martes, 10 de octubre de 2017

Vidas separadas - Capítulo 19 - Prometo amarte

Y todo quedo encauzado para estabilizar sus vidas.  Aidan compró un pequeño chalet en una urbanización alegre y nueva en las afueras. Sólo faltaba un trámite por cumplir , y sería al cabo de unas pocas horas.  Erin estaba nerviosa como si fuera la primera vez que se casara, y en cierto modo lo era.  Habían pasado una época  de separación larga y dolorosa, pero afortunadamente, todo estaba resuelto y olvidado.

Y les casó el mismo juez que les divorció y como testigos fueron el fiscal y Pepe.  Saoirse se hacía cargo de la niña que era quién portaba los anillos. Y de nuevo hicieron sus votos, pero los de Aidan no fueron los mismos.  Tenían tal contenido de amor y emoción que entre los asistentes, al finalizar, no se escuchaba ni el vuelo de una mosca:

- De nuevo, esposa mia.  De nuevo volvemos a estar juntos y esta vez para siempre. No habrá fuerza humana que pueda separarme de ti. Mi amor es inquebrantable, siempre lo ha sido, pero ahora aprecio lo que perdí y pensé que nunca recuperaría.  Siempre tendrás en mi un abrazo para secar tu llanto si lo tuvieras, mis besos para acariciarte y todo yo para protegeros a tí y a los hijos que tengamos. Te amo y siempre será así hasta el fin de mis días

Para romper el silencio, el juez carraspeó y dijo las consabidas palabras: " puedes besar a la novia ".  Y ellos mirándose profundamente, se fundieron en un abrazo lleno de amor y ternura.

Tuvieron unos días de descanso en sus trabajos y junto a Aisling, los pasarían en una cabaña en pleno bosque que les brindó su amigo el fiscal. Allí comenzarían su entrenamiento como familia, los tres.  Sería una experiencia nueva para todos, ya que aunque se vieran con anterioridad, nunca habían estado los tres solos y en  un único papel familiar.

Fueron solamente unos días , pero tan intensos y felices que valían por media vida.  Con ilusiones renovadas  volvieron a su nuevo hogar.  Todo era nuevo para ellos, es como si el tiempo que estuvieron casados con anterioridad, se hubiera borrado de sus vidas. Era ahora cuando comenzaban a vivir de verdad, a amarse de verdad, a disfrutar ambos de su hija a un mismo tiempo. Se repartieron las faenas domésticas. Aidan llevaría a la niña al colegio y Erin la recogería por la tarde  Y por la noche, sería su espacio, únicamente de ellos.


Aquella mañana Erin fue la primera que se metió en la ducha; Aidan seguía dormido.  Era pronto para él, sin embargo ella, iba con la hora un poco justa.  Cuando hubo terminado su arreglo personal, besó a su marido y salió disparada rumbo al hospital.

 Se presentaba como  un día normal, como siempre, con prisas y con pocos descansos ni para tomarse un café.  Tenían  intervenciones programadas y cuando llegó al hospital,  miró en el panel a que quirófano debía dirigirse  para asistir junto a Rowling.  Nunca lo hacía,  pero era algo tarde y quiso tomar una especie de atajo para llegar antes,  desvió su camino y pasó junto al cuarto en el que estaban depositadas las bombonas de oxígeno.  A penas la dio tiempo de cubrirse la cabeza con las manos, cuando una fuerte explosión hizo que la puerta del cuarto reventara y la diera de lleno en la espalda derribandola y dejándola inconsciente, junto a dos personas más que por allí estaban.

Las ayudas no tardaron en llegar y atenderles, pero  la primera impresión era que Erin estaba mal herida aunque sin determinar el alcance de lo que pudiera sufrir.  La trasladaron inmediatamente al quirófano y procedieron a su reconocimiento.  Tenía una herida en la espalda, otra en un lado de la cara y varias heridas en las piernas y brazos, pero lo que más les alarmó fue una fuerte conmoción que la mantenía inconsciente..

Todas las pruebas precisas se las hicieron con toda prontitud,  curaron las heridas  mientras  avisaban  inmediatamente a su marido, que no se encontraba en el despacho, sino en una inspección, pero quedaron en localizarle inmediatamente.  Pero había algo más:  estaba embarazada y eso complicaba más las cosas.  El feto estaba en perfectas condiciones, y en general Erin estaba aceptablemente bien, exceptuando la conmoción.  Después del tac, comprobaron que tenía  un hematoma producido por la contusión.    Además de la medicación, no cabía más que esperar su evolución, y que el coágulo se disolviera por la medicación.

Fue el fiscal quién localizó a Aidan. No le quiso dar más que las precisas  informaciones, que no eran muchas, pues él tampoco sabía nada de cómo había ocurrido el accidente:

- Aidan, ve de inmediato al hospital donde trabaja Erin
-¿ Qué ocurre? ¿ Ella está bien ?
- Aidan, no pierdas tiempo. Ha habido una explosión. No te demores. Los inspectores ya están en camino para averiguar lo sucedido.

Aidan no podía, no sabía articular palabra. Cortó la comunicación e inmediatamente dijo a sus ayudantes que tenía que irse rápidamente.  No se entretuvo en dar más datos.  Entró en su coche y partió a toda velocidad hacia el hospital.  Cuando llegó los bomberos actuaban diligentemente, pero nadie le decía lo ocurrido ni le dejaban pasar.  Tuvo que esgrimir que era policía para romper la barrera que le impedía entrar en el recinto.  En el interior era un caos de bomberos, enfermeras que corrían, pacientes asustados...  Al fin  un celador le contó lo ocurrido y le informó que una de las accidentadas era su mujer y que estaba en el quirófano de la planta cuarta.

Ni siquiera intentó utilizar el ascensor, que probablemente no funcionaría.  A grandes zancadas subió hasta la cuarta planta por la escalera interior hasta llegar a la sala del quirófano.  Había bastante gente, familiares de los heridos.  Preguntó a una enfermera que conocía si sabía algo de Erin, y ella nerviosa le dijo:

- Aidan están con ella.  No puedo decirte nada.  Supongo que saldrán a informaros
- Pero ¿ está bien ?
- Lo siento, de verdad.  No lo sé.-  No quiso decirle nada para no impacientarle más, porque tampoco ella sabía gran cosa, sólo  lo que le había dicho.

¿ Qué había ocurrido ? Se lo preguntaba, pero nadie sabía nada y los sanitarios, tenían la boca cerrada.  ¿Había sido en quirófano?  ¿ Algun loco les había amenazado y disparado?  Y sin saber muy bien porqué Ralph Worwick llegó a su cabeza.  ¿ Por qué pensaba en él ? Había pasado mucho tiempo y la palabra atentado cobraba fuerza en su mente.  No creía haber hecho nada para  que tomara represalias con él. ¿ O quizá si?  Si no averiguaba algo pronto se volvería loco.


El reloj se había detenido, acaso porque lo miraba cada segundo y no parecía que las manillas corriesen. La sala se había despejado de familiares al saber que sus seres queridos estaban bien o habían sido trasladados a planta.  Sólo otra persona y él, permanecían esperando, clavando la mirada en la puerta abatible que les separaba de ellos.  Habían pasado varias horas, y por fin, la puerta se abrió y un médico preguntó por la familia de Erin.

- Dígame ¿ cómo está ?
- Bueno...
-¿ Alguien puede explicarme lo ocurrido ?
- No sabemos el motivo, posiblemente alguna válvula mal cerrada o una bombona defectuosa junto a un cigarrillo mal apagado.  No sabemos, eso es cosa vuestra., pero hubo una explosión en la dependencia del oxígeno. Erin pasaba por allí, y recibió de plano lo ocurrido.  Tiene algunas heridas sin importancia: una en un brazo, otra en una rodilla, en un lado de la cara...  Hemos procedido a curarla y a darle algunos puntos de sutura. No revisten demasiada importancia, pero...
- Pero hay algo más ¿ verdad ?
- Si.  Tiene una profunda conmoción. ..     Un hematoma...  y  un coágulo.  Está inconsciente por el golpe recibido. El bebe está bien, no hay que preocuparse por ello.
- ¿ El bebe ?
- Si. ¿ No lo sabía ?  Está embarazada, de muy poco tiempo; posiblemente ni ella misma lo supiera

- Aidan se echó las manos a la cabeza al tiempo que exclamaba:

- ¡ Dios mio ! No me dijo nada. Ambos lo deseamos con todas nuestras fuerzas.  No lo sabia, no lo sabía
- Bueno trate de calmarse. Cuando terminen de hacerle las pruebas, la llevaremos a la UCI, así que lo mejor que puede hacer es irse a casa y tratar de descansar
- ¿ De verdad cree que puedo descansar?  Me quedaré aquí.  Sé que no puedo estar junto a ella, pero al menos estaré más cerca.  ¡ Cielo santo, me he olvidado de mi hija !  Perdone doctor he de avisar para que vayan a recogerla.

Llamó desesperado a Saoirse que llorosa atendió la llamada

- Pepe me lo ha contado.  No te preocupes por Aisling, nosotros la atenderemos. ¿ Necesitas algo?  Pepe va ir para allá
- Gracias amigos. No necesito más que ella vuelva. Por favor ocúpate de Aisling. Os tendré al corriente de todo en cuento sepa alguna novedad.

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