martes, 12 de marzo de 2019

Nunca logré olvidarte - Capítulo 19 - Dar una oportunidad al amor

Cuando sintió el rugir de un  motor, se dió cuenta de que James acababa de llegar a casa.  Corrió al cuarto de baño, se lavó la cara para borrar las huellas del llanto tenido, y peinó sus cabellos, se perfumó y con la mejor de sus sonrisas, corrió a su encuentro.  Se lanzó a su cuello, y le abrazó con más pasión de la acostumbrada, ahogando sus ganas de llorar y tristeza. El observó que no era un recibimiento habitual y la separó de él, escrutando su rostro, besándola  ardientemente. Pero un carraspeo a sus espaldas interrumpió aquel encuentro entre los esposos, y que desde esa tarde,  sabía que no era del agrado de Alice. Retiró su boca bruscamente y ésto hizo que Jimmy frunciera el ceño y supiera de inmediato que algo había ocurrido.

Saludó a su madre dándola un beso en la frente y tomó de la mano a su mujer diciéndola:

- Ven conmigo, te contaré algo mientras me cambio de ropa.- Y con ella agarrada por la cintura subieron los escalones mientras la sonreía dulcemente, bajo la inquisitiva mirada de la celosa madre.  Definitivamente había perdido a su hijo.    Y pensó en Willy ¿ tendría él esa fogosidad con ella si se terciara? Sabía que no le era indiferente, pero nunca la hizo ninguna insinuación, pero también,  que si ella se decidiera él aceptaría de inmediato.  Imaginaba   desde hacía mucho que Willy bebía los vientos por ella, aunque nunca insinuó nada.  Quizás era hora de coquetear con él..

Había pasado tiempo  y  aún joven reclamaba a su esposo imposible, pero nunca se había planteado que quizá volviera a ser feliz con otro hombre.  Con un hombre que estaba enamorado de ella desde hacía mucho. Si volviera la mirada hacia él, no se sentiría tan sola  y olvidada.  Ahora todos la veían como una mujer mayor, bonita aún, pero nada más.  Y al ver a su hijo juguetear con su mujer, su sangre comenzó a correr ligera. ¿ Era esa la envidia que tenía a su nuera? ¿ Por qué ella no tenía derecho a unas caricias de algún hombre?  Ella se había impuesto ese sacrificio pensando solamente en su hijo, pensando que si salía con Willy o con otro cometía una especie de sacrilegio a la memoria de su primer marido, y lo cierto es que deseaba ser amada y no lo era, al menos de la forma que ella se había impuesto así misma.  Su hijo ya no la necesitaba, tenía en su mujer todo lo que un hombre pudiera necesitar y ese era el motivo de que estuviera tan embobado con Noa. Posiblemente esa sería la razón de su enemistad hacia ella:  tenía todo lo que ambicionaba una muijer: ser amada por su hombre. Sin embargo ella, ahora, tenía que conformarse con un beso en la frente. La odiaba.  La odiaba tremendamente por haberla robado el cariño de su hijo. En cuanto tuvieran un hijo ya no tendría ni siquiera un segundo lugar, sino que no habría sitio para ella.  Debía marcharse de allí, tenía que conseguir que se fuera y recuperar de nuevo a James. Sabía que con Jocelyn no existía ese peligro ya que a James le traía sin cuidado, pero era muy difícil, después de conocer a Noa, que volviera los ojos hacia esa muchacha.  Su nuera era infinitamente más bonita y parecía que como mujer le satisfacía plenamente.  La tarea sería difícil, pero no imposible.

La voz de Willy la sacó de su abstracción.  Ni siquiera se había dado  cuenta de que acababa de entrar en la casa

- ¿ Estás confabulando contra alguien? - ´La preguntó sabiendo que estaba en lo cierto -¿ Has visto a los chicos?  Deberías acostumbrarte y alegrarte al verlos tan enamorados.  Es una bendición que se amen tanto.
- ¿ Me invitas el sábado próximo a cenar fuera de casa ?
- ¿ Me lo estás pidiendo en serio? ¿ Es cierto lo que mis oídos escuchan?
- Si lo es y quién sabe si después vayamos a algún sitio más
- ¿ Que quieres decir ?
- Nada, olvídalo. Es una tontería
- No, no lo es. Llevo años esperando, así que creo que  no te echarás atrás, cuando mañana pienses otra cosa.  Estas muy rara últimamente.
- Te lo he dicho y no suelo echarme atrás. Recógeme a las siete ¿ de acuerdo ?
- ¿ Es una orden? Porque así lo parece. Me estás ordenando que salga contigo y me insinúas algo. No juegues conmigo Alice, porque además de ser una crueldad, no soy un jovencito mojigato y estoy de vuelta de muchas cosas. No me vas a manejar como lo estás haciendo con tu hijo y tu nuera. Si damos ese paso, es para algo concreto no para un pasatiempo de una mujer despechada porque su hijo haya formado su propia familia. Eres egoísta si lo haces con ese propósito, así que me aclaras ésto ahora mismo.

Y por primera vez, Alice sintió pudor al explicarle que le necesitaba como mujer.  Que al cabo de tanto tiempo, algo nuevo se movía por dentro y que reconocía los signos por haberlos sentido en vida de su marido. Que al ver a su hijo como mira a su mujer, ha sentido la necesidad de tener  lo mismo y él estaba ahí, cerca de ella y sabía su secreto guardado desde hacía tanto.

Entonces, Willy, avanzó hacia ella y la estrechó entre sus brazos besándola de una forma casi brutal, que al retirarse, la hizo parpadear.  No había imaginado lo que ese hombre la amaba y la vitalidad que tenía. Sonrió y solo pudo decir

-¡ Vaya !

Pero también pensó que no estaría nada mal tener "temita" con él.  Al parecer tenía mucha vitalidad aún.  Willy dió media vuelta y salio de la estancia seguido por la mirada de Alice que reía sin parar..

No podía creer lo que acababa de suceder, y cómo había tenido el coraje de haberla besado con toda la pasión que llevaba guardada desde hacía tantos años.  Se enamoró de ella nada más entrar a trabajar en el rancho, cuando aún vivía su marido, pero era un hombre de ley y sabía que no podría nunca llegar hasta ella.  Después al fallecer su esposo, tampoco dijo nada, sólo procuraba ser útil cerca de ella, y atender como si fuera un hijo a ese niño que echaba de menos a su padre.  Pero Alice era mujer de muy fuerte carácter y tenía un hijo por el que luchar y él se apartó a un lado, al verla prosperar por sus propios medios. Willy era un simple capataz que la traia y la llevaba en su coche cada vez que ella se lo pedía, y eso sería lo más cerca que pudiera estar.  Pero algo había ocurrido y si no se echaba atrás, la demostraría cuanta pasión se encierra en ese corazón por su amor imposible.  Y quizá consiguiera suavizar ese carácter de mil demonios que tenía y que se  había ensañado en esa pobre niña por el simple hecho de haber enamorado a su hijo.  No quería hacerse ilusiones, debido al carácter de ella, pero si llegaban a algo serio, muchas cosas tendrían que cambiar.



Recluidos en su habitación, James  trataba de averiguar lo que ocurría entre su madre y ella, pero Noa no estaba dispuesta a ser quién  le dijera que le hacía la vida imposible. Que había hablado con ella para tratar de solventar su problema, pero que de nada  había servido. Sabía que le dolería mucho, por eso lo ocultó. Y no le dijo nada de la conversación que escuchó entre Alice y una muchacha del servicio, en la que le prohibió que hablase con Noa. Y esa mujer era la única con la que  podía hablar, pero desde aquello, ni siquiera con ella lo pudo hacer.  ¿ Cómo decirle la confabulación que su madre había creado con el único propósito de aburrirla y de este modo regresar a Nueva York?   Sólo permanecía callada y con la cabeza baja y lo único que se le ocurrió decir es que se aburría y echaba de menos Nueva York.

James se quedó algo cortado al escuchar la explicación.  No entendía  que ahora le dijera  aquello cuando siempre le había dicho que su amor lo cubría todo.  Algo pasaba que no sabía ¿ se habría cansado de él ? Pero en su intimidad demostraba lo contrario,   era complaciente y hasta a veces era ella quién llevaba la iniciativa. Quizá tenía demasiado tiempo libre.  La buscaría algo en lo que pasar su tiempo.  Comprendió que estaba demasiado sola, sin amigas ni nadie con quién hablar. Ignoraba que se pasaba el día encerrada en su habitación.

- Iremos a Nueva York, si es que es eso lo que echas de menos.  Este fin de semana  volveremos. Podrás ver a tu padre y si lo deseas comer con tus amigas mientras  te espero en el hotel
- ¡ Oh Jimmy ! es a tí a quién necesito no a mis amigas. Si al menos pudiera hacer algo, pero es que hay demasiadas horas en blanco hasta que tu llegas
- Hablaré con mi madre y verás como te busca algo
- No, no lo hagas
- ¿ Por qué? ¿ Qué ocurre ?
- Ya lo he hecho yo y me ha dicho que ya vería.  Si vuelves a pedírselo se enfadará al pensar que la desautorizo.  Sabes que no soy santo de su devoción y puede llegar a enfadarse aún más conmigo
- Esto tiene que acabar. Me volvéis loco entre las dos ¿ Qué narices os pasa ? - dijo elevando el tono de voz

Y justo eso era lo que quería evitar porque sabía que no conduciría a nada más a que ellos se disgustaran.  Conocía a su suegra, y le daría la conformidad a James, pero después se desahogaría con ella,  y guardó silencio.  Pero las cosas no cambiarían y eso la daba miedo.  Que la actitud de ambas repercutiera al final en la vida en común de ellos dos.  Y se atrevió a proponer lo que creía sería una solución

- ¿Y si buscamos una casita cerca del rancho y vivimos en ella ? Podríamos hacer lo que quisiéramos sin temor a molestar a nadie. Me siento incómoda; has visto el carraspeo porque me besabas.  Cuando me haces el amor, tengo miedo de alzar la voz, de gritar por si ella nos escucha, por eso cuando  sucede  me tapo la boca con la mano y la muerdo para no hacer ningún ruido
- ¡ Noa, por amor de Dios ! Eres mi mujer, estoy enamorado de ti.  Acabamos de casarnos... ¿ acaso crees que no sabe que te hago el amor a diario ? ¿ Qué clase de marido sería si así no fuera?
- No te enfades James. No sé lo que piensa, pero sí sé la cara con que me mira a la mañana siguiente
- Creo que estás exagerando y sacas las cosas de quicio. Si es eso lo que quieres, buscaré una casa, no te preocupes.  Así podrás gritar todo cuanto quieras sin tener que taparte la boca

Y James salió de la habitación de malas maneras. Lo que había tratado de evitar, al final había ocurrido.  El tema se la había ido de las manos, y sin darse cuenta le había contado lo que tan celosamente le había ocultado desde que llegaron de su luna de miel.  La guerra había estallado.  Ahora si que James estaba entre la espada y la pared;  nada bueno se auguraba en el horizonte.

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