lunes, 4 de marzo de 2019

Nunca logré olvidarte - Capítulo 5 -Amor, proyectos y vida

Frente a él una Noa nerviosa que no sabía cómo explicar su presencia allí.  Habían quedado en que la recogería en su casa.  James miró su reloj por ver si acaso se había parado y era más tarde de lo acordado. Pero el reloj funcionaba perfectamente y extrañado la preguntó

- ¿ Qué haces aquí?  Habíamos quedado en que te recogería a las nueve.  es muy temprano.  ¿ Qué te sucede? Acaso ¿ no deseas salir conmigo?
- Si, si lo deseo, y ese precisamente es el problema.  No he dormido casi en toda la noche tratando de organizar mi cabeza y saber lo que iba a decirte cuando te viera.
- Y ello ¿ es ?
- Que aunque nos separemos, no deseo cortar contigo.  Creo que siento por ti algo grande y profundo. Ya sé lo difícil que será todo, pero hablemos, y entre los dos encontraremos algún resquicio para nuestra relación. Sé que es una locura.  Que no nos conocemos, pero también sé, que lo que siento por tí me desborda, que nunca he sentido algo igual y que no deseo perderte.

El la miraba fijamente; escuchaba en boca de ella, lo que él mismo pensaba y tampoco estaba dispuesto a dejar pasar  el amor.  La notaba muy nerviosa e inquieta, pendiente de sus palabras y tomándola de las manos, hizo que se sentara en uno de los sillones frente a él

- Noa cálmate. Es un tema demasiado importante  que hemos aclarar los dos. Porque yo tembién siento lo mismo por tí, pero no es tan sencillo como decir " ale, unamos nuestras vidas y lo que sea pasará".  Eres muy joven y el romanticismo puede nublar tus ideas
- Tu no eres un anciano, precisamente. Sólo me llevas pocos años de diferencia
- Si, es cierto. Pero ¿ has pensado en tu padre? Porque yo si lo he hecho con mi madre y sé positivamente  que no aceptará este noviazgo relámpago y a distancia
- Verás  James, me he criado casi sin madre  desde que murió, mi padre viaja constantemente, es su válvula de escape.  No soporta la casa silenciosa, ni tampoco a mi, porque dice que cada vez que me mira la ve a ella, que soy su vivo retrato. Parte de mi infancia, adolescencia y juventud, han transcurrido de internado en internado. Además, creo que tiene un ligue en algún lugar.  No se lo reprocho, es joven aún y tiene derecho a ser feliz, pero yo me siento demasiado sola.  Echo en falta los consejos de mi madre, su ternura y también la de mi padre. Tampoco él se mostrará de acuerdo, pero soy mayor de edad y tengo derecho a elegir mi futuro. Y deseo que sea contigo. Sé que nos irá bien. Había pensado buscar un trabajo en Sacramento para estar más cerca de tí
-Esa sería una noticia excelente, pero aún así, conozco a mi madre y no creerá que lo que siento por tí es amor y no un capricho.  Lo cierto es que lo que nos ocurre es algo insólito porque ha sucedido todo en una semana.


- Si.   Esa semana toca a su fin. Te marcharás y te olvidarás de mi
- ¿ Por qué dices eso ? Acaso crees que el amor de una mujer puede ser más firme que el de un hombre? Yo te quiero.  Sólo que estoy preocupado porque a medida que se acerca el día de mi marcha, veo más claro los impedimentos que tendremos.
- Hay otra cosa que debes saber- dijo Noa, bajando la cabeza
--¿ Más aún ? ¿ Qué ocurre ?
- No he estado con nadie... nunca. Falta poco más de un día para que te vayas y deseo que seas tú el primero
- ¿ Te estoy entendiendo bien ?
- Si, lo haces.  Por eso he venido.  Porque durante toda la noche lo he estado pensando y deseo que así sea.
- ¿ Estás segura? Mira que si sucede, no habrá vuelta atrás
- Lo sé, pero aunque no lleguemos a nada, quiero que seas tú  mi primera vez.  Eres dulce, amoroso, educado... y sé que será perfecto. Pero quizá he ido demasiado lejos y tú no lo deseas.  Olvídalo
- No, no lo olvido, porque yo también deseo que así sea. ¿ En verdad eres mayor de edad? Porque entonces si tendríamos un problema si no lo fueras

Ella airada y enfadada tomó su bolso y sacó su carnet de conducir

- Mira ¿ Me crees ahora ?
- Lo siento pero es que es algo insólito.  Y que conste que me apetece muchísimo.  Te he deseado desde el mismo instante en que te vi.  Pero es que todo va a velocidad vertiginosa, y tengo miedo que  sea un globo que se desinfle con la misma velocidad
- Está claro que no te apetece.  No importa, no te preocupes.
-Si, si me preocupo.  Te he dicho que te quiero, que te deseo, y cuando un hombre siente por una mujer lo que yo siento por tí, lo inmediato es estar juntos.  No es nada del otro mundo.  Todos lo hacemos, de no ser así no existiría la raza humana, pero porque te quiero  no es un pasatiempo para mí, sino  mi gran amor.  Si estás de acuerdo, yo lo estoy.  Así que adelante

James se acercó más a ella  y la miró repasando con la mirada los rasgos de su cara, de ese rostro aniñado pero tan falto de afecto, de afecto de mujer y él estaba dispuesto a dárselo.  Se habían confesado mutuamente.  Sabían con los impedimentos familiares a los que enfrentarse, pero estaban convencidos de que su amor podría con ellos.  En definitiva se trataba de sus vidas y por mucha influencia que tuvieran su padre y su madre, serían ellos quienes tendrían la última palabra.

Carraspeó un poco, a modo de paréntesis. Parecía que todo lo planteado estaba claro ante ellos, pero precisamente porque sería su primera vez, tenía que darla un espacio , tener un preámbulo para que no fuera todo tan brusco.  Estaba claro que era una inexperta, pero al mismo tiempo sincera y transparente; decía las cosas como ella las sentía, estuvieran o no acertadas.  La cuidaría mucho y la respetaría, porque él si conocía el terreno que pisaba, pero ella no.  Y le importaba demasiado para dañarla;  contendría su apasionamiento y sus deseo  de hombre para adecuarse a los de la muchacha que tendría entre sus brazos. Porque en verdad la amaba y la deseaba, pero también quería  protegerla, hasta de ella misma.  No quería pensar si en lugar suyo hubiera dado con un desaprensivo.  Ella merecía toda la ternura del mundo, porque además de ser bella y dulce, era inocente y no conocía la maldad que puede encerrarse en los deseos de un hombre con no  muy buenas ideas.

- ¿ Estás de acuerdo? Estás muy callado.
-Si lo estoy y lo quiero, pero antes hemos de desayunar.  Presiento que vamos a  excedernos y necesitamos tener fuerzas
- No sé lo que dices, pero estoy de acuerdo

Se acercó al teléfono y pidió un desayuno para dos.  Estaba preocupado por cómo se desarrollarían los hechos, precisamente porque ella era ignorante de todo el proceso.  No deseaba asustarla.  La daría la mayor ternura de la que fuera capaz.  Y desayunaron en silencio; sólo se miraban de vez en cuando y sonreían y,  a la sonrisa de él, ella se sonrojaba.  Su cabeza funcionaba quizá imaginando lo que ocurriría en cuanto terminasen de desayunar.  Uno y otra lo deseaban y al mismo tiempo les violentaba.  James  pensaba que en cuanto comenzasen,  ella se relajaría y poco a poco todo iría por el buen camino


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