jueves, 29 de junio de 2017

Silencios - Capítulo 9 y último -Consejos de amigo ( Relato corto )

Un día, al salir del trabajo,  Patrick la condujo dando un paseo hasta el lugar preferido por Evelyn en el parque.Había vuelto a trabajar, pero no había mejorado en su estado anímico. Conocía lo suficiente a su amiga, para saber que tenía una lucha interior muy grande.Le constaba que amaba a su marido y le echaba de menos, pero también que su orgullo herido le impedía sentarse a hablar con él y tratar de solucionar el problema.  Se iban a ir de vacaciones, en la situación más absurda y rocambolesca que nadie conociera, pero no daba su brazo a torcer. Por eso tomó la decisión de intervenir, aunque Evelyn se lo había pedido miles de veces: " no intervengas.  No es cosa tuya".  y llegaron al lugar tranquilo y hermoso del parque, al rincón que siempre frecuentaba cada vez que se enfrentaba a un dilema   Allí guardaron un momento de silencio mientras contemplaban la dulce danza de las hojas de los árboles al ser mecidas por la brisa. Y Patrick, formuló una pegunta que la dejó por unos instantes sin saber qué decir.

-¿Te has planteado que Robert pudiera ser inocente?-.  Se lo soltó a bocajarro - -¿Nunca te has preguntado si tenías razón para tomar esas medidas tan drásticas.?¿Te compensa lo que estás, lo que estáis sufriendo ? Existe el perdón y el arrepentimiento


Ella le miró fijamente y le respondió:

- ¿ A qué viene eso ahora ?
- Pues sencillamente, estáis los dos locos el uno por el otro, pero ninguno dais el brazo a torcer.
-No puedo olvidar lo que ví
-¿Y que viste? Una mujer abrochándose la blusa?
-Ja, ¡qué fácil lo ves todo!. la gente no va por ahí desabrochándose los botones de la blusa y echándose encima de su abogado. Y él ¿qué crees que hizo?
-Pues me imagino que le pillaría tan bloqueado como me hubiera quedado yo.
-Vamos a dejar esta conversación, por favor. El se encontraba muy seguro de mi amor, y quería probar otra cosa. Así que no insistas yo vi, lo que vi
-¿Y si él te demostrara que no tuvo culpa?
-Si algún día me demuestra que es inocente, le pediré perdón. Y ahora vamos a lo que me querías decir.
-Pues lo que te quería decir es lo del cuadro. Necesito que poses y lo necesito ya.Tengo toda la obra realizada en espera de tu retrato.
-Bien pues empecemos.¿Cuando?
-Mañana. Mañana mismo. Van a ser un par de sesiones porque dibujaré tus facciones y luego las pasaré a color. A qué hora entras a trabajar?
-A las once de la mañana.
-Pues tendrás que madrugar. A las ocho te espero en mi estudio ¿ te parece?
-Bien, me parece bien. Mañana entonces nos vemos. Ahora me disculpas pero tengo cosas que hacer antes de irme de vacaciones.                                      

Evelyn posó para su retrato y al cabo de un mes el cuadro quedó terminado. No quiso que lo viera hasta que no lo colgara en la galería,.  Sería a su regreso de las vacaciones.,, cuando se celebraría la exposición.. Fué la portada de una revista de arte y en alguna página de los periódicos más serios.
A la entrada de la galería,  una fotografía del cuadro de Evelyn indicaba la fecha de la exposición y el título "Mujeres del mundo"

En la pared central destacaba el Cuadro "Mujer latina", en que la belleza de Evelyn destacaba entre todas.Como le había anticipado Patrick le había retratado con el pelo suelto sujeto con una flor roja y una mantilla dejaba entrever su torso .
Patrick se encargó de distribuir las invitaciones, pero hubo una en que quiso llevarla personalmente.
Descolgó el teléfono y a la amable voz femenina que le respondió solicitó hablar con el señor. Robert Morgan.

-Sí dígame, ¿con quién tengo el gusto de hablar?
-Personalmente no me conoce, pero soy el mejor amigo de su ex esposa. Necesito hablar con usted
-¿Está enferma, le ha ocurrido algo?
-No, no, es algo que les concierne a los dos, pero no es para hablar por teléfono. Es largo y deberá ser personalmente.
-Bien, pues yo mañana puedo hacer un hueco, espere.  presiento que es algo urgente por el tono de su voz. Será esta tarde; puedo cancelar una cita y le atenderé. Me deja muy preocupado porque aunque no lo crea mi mujer me importa mucho.
-Ya lo se. Bien pues esta tarde ¿Dónde nos vemos?Mejor, pasaré a buscarle y luego decidiremos dónde charlamos. Ha de ser un sitio tranquilo y sin interrupciones.
-De acuerdo aquí le espero, venga a la hora que quiera. Ahora mismo cancelo todo lo que tengo para hoy.
-Bien, pues buenos dias
-Buenos días - Hasta luego

A las dos de la tarde Patrick se presentó en el bufete de Robert.Una secretaria le condujo hasta su despacho. Sobre la mesa había un tríptico con la fotografía de Evelyn en el centro y la de sus hijos a los extremos. Se estrecharon las manos, y Robert volvió a preguntarle.

-Evelyn ¿está bien? Me tiene muy preocupado. La veo más delgada y sus ojos que siempre fueron alegres y brillantes, están apagados, tristes.  Pensé que con nuestras atípicas vacaciones mejoraría, pero por hacer un bien, creo que volví a meter la pata. A penas si nos dirigíamos la palabra. Me rehuía y sólo podía verla de lejos.  Francamente fue una situación que deseaba terminase cuanto antes.

-¿Desde cuando no la ve?
-No hace mucho, pero nuestras palabras fueron breves y fugaces. Ella no tiene el más mínimo interés en verme, y mucho menos en sostener una conversación por insignificante que sea.

Patrick sonrió al escuchar estas palabras

-¿Sabe que le digo? Que este sería un buen lugar para charlar. Hay paz y ahora no hay ningun empleado que pueda interrumpirnos. Lo que voy a decirle será breve. Y voy a  hablar con la mayor claridad. Le ruego que me conteste con la más absoluta verdad. Ella no va a enterarse de nuestro encuentro, pero necesito contrastar algunas cosas.
-Parece que tiene mucha confianza con Evelyn¿son pareja? - Patrick se rió con una carcajada
-¿Que si somos pareja? No señor. Morgan y no será porque no lo he intentado. En su vida no hay lugar para otro hombre que no sea usted. Ni siquiera admite una caricia de nadie. Por eso es que le ruego me diga la verdad sobre lo que motivó su divorcio. Usted ¿la ama?
-. Patrick, nunca, jamás, he dejado de amar a mi mujer. Nunca. Como nunca me dejó explicarle lo que realmente ocurrió y fué el origen de este desastre de vidas que tenemos.Daría cualquier cosa por poder volver atrás, porque aquella situación se borrara definitivamente de mi vida. No he tenido, ni tengo a mi lado a ninguna otra que a Evelyn. Mis noches son imsomnes. Recorro con la mano el lugar en donde ella dormia esperando un milagro, que nunca se produce porque ella no está.


-Quiero que esta conversación quede entre nosotros dos. No quiero forzarla a nada. Confío en que algún día salga a luz la verdad y entonces podremos sentarnos los dos y hablaremos y ojalá podamos reiniciar nuestra vida en común
-Robert, ¿puedo llamarle Robert? le creo y algo así tuve oportunidad de hablar con Evelyn el otro día. No creo que les compense sufrir a ambos de la manera que lo están haciendo por una tozudez. Es que es un poco terca. Bueno ¿qué le voy a decir si es su marido? después de tantos años de casado la conoce mejor que yo. Le diré que la quiero como a una hermana, aunque mi interés por ella data de tiempo atrás, pero no ha permitido que nuestra relación  fuera más que amistosa. Le ha sido excesivamente fiel, créame sé lo que hablo. A propósito traia esta invitación para la inauguración de mi exposición. No deje de ir, merece la pena, créame. Se alegrará de haberlo hecho.

Toda la alta sociedad estaba allí reunida. El pintor gozaba de buena fama por no ser la única exposición que realizara, pero esta era especial, muy especial. Todo estaba en orden : los catálogos en su sitio, las flores bellísimas, el ágape en su lugar y Patrick esperando recibir a los críticos y visitantes.
Evelyn se había puesto un elegante vestido "palabra de honor" de color negro. No quería fallar escogiendo otro color que no fuera acorde con lo que se estaba celebrando. Maggie no hacía más que decirla

-Estas guapísima. Estás deslumbrante, y mira ¡ los ojos te brillan!
-Anda Maggie, no me pongas nerviosa. El cuadro me pesa
-El cuadro ¿qué te pasa con el cuadro? Es una belleza de pintura. Será el que primero se venda, verás

Patrick estaba tranquilo, sereno y sonriente. Se acercó a Evelyn y le dijo bajito

-Estas deslumbrante. La realidad supera a la ficción. Verás como algún crítico lo saca a relucir.

Ella sonrió y vió cómo Patrick depositaba en el cuadro una pequeña tarjeta de ADQUIRIDO

-¿ Adquirido ? quién lo ha comprado ?
- No sé, me lo acaban de comunicar por el móvil

Patrick sabía que Robert había comprado el cuadro
Evelyn estaba de espaldas a la puerta y no vió que  se acercaba hacia ella

-¡Evelyn! sabía que eras hermosa, pero Patrick ha sacado de tí todo lo más bello que posees.Estás bellísima - La cogió una mano y sin dejar de mirarla a los ojos, la dijo
-Este no es el momento oportuno, se que estarás muy cansada cuando todo esto acabe, pero tenemos que hablar hoy sin falta y no admito excusas. Hasta ahora has sido tu la que has marcado las pautas, ahora seré yo quién lleve la batuta. Lo siento mi amor, pero esto tiene que acabar.

Evelyn le miró extrañada no sabiendo muy bien a qué se refería. Pasó la noche muy nerviosa al saberse observada constantemente por Robert. Sentía calor y decidió salir a la terraza a tomar el fresco Estaba viendo el jardín y no se dio cuenta que una alta figura se aproximaba. Ella sintió un ligero escalofrio, pues la diferencia de temperatura en el exterior era grande. El se quitó la chaqueta y la depositó sobre los hombros de ella, entonces se volvió. Sintió la calidez de la prenda y el perfume que habitualmente usaba su marido.Robert la miró fijamente y cogiendo la solapa de la chaqueta la acercó hacia él que depositó un beso y un abrazo en su mujer.

-¿Cómo he podido vivir sin ti, cómo he podido respirar? No hay otra, nunca la ha habido.Solamente tú, mi amor, has ocupado mi vida; no había sitio para otra. Déjame que te explique todo y comprenderás que yo no provoqué aquella situación. Era una mujer deseperada porque su marido la había dejado por otra y quería saber si todavía era atractiva. Quería seducirme para averiguarlo, y justo en ese momento llegaste tú. Fué la misma que viste en Cipriani. Me estaba pidiendo disculpas avergonzada...Bien es cierto que debí cortarlo en se mismo instante, pero me pilló  desprevenido, tan inesperado que no pude reaccionar. Creo que de no haber llegado tú, no hubiera ido a más la insólita situación, pero eso no lo sabremos nunca y tendrás que darme el beneficio de la duda. No tenía ningún interés en ella, créeme, por favor. Fue algo... insólito.
- No digas nada más. Conozco la sensación de esa mujer porque yo misma estuve a punto de entregarme a un hombre que no quería y deseaba averiguar si todavía podía enamorar a los hombres. Pero no pude, no pude y no pasó nada. Nunca pasó nada.
-Espero haber disipado tus dudas Deseo con toda mi alma volver a formar mi familia. Haremos un viaje solos tu y yo.  De nuevo otras vacaciones, pero éstas serán de verdad, sin malos rollos entre nosotros.  Como cuando éramos jóvenes. viviremos nuestra segunda luna de miel. Se acabaron las incomprensiones y los malentendidos. Buscaremos un lugar solitario en el que sólo haya amor y felicidad, y con un poco de suerte igual tenemos otro hijo.

Ambos rieron felices abrazados. La exposición había concluido y ya no quedaba más que Patrick que al ver la escena de los enamorados, discretamente esperó sentado en el interior. Descolgó el cuadro y lo depositó en el suelo. Robert y Evelyn entraron sonrientes, felices de estar de nuevo juntos y fueron directamente a comunicarle a Patrick que volverían a ser marido y mujer

-Bien pero os tendréis que volver a casar. . ¡ Ah! y sere yo quién te entregue a Evelyn, seré vuestro padrino.

Los tres rieron y lentamente charlando apagaron las luces y salieron de la galería.Robert le dijo a Evelyn ya a solas en su coche

-Ven a casa. Necesito, cuando mañana amanezca , ver tu rostro lo primero, por favor.
-Si mi vida estaremos juntos de nuevo. Pero que nunca más haya silencios entre nosotros, que nunca más nuestros desayunos sean en silencio. Quiero que me cuentes absolutamente todo y yo también lo haré. Nunca más silencios entre nosotros.

Entraron en casa. Robert rodeaba los hombros de su mujer y ella apoyaba su cabeza en el hombro de él. Por fin las risas volvían a oirse en aquella mansión.


                                                         F    I    N

Autora:  1996rosafermu
Edición  Junio de 2011
Ilustraciones: Archivo de 1996rosafermu

DERECHOS DE AUTOR RESERVADOS

No hay comentarios:

Publicar un comentario