miércoles, 4 de octubre de 2017

Vidas separadas - Capítulo 2 -Alguien diferente

Las enfermeras dejaron de prestar atención a los policías que seguían a lo suyo.  Apuraron el café y salieron de la cafetería. Pararon un  taxi y dieron la dirección .  Estaban locas por meterse en la cama. Descolgaron el teléfono, pero dejaron el busca en la mesilla de noche. Tenían orden expresa de tenerlo conectado constantemente por si surgiera algo imprevisto y precisaran personarse urgentemente en el hospital.  Era una norma desde el 11 de Septiembre, y tenían que cumplirla a rajatabla.

Se despertaron a media tarde, se ducharon, y pidieron comida china: no tenían ganas ni siquiera de cocinar.  Se arrebujaron en el sofa, dispuestas a ver televisión. Al día siguiente saldrían a dar una vuelta, y por la noche se enfrentarían nuevamente a la cruda realidad de las urgencias.

Erin, en el control, tomaba los informes de los pacientes que tendría a su cargo durante la noche.  Esa noche la pasaría en planta.   Entre los pacientes a atender, estaba uno de los inspectores, que ya había sido trasladado a una habitación.  El otro policía herido, seguía en la UCI.

Y a las diez en punto, comenzó su ronda, habitación por habitación. Los pacientes que no estaban dormidos, charlaban con ella mientras les ponía el termómetro, les tomaba la tensión o simplemente les deseaba buenas noches.  Era amable y simpática y no era difícil encariñarse con ella.

Entró en la habitación del inspector que permanecía sedado. Revisó los drenajes, la sonda vesical, tomó la temperatura, en fin toda la parafernalia de rigor.  Pero se detuvo un momento en el examen de aquel hombre que ni siquiera había visto mientras le operaban.  Era joven, quizá un par de años mayor que ella.  De complexión fuerte, atlética,  alto - pensó -, y dirigió la mirada a sus pies, que por poquito no salían de la cama

  - Debe medir 1'90, más o menos. Es bastante guapo.

  Acomodó la almohada, alisó el embozo y la sábana y siguió con el ritual de la visita nocturna.  Miró su tablón apuntó todo lo controlado y al comprobar que todo estaba en orden, se dirigió a la puerta para seguir su ronda.  En ese momento, el paciente entreabrió los ojos y con un susurro de voz, articuló unas palabras, que ella no entendió, e hizo que retrocediera y se acercara  hasta  la cabecera


- Agua, por favor.
- Desde luego- respondió ella

Por un instante, sus ojos se cruzaron y Erin, esbozó una amable sonrisa, mientras incorporaba algo la cama para que le fuera más fácil beber.  Le dio el pistero y él se fijo en el rosto amable de la muchacha. Inmediatamente que bebió, le dio las gracias, y volvió a quedarse dormido.

Siguió la ronda .  Tardó aproximadamente hora y media en finalizarla.  Después se dirigió al control, y allí charlaría con sus otras compañeras para hacer que la noche fuese más llevadera.  Saoirse estaba de turno en la UCI.  Aunque había mejorado, el policía debía tener control constante y a ella le tocó la vigilancia

- Según dijeron los policías se llama Pepe y es de origen latino ¡ Qué extraño nombre ! - se repitió, Saoirse y volvió a su control de los aparatos que marcaban sus constantes vitales.

De vez en cuando el piloto rojo de la puerta, avisaba que alguien necesitaba de la presencia de alguna enfermera, y el de la habitación 306, brillaba en el silencio de la noche.

- ¿ Te importa acudir tú Erin? Estoy terminando  un informe- la dijo una compañera
- ¡ Claro que no !

Y Erin se dirigió a la habitación que reclamaba atención. Cuando entró , el inspector estaba despierto y pedía un calmante. Sonrió y miró su tablilla.  Ni siquiera se había parado en conocer su nombre :  Aidan Brooks, y recordó que de él hablaban los policías sentados en la cafetería. Dio una luz más alta y miró su rostro nuevamente. Ahora podía ver el color de sus ojos.  Podía fijarse mejor en los rasgos de su cara y vio que sus cabellos eran casi rubios tirando a cobrizos.  Él la miraba también, y por primera vez, la sonrió dándole las gracias por su pronta atención.

- ¿ No puede dormir, señor... Brooks ?
- Creo que en estos días he dormido para el resto de mi vida

Ella rió la broma. Era una buena señal, que, a pesar de las molestias que pudiera sentir, aún tuviera ganas de hacer un chiste.  pero él siguió hablando

- ¿ He muerto y estoy viendo a un ángel?
- No señor Brooks, está mejorando. Y ahora trate de dormir, de lo contrario la noche se le hará eterna.   ¿Necesita algo más? En la tablilla dice que puede tomar manzanilla o un zumo ligero ¿ Le apetece algo ?
- ¡ Claro que me apetece ! Que usted se sentara en el sillón y charláramos durante un rato.
- Es usted muy galante, pero sabe que el deber me llama. Tengo más pacientes que usted, pero no dude en llamarme si precisa algo más. Trate de dormir.  Es una orden.  Toque el timbre si necesita algo.

Salió de la habitación sonriente, y él trato de conciliar el sueño.

No tardó mucho en volver a brillar el piloto de la habitación 306, pero esta vez acudió Terry a su requerimiento: el paciente quería charla, pero no con ella sino con " la otra " enfermera

- Lo siento, señor.  Está atendiendo a otro paciente, pero la diré que  de una vuelta por aquí cuando termine.

Pero no volvió a entrar hasta las seis de la mañana en que provista de una palangana con agua , toallas y sábanas, se disponía a comenzar  al aseo de los pacientes antes de que entrara el turno de las ocho.  Erin dio los buenos días y él  correspondió con una amplia sonrisa.

- Creo que ha tenido poco sueño durante la noche ¿ no ?
- Cierto, no tenía sueño. Sólo esperaba que usted volviera
- Es muy halagador, pero ya se lo dije:  tengo más pacientes que atender.

Erin, tiró de la sábana que le cubría, dejando al descubierto el cuerpo desnudo del hombre, que comenzó a protestar

- ¿ Pero qué hace ?
- Voy a asearle, señor Brooks. Es lo que toca en este momento
- Yo mismo lo haré ¿ Cómo se ha atrevido a dejarme en cueros ?
-Soy enfermera, estoy acostumbrada, es mi trabajo y además quién cree que le ha lavado durante estos días
-¿ Usted?
-Exacto, yo misma.  Y créame no voy a asustarme, además no es para tanto
- ¿ Se da cuenta que está hiriendo mi ego varonil?
- No señor Brooks. Y ahora si me deja, tengo mucho trabajo y poco tiempo


Y no tuvo más remedio que dejarse hacer. Se sentía tímido por primera vez en su vida. Había estado con muchas mujeres, desnudo, pero nunca  había vivido esta situación. Se sentía incómodo, vulnerable.  Pero ella ejercía su trabajo sin siquiera fijarse en el bien moldeado cuerpo del hombre que evitaba mirarla, girando la cabeza hacia oro lado.  A ella esa situación le resultaba jocosa. ¡ Avergonzarse de que una enfermera le viera desnudo ! Era absurdo, y no pudo evitar echarse a reir
- ¿ Está disfrutando con todo ésto ?
- No, inspector. No disfruto, no soy tan morbosa. Es mi trabajo y cuanto antes lo entienda, será mejor para ambos.  A mi me resulta incómodo que usted lo esté por este motivo, pero precisamente ahora, porque está en cama, ha de tener un máximo de higiene para evitar complicaciones.  Luego vendrá el doctor a examinarle la herida.  Y a propósito, enhorabuena, tiene una vida gratis, otra más
-¿ A qué se refiere? Es usted desconcertante
- Me refiero a que tuvo suerte que la costilla frenara ese tiro, de lo contrario... Y ahora me voy. Le traeré el desayuno a las siete. Dentro de una hora.  Supongo que no le dará vergüenza que se lo de ¿ no ?

Brooks no dijo nada.Le asombraba  la maestría con que le mudaba la cama sin bajarle de ella

- ¿ Puede, con cuidado,  ponerse de lado ?Así,  muy bien. Doblaré las sábanas y por el mismo sistema le pondré las limpias- . Hecho ésto, hizo lo mismo girándole al lado contrario. Con rapidez, precisión y sin molestarle concluyó  el cambio de la limpieza de la cama.   Mientras lo hacía se fijaba en lo musculoso del cuerpo, de la ancha espalda y poderosos brazos del policía.
-Normalmente ¿ hace deporte?
-Un poco. Me obliga mi profesión; hay que estar siempre en forma.-.  . Le miró y sonrió divertida.

 Él también sonrió dándole las gracias. . Le gustaba aquella enfermera.  hacía que la tensión de estar herido y en cama, fuese más llevadera.  La próxima vez averiguaría más cosas sobre ella.

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