sábado, 10 de febrero de 2018

Cuando los árboles se visten de amarillo - Capítulo 20 - Su nuevo destino

Cuando cerró la puerta de la que hasta entonces había sido su casa, no miró atrás. Volvería pasado un tiempo, cuando hubieran asimilado su situación, y además tendría que regresar para firmar los papeles del divorcio, que no tardando mucho estarían listos.  Cuando iba en el taxi camino de Heathrow, iba repasando  la secuencia de lo vivido y aumentaba aún más su confusión. ¿ Estaba haciendo lo correcto o estaba huyendo y prolongando una situación extraña?

De su hija no pudo despedirse, no respondió a ninguna de sus llamadas. ¿ No quería hablar con ella ! Sin duda, ese era el precio que tenía que pagar  por la destrucción de un matrimonio que nunca debió llevar a cabo.  También se despidió de Cedric, aunque fue cortante y rápida.  La emoción de hablar con él, le ponía un nudo en la garganta, y por otra parte no deseaba alargar más la despedida que creía sería la definitiva. El ,  ahogado por la desesperación de perderla, no encontraba un argumento para retenerla, porque ella se empecinaba una y otra vez que que tenía que irse.
Por mucho que la preguntará hacia dónde iría, ella respondía que no lo sabía., que se pondría en contacto con él cuando lo supiera.

- Te llamaré - le dijo escuetamente- Adiós - Y colgó.

En el aeropuerto sacó un billete para el primer vuelo que saliera hacia Bristol.  Le daba lo mismo la compañía que fuera. El vuelo no era  excesivamente largo, y por otra parte tenía todo el tiempo del mundo; no tenía ninguna prisa por llegar a donde fuese.

Era media tarde cuando llegó, y en la parada de taxis, pidió al chófer la llevase a un hotel, lo más céntrico posible y que fuera cómodo.  No la importaba el precio. Stephan había sido generoso con ella ingresándole una fuerte suma de dinero, ante las protestas de Alexa, ya que no quería ninguna paga, no lo merecía, pero él insistió. ¿ Por qué la vida era tan injusta? Había sido un excelente marido y estaba siendo un extraordinario amigo. ¿ Por qué no pudo enamorarse de él en lugar de Cedric? Pese a todo, no renunciaría nunca al amor del médico. Aunque con dolor, le amaba por encima de todo.   De todo, menos de alguien:  Linda.

Y al pensar en todo ello, las lágrimas acudieron a sus ojos.  El taxista la miraba de vez en cuando con curiosidad ¿ que le pasaba a esta bonita mujer que tenía tanta tristeza?  No se atrevió a preguntar si la ocurría algo.  Se mantuvo en silencio, hasta que al poco tiempo  paró el coche frente a la puerta del hotel Marriot Royal cuya apariencia exterior  fue del agrado de Alexa .

- Espero se encuentre a gusto.  Es un excelente hotel - la dijo el taxista
- Eso espero.  En el exterior es muy bonito.  Gracias por su ayuda

Abonó la carrera y procedio a entrar en el hotel.  Se registró y un botones la acompañó hasta su habitación explicándola dónde estaban situados los servicios de los que disponía.  Tras la propina, el botones se retiró. Paseaba la mirada  por la habitación  y su primer golpe de vista no la había engañado:  era excelente.

Se quitó los zapatos, pues tenía los pies algo hinchados, más por cansancio que por otra cosa, y sentada en la cama se puso en contacto con Stephan, que atendió inmediatamente la llamada

- ¿ Cómo estás.? ¿ Ya estás en Bristol ?
- Si Stephan.  Te llamo desde le hotel, y estoy bien, algo cansada.  Me acostaré temprano y mañana saldré a dar una vuelta.  Estoy registrada con mi nombre de soltera.  Espero que no te moleste, pero ahora tu vida es con otra persona y no deseo ser una ex incómoda
- No te preocupes.  Coralyn está al corriente de todo. Quiere saludarte, espera un momento

Alexa quedó sorprendida de lo expresado por Stephan, que por otra parte era natural: iba a ser su mujer y no era amigo de secretos entre ellos, algo con lo que estaba de acuerdo plenamente. Y escucho una voz suave a través del teléfono

- Alexa ¿ Cómo estás ? Stephan me ha contado todo.  Cuenta con nosotros, con ambos, para lo que necesites.  Cuando regreses deseo que nos veamos y así poder conocernos.  Cuídate y no dudes en comunicar con nosotros si necesitaras algo.  Si te sirve de consuelo, Linda tampoco ha llamado a Stephan, pero sabemos que está bien; sólo algo disgustada, pero ya se le pasará.  Es muy joven y por eso no entiende que la vida es complicada, que no todo es blanco o negro, según nuestros deseos.  Llámanos con frecuencia.  Un abrazo

La impresión que la produjo hablar con la mujer que estaba con su marido, fue extraña, pero agradable.  había estado cariñosa con ella y en verdad necesitaba sentir afecto.  A pesar de que la dijera que Linda tampoco había llamado a su padre, y a pesar de decirla que estaba bien, en ella saltó la voz de alarma

- ¿ Y si se lo hubiera dicho para no ponerla más nerviosa? ¿ Y si la hubiera ocurrido algo malo?

Decididida, marcó el número de su hija, y al fin su voz la respondió

- ¡ Hija ! ¡ Menos mal que puedo hablar contigo. !  ¿ No has recibido ningún mensaje mio?  Te he llamado muchas veces
- Ya lo sé, mamá. Pero es que ...
- Lo sé, cielo lo sé.  No te preocupes.  Nosotros estamos bien. Acabo de hablar con papá y con su mujer. Se les nota muy felices.  Eso es lo que importa
- Su mujer eres tu, mamá- la dijo auirada
- No, cariño. Su mujer, o al menos lo será dentro de poco, ahora es Coralyn y hemos de respetarla y quererla porque ella hace feliz a papá y es lo que importa.  A pesar de lo que haya ocurrido entre nosotros, nos queremos.  En tu padre tengo siempre el apoyo que necesito y para mi es muy importante.  Así que no llores- la decía al escuchar los quedos sollozos de su hija

- Pero ¿ dónde estás ? - la repetía incesantemente
- Linda estoy de paso en Bristol.  Pronto regresaré a Londres.  Te llamaré más a menudo, te lo prometo, y te veré cuando regrese para la firma de..., bueno ya sabes para qué.

Siguieron hablando un poco más, pero cuando se despidieron, la dolorida alma de Alexa, se había reconfortado.  Su hija la seguía queriendo, no la había perdido.  Y creyó que con el paso del tiempo, todo se normalizaría. Sólo faltaba un escalón por subir, el más difícil para ella. Había hecho bien con ausentarse.  Sólo le quedaba él, pero no le llamaría.  Miró su reloj y comprobó que estaría trabajando en la consulta.  Quizá más tarde..  Se tumbó en la cama y se quedó dormida, con un sueño profundo de puro nervios pasados y ahora sufría el bajón de las emociones.  La despertó el frio de la madrugada, ya que aún los días eran fríos a pesar de ser una primavera irregular, pero con la humedad, se acrecentaba más la baja temperatura del lugar.  Se levantó, se quiitó la ropa y se metió de inmediato en la cama.  Agradecía el calorcito de las sábanas y se extendió la colcha para aplacar el frio que sentía.  No quería pensar en nada para no desvelarse, ya que era el sueño únicamente quién hacía que saliera de las preocupaciones y desasosiego que sentía.  Pero el sueño tardaba en llegar.  No se movía y se encogió dentro de la cama.  ¿ Deseaba ser nuevamente niña? No especialmente, ya que su niñez estaba salpicada de malos recuerdos. Quería dormirse, sólo eso.

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