sábado, 3 de febrero de 2018

Cuando los árboles se visten de amarillo - Capítulo 4 - Té para tres

Èra muy tarde cuando terminaron el trabajo:  todo estaba listo para el juicio que se celebraría a la mañana siguiente.  Eran cuatro los empleados que se habían quedado a trabajar aquella noche, y entre ellos estaba Alexa.  Se estaba poniendo el abrigo, cuando se abrió la puerta del despacho de Stephan

-¿ Ya se marcha ? - la preguntó él
-Si. ¿ Necesita algo ?
- No, sólo ir a cenar.  ¿ Se han marchado el resto?
- Si.  Hace un momento
- Bien, pues entonces seremos sólo dos
- ¿ Cómo dice ? ¿ Quiere que le reserve una mesa para dos ?
- No es necesario. Supongo que no tendrá a nadie que la espere en casa, así que seremos usted y yo.  Iremnos a cenar a un restaurante en el que siempre tengo mesa disponible
- Créame no es necesario.  Vivo cerca de aquí y Cassandra seguro que me tiene preparado algo


- ¿ Cassandra ? ¿ Es su madre acaso?
- Oh no. Es mi casera.  Mi madre murió cuando yo era casi un bebe
- Pues entonces somos dos ; usted y yo
- De verdad que no es necesario. Estoy cansada y deseo llegar para acostarme
- Insisto.  Nunca se acueste sin tomar alimento.  No tardaremos mucho, se lo prometo, pero es lo menos que puedo hacer, después del intenso trabajo que hemos realizado.

No pudo rechazar la propuesta a no ser que quisiera pecar de grosera.  Sonrió y le dijo

- Esta bien. Vayamos a cenar

La llevo a uno de los mejores restaurantes.  En todo momento se mostró cordial y educado, Tenía un carácter abierto y en vis a vis, era bastante simpático.  Muy alejado de la rigidez de la oficina. Buscaba incesantemente temas de conversación para que ella se relajara y se sintiera cómoda con su compañía.  Y salió la conversación de su situación,  pero sin llegar a explicarle el motivo de su divorcio.  También le dijo que su proyecto inmediato era estudiar derecho en la universidad a distancia y el porqué había elegido esa carrera.  El mejoró la impresión de huraña que tenía de ella.  Era una persona afable y comunicativa, sólo estaba pasando por una mala racha.  Tendría paciencia y se la iría ganando poco a poco.  Al fin de la cena la llevó a casa y se despidieron hasta el día siguiente. El no acudiría a la oficina puesto que tenía el juicio.  Lo hicieron  afablemente estrechándose la mano.
El sintió algo especial a su contacto; era la primera vez que rozaba su mano y al hacerlo un latigazo recorrió su espalda, sin embargo ella pareció impasible, como si aquella situación fuese lo más normal del mundo.

La semana transcurrió con toda normalidad. Comenzaba un  nuevo fin de semana.  Al llegar a casa, Cassandra la alcanzó cuando ya estaba en la escalera dispuesta a subir a su casa

- Querida, te esperaba para invitarte mañana a comer.  Vendrá mi sobrina y quiero que la conozcas.- la dijo la buena mujer
- Cassie- que así la llamaba familiarmente- supongo que querréis hablar de vuestras cosas.  En todo caso bajaré a tomar café después de comer
- No, ni hablar.  Eres como de mi familia, y deseo que conozcas a Susan.  Es una chica preciosa, policía y está medio ennoviada con un médico.  El quiere casarse, pero ella dice que es pronto. Creo que te gustará es muy simpática.  A las doce ¿ está bien ?
-De acuerdio.  Dime si tengo que traer algo.  Vino ¿ por ejemplo?
- No es necesario.  Sólo baja

Y a las doce en punto Alexa, llamaba al timbre de la vivienda de Cassandra portando un ramo de flores para ella.

- Ya voy yo, tia- se oyó una voz que no la resultaba del todo desconocida

Cuando la puerta se abrió, Susan no la reconoció, pero Alexa supo de inmediato de quién se trataba, a pesar de no estar de uniforme,  Hubieron cosas en esa noche que no se la borrarían  mientras viviese; se trataba de la policía que la ayudó con su denuncia y la llevó hasta su casa cuando todo terminó, Al fin, Susan reconoció aquella cara, a pesar de que la noche de su violación estaba herida y asustada
- ¡ Vaya ! ¡ Eres tú ! Cuando escucho el  comentarlo de lo pequeño que es el mundo, siempre me río.  Pero acabo de comprobar que es cierto. Dame un abrazo y cuéntame cómo te va todo ¿ Por lo que veo te divorciaste.  Es lo mejor que pudiste hacer; repiten, siempre repiten.

Se les reunió Cassie, y Alexa con un gesto  hizo saber a Susan que ignoraba todo.  En un momento, cuando ambas chicas lavaban los platos después de comer, preguntó a Alexa

- ¿ Por qué no quieres que se entere?
- Verás, es difícil de expresar.  Creo que aún siento vergüenza por todo lo que pasó
- ¿ Vergüenza ? ¿ Tú ?  Él es el que debe estar avergonzado.  Tu no hiciste nada. No serás de esas que se creen las culpables de todo ¿ verdad ?

El silencio de Alexa, la hizo comprender que no estaba descaminada.  La abrazó igual que lo hizo aquella nohe en la comisaría, diciendo

- Además del daño físico que infringen, está el moral, más difícil de curar.  No te preocupes, da tiempo.  Poco a poco se te irá yendo de la cabeza
- ¿ Qué cuchicheáis? . interrumpió Cassandra entrando en la cocina
- No cuchicheamos nada, querida tía.  resulta que nos conocemos de hace tiempo.  Nos vimos una vez en el juzgado. Mira por dónde vives con mi tia querida.¡.- dijo dirigiéndose a Alexa

El resto de la tarde lo pasaron hablando de sus trabajos, sobretodo Susan, pero ni siquiera rozo el tema de los malos tratos.  Su conversación versaba sobre sus compañeros y el día a  día de su patrullar por las calles y la cantidad de gente desequilibrada con la que tiene que bregar. Habló muy de pasada de uno de ellos: el doctor  Ackerman que estaba pasando por momentos delicados.  Se había fijado en una chica y ella no le hacía ni caso.

- Tenemos que quedar un día , para  una tarde de chicas - dijo Susan al despedirse de Alexa
- Estaré encantada. respondió ella- Toma mi teléfono y me llamas cuando puedas.  Tú lo tienes más complicado
- En el primer día libre que tenga.  Te presentaré a Anthony, mi novio, o lo que sea. Podrías venir con el tuyo y así las parejas irían completas
-Susan, no tengo novio
- Da igual, no te preocupes. Te acompañará cualquier amigo
- Es que no me importa ir sola.  No deseo complicarme la vida.  Ya sabes... - Con un guiño de ojo la dio a  entender que Cassandra andaba cerca y podría escucharla, y muy bajito la preguntó

-¿ Por qué lo ocultas? No tuviste la culpa
- Me avergüenzo un poco. Y aún recuerdo la situación que viví y no me apetece tener pareja, al menos de momento.  Espero que ese temor se me pase algún día y pueda tener una vida normal, pero ahora es pronto todavía
- Definitivamente, tienes que salir a la vida.  Te llamaré pronto y llevaré una pàreja para tí
- ¡ No Susan !

Con un gesto y una sonrisa, la policía salió de la casa.  En ese fin de semana volvió a comunicarse con Alexa

- Alexa, soy Susan Pasaremos a buscarte esta noche.  A las siete ¿ Puedes a esa hora ?
- ¿ En serio vas a venir ?
-Yo sola no.  Vendrán Anthony y Cedric.  Dije que te buscaría pareja
- No, no, Susan. Además ¿ Quién demonios es Cedric ?
- Una persona excepcional.  Guapo, educado, solitario y médico
- Te pido por favor que no le digas nada.  No quiero tener pareja
- Pues ya se lo he dicho y ha aceptado encantado.  No hay vuelta atrás


Y después de muchas excusas por parte de Alexa, e insistencia de Susan, quedaron citados para ese fin de semana.  No podía creerse que la hubiera organizado una cita a ciegas.  Sin conocerle y además sin quererlo.  Movió la cabeza con un gesto de resistencia a la cita, pero a la hora en punto, dos hombres y una mujer llamaban a la puerta de Cassandra.

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