sábado, 16 de marzo de 2019

Nunca logré olvidarte - Capítulo 28 - Y saltó la chispa

Y algo nostálgicos después de desayunar, salieron tomados de la mano, a recorrer tiendas y comprar algo que les apeteciera para Alice y a Willy.  Noa no sabía qé elegir para su suegra; pensó en alguna blusa bonita , o en un chal.  No sabía nada de sus preferencias de música o de libros, por tanto comentó a James sobre un perfume

- Cielo eso es muy particular.  Creo que mi madre no usa perfume.  Si acaso alguna colonia ligera de lavanda
- Cariño eso es muy poco-  No.   Tiene que ser algo más importante. ¿ Qué tal un bolso?
-Lo que tú quieras.  Seguro que lo que elijas estará bien y la encantará
- No estoy muy segura - lo dijo en voz muy baja, como para ella, pero James escuchó una especie de rumor y la preguntó
- ¿ Qué es lo que dices?
- No he dicho nada. Sólo que es muy difícil
- Ya...- respondió él, dándola a entender que no la creía.

Y al final, además del bolso, compraron una bonita blusa de fiesta, un perfume y un libro.  En realidad todo se le hacía poco para obsequiar a su suegra, bajo la atenta mirada de James y su sonrisa de aceptación.  Mandó lo envolvieran para regalo.  Esto era importante para ella  se sentía muy feliz, y lo único que empañaba su alegría era  el rechazo de Alice hacia ella.  Deseaba terminar con todas esas dudas.  Tratarla de convencerla de que no era su rival, sino que tenían espacios distintos en el corazón del hombre de ambas.

A pesar de que James reconocía los fallos de Alice, no dejaba de ser su madre,  por ese motivo, y le dolía enormemente, la posición tan difícil en el que le habían colocado entre las dos.  Sin darse cuenta, sin quererlo, en lugar de relajarse por las compras, ante la incertidumbre de acertar o no con el regalo, comenzaron a ponerse algo tensos, lo que conduciría al mal humor irremediablemente.

Y tras pasar la mañana de compras y almorzar en un restaurante, decidieron regresar al hotel.  Estaban cansados y deseaban estar tranquilos.  Por la noche volverían a salir , ya que sería su último día de estancia en la ciudad. James acariciaba  la mejilla de su mujer que estaba recostada en su hombro.  Noa, no estaba dormida, pero se lo hacía.  repasaba mentalmente su regreso al rancho y algo, como una mano opresora,  sentía en su estómago.  No quería pensar en ello, y sin embargo no podía dejar de hacerlo.  Temía su regreso al que debiera ser su hogar, y ese pensamiento, el tener que soportar de nuevo a Alice, hacia que la congoja subiera a su garganta. Lo sentía no sólo por ella, también por James que no tenía culpa de nada. La había prometido que vivirían aparte del rancho y estaba dispuesta a hacérselo cumplir, porque si no lo hiciera, se replantearía muy seriamente el regresar o no a su casa, aunque tuviera que vivir aparte  de la de su padre.  Tenían proyectos de casamiento y ella  no pintaba nada viviendo bajo el techo de papá. Lo que sí le pediría sería un trabajo, nada ostentoso, puesto que no podía aspirar a ello debido a su formación, pero que la permitiera vivir por ella misma.
Pero sabía que todo ésto conllevaba la separación de él, ya que ni por lo más remoto dejaría a su madre.  Tan sólo un milagro podría solucionar la situación:  que llegase a algo serio con Willy.  Pero estaba  lejos de todo ello, ya que había que contar no sólo con Alice, también con la paciencia de Willy para aguantar su carácter.

Emitió un suspiro, y James solícito, la besó en la frente al tiempo que la preguntaba si la ocurría algo

- No, amor.  No me ocurre nada, pero creo que debemos repetir este viaje nuevamente.   Algunos días más , sólo para nosotros: nada de visitas, ni compras ni nada. Sólo lo que nos apetezca.  Lo he pasado muy bien; creo que este recuerdo perdurará por varios días.
-¿ Tan deseosa estás de alejarte del rancho?- respondió James
- No es eso, pero has de comprender que mi situación no es cómoda.  Me siento como una intrusa.  Estaba convencida que conquistaría a tu madre, pero no me ha dado ocasión de ello. ¿ Por qué me rechaza de ese modo? ¿ Acaso, por estar sola, ha perdido la capacidad de entender las situaciones, a las personas?
- No lo sé, pero no quiero hablar de este tema.  No de mi madre.  Comprende que no soy tonto y me doy cuenta de las cosas, pero ella trabajó duro para darme lo que ahora tenemos.  Me consagró su vida, y al final de todo, y por encima de todo,  es mi madre.  No quiero que hablemos de ella para criticarla ¿ entendido ?

- ¿ Y qué pasa conmigo ? ¿ Yo no he sacrificado nada? ¿ No significo nada para tí ? ¿ Acaso no te importa que tenga que permanecer encerrada en nuestra habitación porque me incomoda enormemente que me traten como si fuera una ladrona?
- ¿ De qué demonios estás hablando?  Nadie desea que permanezcas encerrada en ninguna parte.
- Tú no, pero hay otras personas que si lo desean.  Es decir no desean verme ni en pintura. Tu te marchas a trabajar, y cuando estás en casa, todo es dulzura por su parte, pero ignoras cómo es mi día. He sido rechazada, por ejemplo , en la cocina y hasta he escuchado decir a otra persona que no me dirigiera la palabra.  Todo ello porque no me quiere allí, así que tú me dirás qué es ese comportamiento.
- Son imaginaciones tuyas.  Seguro que eso no sucede, pero todo se solucionará cuando tengamos nuestra propia casa.
-¿ Y lo lograremos algún día ?  Creo que te pondrá algún impedimento para que suceda
- ¡ Ya está bien ! Acabo de decirte que no hables de mi madre.  Bajo a la cafetería ¿ vienes conmigo?
- No, no voy contigo.  Está claro que no me quieres a tu lado en este momento, de lo contrario no saldrías huyendo

James la miró fijamente y apretando los labios, salió dando un portazo.  Ella se quedó mirando la puerta. Quizás esperando que él volviera a entrar y se disculpara por el portazo y por la absurda discusión que habían mantenido, pero no lo hizo.  Se sentó a los pies de la cama y contempló sin verlos los regalos comprados para Alice, que estaba segura no le gustaría ninguno, y más si supiera que ella los había elegido.

¿ Cómo sería Alice de joven ? ¿ Qué motivaba ese rechazo hacia ella ? ¿ Sería el compartir su corazón ?  Ella había llegado a California  con el deseo ferviente de tener una familia, una figura femenina que le aconsejara y la aceptara como una hija, más que una nuera.  Pero estaba visto que no lo había conseguido. ¿ Llegaría el matrimonio  a separarse ?  Esta, quizá no fuera  su primera bronca entre ellos, y no le gustaba nada.  Habían tenido algunas discusiones por el mismo motivo, pero estaba visto que él había tomado partido por su madre. Deseaba y esperaba que todo se solucionara yéndose a vivir fuera del control de ella, pero... ¿ y si así no fuera ?  Y una idea martillaba su cerebro , que rechazaba, pero que a un mismo tiempo se abría camino .  Ni siquiera quería pronunciar la palabra, pero su cabeza lo hacía por ella.  Se levantó y salió de la habitación.  Quizás un baño de sales, le templara los nervios.  Tapó la bañera, y dejó correr el agua caliente en donde vertió un buen puñado de sales, después de desvestirse, se introdujo en la bañera, cerrando los ojos y allí permanecía, hasta que al cabo de no sabía cuanto tiempo, sintió el abrir de la puerta de la habitación.  Debía haber transcurrido bastante tiempo, puesto que el agua estaba sólo templada , aunque   ella a penas lo había notado. Alcanzó una toalla y salió de la bañera al escuchar la voz de James que la llamaba.

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