lunes, 10 de septiembre de 2018

Algún lugar en la tierra - Capítulo 12 -Fiesta en el rancho

Todo estaba preparado para el gran acontecimiento que se iba a producir. Alan y  Davinia, se convertirían en marido y mujer, auuqne extra oficialmente eran pareja desde hacía varios años. Había hablado muy claramente con ella, y la había anunciado que su mujer muerta siempre estaría en su corazón, pero no por ello faltaría un hueco para Davinia,a la que quería y respetaba.  Ella lo comprendió y aceptó ser la segunda esposa de Alan Preston y sabía que no sería la madre de Alex, sino simplemente Davinia, pero el muchacho la apreciaba y ella a él.  Desde muy joven había estado enamorada de su padre, pero nunca confesó nada hasta bastante tiempo después de la muerte de Rose, en que una noche de profunda tristeza, Alan buscó su compañía.

Primero fueron salidas esporádicas, después más frecuentes, hasta que ya todos los amigos y vecinos les consideraron como una pareja estable.  Su propio hijo le animaba a que se casara con ella.  Habían pasado muchos años y sería justo que los dos organizasen sus vidas.

Y ese día había llegado, después de mucho tiempo.  La ceremonia fue sencilla y sentimental.  No faltaron los amigos de toda la vida y los empleados del rancho.  Su hijo Alex, fue el encargado de portar los anillos; él estaba solo; Olivia había roto su relación con él hacía meses y ahora salía con otro chico.    Se dieron los votos, se besaron y al final de la ceremonia, la celebración.  Reinaba la alegría en aquella casa.  Alan en el brindis, hizo mención a Anna mientras miraba a su hijo.  El no le había confesado nada, pero a los ojos de un padre es difícil ocultar  por lo que estaba pasando.  No le hizo ninguna pregunta, no quiso averiguar nada, pero sí le extrañó la precipitada decisión de Anna de salir de allí.

En una de las llamadas que efectuara Anna, se enteró de que , al fin , iban a casarse, pero todo el comentario que hizo Alan fue :"  te echaré de menos ".
  Le hubiera gustado estar allí, pero sabia que no podía ni debía hacerlo, por eso le dió una excusa que justificase su ausencia en un día tan importante para ellos.

Esa mañana había llamado muy temprano:  quería darles la enhorabuena, pero fue Alex quién respondió la llamada.  Al oír su voz, se quedó cortada, y él tuvo que insistir para que hablase quien quiera que fuese

- Hola Alex, soy yo.  Quería desearles felicidad tanto a tu padre como a Davinia ¿ Se puede poner alguno de ellos?
- Si, ahora viene mi padre.  Davinia se está vistiendo.  Creí que vendrías
- Si, ese era mi propósito, pero un trabajo urgente me lo ha impedido.

Era mentira, pero no quería decirle que andaba justa de dinero, y que ese trabajo urgente, era tener lista una oficina y un carrito de perritos calientes bien surtido.  Aguardo hasta que la voz de Alan se escuchó al otro lado.

-Alan, transmite a Davinia lo contenta que estoy por vosotros. Os queréis y váis a ser muy felices.  Siento no haber podido ir, pero estoy con mi pensamiento.  Un abrazo enorme para todos.

Se había emocionado; no esperaba escuchar la voz de Alex, y eso la hizo retroceder a su estancia allí.  Ojalá le hubiera hecho caso.  Pero ya estaba hecho y de nada servía volver atrás.  Posiblemente dentro de poco , haría lo mismo que su padre, y pronto ese capítulo entre ellos quedaría cerrado definitivamente.

La fiesta duró hasta altas horas de la noche, pero los novios se retiraron pronto.  Irían a Dallas y pasarían su noche de bodas allí.  Después elegirían a donde ir.  Pensaron que en lugar de andar dando saltos de una ciudad a otra , bien podían resumirlo en una sola :  Nueva York.  Davinia no lo conocía y había muchos sitios que visitar o simplemente divertirse si es lo que querían.  No eran viejos, pero tampoco tan jóvenes como para tener que desmadrarse.  Preferían la tranquilidad.    Su amor era firme, pero sereno y dulce.  Ambos se querían, no con el ardor de la juventud insaciable de deseo.  Su amor era más reposado pero no exento de placer.

Quería complacer a su mujer en cuanto deseara y decidieron que Nueva York era una estupenda idea y de paso tratar de localizar a Anna.  No les había dado su dirección ,pero como al despedirse habló de su abogado, irían a visitarle y de paso que les diera el lugar en donde vivía.  Querían a esa chica y en el fondo Alan hubiera visto con buenos ojos su unión con Alex, de no estar por medio Olivia, pero eso lo pensó cuando rompieron y ya Anna estaba fuera de sus vidas.

Y a cuenta de todo eso, el matrimonio mientras tomaba la última copa, cambiaban impresiones de la extraña y rápida decisión de ella al marcharse de casa.  Alan comentaba a su mujer, que tenía el presentimiento de que algo había ocurrido y no quería pensar que hubieran tenido alguna bronca motivado por celos de Olivia o viceversa.  Eso era absurdo, además ellos se llevaban fatal, siempre estaban discutiendo.  Probablemente esa fuera la razón

- Querido Alan, los hombres no véís las señales que vemos las mujeres y hay un dicho que dice " amores reñidos, son los más queridos ".  ¿ Nunca te ha contado Alex algo referente a este tema ?  A mi también me hubiera gustado que fuesen pareja, más que nada porque a él se le iban los ojos detrás de ella cada vez que la veía.  +¿Quién sabe?,  lo mismo Anna no quiso interponerse entre Alex y su novia.  Aún tenían relaciones cuando se marchó.  En fin, ellos sabrán lo que les pasó.
Cogidos por la cintura se dirigieron al ascensor que les conduciría a su suit.  Aún no se habían acostumbrado a que su relación fuese a la luz del día.  Tenían la impresión de que todos se fijaban en ellos como si llevaran un cartel en su frente que dijera que eran recién casados después de años de relaciones ocultas a los ojos de todos. Entonces Alan, preguntó a su mujer

- ¿ Tú crees que Alex se enamoró de Anna?
- No lo creo estoy segura de ello. Te lo acabo de decir: las mujeres tenemos un sexto sentido en eso, y además te digo que Anna también le quiere
- Pero entonces¿ Por qué esa frialdad entre ambos?
- Ella se marchó porque él tenía novia y no quería interferir, pero el amor es así de voluble e incierto. Se enamoraron porque ambos tenían el corazón libre.  Alex ya no amaba a Olivia y ese hueco lo ocupó Anna.  es así de sencillo. Pero también creo que algo debió pasar para tomar esa drástica decisión. Quizá no lo sabremos nunca, así que será mejor dejarlo.

Y lo dejaron, al menos momentáneamente.  Tenían otras coszas pendientes; era su luna de miel en todos los sentidos, y había que seguir el ritual.

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