martes, 10 de octubre de 2017

Vidas separadas - Capítulo 20 y último - Perdón para Worwick

Las horas se sucedían lentamente y no había cambios experimentados en la recuperación de Erin.  No se separaba de su lado; cogía sus manos, acariciaba su frente, besaba sus mejillas, y a ratos lloraba.  Lloraba clamando por su mala suerte, ahora que habían recobrado, al fin la felicidad y la calma en sus vidas.  No terminaba de creer lo que estaban viviendo.

 Habían pasado las primeras veinticuatro horas desde que fuera atendida, todo evolucionaba favorablemente, menos  su consciencia. Le hicieron un nuevo tac, y al fin un alivio:  el coágulo se estaba disolviendo y la presión en el cerebro había descendido visiblemente.


Por fin un respiro en la inquietud.  Las noticias que le daban los médicos eran esperanzadoras. Se sentía más tranquilo y sólo deseaba que pasaran las horas y el progreso en la salud fuese efectivo aunque fuera poco a poco.Y por fin despertó de su inconsciencia al filo de lo que se consideraba peligroso y se hiciera efectiva una intervención.  Pero no fue necesaria.  La sometieron a diversas pruebas y todo  volvía a su normalidad y,   todo marchaba como esperaban, la trasladarían a planta al día siguiente, si todo transcurría normalmente..

Se sentía agotada, pero estaba feliz de verle a su lado, de que no la dejara sola ni un sólo instante, y junto a los médicos Aidan la  anunció que estaba embarazada.  Ella sonrió al tiempo que las lágrimas acudían a sus ojos.  Efectivamente, como sospechaban, ella no lo sabía; estaba de tan poco tiempo que lo achacó a un simple retraso.

Al quedarse el matrimonio a solas, él acariciaba su rostro con infinita ternura.  Atrás quedaban las horas de angustia y zozobra.  Ella estaba recuperándose y era lo que importaba.  Los bomberos supieron el origen del incidente que se debió al defecto en el cierre de una de las bombonas de oxígeno y un soplete de un obrero que estaba efectuando una reparación.  Afortunadamente  no hubieron pérdidas humanas, aunque sí cuatro lesionados, entre ellos Erin.

  Y por fin, la dieron el alta.

- Tendrás que cuidarte.  Tendremos que cuidarte mucho, recuperarte. Tienes un encargo importante en tu interior. Hay que contárselo a Aisling.
-Tengo unas ganas enormes de abrazarla
- Ten paciencia, mi amor.  Saoirse la traerá más tarde y nunca nos volveremos a separar.  No sabía lo que te quería hasta que te ví inconsciente.  Creí volverme loco al ver que no te recuperabas.
- Yo a ratos sentía algo en mi mano, una ligera presión. Pero estaba sumida en una completa oscuridad ... ciega. Ni siquiera pensaba, no podía pensar.  Era como estar muerta pero sabiendo que no lo estás. Ignoraba lo que había ocurrido y el por qué me encontraba en esa extraña situación.  Pero todo ha pasado ya.  Empecemos de nuevo nuestra vida.
- Dejarás de trabajar.  No quiero que tengas el estrés  de urgencias.  Tenemos que cuidarte y cuidar al bebe. ¿ Te parece que sólo te ocupes de nosotros?
- Aidan, te quiero... muchísimo. Y si crees que debo quedarme en casa para cuidar de vosotros, lo haré encantada.  Será una misión extraordinaria.

Hacía más de un mes de su accidente y ya estaba totalmente recuperada.Y expresaron su amor incondicional, que al fin pudieron sentir después de tanto tiempo y tantas alteraciones en sus vidas.
Estaban desayunando un domingo por la mañana y hacían planes para pasar la jornada, cuando Aidan recibió una llamada de teléfono

- Aidan, es para ti- dijo Erin que la atendió
- ¿ Quién es ? - preguntó a su mujer
- No lo sé. Ha dicho que es personal
-Soy Aidan Brooks ¿ quién llama ?
- Perdone la irrupción en su día de descanso, pero tengo necesidad de hablar con usted.  Soy Ralph Worwick

- ¿ Worwick ? ¿ Por qué quiere hablar conmigo ? ¿ Para qué ?
- Tengo que pedirle un favor importante para mi:  Puedo hacer una sola llamada y se la he dedicado a usted. Le ruego venga a verme a la cárcel.  Tenemos que hablar
- Señor Worwick, creo que nosotros no tenemos nada de lo que hablar.
- Es importante Aidan. Tengo poco tiempo y he de poner mi conciencia al día.  Por favor venga a verme

Aidan no lo comprendía ¿ qué era lo que quería hablar con él ? ¿ De qué ?  No había vuelto a verle, ni lo deseaba tampoco.  Los malos recuerdos volvían, origen de todo lo  padecido por el matrimonio.  Esa noche no hizo más que dar vueltas en su cabeza a la petición de WorwicK.  No le dijo nada a su mujer, pero decidió que iría a verle; solicitó el permiso de visita que le fue concedido para tres días después.

Sentados ante una mesa, estaban frente a frente Worwick esposado y con una indumentaria color naranja.  Aidan trajeado, muy serio y sin comprender lo que habría de decirle aquel extraño personaje que había complicado, tiempo atrás, su vida.

- Y bien señor Worwick, aquí me tiene.  ¿ De qué tenemos que hablar?  No hay nada pendiente entre nosotros más que malos recuerdos de los que no deseo hablar
-  Eso es precisamente lo que tengo que decirle. Sé que para usted parecerá incomprensible mi actitud referente a la muerte de mi esposa. Lo que deseo es que me perdone porque le hice participar en algo urdido por mi como venganza.  Fue una victíma inocente en un plan, que rebotó en usted o en cualquier otro si le hubiera tocado aquel turno.  Pero usted fue el elegido porque es apuesto y veía los ojos con que mi mujer le miraba.. No voy a justificarme, ni tampoco me arrepiento de lo que hice.

Simplemente, Frida se estaba riendo de mi y mi orgullo no lo pudo soportar.  La amaba más que a nadie; sabía a lo que me exponía cuando me casé con ella.  Era una mujer ambiciosa que vio el cielo abierto cuando la propuse matrimonio. Lo que yo  no esperaba es que se acostara con todo el que se la ponía delante. Al principio lo hacía a escondidas, pero después... le daba igual si yo me enteraba o no. He de decirle que a duras penas conseguía que tuviera relaciones conmigo, con su legítimo marido.  Favor que a otro no regateaba.  Y entonces fue cuando comencé a idear mi plan.  He de decirle que lamenté profundamente que fuera usted el chivo expiatorio.  Inyecté en el corcho del champán un tranquilizante que les dejara dormidos a los dos y a continuación, cuando había hecho su efecto, fue estrangulada.  No voy a delatar a quién lo hizo, pagado por mi, naturalmente..  Tenía una coartada sólida, de manera que me desharía de ella sin correr riesgos. Para cubrir las espaldas sembré de dinero a cómplices que envié al extranjero; no quería dejar ningún rastro.
Se preguntará a qué viene todo ésto, y la respuesta es muy sencilla: me estoy muriendo  señor Brooks, y usted fue correcto con nosotros, respetuoso y además estaba loco por su esposa, algo que yo envidiaba,   al ser correspondido por su mujer en igual medida.
Es por eso que deseaba verle.  Hubiera sido sencillo escribirle una carta, pero debía decírselo personalmente.  También he escrito una carta a su esposa solicitando el perdón por todo lo que aquello acarreó en sus vidas. En serio que lo lamenté.  Me queda poco tiempo de vida, es por ello que le anuncio que mis abogados tienen un documento en el que lego a usted y a su familia una cantidad de dinero a modo de compensación, al mismo tiempo que, si lo desea tengan protección sin que ello altere para nada su día a día.
- Señor Worwick, no necesito ni dinero ni protección. Tengo un buen empleo y nuestra situación es desahogada.  Somos felices, mi familia me compensa sobradamente de todo lo pasado.  Creo que debemos dejar zanjado este asunto aquí y ahora
-¿ Puedo darle un consejo?
-Si sólo es un consejo, de acuerdo
- Coja a su familia, vayanse a un lugar tranquilo y disfruten de la vida.  Agárrese a ella con todas sus fuerzas.  La vida es preciosa , y tiene razón :  el dinero no lo es todo mientras posea el amor de su esposa y de sus hijos.  Ahora me doy cuenta de todo, pero ya es demasiado tarde.  Cometí el mayor error  al casarme con Frida, pero el más grande fue eliminarla de mi vida de esa forma.  Pude divorciarme, pero estaba dolido y despechado, y quise que si no era para mi, no lo fuera para otro.  Lo siento señor Brooks, es todo lo que puedo decirle.

Cuando salió a la calle, no dejaba de analizar la extraña entrevista que acababa de tener, pero algo si le había calado:  "váyanse a un lugar tranquilo...".  Posiblemente había llegado el momento de dejarlo todo atrás y empezar algo nuevo, en un pueblecito tranquilo, sin complicaciones y disfrutar de su familia, siempre en continua preocupación por su seguridad.  Se lo propondría a su mujer; era cuestión de pensarlo.

Y se lo propuso y Erin aceptó.  En ese fin de semana recorrerían los pueblos cercanos a Nueva York buscando un lugar y una casa, para empezar una nueva vida.  Presentaría su renuncia en el gabinete del fiscal; ya encontraría algo en lo que trabajar, pero nada relacionado con policías , jueces o delincuencia.  Tres meses habían transcurrido desde su entrevista en la cárcel, cuando  recibieron la visita de un desconocido para ellos. Dijo ser abogado y tenía que comunicarles algo importante.

-Soy el abogado del señor Ralph Worwick, y lamento comunicarles que ha fallecido hace quince días. En su testamento les deja a ustedes una cuantiosa cantidad de dinero para hacerla efectiva en el momento que crean oportuno.

 Y no teniendo otra cosa más que decir, el atildado personaje, salió de su casa ante el estupor de Erin y Aidan.   Se miraron sin hablar,  y ambos se dijeron mentalmente " punto final ".  Y decidieron de común acuerdo que ese dinero no lo necesitaban y no lo querían.  Acordaron donarlo íntegramente a algunas organizaciones benéficas, que sacarían más utilidad que ellos.  Y así fue.

Y como tenían proyectado, junto con su mujer y su hija, además de Saoirse y Pepe, tomaron la carretera adelante en busca de un nuevo hogar.  No estaban muy lejos de la ciudad, pero sí lo suficiente para llevar una vida más tranquila que en Nueva York.

 Pararon en dos pueblecitos y deambularon por el lugar.  Tomaron notas por si les interesaran y emprendieron de nuevo el viaje hasta llegar a Saranac Lake, un lugar encantador y precioso,  que entusiasmo a los dos matrimonios.  Decidieron que : su nuevo hogar estaría allí, y una vez establecidos verían la forma de ganarse la vida.

Y compraron su casa y se mudaron desde Nueva York.  Hicieron amistades con sus vecinos, y cada vez más pensaban que habían hecho la elección perfecta para vivir. Nació Aidan junior y el tiempo pasaba, más lentamente que en la ciudad, pero no detenía su desfile.  Aisling iba al colegio y el niño a la guardería. Erín seguiría siendo enfermera en el consultorio del pueblo y Aidan, que echaba de menos su antigua profesión, hizo oposiciones al puesto de sheriff, que consiguió, pero en realidad no tenía mucho trabajo, ya que era un lugar tranquilo y sin complicaciones  Dos años más tarde Saoirse y Pepe fueron vecinos suyos y presentados a los matrimonios amigos de nuestros protagonistas,  como eran un médico compañero de Erin,y Saoirse,  otra pareja  formada por un profesor y directora del instituto, unos granjeros y ahora sus entrañables amigos  llegados de Nueva York.

Sentados en el pequeño jardín de su casa, Aidan y Erin, uno junto al otro, miraban el horizonte satisfechos de haber conseguido aquella paz, que tan difícil les había parecido tiempo atrás, pero que ahora  disfrutaban plenamente.  Él ,  pasó su brazo por el hombro de ella y se besaron.  Aidan la dijo junto a su oído: te quiero y siempre ha sido así.  No lo olvides.   Siempre.




                                                                  F    I    N

Autoría:   1996rosafermu
Editado:    Abril 2017
Ilustraciones:  Internet

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