viernes, 2 de febrero de 2018

Cuando los árboles se visten de amarillo - Capítulo 3 -Cambio de jefe

Ni siquiera quiso los muebles del apartamento que había compartido con su marido.  Recogió su ropa, algún recuerdo de sus padres, que era su tesoro, sus cosas de aseo, y lo metió todo en una maleta,  Cerró la puerta y dejó sus llaves al administrados a nombre de su marido.  Se había quitado un gran peso de encima.  Comenzaría una nueva vida en solitario; en definitiva lo había hecho desde muy joven, así que no la costaría ningún trabajo.


Se había vuelto muy introvertida. A penas tenía confianza con ningún compañero de despacho, sólo Lucy conocía el porqué de aquel carácter taciturno y solitario.  Su casera era una mujer amable y muy detallista, que a pesar del poco tiempo que era su inquilina, la obsequiaba a menudo con galletas o algún pastel que hiciera.  Seguramente se sentía sola, al igual que ella, y la compañía de alguien más joven, la vendría bien para sus charlas mientras tomaban un té.  Era una mujer cariñosa, y la trataba como si fuera alguien de su familia.  Alexa  se dejaba querer, porque necesitaba ese calor humano que Cassandra, su casera, la dispensaba, y poco a poco establecieron una corriente de sincera amistad.  La contó que se acababa de divorciar, pero ocultó el verdadero motivo de ello.  Aun tenía el sentimiento de culpa que había provocado  Aidan, e hizo que se  comportara de esa manera tan salvaje con ella.

Poco a poco recuperaba su estabilidad y confianza, aunque distaba mucho de sentirse como antes.  Dudaba de ella misma y por consejo de su amiga  Lucy visitó a un psicólogo para que la guiase en esta nueva etapa de su vida.  Pensó que le serían muy beneficiosas algunas sesiones que la hicieran recobrar la confianza en sí misma, perdida totalmente.

Y lentamente, fue intimando con el resto de sus compañeros, y hasta salió a cenar alguna noche con uno de ellos, pero advirtiendo de antemano que sólo sería en plan de amigos.  Todos conocían su divorcio, aunque no los motivos, por eso aceptaron  sus citas, pensando en que después vendría la normalidad y tendrían  alguna esperanza en esa incipiente relación creada..

Una mañana, todos los empleados del bufete, recibieron en sus ordenadores una nota para que a una determinada hora, se personaran en la sala de reuniones: debían anunciarles algo importante.  Y la noticia fue que mister Rupert se jubilaba y su lugar sería ocupado por su sobrino Stephan.  Todos conocían la cercanía de la noticia y la esperaban; se habría la incógnita de cómo sería el tal Stephan. ¡ ¡ Ojalá sea como su tio !, pensaban.  Pronto saldrían de dudas, pues al anuncio, acompañarían sus protagonistas.  Ese fin de semana sería el último y el primero de los cambios que se avecinaban.

 Stephan era un hombre joven y muy agraciado y se mostró muy simpático. Hizo su presentación después de la despedida  de Rupert, que emocionado, al terminar, estrechó la mano uno por uno de sus empleados.  Era querido por ellos, pues a pesar de ser muy recto con el trabajo, al mismo tiempo era cariñoso y atento con sus empleados que le tenían en gran estima.

Alexa, cuando acudió ese lunes al trabajo, se mostraba insegura y hasta sentía pánico "escénico" por tener que trabajar a las órdenes de un nuevo jefe.  Creía ir superando sus dudas, pero bastaba cualquier circunstancia, por pequeña que fuera, para que nuevamente llegasen las incertidumbres. Y era entonces cuando recordaba a su ex.  Nunca le perdonaría la semilla de dudas que había sembrado en ella, ya que la repetía una y mil veces que era "una inútil y que no servía para nada " .
 Se encontró con Lucy a la entrada de la oficina y la expuso el miedo que sentía ante el nuevo personaje

- No seas tonta, mujer.  Nada va a cambiar.  Cumplimos bien con nuestro trabajo, así que no tengas miedo.  No es tan fiero el león.  Tranquilízate y verás como todo va bien.  Si se parece en el carácter a su tio, todo irá sobre ruedas.  Aunque le echaremos de menos; era afable y buen jefe, pero...   la vida se impone.

Y como dijo Lucy, la vida se impuso y todo siguió adelante como si no se hubiera producido ningún cambio. Habían pasado dos meses desde que se produjo el relevo en la oficina,  Para Stephan  no había pasado desapercibida aquella empleada , muy trabajadora, pero bastante retraída y a veces insegura en su presencia.  Examinaba su rostro siempre que la tenía cerca y sentía unas enormes ganas de llamarla a su despacho y preguntarla el por qué de su nerviosismo cada vez que la llamaba para algo ó simplemente se encontraba cerca hablando con otro empleado.  Dejó pasar el tiempo para ver si cogía confianza.  Sentía un especial interés por ella y deseaba poder charlar , pero nunca encontraba la ocasión propicia,  Ella notaba algo especial en las miradas de su jefe, pero no alcanzaba a comprender lo que significaban, ¿ Cómo iba a fijarse todo un señor abogado, además de su jefe, en esa insustancial muchacha siempre retraída y huidiza=  Eran apreciaciones suyas, y estaba también su firme promesa de no volver a fijarse en ningún hombre.

Y la ocasión se produjo una vez que tenían un juicio bastante delicado, y hubieron de quedarse en la oficina varios de los empleados para organizar la defensa y los alegatos.  Entre ellos estaba Alexa que mostró especial interés en seguir el caso.
Recordemos que su empeño era en estudiar Derecho, y ahora que no tenía cargas familiares, encontraría la ocasión de hacerlo, cuando comenzase el próximo curso en el mes de septiembre, pasadas las vacaciones veraniegas.

Había gran trasiego en la oficina, y silencio absoluto, cada uno inmerso en la parcela de trabajo que le había sido encomendada.  Y esa tarea se la impuso el mismo Stephan:  sería su colaboradora, y a la vez tendría la ocasión perfecta de poder estar más cerca de la muchacha.
Sentía un extraño sentimiento hacia ella, y aunque no quisiera reconocerlo, mucho temía haberse enamorado de ella, aunque Alexa  no diera la más mínima facilidad para que eso sucediera. No obstante, él era tozudo, y cuando se le metía una idea en la cabeza, no paraba hasta conseguirla.  Tendría paciencia hasta lograr su objetivo, que en primer lugar sería conseguir una charla  informal con ella, a ver si lograba alguna cita con cualquier excusa.

No hay comentarios:

Publicar un comentario