lunes, 8 de enero de 2018

Entre nubes - Capítulo 16 - Una llamada oportuna

Avanzada la madrugada, Alyssa fue trasladada a planta, y allí estaba su marido esperándola con impaciencia, pero ya tranquilo.  Aún la duraba el efecto de la sedación.  A ratos se despertaba,para volver a conciliar el sueño, intranquilo, sin duda alterado por lo vivido a lo largo de ese día.  Se sentó junto a ella, en la cabecera.  No dejaba de mirarla, y suavemente, a penas sin rozarla, con la yema del dedo, acariciaba su rostro, enternecido ante las señales de la violencia ejercida contra ella por ese extraño personaje, que ni siquiera conocía.


Tras dos horas de su traslado a planta, Alyssa comenzó a despertarse, lentamente, aún adormilada.  Buscaba con la mirada el entorno de la habitación, cuando se dió cuenta de que una cabeza estaba reclinada a su lado, junto a ella.  Era Alex, que al final se había quedado dormido a la cabecera de la cama, rendido sin duda por las emociones que habían vivido a lo largo del día anterior.

No quiso despertarle, sólo le miraba, sin poder reprimir el llanto que silencioso rodaba por sus mejillas.  Pero su mirada  fue como una llamada de atención que pesara sobre él, e instintivamente, abrió los ojos y levantó la cabeza,  quedando sus ojos frente a frente.  El se incorporó besándola y abarcando con un brazo, el menudo cuerpo de Alyssa

- ¡ Oh, cariño  creí que te perdía - la dijo, reflejando en su rostro la angustia vivida desde el primer momento.
- Alex, mi amor.  Creí no volver a verte. Ese individuo estaba decidido a todo.  Su mirada era fria, despiadada. Y cuando hirió al comandante me quedé petrificada.
- Bueno, ya ha pasado todo.  Ahora será la policía quién averigüe qué motivo a ese hombre a hacer lo que hizo..Debes olvidarte de ello y ponerte pronto bien.  Tenemos un viaje pendiente ¿ recuerdas?  Yo siempre estaré a tu lado. . La besó nuevamente y ella, sonriendo, volvió a quedarse dormida.

Pasaron los días y la dieron el alta.  Estaban contentos por regresar de nuevo a su casa, a retomar su vida que fue interrumpida por el suceso.  Pero algo había cambiado en ellos.:  Alyssa se sentía insegura, atemorizada.  Y Alexander, vivia en constante tensión vigilando cualquier extraño movimiento que pudiera ver .  Sabía que con el paso del tiempo todo volvería a su cauce normal, pero ¿pensaría lo mismo Alyssa?.   Le tenía preocupado, ya que a la menor cosa extraña que viera comenzaba a temblar como un pajarillo.  De nada servía que él estuviera a su lado, la cobijase y la consolara diciéndola que nada ocurría.  Después de hablar con los médicos,  dijeron a Alex que tenía un shock post traumático y que tardaría tiempo en recuperarse.  Habría de tener paciencia y dejar pasar el tiempo.
Por supuesto no deseaba volver a trabajar .  Prefería quedarse en casa, y  no volvió a pisar el aeropuerto aunque fuese de visita a recoger  a su marido.


Habían pasado dos meses del suceso del avión, pero no experimentaba grandes avances. Su sueño era corto e intranquilo, y muchas veces se despertaba gritando o sollozando.  Alexander  pensó que lo mejor y más eficaz, sería acudir a un psicólogo  que la ayudase a superar el trauma, en vista de que a pesar del tiempo transcurrido, seguía en shock.  Cada vez que la acariciaba, un estremecimiento  alteraba su cuerpo perceptiblemente, de forma que Alex procuraba no rozarlo. En lugar de dormir abrazados como antes, ahora dormían cada uno en un extremo de la cama, y por mucho acercamiento que él intentara, ella no soportaba ningún roce, a pesar de que trataba de disimularlo, pero Alex lo percibía de inmediato. Su distanciamiento iba en aumento paulatinamente.  El estaba desesperado porque ella no mejorase, al contrario cuando intentaba acercarse, ella huía de él con cualquier excusa.  La propuso un viaje para de ese modo  olvidase lo ocurrido, pero ella fue tajante

- No iré en avión a ningún sitio.  Si es por carretera o en tren, de acuerdo, pero no pisaré el aeropuerto

Él comprendía que debía esperar y que en cualquier momento todo volvería a ser normal, pero se desesperaba porque la situación no cambiaba nunca.  Aquella noche había intentado tener intimidad con ella, pero fue imposible.  No es que le rechazara, pero tampoco participaba, así que pensó que su matrimonio se estaba yendo al traste.   Se levantó malhumorado y con dolor de cabeza.  Ella le miraba de reojo, presintiendo su malestar; tampoco quiso desayunar, tan sólo un café bebido y sin siquiera sentarse.  No hablaron mientras lo hacían. La dio un beso en la frente y ya en la puerta, antes de salir, la dijo:

- Probablemente no venga a comer.  Tengo bastante trabajo atrasado.


Ella, salió hasta la puerta a despedirle, pero Alex no volvió la cabeza para corresponder a su despedida como hacía siempre.  El entrecejo lo tenía fruncido, señal de que estaba contrariado.  No se centraba en lo que hacía; daba vueltas por la habitación inquieto y ,  en su cabeza una idea.  Tomó su teléfono privado, y antes de comenzar a marcar un número, el repiqueteo de una llamada, le hizo detenerse en su intención..  En la pantalla había un nombre :  Alyssa.  El corazón le dio un vuelco ¿ Habría ocurrido algo malo ?

- ¿ Qué ocurre ? ¿ Te encuentras bien ?
- Si, si.  Me encuentro bien.  Solo que ... ¡ Oh Alex, perdóname !
- ¿ Qué dices, de qué hablas ?
- Me he comportado fatal y egoístamente.  No pensaba más que en mi.  No me daba cuenta de que tú también lo pasaste mal.  Ha sido esta mañana al despedirte cuando me he dado cuenta. Perdóname
- Alyssa, cariño.  No tengo nada que perdonarte. Comprendo la situación; sólo hemos de tener paciencia a que todo ésto pase y borrarlo de nuestra vida.
- Soy tóxica, cariño. Todo lo que toco se torna malo.  No deberías quererme.  No soy buena para ti
-¡ Qué estupideces dices! ¡ Claro que eres buena para mi.  Eres el norte de mi brújula.  Te necesito a mi lado.  No pienses ni por un instante en huir de mi
- Yo... yo...
- Shsss.  Calla tontuela.  Lo eres todo para mi y lo sabes. Vuelvo a casa.
- ¿ Ahora ?
- Si, ahora.  Mi mujer es lo más importante, y creo que en este momento me necesita.  Así que si, vuelvo ahora mismo.

Dio instrucciones a su segundo y con nerviosismo y esperanza, se metió en el coche y puso rumbo a su casa.


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