lunes, 5 de junio de 2017

Los Grey - Capítulo 26 - La gran comida

Cuando Anastasia anunció a su marido que en ese fin de semana tendrían invitados a comer, y al saber de quienes se trataban, torció el gesto, no por Amie, sino por Bryan.  No le hacía ninguna gracia que su hija se ennoviara a tan corta edad.  Pero la reflexión de Ana, le hizo, una vez más, recapacitar y reconocer que posiblemente tuviera razón:

- Christian, es mejor conocer al enemigo que ignorarle.  Si Phoebe nota oposición en su relación con Bryan, sentirá más deseos de estar con él.  De todas formas, no significa que vaya a casarse mañana, lo mismo se dejan dentro de un tiempo
- No sé, Ana.  No me gusta.  No tengo nada en contra del muchacho, que seguro será excelente, pero creo que la niña es muy joven, demasiado para andar complicándose la vida en amoríos.  Habrás de darle algunos consejos sobre sexo. Que al menos tome precauciones.  No me la imagino teniendo relaciones sexuales con su novio. Insisto, es demasiado joven y la situación explosiva.  No quiero que la historia se repita ¿ Me entiendes?
- ¡ Claro que te entiendo !.  A mi tampoco me satisface mucho, pero ¿ qué hacer ?. El sábado tendremos ocasión de observarle.  Tú tienes más costumbre en eso, así que esa parte te toca a ti, porque la otra, más complicada,...No es fácil tampoco, créeme.


Y Phoebe estaba entusiasmada con la reunión familiar que tendría lugar en breves fechas.  Estaba muy nerviosa.  Sabía que su padre le miraría con lupa, tratando de averiguar si era buena persona, o simplemente había engatusado a la niña.  Ya no era tan niña, y por mucho que le doliera, tendría que asimilarlo.

Ana decidió salir de su misión cuanto antes. Ella no había tenido a su madre explicándole nada, sino que fue su propio marido quién la instruyó en la sexualidad. A veces había pensado, si Christian no hubiera sido tan legal, si hubiera sido uno de esos granujas que encandilan a las chicas para sacar de ellas lo mejor, y luego las dejan tiradas ¿ qué hubiera sido de ella ? Seguro que su forma de ver la vida hubiera sido muy distinta.

- Phoebe ¿ podemos hablar un momento? - dijo Ana a su hija
- ¡ Claro, mama ! Cuando quieras
- Muy bien. Pues ahora.  Vamos a tu habitación.
-¿ De qué se trata ?- preguntó la joven
- De nada fuera de lo normal.  Cosas de chicas
- ¡ Mamá !, lo sé todo referente a eso. Tengo diecisiete años ¿ recuerdas?
- ¡ Ah claro, eres muy vieja! Lo sabes todo- Anda sube, seguro que quién te ha informado está tan pez como tú.

Ana explicó con todo lujo de detalles y claramente los riesgos que pueden surgir si no se usa preservativo en las relaciones sexuales, no sólo por quedase embarazada, sino por enfermedades de transmisión sexual. Notaba que su hija abría mucho los ojos, señal que de la mitad de las cosas por las que estaba siendo informada, no tenía ni idea. Y sin entrar en muchos detalles, relató la vida de su abuela biológica.  Creyó que era oportuno, hacerle ver que esas cosas ocurren y que no están tan lejos de su propia familia.  Phoebe sabía que su padre había sido adoptado a los cuatro años por los abuelos Grey Trevelyan, pero al hablarle de la muerte de ELLA, pensó que habría sido por muerte natural. Phoebe al saber la verdad de lo ocurrido, escondió la cara entre sus manos y lloró amargamente por su padre. No podía imaginar lo ocurrido a un niño tan pequeño y tan cercano a ella.


- De acuerdo mama. Lo entiendo, y no os preocupéis, tendremos cuidado cuando llegue ese momento.- Anastasia abrazó a su hija, y ambas bajaron a reunirse con su padre.

Y por fin llegó el tan temido y ansiado sábado. Excepto Teddy, todos estaban algo nerviosos.  Los acontecimientos se sucedían en casa de los Grey, y Christian, algunas veces, echaba de menos la paz de la que disfrutaban cuando los chicos eran pequeños, aunque en aquella época estuvieran permanentemente preocupados por ellos.   No tenían ni idea de lo que se les venía encima al llegar a ser mayores.

Teddy llegó con Amie, que aún se sentía intimidada por Christian  , por muchos intentos que hiciera él  en rebajar la tensión, pero poco a poco, se iba sintiendo más a gusto en la compañía de sus futuros suegros.  Ellos la trataban con cariño y la obsequiaban  con sumo gusto.  El carácter respetuoso de la chica, les complacía a ambos, aunque era Ana, por lógica la más cercana  a ella.

Christian no dejaba ni un sólo instante de observar a su hijo y a Amie; se notaba que estaban enamorados, que se amaban.  Sus miradas, la forma en que Teddy tomaba la mano de su novia, acariciando con su dedo pulgar los nudillos de la mano de ella, le  recordó  que esa costumbre la tenía él para tranquilizar a Ana, y aún seguía haciéndolo.  Sonrió levemente y lanzó un leve suspiro, quizá recordando aquellos días de su propio noviazgo, de su tumultuoso noviazgo.


A la hora señalada, el timbre de la casa sonó y Bryan irrumpía en sus vidas por primera vez. Christian le miró con sus penetrantes ojos,  examinando los rasgos de su rostro como si estuviera frente a un rival, y en cierto modo lo era: había robado el corazón a su princesa.  Ya nada sería lo mismo en la vida de Phoebe.  Bryan estaba muy nervioso, porque para él era una situación violenta sabiendo que sería examinado concienzudamente por los padres de ella.  Pero estaba dispuesto a superar la prueba.  Quería a Phoebe y por ella haría todo cuanto estuviera en su mano porque todo ocurriera de la mejor manera posible, de la forma más relajada.

Y entre todos consiguieron una comida agradable y hasta  la tirarantez del principio se fue suavizando y quebrándose el hielo que en un principio estaba patente.  Durante la sobremesa, y mientras tomaban un café, Christian se sentó frente de Bryan e inició una conversación en la que hábilmente tomó la deriva que él quería: informase de su familia y de su forma de pensar respecto a su hija.  Era muy inteligente y hábil en ello, y por consiguiente no tuvo mayor problema de conocer los datos que le interesaban.  Con ellos en la memoria, el lunes encargaría a Welch un nuevo informe que le tranquilizara.  Pero de momento le agradaba lo que veía en esa pareja: amor por parte de ambos y respeto hacia su hija.  Para él era suficiente.

Ana le miraba de vez en cuando y sonreía  al conocer sobradamente lo que hacía su marido y que ya había realizado con Amie.  Todo normal tratándose de Chistian.  Los jovenes se ausentaron: irían los cuatro a una hamburguesería y a divertirse durante un rato.  Tenían que relajar los nervios sentidos durante todo el día. Ya solos los esposos en su dormitorio, mientras Ana reclinaba la cabeza en el pecho de su marido, este acariciaba su cabeza y como distraídos,  se sumergían en un mar de pensamientos, aunque todos coincidentes entre ellos.  Por fin, hizo la gran pregunta

- ¿ Qué te ha parecido ?
- No me disgusta.  Pero sabré algo más dentro de unos días. parece que ama sinceramente a Phoebe, y eso es suficiente para mi, si es un amor sincero y continuado como el que yo siento por ti.  Y ahora, relajémonos, ya sabes como.  Nosotros también estamos enamorados, nos queremos y ahora, además vas a ser mi mujer.  Un postre perfecto para cerrar un día de nervios y estresante.  Ya sabes en que forma me relajo, así que anda no te hagas de rogar
- ¿ Desde cuando me hago de rogar ? - Dijo Ana riendo- Siempre haces lo mismo
-Mañana iremos a Escala, así que ve pensando en qué decir a los chicos para justificarlo
-¡ Christian ! siempre me das las tareas más difíciles
- Pues bien.  Si quieres se lo digo yo.  Les diré mañana no estaremos aquí. mamá y yo vamos al Escala a tener nuestro día de pasión. Así que no quiero que entre nadie en casa
- Christian ¿ por qué vas a decirles eso?
- Ana, sigues siendo muy inocente, pero yo sé lo que los chicos hacen cuando los padres no están en casa
- Sigues siendo un controlador
- Lo sé, siempre lo seré.  Sobretodo lo que concierne a mi familia.  Y ahora basta de charlas y pasemos a los hechos - Y como dos jóvenes enamorados emprendieron su ritual acostumbrado de seducción .


Reunidos ante el desayuno, Phoebe dijo a sus padres:

-Papá, mamá, quiero hablar con vosotros. Es algo que me preocupa

El matrimonio se miró pensando en qué es lo que preocupaba a Phoebe. Sin duda sería algo relacionado con Bryan.  ¿ Habrían cometido algún desliz ? No, no se refería a eso; se lo hubiera dicho a su madre cuando le hablo sobre la sexualidad. ¿ Entonces ?  Se apresuraron a terminar el desayuno a fin de salir de dudas lo antes posible. Tomados de la mano, los esposos se preparaban para recibir la noticia que Phoebe habría de darles. Sentados en el despacho de Christian, Phoebe se decidió a dar la noticia

- Papá, mamá, Bryan me ha pedido en matrimonio
-¿ Qué es lo que has dicho?, repitemelo - dijo Christian perplejo.  Ana ni siquiera podía hablar.-. Sé que es prematuro e inesperado para vosotros.  Yo le he dicho que si
-¿ Que le has dicho que si? ¿ Te estás burlando de nosotros? Hace cinco minutos que nos hemos conocido. Creo que tú ni siquiera conoces a sus padres. ¿ De qué vais a vivir?
-El y yo trabajaremos. Yo conozco a su familia y es buena gente, si es lo que te preocupa.
-¿ Te das cuenta de lo que nos estás diciendo? Abandonar los estudios. Tu con diecisiete años ¿Cuántos tiene él?


- Bryan tiene veintitrés. Trabajará en el bufete de su padre
- No, esa es nuestra respuesta.  Eres menor de edad y aún conservo la potestad sobre ti. No, ni hablar.  Ésto no sucederá hasta que tengas edad para poder llevar una casa ¿ Estás embarazada ?
- No papa.  Ni siquiera hemos tenido relaciones sexuales- Christian se echó las manos a la cabeza pasándolas por sus cabellos. Era señal de que estaba nervioso y furioso.  Ana estaba atónita ante la situación planteada
- Tengo que hablar con él.  Dile que lo haremos en un par de días. Díselo, o seré yo quién le llame y se lo diga. Mi respuesta es no, rotundamente no
- Papá...
- No Phoebe. No tienes derecho a plantearnos esta situación.  No me opongo a que sigáis con el noviazgo, pero ¿ casaros ? Primero habréis de terminar los estudios. Y no se hable más. Dile que hable conmigo. Asunto terminado.

No hay comentarios:

Publicar un comentario