sábado, 27 de mayo de 2017

Los Grey - Capítulo 17 - Los Idus desatados

Anastasia tenía el rostro lívido, pero aún más estaba el de Christian. Sólo había una explicación: Elena.  ¿Cómo había tenido semejante descuido, o fue intencionado?.  Ahora si que era el momento de contar a Ana toda la verdad, y de esta manera hacerle ver que él era inocente, que no había cometido ninguna infidelidad, sino una obra de caridad.  Su único error no habérselo dicho a su mujer antes, aceptando las consecuencias , y que pensándolo más friamente no debió proceder de esa manera tan generosa, quizá demasiado generosa. Ya no tenía ninguna cuenta que saldar con ella.

Ahora sería muy difícil hacer ver a su mujer  que no había habido nada entre Elena y él, sino simplemente hacerla ese favor.  Luego estaba también su mentira sobre los dos días de tardanza en regresar; habían sido para realizar las gestiones.  Estaba metido en un barrizal difícil de salir. Miraba la cara de Ana.  Ninguno de los dos hablaba, pero fue ella la que rompió el silencio


- Creo que tienes que decir algo ¿ no ?. O no, mejor no digas nada; está todo muy claro. Nunca, nunca, hubiera imaginado ésto. Pero es tanta la rabia, la pena y el desengaño sufrido, que no deseo que me digas nada. Esta prenda habla por si sola
-Ana, escúchame.  No hay nada de lo que imaginas, y todo tiene una explicación. No me he acostado con ninguna mujer. Se que debí decírtelo hace tiempo, cuando ocurrió todo, ese es mi error, mi gran error. No te dije nada, precisamente por lo que está ocurriendo ahora, pero ha llegado el momento de explicártelo todo
- No quiero más explicaciones, ni saber nada más Christian. Durante todo el tiempo, desde que nos conocimos, te he estado dando treguas y admitiendo todo porque ocurrió en una época en que no nos habíamos conocido.  Pero esto... Ya no tengo fuerzas para seguir cargando con tu "mochila", ya no.  Esto ha sido la gota que ha colmado el vaso
- Pero tienes que escucharme. Todo tiene una explicación, por favor escúchala y luego castígame con tu desprecio si así lo crees, pero antes deja que te cuente todo. Nunca te he mentido y lo sabes
- Muy bien.  Te escucho.
- Cuando terminé mi reunión con el canadiense, al pasar por la cafetería, escuché que alguien estaba tocando el piano. Decidí que bien podía tomarme una copa, mientas lo escuchaba.  Y así lo hice. Alguien se presentó frente a mi, alguien a la que nunca imaginé encontrar allí. Era Elena.
- No quiero saber más- Ana se levantó de donde estaba sentada dispuesta a salir, pero él la retuvo
-No por favor, tienes que escucharme. No he tenido nada con ella sexualmente, si es lo que estás pensando. Me extrañó que estuviera allí, y me dijo que ahora vivía en Nueva York, que había vendido Esclava, pero que se había comido el dineral que la dieron, y que ahora tenía que ganarse la vida.


 -Su modo de vivir es recorrer las mesas de los señores adinerados que allí concurren.  Por unos dólares acuden a los lugares que ella conoce y que practica.  Me dio pena.  Ya no es la Elena que conocí; los años han dejado su huella, y lamenté que viviera de esa forma. Me dijo que vivía en Brooklyn en la parte humilde. La llevé a su casa a que recogiera sus cosas y la hospedé en el mismo hotel. La compré un apartamento que estaría disponible en pocos días y al yo marcharme la dije que viviera en el nuestro  hasta que estuviera disponible el suyo.. La he facilitado un modo de ganarse la vida más en consonancia a su vida anterior y la he instalado un salón de belleza.  Desea vivir en Nueva Yoirk, así que no existirá contacto alguno conmigo. Eso fue todo, por eso tarde dos días en regresar, .  La prenda..,. debió olvidarla
- O dejarla a propósito.  Mira Christian si querías hacerme daño me lo has hecho y mucho.  Ella precisamente.  He consentido con Leila, pero Elena ...rotundamente no. Me he preguntado muchas veces la razón de tu dependencia de ella, ahora he llegado a la conclusión siempre la has amado, siempre has estado enamorado de ella, y ahora, cuando la has vuelto a ver después de todos estos años, se ha despertado tu amor dormido.  Sigues protegiéndola, a pesar de la generosidad que tuviste con ella, al dejar,, supuestamente,  vuestra relación.  Ya no puedo más, esto es demasiado.  Te das cuenta de lo que has hecho la   has metido en nuestra casa, ha dormido en mi cama, con mis sábanas ¿ Crees acaso que puedo volver siquiera a este apartamento? Tenías dos caminos invitarla a una copa y despedirte. Pero  has optado por el que te dicta tu corazón: protegerla y volver a ponerla en el lugar que nunca debió abandonar.


-Pues muy bien, la que sobra soy yo, de modo que te dejo el campo libre para que hagas lo que quieras. Yo ya no cuento en tu vida. Creo que ni siquiera me lo hubieras contado, que nunca me hubiera enterado a no ser por  el descuido de sus braguitas.  Mejor  regreso a casa. Aquí no tengo nada que hacer
- Por favor Ana. Ella no es nada para mi. Nunca he sentido nada hacia ella que se parezca al amor.  Sabes muy bien la atracción que sentí, y que se acabó, incluso antes de tu aparecer en mi vida. Tu lo eres todo.  Eres el pilar de mi familia, de mi casa, de mi vida.  Siempre lo has sido. Te aseguro que no me he acostado con ella desde que era casi un adolescente.  Que la amistad que tuvimos quedó zanjada hace mucho tiempo
- No Chistian, si hubiera quedado zanjada, no hubieras hecho todo lo que me has contado. Ya no tengo fuerzas para tanto. He perdido la confianza en ti.  Necesito tomar distancia contigo, y reflexionar sobre todo esto que me has contado y que me has ocultado.
-Ana, no pensaba ocultártelo, pero el día que regrese a Seattle desde aquí, cuando iba a decírtelo, surgió lo de Teddy, decidí dejar pasar unos días, y después no encontraba el momento Es la pura verdad, créeme por favor
- No, de momento no. Necesito asimilarlo y pensar qué  voy a hacer,  Christian. Ve a buscarla y diviértete en el fin de semana.

Anastasia dio media vuelta saliendo de la habitación, dejando a Christian clavado en el suelo sin saber qué decir ni qué palabras emplear para disuadirla y hacerla comprender que todo lo hizo con la mejor buena fe. Ya en  el vestíbulo, Ana llamó a Taylor

- Taylor por favor, llévame al aeropuerto.-  Christian blanco como el papel, dijo:

-Regresamos a casa en una hora. Ya Stephan esta avisado. ¿ Podrás hacer el viaje , al menos, conmigo?- Anastasia le miró respondiendo

- Estaré en la cafetería de abajo.  Allí estaré hasta que  tengamos que salir.- Y se fue del apartamento




A la hora de partir hacia el aeropuerto, Christian fue a buscarla a la cafetería.  Ella miraba al exterior por el ventanal y no le vio llegar. Christian presenció que secaba unas lágrimas y observó que el café que había pedido, estaba intacto. Se le partía el corazón al verla sufrir, y sufrir él mismo por su torpeza  al haber hecho lo que creía una buena obra.  Debió medir los hechos, pero ahora ya no tenía remedio.  No quería ni pensar en que su matrimonio pudiera estar roto.  Trataría por todos los medios de arreglarlo, le daría tiempo.

Se sentó a su lado y tomó una de sus manos.  Ella giró la cabeza y al verle, su llanto se incrementó aun mas.  El secaba con su mano las lágrimas de ella y la  miaba con ternura, pero ella no le devolvía la mirada.  Al cabo de unos instantes, Anastasia habló:

- Te dije en una ocasión que si tu me dejabas se acabaría todo para mi.  Viviría en tinieblas, quedaría anulada, y eso precisamente acaba de ocurrir.  Te entregué los mejores años de mi vida, te entregué toda mi capacidad de amar, y sin embargo no ha sido suficiente. Buscabas algo que yo no podía darte, y al fin todo se ha cumplido.
- No, no, mi amor.  Nada  ha cambiado todo sigue igual entre nosotros. Yo te quiero más que a nada y a nadie. No he tenido nada con ella, sólo piedad.  Por favor créeme lo hice sin pensar, , es cierto, y te lo iba a decir, pero al llegar ... Mi error fue llevarla al apartamento.  Me dolió verla mendigando unos dólares, solo eso.  Ella no representa nada ni representó nada.  Por favor, créeme sólo tu, Ana, sólo tu
- Basta Christian, por favor.  Necesito reflexionar sobretodo esto. No se lo que haré, pero necesito distanciarme de ti, al menos por un tiempo

Cuando subieron al avión. ella se dirigió a la suite, la que fuera su suite nupcial.  Christian se quedó en su asiento. Lo  echó hacia atrás  y cerró los ojos. Anastasia con la cabeza hundida en la almohada, lloraba incesantemente repitiendo el nombre de su marido. Todo se había hundido. La familia que habían formado, había sido rota por ella, aunque   no hubiera intervenido. Pero estaba segura que había dejado el tanga a propósito. Era su venganza fría y cruel por haberle ganado la partida con Christian.  Todo le había salido a pedir de boca, y seguramente lo hubiera estado maquinando durante esos años. Al fin lo había conseguido.  ¿Debía darle esa satisfacción ?


No hay comentarios:

Publicar un comentario