lunes, 23 de marzo de 2020

El mismo mar. El mismo cielo - Capítulo 3 - Declaración de intenciones

Hizo que se sentara frente a él con su escritorio entre medias.Ningún titular de departamento explicaba  el trabajo a realizar a sus subordinados. Todas esas explicaciones no las entendía, nadie lo hacía, sólo él con ella.  Tuvo que sacudirse ligeramente la cabeza para volver a la realidad. El médico la contaba que veía en ella muchas aptitudes para ese trabajo:  Era despierta, inteligente y quería que ella se integrara en el equipo.  Que no se limitara simplemente a contar las gasas , sino que aprendiera a controlar los aparatos, a saber los indicativos de lo que cada uno de ellos significaba. Aunque para eso tuviera que hacer un reciclaje.  Pero ella, a medida que se lo explicaba se sentía más entusiasmada; amaba su profesión y quería ser algo más que enfermera.  Pero ¿ por qué tenía esa deferencia con ella?  Se daba cuenta que la miraba intensamente, como si quisiera mirar a través de sus ojos, adivinar lo que pensaba y eso la desconcertaba.  Daba la impresión de ser despistado, de no acordarse  de ella, y sin embargo sabía muy bien de quién se trataba y a un tiempo se preocupaba de que ascendiera en su profesión. Era una actitud totalmente extraña que no terminaba de entender.

No sabría precisar el tiempo que estuvieron en el despacho del médico; deseaba marcharse, se mostraba incómoda, además todo había sido un monólogo; ella no había despegado los labios. La incomodaba aquél hombre, a pesar de que la gustaba, pero era ¡ tan extraño ! Y de pronto se despertó de su letargo cuando él la hizo una pregunta:

- Me está escuchando?

- Oh perdone.  Desde luego

- Bien, pues respóndame

- ¡ Ay madre mía, me ha pillado !- se dijo, porque no tenía ni idea de lo que le había preguntado

Era decidida y ágil de mente. Tenía que responder algo que no tenía ni idea.  Tragó saliva y argumentó :

- Ya entregué mi informe de profesionalidad. ¿ Es que hay algo que no está bien ?-dijo

El estalló en una risa y eso la dio una pista de que había salido por la tangente. A saber cómo reaccionaría, porque ahora si que se había dado cuenta de que, durante toda la conversación, no le había hecho ni caso

- Está bien. Está cansada y no me he dado cuenta de ello. Seguiremos en otro momento

- Lo siento, me perdí en la última frase. Perdóneme. Pregúnteme otra vez, le prometo que no volverá a pasar - le dijo toda sonrojada

- No se preocupe, lo comprendo.  La he aburrido; perdóneme usted, pero quiero saber cómo es usted, siento curiosidad, así que seguiremos en otra ocasión.  Podría ser, si no hay trabajo, en alguna guardia. Pero creo que no será posible porque estaremos ocupados, así pienso que lo más acertado es que la invite a cenar una noche y así hablamos con tranquilidad

- ¿ Cómo dice ?

- ¡ Vaya, hoy está usted algo espesita ! Déjelo. Cámbiese de ropa y la llevo a su casa

-No es necesario doctor, gracias. Lo cierto es que estoy metiendo la pata con usted tremendamente

- O yo soy muy aburrido.  Le aseguro que nadie me lo había dicho nunca. Tomaré nota de ello, no quiero dormir a las damas cada vez que salga con una.

Prefirió callarse.  Estaba visto que a pesar de enfadarse con ella misma, había desperdiciado una ocasión única de saber quién era el enigmático doctor.  Se dio cuenta que lo que deseaba no era exponerla un plan de trabajo, sino tener una oportunidad de pasar un rato con ella.  Y eso terminó de sacudir  el aburrimiento que pudiera sentir.  Y de repente sintió una alegría por todo el cuerpo, al comprobar que de todas las auxiliares que trataba, era ella a quién había elegido. ¿ Por que motivo? ¿Para qué ?  No lo sabía, pero la encantaba.  Y es que la gustaba mucho, muchísimo; tuvo que disimular la satisfacción que la proporcionaba el haber descubierto ese secreto, o ¿eran ilusiones de ella solamente? , y él ni por lo más remoto se le había pasado por la imaginación. Simplemente quería ser amable en un día en que no estaba enfadado por el vuelo de una mosca y era amable.  Así de fácil.

- Ya es la hora de la salida. Si te parece podíamos ir a tomar una copa. Pasar un rato relajado  dejando atrás el trabajo.  ¿ No te gustó el café del otro día ?

    ¡ Acababa de tutearla !

- ¡ Oh Dios mio ! Tiene razón. Iba a darle las gracias al día siguiente, pero estaba con una doctora hablando y no me pareció oportuno interrumpirles.  Después tardé en verle y luego se me olvidó.  Le ruego me disculpe; y sí me gustó el café

- Bien pues repitamos

- La verdad, me es un poco violento.  Usted es mi jefe y acaba de echarme un montón de broncas.  No sería correcto, usted es mi superior

- ¿ Qué de malo hay ? Venga cámbiate de ropa y vayamos a relajarnos. Mañana tenemos guardia. O ¿ prefieres en los días que tengamos libres?

-¿ Por qué lo hace ? Apenas me conoce y soy su subalterna; no creo sea correcto

- Te conozco muy bien. Me fijé en ti a los cinco minutos de yo entrar a trabajar en este hospital.  Al principio fue curiosidad, después atracción, pero no me atreví a pedirte una cita.  Pero ya hace tiempo de esto y creo que es el momento correcto para hacerlo.  Me interesas, me gustas mucho, precisamente por tu forma de ser y por el cariño que demuestras a los enfermos. Eres una buena persona; alguien que trata de esa manera a los enfermos, no puede ser mala.  Así que, ya ves: quiero que salgamos juntos

- ¡ Caray ! Es usted muy directo

-¡ Eh ...!- puso su dedo índice sobre sus labios y sonriendo la dijo - De tú, por favor. Si vamos a ser novios, no queda bien ¿ de acuerdo ?

    Rose Mary se le quedó mirando con los ojos muy abiertos, sin llegar a asimilar lo escuchado.  Era toda una declaración de amor ¿ qué digo de amor ?Era una declaración de intenciones.  De una intención de llegar a algo serio con ella.

- Otra vez estás en otra órbita. Me voy a tener que pensar que no sirves para el puesto que te asigne.  te noto muy dispersa - la dijo, ya algo contrariado, y pensando que esa chica no era para él.

- Olvídalo, está claro que no te interesa. ¿ Tienes novio ? Tengo la impresión de que no lo estás tomando en serio

- No, claro que no.  Es que... no salgo de mi asombro. 

-No hemos hablado ni media docena de palabras.  Apenas nos conocemos ¿ Cómo puede pensar en una relación formal, así tan de repente? ¿Qué mosca le ha picado?- pensó para sí

- ¿ Por qué ? ¿ Que de particular tiene?  Quizás tengas razón; es todo muy precipitado para ti, que no para mi. De acuerdo, vayamos más despacio, pero al menos podremos tomar una copa de vez en cuando ¿ no ? Somos dos compañeros que desean tomarse una copa después de un día de trabajo; como hace todo el mundo, eso si podría ser ¿ no ? Si es que temes que nuestros compañeros murmuren

- Ya... pero... Hay chicas muy guapas en su equipo, y no entiendo que...

- Que te prefiera a ti ¿ no es eso ? - ella dijo sí con la cabeza, y el prosiguió - Cierto,  hay chicas muy guapas, pero a mi me gustas tú. Así que dime, ahora que pareces que has aterrizado en la tierra ¿aceptas? 

- Si, si, claro que sí 

Y lo dijo con tal entusiasmo que el doctor Limerick se echó a reír

Lo había deseado, aunque en sueños, que se fijara en ella  y parecía que lo había hecho sin ella percatarse de ello.   Pero al mismo tiempo las dudas la asaltaban por si tenía otros planes que no fueran los profesionales precisamente.  Pero al mismo tiempo, tenía fama de ser un hombre muy recto y extremadamente escrupuloso con sus relaciones.  Se sabía que había salido con alguna que otra médica o supervisora de planta, pero lo que él pretendía con Rose era algo más.

- Me ha dicho que me conoce desde hace tiempo, aunque nunca se ha dirigido a mi ¿ Por qué ahora ? No me haré ilusiones por si se trata de una nube de verano.  Aunque lo ha dicho muy serio; no me puedo creer que le guste yo, precisamente yo.   Si, si, si...No me haré ilusiones por si acaso..

    Salieron juntos del hospital, y él la acompañó hasta su casa.


RESERVADOS DERECHOS DE AUTOR / COPYRIGHT
Autora< rosaf9494quer
Edición< Marzo 2020
Ilustraciones< Internet



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