miércoles, 6 de marzo de 2019

Nunca logré olvidarte - Capítulo 7 - Distancia

Ambos se sentían desgarrados en la despedida.  Su abrazo era interminable.  Sólo serían siete días, perro para ellos eran como siete años. Además, aunque no lo comentasen, temían las situaciones a las que debían enfrentarse con sus respectivas familias; estarían ellos solos frente al mundo que no comprendería  el amor que guardaban en su pecho. Y que les parecería una locura, y aunque quizá lo fuera, sería su locura. Su gran locura, sus sentimientos jamás antes sentidos por nada ni por nadie.  Pero también las dudas.  Una semana sería una eternidad  y en sus cabezas  giraba la idea de que no volvieran a verse.  Noa acariciaba su anillo como para percatarse de que ahí estaba su compromiso con James y que el olvido no entraría jamás en sus vidas, sino el amor profundo que les había llevado a tomar esa resolución que , a la vista de todos, sería una extravagancia de jóvenes, pero ellos sabían que no era así.  Buscarían las palabras para hacerles comprender que si era posible que dos personas se amasen sin apenas conocerse, pero no era su caso.  Ellos se habían conocido en una sola noche, y sabían que lo ocurrido en aquella habitación del hotel, era un ochenta por ciento de que su vida en común fuera perfecta, como perfecta había sido su entrega.

Y vio despegar el avión y aún permaneció en el aeropuerto durante un rato, como si sucediera un milagro y volviera a ver a James siquiera por un instante nuevamente.  Pero no era así;regresaría a su casa.  A una casa sólo habitada por las personas que tenían a su servicio, mientras su padre viajaba constantemente.  Había encontrado su alma gemela y lo que hubiera sido  felicidad, se había tornado en  impaciencia ante lo que debían resolver con sus familias respectivas.  Unas familias en las que imperaba la ausencia y el ordeno y mando para disponer de sus vidas.  Y se reveló contra ese pensamiento; eso no ocurriría con ella.  En definitiva su padre estaba poco en casa, cuando no en los brazos de esa "novia" que ocultaba, a pesar de que era sobradamente conocida su relación de años. Quería su felicidad.  Su madre había muerto hacía mucho y él aún era joven para estabilizar su vida.  Probablemente si formalizara su relación, no tendría tantas ausencias y la comprendería mejor.  Pero todo eran ensoñaciones de ella y nada más.

Sentado en su asiento, James, tenía las mandíbulas crispadas.  Sólo deseaba que esa semana pasara pronto y pudiera reunirse nuevamente con ella. Con la mujer que le había robado la cordura, la que le pertenecía lo mismo que él a ella. El destino les había dado esa oportunidad, pero también habían piedras en él sendero.   Sabía perfectamente lo que ocurriría al llegar a su casa.  Alice era una mujer de fuerte carácter que no admitía nada que no partiera de su iniciativa. Tenía que reconocer que gracias a ese carácter  no sólo habían conservado el rancho, sino que lo había agrandado en todos los aspectos.  Había trabajado duro y quizá fuese ese el motivo del carácter áspero que tenía.  Siempre se había doblegado a su  mandato, pero esta vez era diferente:  no perdería a Noa por mucho que la costase un disgusto.  No amaba a Jocelyn.  La tenía cariño, pero sólo eso.  Se conocían desde pequeños y sabía de su amor por él, pero no la amaba y se lo dejó claro un día, pero su madre no dejaba de aconsejarle que sería la mujer perfecta y que el amor llegaría después.

Comenzaba a dolerle la cabeza de tanto pensar en que su historia de amor con Noa iba a ser puesta en duda en cuanto comentara  lo vivido en Nueva York.  Contaba con la comprensión de Willy, que, enamorado de su madre desde hacía tiempo, siempre actuaba como intermediario entre ellos. Aplacaba a Alice cuando se subía por las paredes cuando James, los fines de semana llegaba  casi de madrugada a casa, y de mediador con James  para que no entablase una trifulca con ella.  Pero ésta vez sería diferente: no consentiría el rechazo hacia Noa, sin siquiera conocerla.

Y tomó tierra, y allí le esperaba el bueno de Willy al que abrazó en cuanto se vieron.  Con él sabía que podía contar cuando le narrara la novedad de su viaje: iba a casarse rápidamente.  Imaginaba la escena cuando soltase esa bomba, y máxime cuando su madre supiera que no era Jocelyn la elegida, sino una chica de ciudad.  Y le pareció escuchar  su opinión referente a Noa

- ¿ Estás loco ? ¡ Una chica de ciudad ! ¿ Vas a meter a esa señoritinga en el rancho ? Desde ahora te digo que será un rotundo fracaso.  Aquí no hay tiendas como en Nueva York.  Y digo yo que en algo tendrá que ayudar ¿ sabe acaso algo de un rancho? Porque aquí hay que trabajar duro.  madrugar mucho y pringarse de barro hasta la rodilla si es necesario   ¿Estás seguro que cuando conozca  todo no tomará el primer avión de regreso a su casa?

No quería pensar más.  Sabía que todo eso sería posible, pero ella no dará la espantada, sino que aprenderá a ser la esposa de un ranchero.  Es lista y aprenderá pronto, y yo la enseñaré.  No la dejaré ir,

Se pasó la mano por la frente como queriendo ahuyentar los pensamientos instalados en el hueco de cerebro que rige nuestro sentido común.  Sabía que todo eso podría ocurrir, cierto, pero lo que no sabían era la profundidad de su amor y romperían cualquier barrera que saliera a su paso.
.  Estaba contento de ver nuevamente al muchacho, y observaba su rostro y en él descubría algo nuevo, pero también preocupación.  . En principio no le dijo nada, no quería que le dijera que era entrometido; esperó a que James se lo contara, porque sabía que tarde o temprano lo haría, ya que no sería la primera vez que fuera su confidente y quién le aconsejaba lo mejor para él
James preguntó por su madre y por la marcha del rancho durante esa semana. Sabía que dilataba la " novedad " que había observado en su cara, pero le dejaría espacio para sincerarse.

Cuando ya estaban sentados en el coche y dispuestos a partir hacia el rancho, James le dijo que esperase un momento antes de arrancar el motor:  debía contarle algo y no lo quería hacer aún delante de su madre, sin duda esperando el enfrentamiento.  Y comenzó por narrarle su encuentro primero con Noa.

No hay comentarios:

Publicar un comentario