viernes, 2 de junio de 2017

Los Grey - Capítulo 23 - ¡ Sorpresa !

Decidieron celebrar la  gran noticia., y una vez más acudieron a su club favorito, al restaurante favorito, a su reservado favorito, al ascensor favorito, a pesar que desde aquella vez, nunca volvieron a tener otra ocasión igual. Pero no importaba lo celebrarían igualmente en su dormitorio aquella noche, ya se le ocurriría algo a Christian.

Eran felices, y estaban contentos.  Se reían por cualquier cosa, por insignificante que fuera.  Y así llegaron a casa. Les aguardaban dos hijos preocupados por su tardanza. Tan eufóricos estaban que ni siquiera se acordaron de avisarles que no les esperasen a cenar.  Teddy, les reprochó cariñosamente ese hecho, pero Phoebe estaba hecha una furia.  Estaba pasando por una mala racha de carácter; sus relaciones con Bryan no mejoran , y ella estaba desesperada y de muy malhumor.

Christian se disculpó con ellos, y les hizo ver las veces que sus hijos hicieron lo mismo, y ellos nunca les reprocharon nada.  Teddy se disculpó y se dirigía a salir con destino a su dormitorio alegando que tenía que estudiar, pero su padre le dijo:

- Espera un momento, por favor.  Tenemos algo que deciros - Christian atrajo hacia sí a Ana y tomándola por la cintura, se plantaron frente a sus hijos. Christian sonriendo a su mujer, dijo:

- Vamos a daros un hermano
-¿ Quéee ?- respondieron al unísono los chicos
-Lo que acabáis de oír. Mamá nos va a regalar un bebe
- ¡ Vaya ! - dijo riendo Teddy - Enhorabuena papá, mamá..  Lo que significa que estáis en plena forma
-No, ni hablar - dijo una furiosa Phoebe - ¿ No os da vergüenza ?

La sonrisa de Ana y Christian se borró de sus labios. Teddy no sabía cómo reaccionar, ante el desafuero de su hermana.

- Phoebe, Teddy, a mi despacho - dijo su padre conteniendo su furia

Ana se quedó sola en el salón, desolada. Contaba con la sorpresa de sus hijos, pero la salida de tono de Phoebe, ni siquiera lo hubiera imaginado. ¿ Por qué tenía que darles vergüenza?, Era un niño deseado, engendrado con amor, estaban casados y se amaban ¿ Dónde estaba su delito ? Se lo advirtió a Christian, pero nunca imaginó que fuera tan dura, precisamente Phoebe, con ellos. Triste,a pesar de su alegría interior,  se encaminó al dormitorio y se metió en la cama.

El despacho de Christian estaba situado en la planta de abajo, pero ni siquiera quiso escuchar detrás de la puerta lo que les estuviera diciendo. Toda su alegría se había desvanecido. Ni siquiera quería imaginar lo que vendría después, ni las miradas reprobatorias de Phoebe. ¿ Por qué se sentía examinada por su propia hija, como si hubiera hecho algo malo ?.

Un exasperado Christian, increpaba a sus hijos, especialmente a Phoebe.

- ¿ Qué demonios os pasa?
-Papá-. Interrumpió Teddy, que enmudeció en el acto, cuando el dedo índice de su padre se alzó imponiendo silencio
-- No tienes ningún derecho a empañar, ni por un instante, la alegría de tu madre ¿ me oyes? No voy a permitírtelo. A tu madre, ni rozarle ¿ me oyes? Quiero una explicación de tu comportamiento, aquí y ahora. ¿ De qué, según tú, tenemos que avergonzarnos? ¿ eh ? Somos jóvenes, nos amamos y tenemos las mismas necesidades sexuales que podáis tener vosotros ¿ En qué se diferencia? El hecho de que seamos vuestros padres, no significa que no desee a tu madre y que ella me desee a mi. Dormimos juntos, estamos enamorados y nos deseamos mutuamente. Es un niño buscado  ¿entiendes? lo mismo que fuiste tú.  Hemos ido a engendrarle sabiendo lo que hacíamos. No voy a consentirte ni una sola palabra más que haga sufrir a mama. Y en cuanto a ti Teddy...
- No sigas, papa. no os he reprochado nada. Precisamente porque amo a una mujer, os comprendo perfectamente, Y además sois muy dueños de hacer con vuestras vidas lo que creáis conveniente. El hijo que viene en camino, será bien recibido por mi parte y le querré lo mismo que quiero a Phoebe,  Yo me he alegrado. No se me ocurriría meterme en vuestra vida privada, no tengo ni razones ni derecho a hacerlo.

 Teddy avanzando hacia su padre le abrazó, mientras Phoebe pemanecía con la cabeza baja, gimoteando quedamente. No se imaginaba siquiera la reacción de su padre. Ella era  " su niña" "su princesa", y nunca le había hablado con tanta dureza como en esa ocasión.¿ Era eso lo que la ocurría ? ¿ Sentía celos de su futuro hermano o hermana?  Se vería desplazada por un insignificante bebe. ¿ Veía a sus padres como si a sus cuarenta y pico años, fuesen unos ancianos que tenían que renunciar a los placeres de la vida por ser "muy viejos" para el amor?.


  Pero le había dejado muy claro la pasión que su padre sentía por su madre, el amor que sentía por ella era indestructible.  Que deseaba poseerla como el primer día de casados.  Ni siquiera les imaginaba haciendo el amor, y sin embargo lo hacían, y la prueba venía en camino. ¿ Sentiría ella esa misma pasión por Bryan dentro de unos años? Y de repente se dio cuenta de que eso no era sucio ni denigrante, muy al contrario, era un amor puro y limpio y que adoraba a sus padres tal y como eran y querría a su hermano.  Debía pedir perdón urgentemente.

Teddy ya se había marchado, y ahora estaban frente a frente su padre y ella.  Levantó la vista hacia los ojos grises, que en esta ocasión eran fríos y acerados, de Christian.  Se secó las lágrimas y la nariz que tenía acuosa.  Su padre le tendió un pañuelo, y entonces ella comenzó a hablar:

- Papá perdóname. Yo... no sé en qué pensaba. No quise ofenderos ni mucho menos a mamá, que siempre ha sido comprensiva conmigo. Yo os quiero... mucho. Sólo os pido me disculpéis y me deis tiempo para hacerme a la idea. No creí que siguierais con relaciones sexuales, es absurdo lo sé, pero imaginaba que todos vuestros contactos eran sólo besos.  Ahora me doy cuenta de que os amáis y que cuando amas a otra persona, la consecuencia inmediata es esa: sexo. No sé cómo disculparme, lo siento
- Ven aquí princesa- Abrazó a su hija que se refugió en el pecho de su padre. - Seguía siendo "su princesa" -. Es un bebe deseado, y su llegada nada cambiará en nuestros sentimientos hacia vosotros. Hay capacidad de amar para todos, hija.  Todos habéis sido buscados y deseados y os amamos por igual a cada uno de vosotros, con vuestros defectos y virtudes, como nosotros tenemos. Y si Phoebe, mamá y yo mantenemos relaciones sexuales cada noche y cada mañana, porque nos amamos y esa es una demostración de amor entre un hombre y una mujer. Estoy profundamente enamorado de tu madre.  Desde que la conocí, no existió otra mujer para mi y la adoro.  Quiero que comprendas los sentimientos que albergamos  el uno por el otro, y que lejos de ser una vergüenza es un privilegio que sentimos, y que ese amor nos ha permitido formar una familia con sentimientos tan nobles y puros como el nuestro, y que seáis capaces  de sentir,  el día que os enamoréis de la persona que os acompañe el resto de vuestra vida. Somos jóvenes Phoebe, aunque con la distancia que marca tu edad, nos veas muy mayores, y sin derecho a amarnos cada día, pero eso no es así.  la sexualidad muere con la persona, es un mandato de la naturaleza y su máxima expresión es el amor y la necesidad que sientes de la otra persona.


- Nunca me has hablado de esta forma, tan claramente
- Hija, hay un momento en la vida en que hay que hablar con los hijos como si más que hijos, fueran compañeros, amigos,  y dejar a un lado el rubor de hablar de estos temas con tus padres.  Con nadie mejor que con ellos hay que hablar porque os comprendemos perfectamente, porque también sentimos  lo mismo en nuestra adolescencia y juventud. Desde que el mundo es mundo, la historia se repite de unos a otos. Y, créenme, no es nada vergonzoso.
-Papa ¿ me perdonas?
- Algún día sabrás por experiencia, que los padres tenemos la capacidad de perdonar a nuestros hijos siempre, por grave que sea la ofensa que nos infrinjáis. Claro cielo, pero con quién debes disculparte es con tu madre. Le ha dolido tu reacción: ella estaba muy contenta con la noticia, y veníamos de celebrarlo.  Anda búscala y discúlpate ante ella.

Phoebe la buscó, y al final fue a la habitación de sus padres.  Encontró a su madre que lloraba quedamente. Phoebe fue hacia ella

- Mamá... - No hubieron falta más palabras, sólo un abrazo. Todo estaba perdonado.

Cuando Christian se acostó, abrazó a su mujer, y sólo dijo dos palabras enfáticamente:
-He dicho-.   Y Ana socarronamente respondió:

- Está visto que mis anuncios de maternidad  son origen de algún disgusto.  Tendré que medir mis palabras. -  Y ambos rieron felices abrazados, de que todo se hubiera quedado bien sentado en el papel que ellos representaban como padres, pero también como personas que tenían derecho a elegir su vida privada                          

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