viernes, 27 de diciembre de 2019

El Primer Ministro - Capítulo 16 - Separación

El fuego  crepitaba en la chimenea y absorta en las llamas, Claire, recordaba su antigua vida y el camino recorrido con grandes ausencias en ella y, también sorpresas que, por inesperadas, nunca  creyó vivir.  El tiempo había pasado, su ánimo estaba sosegado, o quizás resignado.  En el camino había dejado grandes momentos vividos y otros perdidos para siempre..  Fueron tiempos confusos, y ahora al volver la vista atrás, piensa que nunca debió hacer lo que hizo, porque a fin de cuentas no mereció la pena.  Se dejó jirones de su vida en ellos, para al final volver al principio, sólo que ahora estaba sola y con nostalgias en el alma.

Melody estaba pasando las vacaciones de Semana Sana con su padre;  ignoraba si habían viajado a algún sitio, o por el contrario estaban junto con los abuelos en Glasgow. ¡ Que veloz había pasado el tiempo!  Ya tenía siete años y recordaba el día que nació.  Se parecía al padre en todo, tanto física como temperamentalmente.  Las vacaciones las disfrutaba con él, aunque siempre que quisiera, tanto el padre como hija, tenían libertad absoluta para verse.

Todo había cambiado en tan solo cuatro años  y qué diferente era todo.  ¿Qué sucedió? ¿Por qué se rompió su matrimonio? ¿Fue exclusivamente culpa suya o también Scott tuvo algo que ver?  Se pasó la mano por la frente cuando los recuerdos pasados volvían a su memoria.  ¿Qué  fue lo que motivó su separación?  No quería recordar;  era un verdadero tormento  que no quería volver a vivir. Se levantó y fue hasta la cocina para prepararse un té que la reconfortara del frío interior que sentía.

Esperaba la llamada de su hija que cada tarde hacía cuando se encontraba fuera de casa. La gustaba ir con su padre y estar con los abuelos, pero también le daba mucha pena dejar a su madre sola, lamentando lo bien que podrían estar los tres juntos.  Melody era una chica alegre  e inquieta que llenaba con sus risas aquella casa pequeña, pero tan sola cuando  no estaba.

Dando pequeños sorbos, sin querer, recordó aquella noche infernal en que se desencadenó todo,  que culminaría con su separación:

A Scott le costó dormir aquella noche y, deseaba que amaneciera cuanto antes para ir a recoger a su mujer y hablar con ella. Estaba ansioso por hacerlo, pero no lo haría en la cafetería del hospital, como tenían por costumbre;  la conversación era de más envergadura y lo harían cuando hubiesen llegado a casa.

Iba de mal humor y al mismo tiempo ansioso por verla  ¿Qué explicación le daría?  Hablaron poco durante el corto trayecto hasta su domicilio.
  Claire le preguntó lo que le ocurría, pero la respuesta de él fue evasiva  achacándolo  a haber dormido mal.  Ella no le creyó, pero tampoco imaginó la tormenta que había desencadenado que daría  origen a una discusión de proporciones bíblicas.  Sabía que no la diría nada hasta estar en casa. 

 Por un instante se la pasó por la cabeza  que, el origen de ese pretexto pudiera ser que de nuevo tendrían que salir  con los mítines  y ausentarse otra vez, pero no pudo imaginar que quién se ausentaría sería ella.

Entraron en silencio hacia su despacho tomándola del brazo . Ordenó a la sirvienta que , bajo ningún pretexto, fuera interrumpido si alguien llamaba por teléfono.  Beso a su hija que se despedía para ir al colegio, y cerró la puerta tras de Claire.  No desayunaron .Ni siquiera se sirvieron un café.  Comenzó a dar vueltas por la estancia y ella le miraba, ahora si, alarmada. ¿Qué tan grave era de lo que tenían que hablar para que Scott estuviera en tal estado de nervios? Se paró frente a ella y comenzó diciendo

—¿No te extraña lo que tengo que decirte? 

— Pues si, francamente.  No acierto a imaginar lo que te produce esa tensión ¿Tus padres, Theresa están todos  bien?

— Si todos bien. He tenido que enterarme por mi jefe que has dado un mitin hace poco ¿No se te ocurrió que debiste consultarme?

—¿Consultarte? ¿Desde cuando he de hacerlo?  Por otra parte no pude, ya que estabas desaparecido, pero aunque hubiera podido, no lo hubiera hecho ¿Desde cuándo te interesa lo que hago en el partido?  La gente está tensa, y también el partido.  Me lo pidieron y yo acepté, eso ha sido todo

— Pero ha salido en los telediarios y anoche me llamó mi jefe hecho un basilisco después de verlo. Era el único que sabía que militas en el laborista, pero ahora se ha enterado todo el mundo

— ¿Y qué ,  si se han enterado? ¿Acaso te avergüenzas de mí ? Yo lo anuncié  en mi partido y no pasó nada ¿Por qué tu no lo comunicaste en el tuyo?

— ¿Cómo iba a imaginar que hablarías ante los votantes?   Nunca lo habías hecho.  Te limitabas a pedir el voto, nada más.  Pero lo que he visto en la tele era un alegato contra nosotros y decidida a romper con Inglaterra ¿Te parece poco?

— Si, me parece poco.  Porque nos habéis engañado, es así de simple.  Destapasteis la separación de Europa, cuando habíamos hecho la consulta de seguir con Inglaterra  ¿Ya no te acuerdas?  Jugasteis sucio y este es el resultado.  Además pedimos una consulta nuevamente, no creo que sea para rasgarse las vestiduras

— Pero has puesto en peligro mi futuro.  Lo tenía en la mano, pero ahora no sé que pasará.  No creo que al enterarse la Junta  de quién eres, me tengan en cuenta para el puesto al que me estaban postulando

— ¡ Ah ya ! Eso es lo que te preocupa. Y por eso es que me estás armando este escándalo. Pues  ¿sabes qué ? Que estoy cansada de tu indiferencia por mis cosas;  no sólo tú tienes proyectos, yo  también los tengo.  La experiencia que tuve fue muy beneficiosa para mi y voy a seguir en política te guste o no .  No me interesa tu partido; eres tú quién me interesas y naturalmente que me alegro que seas ascendido a puestos de más responsabilidad, lo mereces. Sientes la política y además vales para ello.  Pero, mira por donde, a mi también me ha entrado el gusanillo, así que puedes decir a la Junta que seguiré dando mítines cada vez que pueda y me sean solicitados.

—Ni se te ocurra.  He asido tolerante pero para juego, ya está bien.

— ¿Cómo dices?  No voy a estar metida en casa o en el hospital porque vosotros lo queráis. Creo que si esto es lo que has decidido, lamento esa situación, porque de ahora en adelante seguiré haciendo lo que crea conveniente. Si no estás de acuerdo, creo que deberíamos dejarlo aquí, antes de que las cosas vayan a mayores

— ¿ Me estás amenazando?

— No. Te advierto simplemente.  Creo que deberíamos dejarlo por una temporada y me refiero a separarnos siquiera por unos días.  Yo, al menos, he de pensar en lo que ha ocurrido y de la forma en que ha ocurrido esta discusión.  Estoy preocupada y alarmada a un tiempo.  Este no es el camino Scott. Tu me quieres en casa  y con la pata quebrada, como se suele decir. Y yo no soy así.  Me encanta mi trabajo, pero  necesito algo más que me quite la tensión que paso a diario ante los enfermos. Y lo he encontrado en la política, porque puedo ayudar a la gente de otra manera, además de tratar  de curarles.

—¡ No digas insensateces! Acabamos de estar separados durante un mes, y mira el resultado

— Creo que no te has enterado de nada. Efectivamente has estado un mes y, yo aquí, sola, supuestamente para descansar ¿Crees que lo he hecho? Tuve que volver al hospital porque me aburría soberanamente. Y sé que no tardarás en volverte a ir y  no lo soportaré.  Tú disfrutas en las cenas  con vuestros anfitriones y te rodeas de gente muy culta e hipócrita  pero, a ti te gusta. .Estudiaste para ello y lo haces muy bien, pero yo no soy así. Creo que nos casamos muy rápido y éramos muy jóvenes.  Ha pasado el tiempo y las cosas son distintas

-—¿Qué es exactamente lo que estás diciendo? ¿Separarnos? 

— Si.  Exactamente eso .  Claro si te dan permiso en el partido

— Ni lo sueñes.  Yo te amo y adoro a mi hija

— Debemos distanciarnos por un tiempo.  Aclarar nuestras ideas y después resolver.

— Creo que debemos dar por zanjado el tema.  No me gusta nada el cariz que esta tomando.  Hablaré con mi jefe y con la Junta y, renunciaré a mi cargo.  Todo antes de perderos a ti y a la niña

—No quiero eso. Toda tu vida has soñado con lo que haces.  No es justo que renuncies a ello.  No empeores más las cosas de lo que ya están.

-—No quiero seguir escuchándote.-  Dejémoslo estar, por favor.  No estoy para estas locuras que estás diciendo.

— Muy bien. Yo iré a dormir; he tenido una extraña noche y la mañana no mejora. Hasta luego

Salió dando la espalda a su marido.  Había destrozado todos esos años de vida en común, pero no se retractaría en nada. No admitía  lo que había sido una intromisión de su jefe en su vida privada que en nada tiene que ver con la política., máxime sabiendo quién era la mujer del futuro primer ministro, porque ese sería el puesto al que estaba destinado. Esperaría a saber la reacción de la Junta.  Si no lo comprendían, sintiéndolo mucho debía elegir: estar supeditada a los dictados de ellos o seguir con su vida adelante. No estaba dispuesta a renunciar a su vida por expreso deseo de esos señores antiguos y caducos que no evolucionan con el paso del tiempo, y no quieren admitir que las mujeres sabemos tomar decisiones acertadas o no, como todos los mortales, pero ese es nuestro problema y no el suyo.

Antes de salir por la puerta, Scott alcanzó a su mujer reteniéndola por un brazo, la abrazó y la cargó sobre sus hombros

— Pero ¿Qué haces?— protestó ella

—Ya lo ves.  Has dicho que estabas cansada.  Ninguno de los dos hemos dormido bien, así que te llevo al dormitorio, pero antes de dormir, nos divertiremos un poco.

 Claire no pudo evitar reír   a carcajadas.  No esperaba la reacción de su marido.  Aún no estaba todo perdido;  se seguían amando a pesar de las discusiones y, eso en realidad, era lo que importaba.  De nuevo la llama de la pasión prendió en ellos, pero nada se había solucionado, sino que estaba en el mismo punto.  Pero al menos por un rato se olvidarían de todo y de todos, para ser sólo un hombre y una mujer que solucionaban sus problemas de la mejor forma que sólo ellos sabían.

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