lunes, 18 de marzo de 2019

Nunca logré olvidarte - Capítulo 32 - Noa flotando en el aire

La conversación con su suegro, había dejado a James en peor estado de ánimo que tenía. Las palabras " No quiere verte"  retumbaban en su cabeza ¿ Por qué? ¿ Cómo habían llegado a ese punto ?  Sabía que se habían amado profundamente; que ella le había amado.  Que no era posible que en apenas unos días, hubiera cambiado tan radicalmente.  Su unión, lo vivido durante ella, le hacían ver que había sido apasionado, indeleble.  Pero por otra parte la difícil situación con su madre, y la lejanía de ahora, posiblemente hubieran obrado en su ánimo. O quizá hubiera vuelto a su vida anterior, y comprendiese que no merecía la pena su sacrificio . O que aquél noviete de instituto hubiera vuelto a rondarla, y ahora se estuviera divirtiendo con él.
Esos pensamientos eran puñales que se clavaban dentro de su corazón.  A veces descolgaba el teléfono para hablar con Cecil, pero al mismo tiempo le daba miedo lo que él pudiera contarle, y volvía a colgar sin llegar a marcar su número.

Y los días pasaban, pasaban... sin respuestas a sus preguntas.  Mientras tanto en el rancho, la vida seguía como si nada hubiera ocurrido.  Willy le veía sufrir y callaba sin decirle nada.  Le dolía  la tristeza de James, ya que todo había sido provocado por el egoísmo de Alice.  En repetidas ocasiones, trató de entablar una conversación con ella para hacerla recapacitar, pero ella  ni siquiera le hacía caso cuando sacaban el tema.  Muy al contrario, se la veía más feliz que nunca.  Las cosas entre ellos marchaban bien en el tema amoroso.  Era otra mujer diferente y comenzaron a pensar en una unión más formal, a la vista de todos, sin esconderse, casándose.   Willy, al pensarlo se sentía feliz; era lo que había deseado durante toda su vida y poco a poco se hacía realidad, pero le apenaba que su felicidad no fuese completa por el tema de James y Noa.
Parecía que la chica se hubiese olvidado de su marido, que paseaba siempre solitario, a caballo por la pradera del rancho.

James, casi no se hablaba con su madre porque sabía que esa felicidad de la que ahora disfrutaba, se debía a la ausencia de Noa, del amor de su vida, que había sido sacrificado por la terquedad y encono de su propia madre. Se casaría en breve con Willy, y el caso era que se alegraba por ellos.  Por un lado le complacía ver feliz a su madre sabiendo que ese milagro lo había producido Willy, pero por otra creía que, en parte, sería por la separación de Noa. Y eso le dolía profundamente.  Había pasado el tiempo y esa llamada que tanto anhelaba de Cecil no se producía, y eso le indicaba que sólo él estaba triste, que la que fuera su mujer, estaba de lo más contenta y feliz en Nueva York, aunque estaba muy lejos de conocer la verdad de los sentimientos de Noa.

Comenzó a trabajar en las oficinas de su padre y supo que se le daba bien y se arrepintió de no haber proseguido los estudios cuando los dio por terminados..  Quizás ahora sería un buen momento para retomarlos.  Lejos de olvidarse de James, cada día le recordaba más y siempre tenía el semblante triste. Los fines de semana no salía con nadie. Al concluir su jornada laboral se recluida en casa. Y por mucho que Pamela y Cecil la invitasen a comer o a cenar, ella desistía.  Sólo le apetecía quedarse sola , sin encender siquiera el televisor.  Simplemente, dejaba correr las horas sumida en los pensamientos de los días que pasó con James y que muy probablemente ahora estuviera con Jocelyn sin acordarse de ella.

La boda de Alice y Willy se celebro en el rancho discretamente acudiendo los empleados y sus familias.  James hizo las veces de padrino.  Añoraba la presencia de su mujer y recordaba su propia boda en Las Vegas.  había desistido de contactar con ella y con Cecil, dado que cada vez que llamaba le decía que seguía igual, sin querer saber nada de él. Estaba triste y alegre a un tiempo. Alegre porque al fin su madre y su amigo, habían unido sus vidas al cabo de tantos años, pero triste, muy triste porque había renunciado definitivamente a Noa. Lo más prudente sería la tramitación del divorcio. ¿ Qué alegaría ? ¿ Abandono del hogar?  Por nada del mundo la dejaría en mal lugar; si fuera necesario se echaría él mismo la culpa aunque no hubiera sido el caso..


Y una idea comenzó a fraguarse en su cabeza. Esperaría a que llegasen del viaje de novios para plantear lo que deseaba hacer  Ahora Willy era de la familia, experto en los asuntos del rancho..  Ya su madre no le necesitaba; podría dedicarse por entero a ejercer la abogacía, lo que había deseado siempre.  Al menos podría ayudar a otras personas, ya que él mismo no podía.

En una de las discusiones mantenida con su madre, Alice lanzó al aire un nombre  Jocelyn.  Le enervó la sangre; ella si sería  de su gusto.  había truncado su matrimonio ¿ y aún tenía el valor de insinuarle  el nombre de otra mujer?  Era buena chica, pero distaba mucho de gustarle y por su puesto no existía amor de su parte. Pero al menos tendría  un hogar al que acudir cada noche al salir de trabajar, y alguien con quién hablar, ya que cuando regresaran los novios, no viviría ni en el rancho ni cerca de él.  Posiblemente encaminara sus pasos a San Francisco.  No sabía lo que haría con su vida, pero tampoco le importó demasiado.
Pensó que no era justo para Jocelyn pensar en unirse a ella por egoísmo de no estar solo.  Imaginó cómo sería su vida al lado de una persona a la que no deseaba como esposa, y muy al contrario recordando a la que si había su único amor.  Jocelyn no lo merecía; él no era de esa clase de hombres que se casan para solucionar sus problemas,  El no era de esos; si se casaba con otra mujer,  sería para amarla , respetarla y protegerla.  Pero no amaba a Jocelyn, sino a su verdadera esposa. Ironías escuchar que Noa no quería saber nada de él
Y los recién casados llegaron de su luna de miel.  Llegaban eufóricos y muy sonrientes, algo que al propio James le hizo sonreír.  No le extrañó la euforia de su madre.  llevaba viuda demasiados años.  Era una mujer joven y la naturaleza reclamaba su espacio.  La suya también pero a diferencia de Alice,  él no sentía ninguna excitación que no fuera con Noa, algo que ni por lo más remoto se daría.

Dejó pasar unos días .  Mientras,  organizaría su vida en otro ligar, en otra casa, fuera del rancho. No le importaba vivir en un hotel mientras buscaba algún apartamento .  Y también organizar su despacho.  Encargó una placa de bronce en el que se leyera James Mulligan Abogado. Cuando la tuvo en sus manos, la acariciaba como si fuera algo preciado, y para él lo era en grado sumo.  Y aquella misma noche, durante la cena, planteó la nueva situación.  Willy protestó ya que no quería ni oír que se fuera de allí.  Alice también lo hizo, pero su decisión era firme y en unos días se haría realidad.

- El rancho se queda en buenas manos, mama.  Willy es el más experto y yo podré al fin hacer realidad mi sueño.   Uno de mis sueños

Alice le miró compadecida de la tristeza de su hijo y la soledad que sentía.  Al fin Willy había podido mantener una conversación con su mujer  y probablemente ella comprendiese que no había estado acertada en arrinconar a Noa contra las cuerdas, y de este modo alejarse de allí abandonando a su marido.  Pero el mal ya estaba hecho y no había vuelta atrás.

Y una semana más tarde, James llevando una maleta con su ropa, algunos libros y el corazón roto, puso rumbo a San Francisco buscando un sueño que le compensara de tantas amarguras sufridas.   ¡ Qué distinto hubiera sido todo, si  Noa estuviera sentada en el asiento del co piloto.  Irian riendo o escuchando su música preferida y sobretodo, escuchar la risa cantarina de ella, que en los últimos tiempos había ocultado por la tensión vivida.


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