martes, 19 de marzo de 2019

Nunca logré olvidarte - Capítulo 35 - El desacuerdo

Rupert y Alice se abrazaron junto al coche que le llevaría de regreso a su casa.  Se habían acostado tarde rememorando las anécdotas de cuando eran pequeños .  Sus padres y toda su vida de jóvenes salpicaron su conversación a ratos triste, y otras alegre, pero emocionante.  Willy les observaba con satisfacción, pero también preocupado.  Conocía a Alice, sabía de su buen corazón y generosidad.  Había entregado a Rupert un cheque con una suculenta cantidad de dinero de su cuenta particular.  Por eso no comprendía la tozudez con Noa, que había llevado a su propio hijo a la separación de ese matrimonio, a pesar de que se amaban tremendamente.

Se preguntaba por la reacción que tendría James al conocer  el acuerdo que habían tenido y que le obligaría a cumplir la promesa que hizo a su hermano sin contar con la aprobación del hijo.  De poder realizarlo, algo que dudaba, le haría enfrentarse a su propia mujer y a su suegro, empeorando, sin duda, aún más la situación.  Willy no entendía mucho de leyes, sólo lo que la experiencia de la vida le había enseñado, pero creyó entender que no podría defenderle ya que se trataba de un pariente lejano y de su suegro.  ¿Por qué no habían solicitado el divorcio?  Era algo que no entendía ya que habían transcurrido varios  meses y la situación no había cambiado.  Posiblemente esperaban un milagro que no terminaba de producirse.

Al fin, se habían acostado.  Se sentían cansados porque el día había estado repleto de ilusiones, pero antes de dormir, Willy quiso hablar con su mujer

- ¿ Crees que has obrado en consecuencia?
- Creo que sí,  Willy.  Se trata de mi hermano, de mi familia.  Ellos fueron crueles con nosotros, y yo no quiero parecerme a ellos. Si puedo ayudarle, lo haré.  No te preocupes, tu dinero está a buen recaudo; sólo  he extendido el cheque de mi cuenta
- ¿ Crees acaso que es eso lo que me preocupa? ¡ Al diablo el dinero ! Puedes tomar el mio si así es necesario.  Lo que no entiendo es que hayas sido tan benévola después de lo que te hicieron, y tan estricta con Noa, que lo único que ha hecho es  querer a tu hijo. Tuviste una actuación férrea con ella   a sabiendas que hacías daño a tu hijo. A James ni siquiera has pedido opinión, y te dijo muy claramente que deseaba dejar el tema.  Te has comprometido con tu hermano que le ayudaría ¿ con quién contaste?

- Él me complacerá, ya lo verás
- Cierto, como siempre.  Pero precisamente por eso, debiste consultarle primero. Además no creo que pueda hacerlo, porque sería luchar  con dos ramas de un mismo árbol, y pienso que eso no está previsto en las leyes
- Vamos a dormir y no te preocupes.  El encontrará la manera.  Este fin de semana vendrá a pasarlo con nosotros, a explicarnos el contencioso, y entonces le hablaré de lo ocurrido.  Seguro que se alegra de nuestra reconciliación
- No estoy muy seguro de ello.  No has contado con que a su padre le hicieron mucho daño, y la figura de su padre muerto prematuramente, es importante para él. Piensa que durante todos estos años no ha tenido contacto con esa parte de la familia, ni siquiera les tiene afecto y sí rencor porque recuerda perfectamente que nadie le hizo ninguna caricia ni se interesó por él cuando le llevaste al sepelio de tu padre.  Y  al contrario,  sabe del sufrimiento que tuvisteis por ellos. No creas que va a ser tan fácil de convencer. Porque se hará la misma pregunta que acabo de hacerte yo ¿ por qué con Noa no ?
- Will, creo que ya es suficiente. Vamos a dormir y hasta que eso se dé, si es que ocurre, déjame que esté contenta.  Al fin y al cabo es sangre de mi sangre
- Si, querida, lo sé y me alegro de ello; sólo te pido que no pierdas la perspectiva.  también Noa es el amor de su vida, y fuiste tú quién lo truncaste.  Sólo eso.

Y las últimas palabras hicieron que Alice se desvelara durante un buen rato.  Willy era un hombre razonable y sabio.  No le faltaba razón en lo dicho, pero  entornando los ojos dejó vagar su imaginación por los momentos vividos  con la familia, cuando fueron niños.    Revivía los buenos, hasta que llegó James a su  vida y todo dio un giro radical. Los que antes la mimaban, entonces  la repudiaron y no sólo a ella, también al hijo que tuvieron tiempo después.  Y eso eran palabras mayores; a ella podían hacerlo todo cuanto quisieran pero no  a su hijo y a su marido tampoco.  No lo merecía ninguno.  Su único delito había sido enamorarse de alguien  distinto al status al que vivían.  Había sido un buen padre y esposo, y sufrió mucho, en silencio,  para que ella no se apenase más de lo que estaba.  Y tenía razón Willy, no estaba muy segura de que James fuera tan generoso como lo había sido ella.

Y pensando y recordando se iba quedando dormida abrazada al cuerpo de Willy, y él sonrió al sentir el contacto de ella .  Había acertado al unirse a él; era generoso, bueno y pacificador de contiendas.  Besó su hombro suavemente y se durmió.  Willy sonrió satisfecho.  Nunca hubiera imaginado que el gran amor de su vida, estuviera durmiendo junto a él y ser su esposa.  Sería capaz de perdonarla cualquier error que cometiera.  Por ella  haría todo cuanto fuera necesario, por ella y por James, que aunque no llevaba su sangre  siempre le había considerado un poco hijo suyo.  No sólo porque le conoció desde su mas tierna infancia y porque ambos se sentían solos.  Willy porque vivía junto a la mujer que amaba y que para él era fruto prohibido.  Y el chico, porque al faltar el padre y su madre estar inmersa en el trabajo, no tenía a nadie más cercano que a él para compartir sus primeros sueños de adolescencia y después de juventud.
Indiscutiblemente era noche de rememorar viejos tiempos, que se habían hecho presentes con toda su inmensidad a pesar del tiempo transcurrido.

Y llegó el fin de semana, y con él, James, que desde su separación  sonreía poco cada vez que llegaba.  Era como si echase la culpa de su separación a aquella casa y a su ocupante principal.  Lo tenía claro, y comprendía el por qué Noa había tomado la decisión de no saber nada de ellos.

Tras el saludo de rigor se reunieron los tres frente a una taza de café y poco a poco, James fue desgranando el encuentro con su tío y su propuesta, algo que había desquiciado sus sentimientos y las dudas que sintió en un principio, se fueron agrandando a medida que los días pasaban y no terminaba de encontrar una solución para quitarse de encima el problemón que le había llegado de rebote.  Esperaba que entre Alice y Willy  encontrarn una solución para no tener que,  ni comprometerse con Rupert, ni tener que viajar a Nueva York y tener la posibilidad de encontrarse con Noa. ¿ En verdad no quería encontrarse con ella ?  Tenía miedo de ser débil al verla al cabo de tanto tiempo; pero tampoco podía emprender un recurso contra su suegro.  Si al menos hubieran estado divorciados, todo hubiera sido más sencillo, pero no en la situación que ambos tenían. Y como siempre se sintió pelota de pim pom al estar entre dos aguas.

No hay comentarios:

Publicar un comentario