ampliamente, pero no así Alice, que incluso torció el gesto, algo que no pasó desapercibido para el matrimonio.  Noa estrechó la mano de su marido y éste se dio cuenta perfectamente porqué lo hacia.  Giró su cabeza hacia ella y sonriendo la dijo

-Tranquila mi amor, no tengas miedo.  No pasará nada. - Ella asintió con la cabeza , pero distaba mucho de estar tranquila.  Su suegra le daba miedo.  Era como una niña pequeña que temiera una regañina por haber hecho alguna travesura, cuando todo lo que había  hecho era amar y tratar de ser feliz.  Willy les abrazó contento, pero Alice ni siquiera se movió de donde estaba.  James hizo como que no se diera cuenta de su actitud y se encaminó hacia ella, dándola un beso en la mejilla.  Sabía que ese gesto  ablandaría el corazón, y la preguntó lo que sucedía

- ¿ Ocurre algo ?

Ella le miró como si viera a un fantasma, y una lucecita, a penas perceptible, iluminó sus ojos al ver que su hijo estaba junto a ella. Pero la sonrisa se le borro de la cara sin a penas haber sonreído, al ver la presencia de su nuera

- Nada que no pueda yo solucionar.

 Fue toda su respuesta, algo que de inmediato comprendió James y ese "yo" tan remarcado era como si le dijera : " tú no estabas aquí por haberte marchado en busca de no se sabe qué, pero ya está solucionado".  No se dio por aludido y prestó atención a la explicación que le dio el otro capataz.  Mientras Willy atendía a Noa quién le relataba que se habían casado y eran muy felices.

- Verás niña.  No dudo de que lo seais, es más me alegro, pero hay alguien que no os pondrá las cosas fáciles. El tiempo de vuestra ausencia estaba hecha una furia, nerviosa y de mal humor; estaba insufrible.  Hasta regañó conmigo, y era la primera vez que lo hizo.  Francamente no sé lo que la ocurre, porque su carácter ha sido siempre afable y cariñoso, incluso con las chicas que James trajo a casa antes de conocerte.  Y es extraño que se comporte así
- Willy, sencillamente tiene celos. No los sintió con otras mujeres porque sabía que eran aves de paso, pero conmigo ha sido diferente y no se da cuenta de que es así como lo pierde.  Estoy falta del cariño de una madre y ella lo sería para mi.  No soy su enemiga. No sé qué hacer para que cambie de opinión, para convencerla de que en verdad amo a su hijo y no voy tras su dinero, porque entre otras cosas, no lo necesito.
- Esa es la excusa que ella se ha buscado para justificar eu antipatía hacia tí, y posiblemente tengas razón. Y si ese es el motivo, tendrás que tener paciencia y ganártela poco a poco. Cuando lo consigas, tendrás en ella una madre, de verdad.  Es muy buena persona, por eso es que no entiendo lo que la ocurre
- Me siento muy incómoda.  Además James está en medio de las dos y me duele que esté siempre nervioso para proteger a una y a otra.  Es una situación muy difícil

La conversación quedó cortada al notar que se aproximaban hacia ellos.  Alice venía con los labios apretados y el gesto hosco, mientras James la contaba algo, que no la gustaba nada en absoluto.  Al llegar a su altura, dijo secamente

- Qué ¿ Os lo habéis pasado bien ? - A lo que Noa respondió en guardia también
-Estupendamente. Lástima que hayamos tenido que venir tan rápido
- ¿ Quieres decir que habéis interrumpido vuestro viaje por nosotros?

- Mamá.  Por favor tengamos la fiesta en paz.  No hemos interrumpido nada.  Quisimos venir y  contarte en persona lo que hemos realizado
- Ya lo veo, ya lo veo.  No soy tan tonta - respondió mirando enfadada a su hijo, pero en realidad las palabras iban dirigidas a Noa.
- ¿ Podemos volver a casa ? He de hablar contigo - respondió James cortando en seco las indirectas de una y otra.

Sabía que era un iluso al creer que todo acabaría con su llegada, pero comprobó que el problema no había hecho más que empezar.  Pero no estaba dispuesto a transigir con eso.  Adoraba a su madre, pero también a su mujer, y ella no había hecho nada para que descargara todo su mal humor sobre ella. No había cometido más delito que amarle, amarse ambos y eso debiera ser una bendición y no un motivo de disputa.

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