viernes, 4 de mayo de 2018

De almas y cuerpos - Capítulo 6 - Corpus Christi

Se despertaron demasiado pronto, pero la impaciencia de Stella no la dejaba dormir.  Tardarían poco en llegar .  Irían por la autopista y en poco tiempo estarían en Corpus Christi.  Era una ciudad mediana, pero cómoda para realizar algunas compras con toque especial, y el traje para el baile del instituto para su hija era muy especial.  Desayunaron y madre e hija se pusieron manos a la obra

- No se a que hora regresaremos, mamá.  No te preocupes si tardamos, porque presiento que nos vamos a recorrer toda la ciudad. Me gustaría que vinieras con nosotras.  Por un día que la tienda no se abra...

- No hija, la tienda ha de cumplir su horario si queremos tener una clientela fiel.  Andad, andad no se os haga tarde.  Te recuerdo que tienes que llevar los pedidos.
- Ya lo sé mamá. Vendremos lo antes posible.  Si surge algo llámame.Ahora nos vamos. ¡ Venga Stella date prisa ! - y dando un beso a Deirdre, salieron contentas y felices- Por la complicidad que tenían, más parecían hermanas que madre e hija.

Mientras conducía iba recordando lo que había sido su vida durante estos años. Y sonrió al recordar el nacimiento de su hija, la orfandad en que se sentía y la incertidumbre ante el futuro. Y ahora, aquí estaban, las dos, y a poco tiempo  de entrar en la universidad. A la misma edad que ahora tenía Stella, ella había sido madre y se había convertido, sin quererlo en una incipiente mujer de negocios, que trabajaba en una oficina para sacar adelante a su pequeña familia de tres miembros.

- ¿ De qué te ries ? - la preguntó su hija
-Estoy recordando que a tu edad tenía la vida muy complicada y ya me ves, ahora vamos en busca de un vestido para ti.
- ¿ Me contarás algún día cuál fue mi origen ? - preguntó su hija

Esa pregunta le pilló desprevenida.  Lo esperaba .  Sabía que en cualquier momento la preguntaría por su padre, pero no estaba preparada para contarle la verdad.  Eran días muy especiales para ella y no deseaba fueran enturbiados por decirle que ni siquiera sabe que estás en este mundo porque salió huyendo. Pero algo le tenia que decir, y respondió:

- Lo sé Stella.  Sé que lo he demorado mucho, pero cuando pasen estos días de alegría para nosotras, nos sentaremos tranquilamente en el porche y te contaré todo cuanto desees saber.  Pero ahora no, . te lo pido como un favor
- Está bien, mamá.  Hemos vivido tods estos años sin saber nada, podemos hacerlo un poco más.- Y ambas mujeres soltaron una sonora carcajada.  La de Stella alegre y feliz.  nada empañaría su felicidad.  La de Rose nerviosa y triste porque sabía que no tardando mucho debía contar a su hija la verdad sobre su nacimiento.

En algo más de dos horas entraban por la calle principal de Corpus Christi.  Les encantaba ver los comercios de toda clase y el trasiego de gentes mirando escaparates, o en alguna terraza tomando algo y los chiquillos corriendo entre la gente.  Era una ciudad llena de vida, muy diferente a donde vivían, siempre tranquila, en donde nunca pasaba nada..  Imaginó que ellas serían la atracción del lugar cuando llegaron a instalarse allí con una jovencita embarazada. ¡ Qué digo jovencita !  Era casi una niña.  Pero todo es cuestión de costumbre y ellos se hicieron a su presencia y dejaron de ser la comidilla de los hombres y de las mujeres en la cafetería. Cuando nació la niña, a su puerta llegaban vecinas con frutas y dulces para la recuperación de la parturienta, que al tener a su hija en brazos, más parecía que sostenía a una muñeca  que a un bebe recién nacido.

- Vas muy callada, mamá - la dijo Stella
- Estaba distraída con las tiendas. Buscaremos donde aparcar y nos recorreremos la calle de arriba abajo, pero hoy  nos vamos con los vestidos.  Los nuestros también, el de tu abuela y el mio.  Va a ser un día grande y tiraremos la casa por la ventana.-.    Madre e hija, a una, rompieron a reír alegremente, mientras Rose aparcaba el coche.

Era en la tercera tienda en la que entraban.  Miraban distraídas los vestidores con las prendas  a elegir. Stella rebuscaba entre las tallas  de gente joven y Rose buscaba algo adecuado para su madre. Se arriesgaría a comprarlo.  Si no la gustaba o no le sentara bien, lo cambiaría, pero esa vez sería Deirdre la que viniese.
  Para ella eligió un vestido estampado juvenil y en  varias tonalidades de azul.  Entró en el probador y vio que la quedaba como un guante y le sentaban perfectamente.los tonos elegidos  No buscaría más.  Empezaban a doler los pies y a embotarse la cabeza de tanto ver ropa.

Rose estaba indecisa entre dos de los vestidos, los miraba y remiraba una y otra vez.  Se los había probado y ambos la sentaban bien y la favoreciían mucho, pero estaba indecisa por cuál llevarse.  La sacó de su duda, una vocecilla juvenil que no conocía, pero que permanecía cerca de ella observándola

- Yo que tú me llevaría los dos - la dijo.  Hizo que levantara la cabeza y vio a una chiquilla sonriente  de unos catorce o quince años, no sabía precisar, que la sonreía mientras ella sostenía el que había elegido
- ¿ En serio te llevarías los dos ?- respondió Stella
- Vamos, ni dudarlo.  Son preciosos y seguro que estarás guapísima con cualquiera de ellos. ¿ Vas a alguna fiesta ?
- Si. He terminado el bachiller y el Instituo nos dará un baile dentro de pocos días.  Es mi primer baile en serio. Bueno tanto como serio, pero si es el final de una etapa y deseo divertirme mucho
- Pues, ya lo verás.  Volverás locos a los chicos.  Eres muy guapa y tienes un pelo precioso.
- Tu también lo eres, y mira, nuestro cabello es muy parecido.

Una voz grave de hombre, cortó la conversación acercándose a ellas.

- ¿ Ya te has decidido ? - le preguntó a la jovencita
- Si, papá ya lo tengo. Es que me he entretenido con esta chica que también irá a un baile. Por cierto  ¿Cómo te llamas? preguntó la menor
-- ¡ Cierto, ni siquiera nos hemos presentado. Perdona soy  Stella
- Yo Amelie, encantada.
- Bueno si ya os habéis presentado, debemos irnos.  Lo siento señorita pero hemos de ir a Austin y se nos va a hacer tarde
- Desde luego. Mucho gusto y que te diviertas Amelie
- Lo mismo digo Stella. Pásalo bien

Sonreia moviendo la cabeza, cuando Rose llegó hasta donde estaba su hija

- ¿ Que te pasa, de que te ríes? ¿ Alguien te ha contado un chiste ?
- No, es que he conocido a una mocosa pero muy simpática.  Se llama Amelie y acaba de marchar con su padre.

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