sábado, 28 de diciembre de 2019

El Primer Ministro - Capítulo 18 - Y de nuevo adiós

Aquella noche, Scott llegó a casa pensativo y algo malhumorado. Hacía pocos días que había llegado de un periplo por distintos lugares, que se prolongó durante un mes y,  que le costó un disgusto con Claire. Aunque al final pudieron arreglarlo, mucho se temía que cuando le planteara lo que hacer en los próximos días sería diferente. Y supuso bien;  estaba con un extraño presentimiento que le hacía dudar si decírselo, pero tendría que hacerlo, porque de otra manera ¿cómo justificar su ausencia 

Ella notó que algo no marchaba bien.  Quizá estuviera relacionado con la famosa entrevista, absurda desde todo punto, pero que en atención a él, la había cumplimentado. Después de cenar, la llevó de la mano hasta la biblioteca y allí la hizo sentar a su lado.  No encendió la televisión,. lo que la hizo sospechar que algo debía anunciarla para tal solemnidad, y no se equivocaba.  Iba a lanzar una bomba de muchos megatones por la repercusión que tendría en sus vidas.

Claire, mujer de fuerte carácter y, conociendo bien a su marido, imaginaba de qué iba todo, pero nunca sospecharía lo trascendental que sería.

— ¿Te ocurre algo? -—le dijo no pudiendo resistir más la incertidumbre.

— Hemos de hablar— dijo lacónico Scott

— Bien, pues no lo demores.  Presiento que va a ser algo que no va a gustarme, por eso estás tan silencioso y preocupado

— En efecto ni a ti ni a mi va a gustarnos. El próximo lunes he de estar en Gales. Después Irlanda, Londres, Alemania, Austria...  Va a ser un viaje largo, muy  largo.

— ¿Me estás diciendo que te vuelves a ir y esta vez será más largo que el anterior? ¿Es eso lo que te preocupa 

Él, guardó unos instantes de silencio. Eso, precisamente, era la confirmación de que ella estaba en lo cierto.  Se soltó de la mano que la tenía cogida y se levantó de su asiento airada, nerviosa y de muy mal humor.

— ¿Tiene esto algo que ver con mi entrevista con ellos?   ¿Es un castigo por haberme negado?

— Naturalmente que no. Digamos que es un rodaje para el futuro próximo. Van  a haber elecciones en un tiempo relativamente cercano y van a presentarme como cabeza de lista.  Pero para ello he de reunirme con las primeras figuras conservadoras de aquí y del continente.

— Perdona, pero creo que es un pretexto ¿Vas solo o te llevas a la corte detrás?

— No sé a que te refieres, pero iré con un ayudante y una secretaria.  El viaje está cerrado, así que el lunes por la mañana parto para Gales.

— ¡Vaya, han sido muy benignos ! Te han dejado libre dos días para estar con tu familia ¿Cuánto tiempo estarás fuera ?

— No lo sé, pero creo que bastante.

—Está bien ¿ Algo más que decirme?

—De momento no. Pero por favor, no te enfades.  No es mi culpa, ni me apetece, pero he de hacerlo o renunciar a todo lo conseguido.

— De acuerdo. Ya sé que de ahora en adelante serán ellos quienes dirijan nuestras vidas. No sé si podré acostumbrarme

-—Tú también tienes trabajo en tu partido

— ¿Quieres decir que lo tuyo puede compararse al mío? Por si no te has dado cuenta, no tienen nada que ver;  en fin, no te preocupes.  Y ahora si eso es todo, me voy a la cama

Sabía que iba a reaccionar así, se lo temía, pero ¿Qué podía hacer?  No tenía más que dos caminos : cumplir el mandado que le daban o renunciar a todo por lo que había luchado durante tanto tiempo.  Sería muy cuidadoso en llamarla con frecuencia y trataría de cumplir su misión lo mejor y más rápidamente posible para regresar cuanto antes.  Además  las elecciones estaban próximas y debía estar aquí, pero lo malo sería que la campaña tampoco era en casa, así que nada más regresar de ese periplo, entraría de plano en campaña electoral

  Estaba seguro que los nubarrones negros de su vida familiar, descargarían de nuevo y esta vez sería la tercera o la cuarta;  había perdido la cuenta y eso supondría un nuevo desacuerdo para Claire.  Pero si conseguía llegar al primer sillón del gobierno, se tendría que acostumbrar porque deberían renunciar a su vida privada para dar preferencia a la institucional.

El llegar a ser un Primer Ministro tendría sus sacrificios, pero por ello había trabajado incansablemente y ella lo sabía  ¿ Sería comprensiva?

De nuevo retrasó subir al dormitorio; tendrían ambos que calmarse. No deseaba tener  conflictos conyugales con Claire, algo que estaba a punto de suceder. Le dama miedo discutir de nuevo porque los enfados no traen nada bueno y, ella estaba muy molesta, pero no tanto como lo pudiera estar él.

Al llegar a Gales, la llamó, pero ella estaba en el hospital reemplazando a una compañera que estaba enferma.  Trataría de volver a hacerlo al terminar el turno, pero la oportunidad no se dio.  Tuvo que contactar con los subalternos que había llevado para el viaje y organizar las entrevistas a realizar al día siguiente.  Y cuando terminó era demasiado tarde;  seguramente estaría ya dormida y no quiso despertarla

— La llamaré mañana antes de ponerme en marcha.  Espero que no se haya enfadado y no tengamos problemas

Entre tanto, seguía tejiéndose la  tela de araña.

 Spencer,  solo en su despacho, descolgó el teléfono y marcó el de la redacción de un periódico sensacionalista . A la persona que atendió la llamada, solicitó que le pusiera al habla de un redactor, concretamente con  X, alguien que firmaba con esa letra todos sus trabajo y tras el cual se ocultaba su verdadero nombre.

— En este momento no puede ponerse.  Está en la calle trabajando — le respondió la  telefonista

— Dígale que se ponga en contacto con el número que voy a darle.  Es urgente

— Así lo haré, no se preocupe.

Y recibió la respuesta a su llamada al cabo de una hora.


— ¡Hola X! Necesito que me hagas un trabajo dentro de unos días. Se trata de que hagas correr  cierto rumor. Tu sabes dónde debes hacerlo. No corre excesiva prisa, pero sin demorarlo en exceso.  Espera unos quince días para ello.  Ya sabes, como de costumbre.  Sin nombres, sin lugares y sin procedencia.  Todo muy discreto. Te mandaré  por correo el cheque correspondiente.  Ni que decirte que todo ha de ser discreto al máximo

—¡Y tan discreto!  En tantos años que llevamos trabajando, aún no sé quién me llama

— Ni te hace falta saberlo.  Sólo cumple y suficiente.  En el mismo sobre irá un texto con lo que has de divulgar ¿Alguna pregunta?

— ¿ Es algo fuera de la ley ?

-—En absoluto.  Sólo se trata de un cotilleo.  No te preocupes, pero para seguridad no lo firmes, sólo coméntalo como si te hubiera llegado;  en realidad así es. No llames a este número, y si has de hacerlo que sea  desde uno pre pago y después deshazte de él.  Sabré si cumples con todas las instrucciones, si no lo haces, sólo tú serás el responsable  ¿Entendido ?

— Entendido. Espero su sobre

Se despidieron,  guardó el teléfono en la caja fuerte, cuya combinación sólo él conocía y,  sonrió levemente siguiendo con lo que estaba haciendo antes de la llmada.

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