Y pasaron los días, y también Acción de Gracias. El trasiego de gentes en el aeropuerto impidieron que pudieran verse durante esos días. había caido una gran nevada y todos, en el aeropuerto tenían mucho trabajo que realizar despejando las pistas, pero todo volvía a la normalidad y Alexander volvió a su rutina de paseo. No la veia por ninguna parte, así que buscó en la carpeta del ordenador, la ficha de ella. para poder comprobar si tenía un teléfono en el que poder contactar.
- Dígame - se escuchó la voz de la azafata al otro lado del teléfono
-Alyssa ¿ eres tú ?
- Si ¿ quién llama?
- Soy Alexander.
-¿ Alexander ? Creo que se ha confundido
- Vamos, no me lo creo. Sabes muy bien quién soy . No te he visto en estos días y prensé que debía recordarte la cita que tenemos pendiente.
- ¡ Ah, ese Alexander ! No te identificaste ¿por qué ? Sólo supe que trabajabas en Dirección y resulta que eres...
- Tenía miedo de que salieras huyendo
- ¿ Por qué iba a hacer eso?
- Bien. Ya sabes quién soy, así que dejémonos de rodeos y respóndeme. ¿ Cuándo nos vemos ?
- Yo trabajo ¿ sabes ? Acabo de tener días libres, así que no sé cuándo tendré libre
- Sabes muy bien cuando libras. Recuerda que tengo acceso a todos los departamentos
- Muy bien, pues entonces sabrás que no deseo esa cita
. Pero ¿ por qué ?
- Eres mi jefe ¿ te parece poco?
- Es mi trabajo como el tuyo es atender como azafata, pero cuando salimos somos Alyssa y Alexander, nada más
- Lo siento, pero yo no lo veo así. Sé a qué conducen esas salidas
- ¿ Qué quieres decir ?
- Los hombres sois muy ¿ caprichosos ?, pero cuando se os pasa la novedad decís adiós. No estoy dispuesta a ello
-Sé por qué lo dices. No todos somos iguales. Para que veas, también las mujeres hacéis cosas
- ¿ Qué cosas hacemos las mujeres?
- Por ejemplo dejar plantado a su novio dos meses antes de la boda, después de un año de relaciones
- ¿ En serio ? ¿ Eso te ha pasado a ti ? ¡ No te creo ! Lo dices por decir algo
-Alyssa ¿ eres tú ?
- Si ¿ quién llama?
- Soy Alexander.
-¿ Alexander ? Creo que se ha confundido
- Vamos, no me lo creo. Sabes muy bien quién soy . No te he visto en estos días y prensé que debía recordarte la cita que tenemos pendiente.
- ¡ Ah, ese Alexander ! No te identificaste ¿por qué ? Sólo supe que trabajabas en Dirección y resulta que eres...
- Tenía miedo de que salieras huyendo
- ¿ Por qué iba a hacer eso?
- Bien. Ya sabes quién soy, así que dejémonos de rodeos y respóndeme. ¿ Cuándo nos vemos ?
- Yo trabajo ¿ sabes ? Acabo de tener días libres, así que no sé cuándo tendré libre
- Sabes muy bien cuando libras. Recuerda que tengo acceso a todos los departamentos
- Muy bien, pues entonces sabrás que no deseo esa cita
. Pero ¿ por qué ?
- Eres mi jefe ¿ te parece poco?
- Es mi trabajo como el tuyo es atender como azafata, pero cuando salimos somos Alyssa y Alexander, nada más
- Lo siento, pero yo no lo veo así. Sé a qué conducen esas salidas
- ¿ Qué quieres decir ?
- Los hombres sois muy ¿ caprichosos ?, pero cuando se os pasa la novedad decís adiós. No estoy dispuesta a ello
-Sé por qué lo dices. No todos somos iguales. Para que veas, también las mujeres hacéis cosas
- ¿ Qué cosas hacemos las mujeres?
- Por ejemplo dejar plantado a su novio dos meses antes de la boda, después de un año de relaciones
- ¿ En serio ? ¿ Eso te ha pasado a ti ? ¡ No te creo ! Lo dices por decir algo
- No es para bromear, y sí a mi me ocurrió
- Bueno..., pues no sé qué decir
- Pues dí si a mi cita
- Sin compromiso de ningún tipo. Ya sabes a lo que me refiero
- Sólo una cena o una copa simplemente, lo que prefieras. ¿ Cuándo ?
- El viernes termino a las diez de la noche. Creo que el sábado será mejor. Libro ese fin de semana.
- De acuerdo, el sábado ¿ A las ocho?
- A las ocho. Adiós Alexander
- Adiós Alyssa
Cuando colgó el teléfono se quedó pensativo. ¿ Qué le había impulsado a contarle su fracaso sentimental ? No terminaba de entender lo que bullía en su cabeza referente a esa chica. A penas habían cruzado tres palabras, y ¿cuántas veces se habían visto?. Pero le gustaba e iba a salir con ella. Lo que pasará después carecía de importancia.
Cuando llegó hasta el apartamento de Alyssa, ella ya estaba preparada y le esperaba. Al verla, comprendió al instante el porqué de su interés por ella. Era guapísima y su sonrisa era capaz de derretir los polos.
- ¿ Estás lista ? - la preguntó
- Si, cuando quieras
- Bien pues vayámonos.
Y la llevó a uno de los restaurantes más elegantes de la ciudad. Y conversaban relajados, como si entre ellos no hubiera tensiones. La conversación era amena. Él la contaba anécdotas ocultas para el público del aeropuerto, y ella de sus viajes. Ambos reìan tranquilos, como si se conocieran de toda la vida. Para nada mencionaron sus respectivos fracasos: ella ya sabía el de Alexander, pero era pronto para que ella se sincerase con él referente a su fracaso en la relación con Nick, el piloto casado y con dos hijos. Pero sin saber cómo, y en el transcurso de su conversación, lo contó:
- Empezamos a trabajar en tu compañía al mismo tiempo. Yo acababa de terminar mis estudios y él venía de otra compañía. Supe más tarde que entró en ésta por los mismos motivos que abandonó después World Tranporter. Es un mujeriego empedernido y, está casado. Ignoro si su matrimonio no funciona, el caso es que tiene labia, que te enreda en su encanto y cuando quieres recordar estás entre sus brazos. Me enteré de ello por casualidad. Iba a entrar en su despacho cuando le escuche discutir con alguien. Me quedé a escuchar y entonces supe que estaba casado. Esa misma mañana rompí con él. Resulta que todos conocían su forma de ser, todos, menos yo. Días después se fue a otro sitio. Posiblemente seguirá haciendo de las suyas. Ese es el motivo por el que no me fío de nadie. Lo siento, pero aún no lo he superado.
El apretó su mano en señal de comprensión, al tiempo que la dedicaba una sonrisa para calmarla. Se habían confesado sus demonios. Sería un buen comienzo en esa amistad. Después de guardar silencio durante un rato, siguieron conversando como si nada hubiera ocurrido.. Y hablaron de miles de cosas, de anécdotas de cuando eran pequeños, de los problemas de adolescencia y así , sin darse cuenta se les pasó la noche. Se despidieron y quedaron para en otra ocasión pasar una velada tan agradable como la que habían pasado. Se verían cada mañana, en la cafetería del aeropuerto siempre que sus trabajos respectivos se lo permitieran. Había comenzado una buena amistad y camaradería, derribando las barreras que en un principio tenían de empleada y jefe. Ahora eran simplemente amigos
Hacía casi un mes de la última salida, cuando un día fue Alyssa quién le llamó pidiéndole salir. Alex no se lo podía creer; qué significaba aquello. Iría con pies de plomo para no dar un resbalón, y dejaría que fuese ella quién diera el primer paso. Su corazón saltaba de gozo y una esperanza comenzaba a tomar vida, aunque por otro lado, no quería hacerse ilusiones, porque si así no fuera, sería después mucho peor.
Y fueron a cenar y la armonía reinaba entre ellos, y aunque Alex lo deseaba , no hizo ninguna insinuación y ella tampoco. Algo desilusionado, pero sabía que tenía que esperar o simplemente renunciar a tener algo más con ella, porque posiblemente Alyssa no tuviera los mismos intereses que él, y sólo deseara amistad y alguien en quién confiar., después de su fracaso idilio con el piloto.
Y se despidieron cuando se iniciaba la madrugada. Al despedirse, Alex la dijo:
-Mañana celebran mis padres una barbacoa. Irán mi hermana, su marido y mis sobrinos. Me gustaría que vinieras conmigo
- Bueno..., pues no sé qué decir
- Pues dí si a mi cita
- Sin compromiso de ningún tipo. Ya sabes a lo que me refiero
- Sólo una cena o una copa simplemente, lo que prefieras. ¿ Cuándo ?
- El viernes termino a las diez de la noche. Creo que el sábado será mejor. Libro ese fin de semana.
- De acuerdo, el sábado ¿ A las ocho?
- A las ocho. Adiós Alexander
- Adiós Alyssa
Cuando colgó el teléfono se quedó pensativo. ¿ Qué le había impulsado a contarle su fracaso sentimental ? No terminaba de entender lo que bullía en su cabeza referente a esa chica. A penas habían cruzado tres palabras, y ¿cuántas veces se habían visto?. Pero le gustaba e iba a salir con ella. Lo que pasará después carecía de importancia.
Cuando llegó hasta el apartamento de Alyssa, ella ya estaba preparada y le esperaba. Al verla, comprendió al instante el porqué de su interés por ella. Era guapísima y su sonrisa era capaz de derretir los polos.
- ¿ Estás lista ? - la preguntó
- Si, cuando quieras
- Bien pues vayámonos.
Y la llevó a uno de los restaurantes más elegantes de la ciudad. Y conversaban relajados, como si entre ellos no hubiera tensiones. La conversación era amena. Él la contaba anécdotas ocultas para el público del aeropuerto, y ella de sus viajes. Ambos reìan tranquilos, como si se conocieran de toda la vida. Para nada mencionaron sus respectivos fracasos: ella ya sabía el de Alexander, pero era pronto para que ella se sincerase con él referente a su fracaso en la relación con Nick, el piloto casado y con dos hijos. Pero sin saber cómo, y en el transcurso de su conversación, lo contó:
El apretó su mano en señal de comprensión, al tiempo que la dedicaba una sonrisa para calmarla. Se habían confesado sus demonios. Sería un buen comienzo en esa amistad. Después de guardar silencio durante un rato, siguieron conversando como si nada hubiera ocurrido.. Y hablaron de miles de cosas, de anécdotas de cuando eran pequeños, de los problemas de adolescencia y así , sin darse cuenta se les pasó la noche. Se despidieron y quedaron para en otra ocasión pasar una velada tan agradable como la que habían pasado. Se verían cada mañana, en la cafetería del aeropuerto siempre que sus trabajos respectivos se lo permitieran. Había comenzado una buena amistad y camaradería, derribando las barreras que en un principio tenían de empleada y jefe. Ahora eran simplemente amigos
Pero no todo fue tan sencillo, al menos para Alexander. Conocía por haberlo vivido con anterioridad, lo que significaban aquello que estaba sintiendo. Un nuevo sentimiento se abría paso con fuerza dentro de él. Trataba de evitarlo. No deseaba volver a vivir aquello que le produjo un gran disgusto y alguna que otra depresión. Le dejó tan decepcionado, que se juró así mismo no volver a caer en las redes del amor, pero Alyssa se ganaba por momentos su admiración y probablemente algo más a lo que renunció hacía un tiempo. Pero ella ¿ sentía lo mismo ? Nunca habían vuelto a tocar el tema por temor a una nueva negativa. Espaciaban sus salidas como si fuera una confirmación de algo sentido y no queriendo declarar. El se mantenía respetuoso con ella; ni siquiera una insinuación de ir más allá. Ella se sentía segura a su lado y tampoco daba pié para avanzar. Era una relación muy extraña, porque a veces Alex, notaba como que ella admitiría algún avance, pero le daba miedo siquiera proponerlo, no fuera a ser que le rechazara y entonces lo perdiese todo.
Hacía casi un mes de la última salida, cuando un día fue Alyssa quién le llamó pidiéndole salir. Alex no se lo podía creer; qué significaba aquello. Iría con pies de plomo para no dar un resbalón, y dejaría que fuese ella quién diera el primer paso. Su corazón saltaba de gozo y una esperanza comenzaba a tomar vida, aunque por otro lado, no quería hacerse ilusiones, porque si así no fuera, sería después mucho peor.
Y se despidieron cuando se iniciaba la madrugada. Al despedirse, Alex la dijo:
-Mañana celebran mis padres una barbacoa. Irán mi hermana, su marido y mis sobrinos. Me gustaría que vinieras conmigo
Ella se quedó perpleja, no le había comentado nada en toda la noche
- No sabía que tenías una hermana y sobrinos.
- Si es algo mayor que yo. Se caso hace tiempo y tienen un chico y una chica. Adoro a mis sobrinos pero nunca ha salido la conversación para comentarlo. Quiero a mi familia, a mis padres y a mis hermanos. Son muy importantes para mi. Les veo de vez en cuando. ¿ Quieres venir ?
-Me gustaría mucho, pero no sé si debo. Soy una extraña en una reunión familiar
- Me encantaría me acompañaras y sé que a ellos les gustará también
- De acuerdo iré encantada. ¿ A qué hora ?
- Quedemos a las once. Viven a cien kilómetros de aquí. Pasaré a recogerte.
Se besaron en la mejilla y se despidieron hasta el día siguiente.
- No sabía que tenías una hermana y sobrinos.
- Si es algo mayor que yo. Se caso hace tiempo y tienen un chico y una chica. Adoro a mis sobrinos pero nunca ha salido la conversación para comentarlo. Quiero a mi familia, a mis padres y a mis hermanos. Son muy importantes para mi. Les veo de vez en cuando. ¿ Quieres venir ?
-Me gustaría mucho, pero no sé si debo. Soy una extraña en una reunión familiar
- Me encantaría me acompañaras y sé que a ellos les gustará también
- De acuerdo iré encantada. ¿ A qué hora ?
- Quedemos a las once. Viven a cien kilómetros de aquí. Pasaré a recogerte.
Se besaron en la mejilla y se despidieron hasta el día siguiente.
RESERVADOS DERECHOS DE AUTOR / COPYRIGHT
Autora< rosaf9494quer
Edición< Enero 2018
Ilustraciones< Internet
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