viernes, 6 de octubre de 2017

Vidas separadas - Capítulo 5 Mesa para dos

Y a la hora acordada,, estaba golpeando la puerta de su patrona. Apareció ante él ya arreglada para la ocasión. Algo provocativa, pensó,.  Probablemente porque estaba acostumbrado a Erin que era toda sencillez. Siempre detrás de ella entraron en el comedor y el maitre les condujo hasta la mesa reservada.  Aidan le indicó que él estaría en otra mesa, cerca suyo, pero Frida, cortó antes de que pudieran reaccionar:

- No Aidan, usted cenará en mi mesa.  Es mi protector, No tiene objeto que lo haga en otro lugar.
- Pero, señora...
- Insisto, lo hará conmigo.  Así tendremos oportunidad de conocernos mejor.  Ponga otro cubierto, por favor- indicó al maitre

 Y cenaron, y Aidan, en un principio se mostró algo cortado ante ella, pero pronto se relajó.La había juzgado muy a la ligera. era cordial, ocurrente y simpática.  Después quiso pasear por los jardines del hotel.  Hacía una noche fantástica como para meterse en la cama tan temprano.

Aidan no entendía el proceder de su marido.  Había estado todo el día fuera; ya eran las doce de la noche y aún no había aparecido ¿ en qué estará metido este hombre?, pensó. Tenía ganas de retirarse a descansar, pero Frida no tenía ganas  de hacerlo. Estaba cansado y quería hablar con Erin, que estaría esperando su llamada,  pero ella  no tenía ninguna prisa.  Hubo un silencio, y al fin ella dijo

- Mañana iré a nadar.  En la piscina del hotel. Llámeme sobre las once. Y ahora voy a retirarme.  Mi esposo no tardará en llegar.

Y nuevamente se cumplió el ritual: ascensor suite, despedida y al fin libre para hacer con su tiempo lo que quisiera, y era llamar inmediatamente a su mujer.

Y así transcurrían los días y aquel asunto no tenía visos de finalizar. Eran ya  quince  los transcurridos- Estaba deseoso por ver a su mujer, y además ella en sus cortas conversaciones mantenidas por teléfono, se le mostraba disgustada, incómoda con la situación creada.

La confianza con Aidan se había incrementado por parte de Frida., al contrario  Aidan,  se mantenía siempre en su lugar, guardando las distancias sin olvidar quién era el jefe y quién el empleado. Y  había notado una actitud algo atrevida por parte de ella, creándole situaciones embarazosas. Una mañana supo que su marido saldría de viaje por tres o cuatro días, y  no iría con él.  La resultaba muy aburrido todas aquellas reuniones que decía iba a realizar.  Se quedaría en el hotel bajo la protección de Aidan y un par de guardaespaldas  más. ¿ De qué tenían miedo, a algún secuestro?  Estaban en lugar seguro., no iba a ninguna parte sin los vigilantes, y lo cierto es que hasta ese momento no había pasado nada en absoluto.

Aidan comenzaba a impacientarse por esa situación y se puso en contacto con el capitán en su comisaría. El buen hombre no sabía nada al respecto, pero estaba convencido que no tardaría mucho en regresar a su puesto.  Le recomendó que tuviera paciencia, y a regañadientes, cortó la comunicación.  También comentaba con su compañero y amigo Pepe, que no entendía nada de lo que estaba ocurriendo y lo que hacía allí, alejado de su casa y sin aparentes cosas que hacer.

Y Worwick se ausentó. Iban con él su jefe de seguridad y otro guardaespaldas más.  Frida se quedó a cargo de Aidan.

- Esta noche no bajaré al comedor. Cenaré en mi habitación, así que si lo deseas tómate la noche libre.

No pasó desapercibido para Aidan que le había tuteado por primera vez desde que se conocieron y no le gustó ese signo de confianza, pero no dijo nada, no podía decir nada: era su empleado.  Charló largamente con Erin y discutieron por su tardanza en regresar.  Ninguno de los dos tenían culpa , pero los nervios les traicionaban, y cortaron la comunicación enfadados.  Y se planteó que en cuanto regresase Worwick, renunciaía inexcusablemente al puesto.

Veía la televisión cuando el teléfono interior sonó.  Era la voz de Frida

- Aidan, estoy sola. Tú estás solo ¿ por qué no vienes y nos tomamos una copa juntos?
- Señora, se lo agradezco, pero no me parece apropiado.  Es muy tarde y su esposo está ausente
- Pues por eso mismo
- Creo que no interpreto bien sus palabras, así que dejémoslo estar

Y lo dejó estar esa noche, pero a la siguiente fue ella la que acudió a su habitación, sugerente, atractiva a rabiar y algo ligera de ropa.  Claramente se le estaba insinuando.  Portaba dos copas con champán y con una sonrisa encantadora, entró en la habitación de él sin pedir permiso.  Hizo que brindara con ella, y no habían transcurrido cinco minutos, Aidan comenzó a sentir algo extraño que le llenaba de euforia. No entendía lo que le estaba pasando; su vista se nublaba y entre la nebulosa veía a una bella mujer sin rostro y medio desnuda. Hacía mucho tiempo que no había estado con su mujer, e imaginó que aquél cuerpo era el de Erin y la estrechó entre sus brazos apasionadamente.  La llevó hasta la cama, se quitó la ropa y la de ella  y la poseyó con furia.  Ella reia, reia sin parar.

Cuando se despertó a la mañana siguiente, tenía la cabeza embotada.  No recordaba nada de lo pasado, pero el malestar que sentía en el estómago le recordó su aventura nocturna.  Estaba desnudo, pero ella no estaba en su cama

¡ Oh Dios mio ! ¿ Cómo ha sucedido ?

Encontró su cuerpo tendido en el baño y alrededor de su cuello una media.  No necesitó tiempo para saber que estaba muerta y que había sido estrangulada.  Su cabeza funcionaba a mil por mil ¿ Qué hacer ?  Lo primero, llamaría a la policía. ¿ Era acertado ? Se trataba de su jefa, estaba desnuda en su baño ¿ cómo explicarlo ? ¿ Cómo explicar que sin duda le había puesto algún narcótico en su copa? ¿ Cómo explicar su comportamiento al acostarse con ella en su propia cama? ¿ Cómo, cómo, cómo ?

Por la experiencia en su trabajo, pensó que lo más viable sería avisar a la policía. El no había cometido ese crimen.  tendría que contar todo lo ocurrido y afrontar la investigación, pero era algo que no podía ocultar.  Se acordó de las copas y las buscó sin hallarlas, y cada vez veía más claro que había sido víctima de algo que no alcanzaba a vislumbrar.

Tras explicar a un teniente todo lo ocurrido, y ante la incredulidad del policía, pidió se le hiciera un  análisis. Sabía ciertamente que le había echado algo extraño en la copa de champán, y además que alguien entró mientras dormía y ese alguien era el autor del crimen.

Lo primero de todo sería localizar al marido para anunciarle lo sucedido y averiguar si tenía algún enemigo que quisiera hacerle daño.  Indudablemente debía tenerlos, porque no se entendía tener tantos escoltas. Se puso en contacto con Nueva York y habló con el comisario, que negó rotundamente que Aidan tuviera algo que ver, pero se lo llevaron detenido, hasta  averiguar algo de lo ocurrido. Se trataba de un compañero de conducta intachable, pero también están acostumbrados a ver cosas extrañas y ésta parecía una de ellas.

Worwick se personó en unas horas cuando ya el cuerpo de su mujer había sido trasladado a la morgue.  Extrañó al teniente la pasividad y frialdad con que recibió la noticia. Algo así, y con una mujer como la suya, no era para estar tan impasible


- Verá inspector- dijo con calma al teniente- Mi mujer  ¿ cómo se dice vulgarmente ? ¡ ah si, ! me ponía los cuernos con bastante frecuencia. Mírela a ella y míreme a mi.  Hacía la vista gorda, pero estaba enterado de sus andanzas. El inspector Brooks dice la verdad
-¿ Está seguro de ello? ¿ Entonces usted sabe quién lo ha hecho?- dijo el policía
-Ese es su trabajo.  Tendrá que averiguarlo -
- Las referencias que tenemos sobre el inspector y lo que ha declarado, coincide, pero entonces... ¿ Por qué él ?
- Ya se lo he dicho. Ese es su trabajo. Destrozaré su matrimonio, como él ha destrozado el mio, es así de simple
-¿ Qué quiere decir ?
- Pues que su mujer está a punto de averiguar que su marido se ha acostado on mi mujer. Así de rotundo y así de claro.  Y ahora si me permite, he de resolver varios asuntos.

El teniente estaba seguro que, si él no lo había hecho personalmente, dado que su coartada estaba comprobada, bien era un crimen por encargo.  Así que tan culpable era él como el ejecutor. Se le presentaba un caso difícil con un personaje siniestro y retorcido que se había propuesto amargar la vida de su compañero..
  Luego todo sucedió a velocidad de vértigo, imposible procesarlo con la misma rapidez. Autopsia, fluidos vaginales, analítica, droga en el champán y las huellas habituales en la habitación de su morador.  Todo ello concordaba con la declaración del interesado y la exculpación del marido de la fallecida.  El propósito de Warwick, no era vengarse del inspector, pues de sobra sabía que no era el primero en acostarse con su mujer.  Simplemente era la víctima propiciatoria , alguien que estaba en el lugar equivocado a una hora equivocada, pero estaba decidido a terminar con estas prácticas de su mujer.

El tenía la coartada perfecta: reunido con otras personas a la hora del suceso, pero sí era sospechoso de haberlo preparado.  La legión de abogados consiguieron que no fuera detenido.  Ahora las averiguaciones se centrarían en el sujeto que llevó a cabo el crimen.



Aidan fue enviado a casa con la obligación de presentarse en su comisaría únicamente con el cargo de adulterio.  No obstante, y hasta que se aclarara el suceso, le sería retirada la placa y el arma.

Pero lo peor, estaba aún por llegar: enfrentarse a Erin.

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