miércoles, 7 de febrero de 2018

Cuando los árboles se visten de amarillo - Capítulo 13 -Un encuentro casual y adiós

Pasó el tiempo y los problemas se fueron superando,  unos, pero otros nuevos comenzaban a surgir.  Cedric no había olvidado a aquella joven que fue violentada por su marido hacia ya ¿ cuánto tiempo? ...  Recordaba que hacía frío,  puesto que cubría su ropa rasgada con un abrigo.  Había pasado el invierno, la primavera y comenzaba el verano de un año más, de varios....   " El tiempo corre veloz ", se dijo.  Aún seguía impresionado por el suceso, a pesar de que debiera estar acostumbrado a escenas como esa.  Pero no sabía el por qué le había impactado tan brutal violencia en aquel cuerpo joven.  Las lesiones producidas en su espalda y en otras partes del cuerpo de aquella mujer. Y la infinita tristeza y rubor de su rostro casi de niña.
 Había montado  su clínica y estaba funcionando.  Pronto tendría que dejar el departamento de los maltratos, porque entre el hospital y la clínica, no le daban las horas para tanto.  Sabía que lo echaría de menos, porque allí podía ayudar,pero no podía atender todo a la vez si quería hacerlo bien.

Mientras descansaban y  debido a lo recordado, preguntó a su compañero Anthony,que junto a él tomaba un café, si se acordaba  aquello.

.-¡ Claro que me acuerdo ! El mundo es pequeño.  Fíjate que un día Susan fue a visitar a su tía y ¿ a quién crees que vio en casa de Clarisse?
- No tengo  ni idea - respondió Cedric
- Pues a esa chica.  Vive con  ella, y parece ser que se ha hecho amiga de Susan
- ¿ Y cómo está?  Me impactó mucho ese caso
- Según la contó,  obtuvo el divorcio y dejó esa vida atrás.  Trabaja en un bufete de abogados, pero le cuesta remontar el vuelo.  Según la comentó su tía, a penas sale y no tiene más que una amiga, compañera de trabajo
- Lástima,  Es una chica guapísima con poca suerte en la vida
- ¿ Tienes interés en ella? -  La pregunta le pilló desprevenido, y por eso mismo dijo la verdad tal y como la sentía
- Tal y como lo interpretas, no.  Pero sí me gustaría saber cómo le ha ido en todo este tiempo
- Podríamos hacer una cosa.  Tener una cita.  Le digo a Susan que quede con ella y podríamos salir a cenar los cuatro
- Buena idea.  Si, me gustaría mucho volver a verla.

Y de este modo ya conocemos el resultado de aquella cena y el distanciamiento surgido, aunque Cedric no tuvo la culpa, si  de la torpeza de su forma de comportarse.    Pero volvamos a la actualidad y conoceremos lo que acontece en la vida de nuestros personajes.

Cedric había cumplido  su sueño   la clínica ya estaba en funcionamiento,  en la que ayudaba a prostitutas y mujeres maltratadas, mayoritariamente, aunque jamás rechazaba la asistencia a nadie que se acercara hasta allí.  Pero en su cabeza siempre estaba presente el rostro de Alexa, a pesar de saber que se había casado.  Ni siquiera hacía el intento de olvidarla  por otra mujer.  Tenía alguna cita esporádica y nada más..Por su lado Alexa seguía unida a Stephan , pero pasaban temporadas algo distanciados.  El había renunciado al amor de ella, se resignó a vivir juntos, pero con poca intimidad.  Conoció a otra mujer de su edad, que cubría el vacío que dejaba su mujer.  Su hija no supo nada,del asunto de sus padres,  y Alexa pensó que  algo imaginaba, pero   lo dejó pasar.  ¿ Por qué ese desinterés por su marido?  Siempre había sabido que la amaba, pero hasta las piedras más duras se ablandan a fuerza de ser golpeadas por la lluvia, y ella lo había hecho durante mucho tiempo.  Si se hubiera buscado otro amor, no podría reprocharle nada.  Ella misma criticaba su forma de comportarse, pero no podía evitar acordarse de Cedric.  Debía estar loca,  Al cabo de tantos años, él seguramente será padre de familia y feliz mente casado.  ¿ Por qué ella  no podía amar?  ¿ Se debía a su formación, algo en su cabeza no funcionaba bien ?  Lo cierto era que sabía muy bien por qué no podía amar a otra persona que no fuera a ese médico.

Su intuición la ponía sobre aviso, pero por extraño que parezca, no la importaba.  Todo le daba igual; se había hecho a la idea de ver pasar la vida sin participar en ella.  Ni siquiera habló con Stephan sobre el cambio de actitud.  Todo le era indiferente, excepto su hija. Que estaba en la universidad  y lejos de ella:  era lo único importante.  Por eso al confesar su interés por un profesor, decidió acudir aquella mañana hasta Oxford, y conocer de cerca al hombre que había enamorado a Linda, y comprobar por si misma si  era merecedor de aquel amor juvenil.

La noche anterior había contado a su marido la situación sentimental de la chica, pero él le restó importancia alegando que eran romances de juventud y que pronto se le pasaría..  Pero algo la impulsaba  a ir hasta Oxford y averiguar la verdad sobre lo que estaba ocurriendo.  Observaba, cada vez que iba a visitarles, que su ánimo había decaído, en definitiva,no tenía otra cosa que hacer más que averiguar que lo que había en realidad sobre el trema.  Stephan rara vez acudía a casa para almorzar, y ella tenía demasiadas horas libres, sin intención de ocuparlas en nada. Así, que acudiría a Oxford para tratar de, al menos, comprobar que su hija estaba bien.

Subió a su coche, y al cabo de un rato,  se encontró frente a la imponente fachada de la Universidad.  Miró su reloj y comprobó que era pronto para la hora del almuerzo y posiblemente aún estuvieran en clase. Dejó una nota en la recepción de los apartamentos en donde vivía Linda para que supiera que la aguardaba en la cafetería de estudiantes.  Y hacia allí se dirigió.  A esas horas estaba casi vacía; algún padre , o profesor y poca gente más.  Se sentó en una mesa, y pidió un té.  La camarera solícita se lo sirvió y la ofreció  la revista de la Universidad, que alguien se había dejado en la mesa de al lado.

- Por lo menos, estará distraída durante un rato.  Aún queda más de una hora hasta que salgan y acudan al comedor - le dijo la camarera.
- Muchas gracias.  Es usted muy amable.Daré un vistazo,gracias.

Un hombre alto, musculoso,con algunas canas en sus sienes dándole un toque de atractiva distinción , entró en ese momento.  Saludó amablemente a la camarera-

- ¡ Hola Tracy ! ¿ Preparando las comidas?
 - Así es doctor.  Llegan con un hambre de mil demonios. ¿ Lo de siempre?
- Si,  por favor

El hombre mientras aguardaba que le sirvieran, echó una mirada por la sala, casi vacía a estas horas, y la detuvo en una mesa, junto a un ventanal y observó a la mujer sentada en ella que tenía la mirada fija en una de sus páginas.  En el acto la reconoció. La contempló durante unos instantes.  Se  la veía hermosa.  Sin los rasgos juveniles de entonces, pero había ganado en serenidad en sus facciones que  se habían dulcificado ¿ Qué hacía ella aquí ?  Decidido se acercó hasta esa mesa y comprobó que lo que la abstraía era un artículo que hablaba de él y llevaba la firma de Linda Davidson.
La emoción le embargaba.  Nunca hubiera sospechado encontrarla allí.  La vio frente a frente aquella noche, que iba con su novio.  Después supo que se había casado, pero hacía bastante tiempo   ¿Tendría a alguien   en la universidad.?  Era de esas mujeres de las que nunca adivinas la edad que pueda tener.  Aún joven, y es que cuando la conoció era veinteañera.  Ahora tenía una belleza serena, pero también sus ojos seguían reflejando ¿ tristeza ?.

- Bunos días Alexa ¿ Cómo tu por aquí ? -  Ella levantó la vista sobresaltada.  Ni siquiera se había dado cuenta de que alguien se acercó hasta ella.

Y nuevamente sus ojos se encontraron, y sus rostros permanecieron  asombrados  y estáticos.  Alexa no esperaba verle, como profesor en aquella universidad, pero tras leer el artículo  que firmaba  su hija,. supo en ese instante de quién se trataba ese incipiente amor que Linda sentía.  Y recordó lo que la dijo en la conversación en que supo que se había enamorado " si le conocieras me darías la razón"
¡ Claro que se la daba y comprendía! Lo que Linda ignoraba es que en su corazón y en su cabeza, el rostro del médico estaba desde hacía mucho tiempo.  Posiblemente desde que le viera por primera vez. Y él ignoraba que fue aquél día nefasto el que marcó su futuro, su presente  y cada instante de su vida.  Que fue él y no otro, quién la había impedido enamorarse del que hasta ahora era su marido. Y que por tal motivo, él, cansado de esperar, se había buscado otros brazos en los que refugiar su amor fallido, y que a ella lejos de importarle, le daba exactamente igual.  Tan  igual, que ni siquiera la importó saberlo con certeza.

Y fue Cedric quién rompió aquel silencio entre ambos pesado como una losa.  Él sorprendido de verla allí, al igual que ella.  La tendió su mano y ella la aceptó, y por un instante permanecieron mirándose en silencio,con sus manos juntas,

- Nunca hubiera imaginado encontrarte aquí. ¿ Acudes a alguna clase ?
- Oh no.  Yo no:  mi hija - Y lo dijo señalando la firma del artículo de la revista
-¿ Es tu hija ?
-Si.  La estoy esperando
- ¡ Vaya ! Es muy inteligente, puedes estar orgullosa de ella.  Será una gran médica.
- Gracias, me alegra oir eso, partiendo de la base de que eres un gran especialista.  Pero la sorprendida soy yo.  Te hacía en un hospital , pero ¿ dando clase en la Universidad?
- Es algo puntual.  Un amigo me pidió ese favor hasta final de curso.  Dentro de poco estaré libre y seguiré con la medicina efectiva.  Tengo que incorporarme a clase. Me gustaría seguir charlando.  ¿Podemos vernos en otra ocasión, dentro de unos días, por ejemplo?
- ¡ Ah ya !
-No, no. No es  una excusa.  Esta vez será efectivo. ¿ Puedes darme el teléfono ?  Te llamo en un par de días.  Tengo guardias, ya sabes
- ¡ Claro  -.  En un principio no quería dárselo, pero una fuerza interior la impulsó a hacerlo y a `pedir el suyo.


Quedaron en volver a verse.  Se reunirían para  comer y hablar de los viejos tiempos. Se despidieron.  El marchó rápido, y ella se sentó. No era posible que aquello estuviera ocurriendo.  El amor de su hija era él, y acababan de verse y quedar citados para comer. ¿ Estaba dormida y tenía pesadillas?  ¡ Era de locos !
¡

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