domingo, 4 de febrero de 2018

Cuando los árboles se visten de amarillo - Capítulo 6 - Un encuentro con Stephan

Lo había pasado muy bien, había sido una noche especial, a pesar de no tener nada extraordinario, más que una cena entre amigos y una charla animada.  Pero hacía tanto tiempo que no disfrutaba que se había convertido en algo extraordinario. Echó la vista atrás y recordó que nunca su marido había compartido mesa con amigos y habían disfrutado tanto, ni siquiera en ese primer año de casados. ¿Qué le ocurríó a Aidan ? ¿ Se había casado con un psicópata?  No lo sabía.  Quizá eran simplemente celos, que la quisiera para él solo, pero al mismo tiempo era un cariño extraño.  Cuando se ama a una persona, no se la lastima, se la quiere y se la cuida, algo que él no hizo.
Nada que ver con el comportamiento que había tenido Cedric.  Escrupulosamente cuidadoso en no recordarla aquella nefasta noche. Y la despedida... dándola un beso en la mano.  ¿ Era acaso un caballero andante? O simplemente una persona exquisitamente educada.  Pensó que sería agradable tener amistad con él, aunque siempre se mantendría en guardia.  No se terminaba de fiar de los hombres.

Y pasó el sábado y el domingo, y nuevamente el lunes se hizo presente y su retorno al trabajo del día a día.  Pero la cena entre amigos le habían dado otros ánimos y acudió a la oficina con humor renovado y hasta alegre, cosa altamente extraña en ella, en que los momentos de felicidad habían sido escasos y espaciados.

Su jefe había madrugado y ya estaba en el despacho cuando los empleados llegaron puntuales a sus puestos de trabajo.. Una llamada por el teléfono interior alertó a Alexa para que se pèrsonara en el despacho de Stephan,  Tomó su bloc de apuntes y hacia allí se dirigió.  Al entrar, observó que estaba nervioso y tenía un gesto de preocupación en su rostro ¿ Qué le pasaba, había ido mal el juicio?  Como si la leyera el pensamiento, el abogado respondió a sus preguntas

- Todo ha ido bien: ganamos el juicio. Fue  extraordinaria la ayuda  que me prestaron todos ustedes.  No es de eso de lo que quiero hablarle.  Verá, dijo en una ocasión que quería estudiar derecho,. No sé si lo hace, pero creo que le sería muy útil para su carrera, hacer,  en mi sección,  algunas prácticas, y acudir conmigo a los juicios, como si fuera mi segundo abogado, aunque naturalmente no podría intervenir, sino resolver algún problema que pudiera surgir.  ¿ Qué me dice ?

- Pues..., no sé.  Me ha pillado tan de sorpresa que no sé qué responder.  Pero acepto y le doy las gracias por esta ayuda que me vendrá muy bien.  Aún no he empezado el curso: lo haré en Septiembre; ya me he matriculado en la universidad,. Lo haré en clases nocturnas.  Siempre son cursos más esquemáticos que los de clases normales, por eso es que la ayuda que me brinda, me vendrá  bien.  Gracias señor Eastwood .
- No tiene nada que agradecerme.  Me gusta ayudar a los que empiezan, simplemente.  Y ahora si lo desea, puede retirarse.  He dado orden a Recursos Humanos de que  instalen su escritorio al lado de mi secretaria,  Estaremos más en contacto.  Si surgiera alguna duda sobre algún trabajo que la encargue,  consultémelo.
- Le reìtero mi agradecimiento.  Buenos días

Salió del despacho sin comprender exactamente a qué se debía aquello que él denominó como ayuda.  Habían varios becarios estudiantes en Leyes que seguramente harían su trabajo mejor que ella..  No entendía nada, pero al mismo tiempo se alegró: por fin algo le saldría bien en la vida.

Y todo transcurrió normalmente en su trabajo y en su vida.  No había vuelto a saber nada de Cedric, aunque si había salido algún día  con Susan y Lucy que se había agregado al grupo. Nunca mencionó el nombre de Cedric ni indagó nada con  Susan, pero le extrañaba su silencio después de que había sido tan cortés y amable durante su primera salida, en la que había mostrado un enorme interés por que fueran amigos.  

Decidió borrarle de su vida, aunque en repetidas ocasiones volvía a su memoria.  No sabía si era rabia por haber faltado a su promesa de volverse a ver, o es que le gustaba de veras.  No merecía la pena pensar en ello.  Posiblemente saldrá con alguna chica y no se volvió a acordar de ella.  Por tanto, fijó su interés en el que tenía más cerca y que no cesaba en agasajarla en extremo.  Su instinto de mujer la avisaba de que eso era objeto del interés que sentía por ella, y que al estar siempre distante, como correspondía, Stephan no se atrevía a proponerla algo más serio e íntimo.  ¿ Estaría dispuesta a tener una relación con él si se lo propusiera? ¿ Dónde habían ido sus promesas de no volver a enredarse con ningún hombre.  El tiempo con Aidan había pasado y su recuerdo se iba suavizando poco a poco, y por tanto, poco a poco, también sus ideas y planes iban remitiendo.  Y se mostró más simpática con sus compañeros y de un carácter más abierto.
La respuesta a su cambio de actitud, no se hizo esperar y una tarde que tenían trabajo extra, a su término, Stephan la invitó nuevamente a cenar.  Ella no lo dudó ni un instante y se lo agradeció con una sonrisa que hizo que el corazón de él latiera con más fuerza.

Se había enamorado de esa chica y cada vez que la tenía próxima, su sangre corría a más velocidad por sus venas.  Y aquella noche, se propuso hablar seriamente con ella; deseaba que su relación no fuera solamente profesional, sino algo más profundo. 

Y de esta manera solicitó de Alexa que fuera su novia y  que pasado algún tiempo se convirtiera en su esposa.

- No sé, Stephan.  Va a ser comoplicado: trabajamos juntos.  Por otra parte deseo sacar mi carrera
-Pero para eso falta mucho. No importa que trabajemos juntos.  No seremos los primeros ni tampoco los últimos.  Te quiero a mi lado, siempre, y deseo casarme contigo.  Si me aceptas, puedes seguir estudiando después de habernos casado.  tendrás más tiempo libre e incluso acudir a una universidad de día
- ¿ Puedo pensarlo ?
-¡ Claro ! pero no tardes mucho

No habían aclarado mucho; todo estaba suspendido en el aire.  Pero Alexa le había pedido tiempo, y él estaba dispuesto a dárselo, aunque tenía la impresión de que le diría que no,  Era ¡ tan reservada ! ¿ Tendría algún amor no correspondido ?  Estephan estaba sumido en un mar de dudas, pero no la presionaría.  La daría el tiempo que ella necesitase.
 Decidieron dar por terminada su jornada laboral, y se dirigieron al restaurante que habitualmente él frecuentaba ,  La miraba de reojo mientras conducía su coche.  Ella estaba seria, pensando probablemente en la proposición que acababa de recibir. Era un hombre atractivo, cariñoso y siempre la había tratado con respeto.  Claro, que Aidan también lo hizo durante algún tiempo. ¿ Por qué demonios siempre salía él a relucir? Quería olvidarle definitivamente. Daba por seguro que habría organizado su vida y no se acordaría de ella, porque quizá tuviera a otra chica víctima de sus neuras.
El camarero les situó en la mesa habitual, discreta desde la cual se veía el comedor y a los comensales, pero ellos tenían privacidad.  Eligieron el menú y a los postres, una pareja se situó cerca de ellos.  Alexa reconoció inmediatamente al hombre.  Y supo en el acto a qué obedecía el silencio en todo ese tiempo:  Cedric tenía novia y se había olvidado totalmente a ella.

                              

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