viernes, 9 de febrero de 2018

Cuando los árboles se visten de amarillo - Capítulo 18 - Extrañeza y estupor

Se sentó a su lado, después de servirle la copa.  Tomó una de sus manos, y comenzó a explicarle el por qué no estaba en casa cuando la llamó la noche anterior.  Le miraba fijamente a los ojos para ver su pensamiento y esperaba que su reacción a lo que tenía que decirle fuera con enfado, pero no con exceso.  No tenía porqué enfadarse con ella, en definitiva estaban casi divorciados, y además él lo estaba haciendo con Coralyn desde hacía tiempo.  ¿ Acaso ella no tenía el mismo derecho, las mismas necesidades físicas que él? Pero claro, una cosa  es hacerlo tú y otra que lo haga la persona con la que has convivido durante años y que no hayas tenido la suficiente respuesta sexual, y ahora si la tengas con otro.

Pero ella había sido muy clara y sincera siempre, y él lo sabía. Se conocían bien mutuamente, aunque posiblemente no la creyera capaz de dar ese paso.,   capaz de hacerlo.  Pero era una mujer joven, atractiva y enamorada, aunque no de él, y precisamente había obtenido placer con quién menos podía esperar y de una forma poco convencional, pero el caso es que si había ocurrido y no estaba arrepentida en absoluto.  Creía haber perdido la facultad de sentir placer en el amor, y estaba bien claro que sí lo había experimentado con la persona adecuada, con la que ella deseaba, pero no con su marido, del que no estaba enamorada.  En casi los veinte años de matrimonio, nunca había sentido el éxtasis tan prolongado e intenso que había sentido con Cedric , aunque si tuvo placer con Stephan, pero ¿ fue por pura casualidad?  Le faltaba experiencia para saber si había ocurrido , porque Cedric, además de demostrarla un amor intenso, había resultado un excelente amante, posiblemente porque existía un amor largamente ocultado.

- Stephan, tengo que contarte algo.  Siempre he sido sincera contigo y esta vez también lo voy a ser.  Espero que no te lo tomes a la tremenda.  Sabes todo de mi ya que nunca te he ocultado nada.  No deseo hacerte daño, no es esa mi intención. Por otra parte te veo más tranquilo, más sereno, y con otra luz más intensa, distinta a la que tenías cuando estábamos juntos, y eso se lo debes a ella, y yo se lo agradezco porque te quiero, aunque no como tú hubieras deseado.
- Estás dando muchos rodeos y muchas explicaciones que los dos conocemos. Te ruego vayas derecha al grano, porque estoy empezando a preocuparte - respondió él

- No debes, ni preocuparte, ni impacientarte.  Se trata de Cedric.  Sabes que me citó para decirme algo que ha tirado por tierra todo lo que yo creía había sido olvido, y resultó un cúmulo de adversidades.  Me ha aclarado punto   por punto, todo lo ocurrido, y yo le creo.  He comprobado que mis sentimientos no han cambiado, al contrario se han reforzado porque él siente lo mismo que yo.  Le pedí que me llevara a su casa.  Siento haberos mentido al decir que estuve con una amiga. He pasado la noche con él y nos hemos acostado juntos.

Stephan se quedó mirándola perplejo, sin saber qué decir. . Su primera reacción fue de ¿ dolor, decepción, amargura?   Se sentía dolido por no haber sido él quién despertara esa pasión y esos recuerdos en ella.  Pero ya lo sabía, nunca le había ocultado nada.   Sólo que al  saber que otras manos pasearon por el cuerpo de su mujer que no fueran las suyas, fue como una punzada en el estómago.  Pero ¿acaso él no estaba haciendo lo mismo y tuvo que enterarse ella por alguien que se lo dijo?  Nunca le preguntó nada, ni le reprochó nada, siguió como si no supiera nada. Pero si lo sabía, y sin embargo siguieron con su vida adelante un año más.

- Dime algo, por favor. No te quedes callado.  No espero un aplauso por tu parte. Sólo  que me comprendas, y que bastó que me explicara por qué no había acudido a la cita, para que todo quedase diáfano. Fuí yo la que quiso ir a su casa, quién se lo pidió.  Va a respetar  hasta que nuestra separación sea efectiva, después ,  ha pedido casarse conmigo.  No lo haré , desde luego, si la niña sigue enamorada de Cedric. Porque sí ,  es de él de quién se ha encaprichado.  Cuando pasen unos días de la conversación de hoy, trataré de indagar en sus sentimientos. Si ella persiste en su idea, de mis labios no saldrá ninguna explicación, y todo seguirá lo mismo, como si no hubiera pasado nada.

- Pero sí ha pasado.  Te has dado cuenta de que él es el amor que tanto habías esperado.  No es justo que renuncies a ello.  No después de haberle encontrado.  Hablaré con ella
- Ni se te ocurra.  Debo ser yo quién lo haga, pero de forma que ni siquiera sospeche de por qué lo hago.  Eres un hombre generoso y bueno, y doy gracias al cielo de que te pusiera en mi camino, pero también me duele que no haya podido hacerte feliz
- Pero si lo has hecho.  Lo hemos sido.  A nuestra manera, pero es buena. De otra forma ¿ crees que podríamos estar hablando de ésto si no hubieramos tenido complicidad?  Hemos estado unidos y nos hemos querido, y en lo sucesivo seremos amigos.  Unos amigos que se conocen bien, que se entienden y que saben lo que piensan aún sin haber dicho nada.  Además me diste una hija a la que adoro, motivo suficiente para quererte.  Si así lo deseas, habla con tu hija y si acaso ella piensa distinto, no le dejes escapar.    Pero por lo que se ve, no es así la vida , que bien mereces .vivir, como la tienes planificada

Se levantó de donde estaba sentada y se abrazó a Stephan llorando.  El la abrazó también, aunque tenía sentimientos encontrados. Ella merecía ser feliz y con él no lo había sido completamente.  Siempre le tendría de su lado para ayudarla.  la comprendía y por qué no decirlo: la seguía amando, aunque también amaba a Coralyn, pero ese amor era diferente, más reposado si se quiere, pero también mas excitante que lo había sido con ella.  Ahora todo estaba claro y las piezas encajaban perfectamente.  Ahora lo que pedía es que su  propia hija no la diera jaque mate.


- Y si Linda dice que sigue enamorada de él ¿ qué vas a hacer?
- Lo lógico, dejarlo pasar. Me apartaré de su vida.
- Pero también es la tuya
- Pero no puedo llegar y decirla " me he acostado con la persona de la que estás enamorada " ¿ no comprendes? Sé que él ni siquiera lo sospecha, no sabe nada, pero yo sí.  Se trata de nuestra hija, y por su felicidad renunciaré a todo.  Si está enamorada de él, dejaré el campo libre, y la aconsejaré que le conquiste si es que quiere llegar a ser algo serio para él
- Pero no has contado cobn la opiniónde Cedric.  Por lo que me dices no sabe nada ¿ Y si él no quisiera renunciar a ti ?
- Pues tendrá que hacerlo, porque de lo contrario desapareceré y no me volverá a ver

No pudo evitar abrazarla y ella refugiar su cabeza en su pecho.  Había demostrado lo que muy pocos hombres estarían dispuestos a soportar.  Sin embargo él lo habia comprendido a la perfección y prometido que siempre estaría a su lado.  Sabía  que siempre había renunciado a ella, aunque se hubiesen casado y ambos durmieran en la misma cama.  Quizá tuviera el presentimiento de que en el fondo nunca sería para él.

- Hablaré con Linda - dijo resuelto
- No. Yo lo haré.  Debo hacerlo, pero no la diré nada.  Sólo si ella renuncia a él
- ¿ Has hablado con él de todo esto ?
- No.  Ni siquiera sabía que es nuestra hija. Creo que son elucubraciones de Linda.  Algo que sólo existe en su cabeza, y lo comprendo, es algo que he vivido yo misma.  Pero si ella insiste, no volveré a verle.  Es algo imposible
- ¿ Por qué imposible?
- ¿ Por qué imposible ? Te imaginas que me acueste con él a sabiendas de que mi hija le quiere?  Imagínate que tenemos un comida familiar en la que asistan ambos.  No podría mirarla a la cara sabiendo lo que siente por el y yo durmiendo en su cama ¿ Te imaginas?  Porque yo no quiero ni pensarlo.  Tendré que renuncia a alguno de los dos, y ella es mi hija.  No me lo perdonaría nunca.  Es algo que llevo días pensándolo y sé lo que tengo que hacer.

Se despidieron cariñosamente como dos camaradas, pero en el rostro de ambos se notaba la preocupación.  Se sabía perdedor, pero le dolía que de nuevo ella tuviera que renunciar al que era su amor. A la persona que llevaba esperando toda su vida. Se metió en el coche y se dirigió a la que ahora era su casa junto a Coralyn.  Se lo contaría todo; no quería secretos entre ellos.

- En cuanto tengamos el divorcio, me casaré con ella.  Pero antes, deseo que se conozcan las dos mujeres más importantes de mi vida.
Deseaba con todas sus fuerzas que se conocieran que consiguieran ser amigas.  Alexa, quizás era más fuerte que Coralyn.  Había pasado por muchos malos tragos en su vida desde que era una niña, y eso había forjado su carácter.  Había renunciado a demasiadas cosas, y en su vida habían más tristezas que esperanzas y felicidad.  Aún recordaba cómo dejó de estudiar lo que había sido su ilusión: la carrera de Derecho.  Lo hizo una vez casados porque no tenía ánimos para imbuirse en los libros.  El sabía los motivos de su pérdida de ilusiones, pero miró hacia otro lado, pensando que su amor por ella bastaría  para alejarla de su atonía o posiblemente era un anuncio de una depresión endémica en ella.  Perdió la confianza en sí mima, y a duras penas consiguió recobrarla a fuerza de mucha paciencia, y cariño.  No quería ni pensar si regresara a aquellos días  de desidia.
Y puso el coche en marcha rumbo a su nuevo hogar.

No hay comentarios:

Publicar un comentario