jueves, 14 de marzo de 2019

Nunca logré olvidarte - Capítulo 23 - Willy y Alice

Y ellos partieron hacia Nueva York como James la prometiera, Alice estaba muy agitada esa mañana.  Quería tomar su tiempo y tenerlo todo listo para la cita de esa noche. Se le había olvidado lo que se sentía el salir a cenar con un hombre.  Desde que muriera su marido, nunca lo había hecho, pero claro Willy era como de la familia.  Pero a pesar de todo había estado en el salón de belleza para recortarse un poco el cabello y teñírselo y de esta manera ocultar algunas canas, que a pesar de ser rubia, sobresalían entre su pelo.  Se había hecho la manicura y la pedicura.  Lo que se dice había tirado la casa por la ventana.  No había visto a Willy desde el día anterior, ni siquiera acudió a su casa a desayunar, y es que él, también era coqueto y no quiso desaprovechar la oportunidad de pasar, junto a ella, una velada inolvidable.

Estaba contento y su corazón rebosante de ilusión.  Al fin saldrían juntos y algo más.  Reservó una habitación en uno de los lujosos hoteles de Sacramento, porque sí, irían a la ciudad y se acostarían tarde para de este modo "obligarla" a pasar la noche en el hotel por temor a la carretera

- Mi vista ya no es lo que era . la dijo a modo de disculpa y pretexto, porque la realidad era que su vista era la de un lince.

Y ella lo sabía, pero se hizo la desentendida.  Estaba contenta y excitada a un tiempo; anhelante por lo que la esperaba aquella noche. Contaba con el beneplácito de su hijo, que la animaba a retomar su vida y que ella siempre había rechazado ¿ Por qué ahora si y antes no ? Quizá se sintiera  atraída por las constantes muestras de amor que su hijo dispensaba a su mujer y eso la estimulaba, y además saber que contaba con el amor incondicinal y fiel de Willy durante tantos años.
A la hora acordada, Willy fue a buscarla llevando en su mano un maravilloso ramo de rosas rojas.  Conoció el significado del color de las rosas, sonrió cuando la encargada de la floristería se lo indicó. De sobra sabia que significaba amor, que era lo que sentía por ella, o sea que sería toda una declaración de intenciones.  Por otro lado Alice lo sabía; era una mujer muy lista y se había dado cuenta hacía mucho tiempo de ello.

- El amor y el dinero, no pueden estar ocultos- se decía mientras terminaba de arreglarse

Willy se sentía igual que un cadete en su primera cita, y no lo era en relación a otras mujeres, pero con ella sería la primera vez, algo deseado pero ni siquiera insinuado.  Hasta el día de hoy en que fue ella la que directamente le pidió salir a cenar.

Y sería también el momento propicio para sondearla  muy sutilmente el porqué de su inquina con Noa.  Trataría de que la pareja fuese más feliz de lo que hasta ahora estaban siendo.
Alice debía reconocer que a pesar de su madurez, Willy era un hombre muy atractivo con unas virtudes que a cualquier mujer encandelaría.  No se explicaba el por qué de su soltería, ya que echaba sus escapadas en busca de alguna mujer y por consiguiente su respuesta amorosa ¿ Quién se lo impedía, ella ?  No lo creía posible entre otras cosas porque nunca hizo mención de ello al cabo del tiempo.

Se quedó sorprendido gratamente cuando la tuvo delante.  Verdaderamente estaba bonita ¿ por qué no lo hacía más a menudo?  Es una mujer espléndida  de la que  cualquier hombre se enamoraría como lo estaba él.  La ofreció su brazo caballerosamente, y sonrientes como una pareja de novios, salieron rumbo a vivir su noche especial.

Durante la sobremesa, Willy trato de sonsacarla acerca de Noa, pero ella, le cortó en seco:

- De ese tema no quiero hablar. No quiero amargarme la noche.  Hablemos de nosotros.  Nos conocemos desde hace muchos años, pero no sé nada de ti, de tu vida - le dijo ella
- Es cierto, no es un tema del que me guste hablar, porque siempre que lo hago salgo dañado en algo.
-Como quieras.  No seré yo quién te obligue a ello.

Se les veía contentos y felices.  El menú de la cena había sido espléndido, y lo acompañaba un buen vino que hacía que las lenguas se desataran. En verdad Alice  sabía que en alguna parte de su vida había algo que nunca dijo, pero que le hacía daño.  No quiso insistir.  bebió un sorbo de vino, mientras él pedía los cafés y la copa final.  Al marchar el camarero  para traerles lo pedido, comenzó a hablar

- ¿ Es una noche de confidencias? Muy bien.  Quieres saber sobre mi, y voy a contártelo.
< Nací en Texas y allí viví con mis padres hasta que fallecieron tempranamente.  Tuve estudios, aunque no llegue  ir a la universidad  debido al fallecimiento de ellos. Vendí todo lo que teníamos: la casa, el coche y un pequeño terreno de labor, y con lo que  me dieron me fui a California y allí busqué trabajo en un rancho.  Conocí a una chica y me enamoré perdidamente de ella.  A los seis meses éramos marido y mujer.  No tuvimos hijos, pero sí lo que tuvimos fue un divorcio a los dos años de casados. >

< Tuve que acudir con mi jefe a San Francisco por asuntos de negocios, y allí estuvimos tres días. Nuestro matrimonio comenzaba a hacer aguas y  mi regreso al rancho fue el detonante de nuestro divorcio: la encontré acostada con uno de los peones.  Puedes imaginarte la que se lió de puñetazos y voces.  A ella la eché de casa y ese mismo día me despedí y con mis pertenencias emprendí un viaje por la zona para alejarme de ella y de todo.  Fui a parar a Sacramento y más concretamente a tu rancho. >

<Llegaba dolido, desengañado  y herido, jurándome a mi mismo que sólo utilizaría a las mujeres para una cosa.  Pero el destino me jugó una mala pasada: tú. Entraste en el despacho de tu marido de repente siguiendo a James que era muy pequeño y se te había escapado haciendo alguna travesura.  Me quedé sin habla al verte. Eras tan joven y bonita que no podía despegar mis ojos de tí.  En los días que se sucedieron me dije que era una locura, que prácticamente hacía poco que os habíais casado y que estabas loca por tu marido.  Pero en el amor no se manda.  Luego al poco tiempo ocurrió la tragedia  y sentía que tenía que ayudarte.  Trabajamos mucho para sacar el rancho adelante, pero jamás me extralimité en nada.  Eras mi jefa y estabas pasando por un mal trago.  Y así permanecí a tu lado siempre guardando las distancias.  Y James fue para mi como un hijo. A mi recurría en busca de la figura paterna que acababa de morir.  Siempre he estado enamorado de tí y creo que lo sabes, pero  has sido ese sueño inalcanzable y te he respetado siempre

- Hasta hoy - le cortó ella- Es cierto; fuiste un caballero siempre y no tenía idea de tu desengaño porque nunca hablaste de ello. ¿ Seguiste enamorado de ella durante mucho tiempo?
- No. Ya te lo he dicho.  Cuando te ví, tú eras la imagen que llenaba mis sueños.  Y ahora, en justa correspondencia quiero saber el por qué abandonaste a tu familia y nunca les has visitado a pesar de que sé que viven cerca de aquí
- Como la tuya la mía ha sido desgarradora. Y sí tengo  hermanos que supongo estarán casados y seré tía seguramente, pero desde la muerte de mis padres no les he visto.  La última vez fue en el entierro de mi padre.  Llevé a James conmigo para que supiera que tenía familia, pero que por motivos que te explicaré ni siquiera supieron hasta entonces de tenía un hijo. Nunca me ha gustado hablar del tema, porque al igual que a tí me hace daño hacerlo. Únicamente  le conté a James muy de pasada el por qué mi familia no nos hablaba.  Era demasiado pequeño para entenderlo, y después, al criarse sin verles, nunca los ha mencionado y preguntado por ello.  Y la cosa sucedió cuando...

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