jueves, 26 de diciembre de 2019

El Primer Ministro - Capítulo 14 - El mítin

El salón estaba a rebosar. El momento político era apasionante. Los escoceses querían un nuevo referendum y no estaban nada contentos  con la decisión arbitraria tomada por Londres, y es así, o  que la inmensa mayoría  de la población estaban descontentos con la salida de Europa.  Tenían la máxima expectación ante lo que iban a decirles, y al mismo tiempo curiosidad por la nueva  locución que les habían anunciado:  una trabajadora  y madre de familia,  comprometida con el suceso.  Bajo ningún concepto querían salir de la Unión y si así se hiciera, solicitarían  separarse de Inglaterra.  Era algo que llevaban deseando desde hacía mucho tiempo, pero por conveniencia de ambos, siguieron  adelante , pero no así,   después de anunciar que en Octubre se irían de Europa.  Entonces las voces se alzaron y tanto en Londres como en Edimburgo sonaban discursos discrepantes y las aguas comenzaron a enturbiarse.


En el lugar reservado a los dirigentes del partido laborista, estaba Claire, nerviosa y reacia a lanzar su primer discurso como política.  Los nervios agarrotaron su estómago y sus compañeros veían peligrar a su estrella principal, ya que su lanzamiento había sido intenso y todos sentían curiosidad por verla actuar ante el publico.  Al fin había llegado la hora de la verdad.  Primero intervendría el secretario general y sería él quién la presentara   a todos los que llenaban el local..  Al fín tragó saliva y tomando aire, avanzó hacia el atril para dirigirse a sus compañeros .  No llevaba papeles, ni  guión alguno, pero si tenía en mente lo que iba a decirles, como hacía siempre que tenía que llamar a la puerta de algún domicilio para solicitar el voto.  Todo lo que dijera sería lo marcado en los principios laboristas, así que dejaría libre su pensamiento y su verdad. Creía que al ser tan sincera, llegaría a todos los presentes.  Como ocurrió cuando conoció a su marido.   La hubiera gustado que él estuviera entre ellos. 
 Scott llevaba mucho tiempo dando mítines y podría haberla ayudado pero, además de ser su contrario, él seguía de viaje por el continente.  Le echaba mucho de menos, deseaba que llegase, pero al mismo tiempo, estaba muy dolida con él.  Tenía la sensación de que no estaba jugando limpio.  Aunque rápidamente borrara los  malos pensamientos de su cabeza: la  imagen de la sueca y su tardanza en regresar la molestaban, por decirlo suavemente.  No creía que fuera tan imprescindible, bien podría haber echado  una escapada hasta su casa por un par de días y ver cómo estaban  su esposa y su hija.

Al fin carraspeó y comenzó su disertación, paseando la mirada por el lugar abarcando a todos los allí presentes.

Les explicó que al cabo de unos pocos meses ya no pertenecerían a la Unión Europea, si todo salía como el Gobierno lo había planeado.  Un murmullo  de desaprobación se levantó  entre los asistentes..  Alguna voz  se alzaba y   pedía la separación definitiva. Querían volver a ser solamente escoceses y europeos como les correspondía

— Un nuevo referéndum. Nos han estafado.  Eso no fue lo que preguntaron en la última consulta.  De haberlo hecho otro gallo cantaría.

 Los aplausos estallaron en la sala cuando Claire tocó el verdadero tema por el que allí estaban.

Claire les dejó que ellos se explicaran, para después seguir con el planteamiento que deseaban.  Sencillamente, una nueva consulta sobre el tema europeo y las consecuencias.  Una hora larga, duró su intervención. Desde las primeras filas, ocupadas por los principales dirigentes del partido, se notaba la satisfacción de su intervención;  había implicado a todos lo que allí estaban.  Les había dejado expresarse.  En definitiva había obtenido todo un éxito.  Tendrían que hablar con ella más detenidamente y tratar de convencerla para que entrara en política definitivamente.  Se llevaba al público de calle y mientras ella hablaba, el silencio era absoluto.  Lo hacía  con claridad, sin florituras, con las palabras justas y precisas, es decir, con un lenguaje coloquial que todos entendían y les dejaba hacer preguntas que ella respondía con contundencia y claramente.  Si alguno exigía algo fuera de lo común, decía rotundamente que era imposible llevarlo a cabo, con lo cual todos confiaron en ella..  Al final del mitin, todos querían saludarla y estrechar su mano sonrientes.

Respiró aliviada al final del acto.  Lo había conseguido.  Había sido su bautizo como política.  Ni siquiera pensó  en repetir de nuevo , pero fueron los altos cargos del partido, los primeros convencidos de que ella sería una buena  presencia en los encuentros de ahora en adelante.

Las televisiones se hicieron eco en sus noticieros, enfocando la cámara ante la nueva voz que se alzó con fuerza en esa jornada.  En la sede de los Tories, prestaron especial atención a aquella retransmisión;  no podían imaginar  el poder de convocatoria de aquella novata.  Lo desconocían todo de ella ¿De dónde había salido?  Se pusieron bastante nerviosos.  Sabían que sería una contrincante fuerte a la que no se podía callar con cuatro lisonjas y medias verdades.  Informarían a su secretario general y para ello grabaron esa reunión para que él mismo comprobara lo sucedido.  Seguramente convocarían una reunión para dar una respuesta  y debía ser la voz más persuasiva y contundente con la que contaban en situaciones semejantes:  Scott Craig.

Estarían de regreso en dos o tres días, y entonces tendrían la  reunión del comité ejecutivo para cambiar impresiones, pero entre tanto, buscarían a esa chica. 
 Debían, tenían que  saber quién era, de dónde venía y por qué estaba en el otro partido y no en el de ellos.
   Rebuscarían hasta en el último rincón, ya que sabían que su  secretario era alguien muy exigente y si no estaban todos los datos completos, cuando viera el video, si no la hubieran localizado, las voces se escucharían en toda la ciudad.

Y comenzaron a investigar, pero todo lo que descubrieron es que era médico y  estaba casada.  pero nadie soltaba prenda de su vida.  Ya se había ocupado muy bien el partido laborista de guardar a la que sería su estrella principal.  Llevaban bastante tiempo sin "estrellas" y, ahora que la habían encontrado, la guardarían como oro en paño, y cuanto más , sabiendo que el marido de Claire, era un personaje apreciado y respetado en el otro partido.

— ¡ Menuda sorpresa van a llevarse, si es que aún no lo saben ! —se comentaba entre los compañeros.

Pero también para ella fue un quebradero de cabeza.  Conocía muy bien a su marido y sabía que les iba a costar una fuerte discusión  al haberlo hecho sin consultarle.  No le iba a gustar nada, pero a ella tampoco le gustaba que estuviera por ahí viajando durante casi un mes . Tanto derecho tenia ella como él. Imaginaba la que iba a liarse cuando en el partido la dijeran que  tenía que viajar, es decir:  hacer lo mismo que estaba haciendo Scott..

— En fin, ya no hay solución.  Me he comprometido y lo cumpliré, se enfade o se contente. Por hoy dejaré todo lo concerniente a la política y trataré de descansar; he estado muy nerviosa durante todo el día. 

 Apagó la luz de su mesilla de noche y esperó la llamada de él, pero no se produjo y, se quedó dormida.

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