miércoles, 11 de abril de 2018

Los largos días perdidos - Capítulo 12 - Agresión

No sabría decir el tiempo que estuvo golpeando la puerta y tratando de entrar en la habitación. Alice sentía miedo de él.  Nunca había mostrado tanta ira, tanta furia como en aquella ocasión.  Se sentía humillado y su propio egoísmo no reconocía que estaba tomando su misma medicina.  Ella sabía que aquella noche no dormiría por estar alerta por si Thomas volvía a la carga.  Puso contra la puerta un pesado butacón para que hiciese más fuerza si es que pretendía de nuevo volver a entrar.

Era de madrugada cuando, al fin el sueño, la rindió.  Durante la noche había oído las voces de Thomas deambulando por la casa como un alma en pena.  Pero no se lamentaba de que su mujer no le abriera, sino que los insultos se repetían una y otra vez.  Al fin, se rindió y entro en su habitación; desde entonces el silencio reinaba en la casa.

Se vistió y se preparó para acudir a su trabajo, procurando no hacer ruido para que Thomas no se enterase, pero Thomas dormía con un ojo abierto y otro cerrado, y cuando se disponía a salir, cuando quiso darse cuenta, él estaba agarrándola de un brazo e impidiendo que abriera la puerta de la calle.

- ¿ Dónde crees que vas ? Te has convertido en una cualquiera que deshonra mi nombre, y eso no lo voy a consentir
-  Qué nombre, ¿el tuyo? Dí más bien que quién lo ha deshonrado has sido tu mismo.  Y ahora suéltame.  me haces daño y voy a llegar tarde al trabajo
- No te vas a ir a ninguna parte.  Primero has de cumplir con tu primera obligación que es satisfacer a tu marido , cosa que anoche te negaste a hacer.  .Voy a ponerte una denuncia por abandono de tus deberes conyugales.   a ver si así se te calman esos aires de víctima que tienes
- No se te ocurra ponerme la mano encima. Quién ha faltado durante todos estos años, has sido tu.  Y ahora apárta de la puerta.

No se lo esperaba, la pilló desprevenida. De un empujón la lanzó contra la pared al tiempo que se abalanzaba sobre ella.  Trataba de defenderse como podía, pero él era más fuerte. Al resistirse y hacer que fracasara su intentó de avasallarla, levantó la mano y la descargó sobre su cara haciéndo que cayera al suelo y diera con su cabeza en un mueble cercano.

Perdió el conocimiento, mientras un hilo de sangre salía de su boca.  Y fue entonces al verla inconsciente en el suelo y sangrando, cuando se asustó al creer que la había matado.  Subió corriendo las escaleras, se vistió a toda prisa, y volvió a salir de su casa rápidamente. Habían estado solos desde el día anterior, y no habían testigos de su discusión de ahora y de los golpes en la puerta de la noche anterior.  Llamaría a la policía, pero diría que acababa de llegar a su casa y había encontrado a su mujer en ese estado.

Era respetado y conocido en las Altas Esferas, por tanto nadie pondría en duda su palabra.  Y así lo hizo.  Estaba en la puerta fingiendo impaciencia, cuando llegó el coche patrulla y una ambulancia

- Dense prisa, por favor. Está muerta. ¡ Dios mio, la han matado !

Mientras esto ocurría, los paramédicos procedían al reconocimiento de Alice y ellos mismos certificaron que estaba inconsciente, pero no fallecida.  Fingió sentir alivio, pero en realidad hizo una mueca de contrariedad que no pasó desapercibida para el agente que observaba hasta el más mínimo detalle de lo que podría haber ocurrido en esa casa.

Alice fue atendida y llevada urgentemente al hospital. Sangraba no sólo por la boca, también en la mejilla tenía un desgarro y comenzaba a hincharse su cara

- Vamos, llevémosla cuianto antes - dijo uno de los paramédicos
- Iré con ellos - dijo Thomas
- No, señor.  Usted se viene con nosotros a comisaría
- ¡ Yo ! ¿ por qué ?
- Debe poner la denuncia y relatar cómo la encontró. Si ha observado se haya cometido  algún robo. Si se han llevado algo de valor, en fin...  Puro trámite.  Después podrá acudir a su lado, pero lo primero es la denuncia.  A fin de cuentas, mientras la examinan no va a poder hacer nada y nosotros necesitamos con la mayor urgencia el relato de los hechos.

Ese resultado no lo esperaba.  Mientras iba en el coche patrulla, repasaba mentalmente todos los pasos que había dado y los que a partir de ahora debía seguir..  No podía cometer ningún fallo o le echarían la culpa.  Pero antes debía hablar con alguien,  como coartada, porque seguro que sería a quién primero llamasen.  En el primer momento libre que tuviera, conectaría con ella.  Fingiría aturdimiento y preocupación por Alice, de esta manera podría ganar tiempo para que le dejaran a solas  durante un rato y en ese intermedio hablaría con ella.

- Pediré ir al lavabo.  Eso es, en el váter la llamaré y la diré lo que ha de decir.

A los policías les pareció sumamente extraño todo lo explicado por Thomas.  Por su rutina diaria, conocían a la perfección cuando alguien mentía o decía la verdad, y en esta ocasión  creyeron que el tal  Thomas no les había contado cómo había ocurrido.

En la fundación les extrañó que Alice no se presentara aquella mañana al trabajo. Al morir Richard la vieron tan afectada, que pensaron que quizá estuviera enferma o desistido de seguir trabajando.  Decidió su compañera más inmediata, llamar a su casa.  Le respondió una voz extraña y le dijo que era la policía

- ¡ Oh Dios mio ! ¿ La policía ?  ¿Qué ha ocurrido ? - preguntó intranquila - Alice ¿está bien ?
- Si Alice es el ama de esta casa, la diré que no está muy bien. Y usted  ¿quién es ?
- Soy una compañera del trabajo.  Nos extrañó que no hubiera venido y creímos que podría estar enferma
-Dígame su nombre y donde está su trabajo, por favor
 - Si, si, desde luego Soy Felicity.

Después de dar sus datos, le  pidió la dirección del hospital en el que había sido ingresada para ir a visitarla.
  Thomas había contactado con la chica con la que había pasado la Nochebuena y tenía la coartada perfecta, pero al darle el bofetón, también había dejado su ADN en la cara de Alice y en unas horas se sabría con certeza  si era el autor de la agresión, o simplemente al verla la había tocado y lo había dejado en ella.

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