domingo, 9 de septiembre de 2018

Algún lugar en la tierra - Capítulo 9 - Las miradas a escondidas

Fue Anna la que primero hablo.  Tenían que dejarlo pasar, esto no podía volver a ocurrir por muchas razones.  Simplemente había sido un momento por el que se habían dejado llevar, pero que debían cortarlo antes de que fuera más allá y todos se dieran cuenta de lo que sucedía.

Comenzó a vestirse de espaldas a él. Le daba vergüenza hacerlo, a pesar de que la había visto desnuda y habían tenido relaciones, pero era diferente.  Les había sobrepasado el momento, se había adueñado de sus emociones..  Pero no podía ocurrir de nuevo.

- ¿ Por qué me das la espalda? ¿ Qué te ocurre?
-Alex, ésto ha sido un tremendo error. No tienes la culpa ni yo tampoco.  Nos hemos dejado llevar por sabe Dios qué sentimientos, pero ha sido todo un espejismo.  Ni tu me amas ni yo tampoco. Sólo ha sido un desahogo. Tienes novia, que seguro te espera y además, vivimos bajo el mismo techo.  Tendríamos una situación muy difícil que en algún momento nos delataría.  Ha sido simple y llanamente un encuentro sexual.  Tú lo necesitabas y yo estaba sensible, nada más
-¿ Segura que ha sido sólo eso? Hablarás por tí, porque yo no lo tengo tan claro.  Llevo días que no te  vas de mi   cabeza y hubiera ocurrido anoche si no me hubieras recibido como lo hiciste.  Porque en realidad fuí a buscarte.  Seguramente estuvo mal acudir a ti con esas intenciones y mentirte sobre el propósito.  Pero lo de ahora ni ha sido premeditado ni buscado.  No sabía que estabas aquí; ni siquiera sabía cuando salí de casa, si seguirías durmiendo.  Vine  porque quería pensar en lo que me está pasando.  Desde que has llegado a mi vida, todo ha cambiado;  antes era tranquila sosegada, y ahora vivo en vilo constantemente. Si no quieres que vivamos en la misma casa, me iré a la cabaña, pero no me pidas que olvide lo que acaba de suceder  porque yo lo he hecho con los cinco sentidos y no como algo fortuito.

- Pero está tu novia ¿ Qué vas a decirla ?
- No lo sé.  La verdad por supuesto
- ¿Vass a decirla que ya no la quieres, que no te casarás con ella porque te has acostado con otra ? ¿Es eso lo que vas a decirla?
- No lo sé.  Ahora no me planteo eso. Quiero que estemos juntos, a la luz del día, sin tener que escondernos.  Nos hemos enamorado, eso ha sido todo.  No es ningún pecado; ocurre todos los días
- ¿ Crees que te has enamorado?  ¿Estás seguro de ello?  Porque yo no lo tengo tan claro.  Yo entiendo el amor como algo amable, no como un castigo.  Con palabras dulces, no con frases desabridas.
-¿Así me ves?   Eso fue al principio, y aunque no lo creas me costaba mucho obligarte a trabajar de esa manera. Cuando apareciste sucia oliendo a caballo te quise más que nunca. Me pareciste la mujer más bella del mundo.  Desde ese día no levanto cabeza; sólo pensando en ti y en cómo decírtelo. Y ya ves lo que son las cosas:  ha ocurrido sin pensarlo, sin planificarlo.  Simplemente ha pasado.
- Ahí está el error, que ha pasado y no puede volver a ocurrir.
- No me quieres ¿ verdad?  Para ti ha sido algo casual, que necesitabas, quizá y ahí estaba yo.

Alzó la mano para darle un bofetón, pero él sujetó su brazo y la acercó hacia él.  La besó con rabia mordiendo sus labios.  Cuando la soltó la dijo

- No tienes por qué preocuparte. Lo ocurrido aquí se quedará.  Puedes vivir tranquila no volveré a dirigirme a tí.  Volveremos al principio como si nada hubiera ocurrido, aunque sea difícil para mí.  Respetaré tus deseos .

Se subió a su caballo y partió a todo galope, dejándola  allí extrañada y al mismo tiempo pensando en lo que debía hacer.  Lo más lógico sería ir a vivir a otro lado. Tenía un poco de dinero ahorrado, pero no era suficiente para vivir hasta encontrar otro trabajo y vivir independiente lejos de él.  Además qué decir que justificara su alejamiento.  Había descubierto que ella también le deseaba que no había sido un simple calentón, sino que le quería.  Acababa de descubrirlo, pero también lo había estropeado todo

Cuando llegó,  Alex no estaba por ninguna parte y todos comentaban lo bien que lo habían pasado.  Ella alegó dolor de cabeza y se encerró en su habitación.  Tenía mucho en lo que pensar. En algún momento se encontrarían y esa sensación la ponía nerviosa.  Tenía la impresion de que notarían que algo extraño les ocurría a ambos.  Habían pasado unos días de tranquilidad, y el volver a las peleas les haría reflexionar en lo que hubiera podido ocurrir.

Pero no tuvo necesidad de mirar a hurtadillas a Alex. No aparecía por casa más que lo imprescindible y rara vez se cruzaban. Al fin una noche anunció la decisión de irse a vivir con Olivia y pensaría en casarse.  Todos aplaudieron y palmotearon su espalda.  Ella estaba en la sala contigua y escucho perfectamente lo que decía.  Sabía que lo hacía como sacrificio, para que ella no tuviera que abandonar la casa,  Pero eso no podía ser,  no debía permitirlo y decidió hablar con él.

Y lo hizo cuando observó que sentado en el porche tomaba un whisly.   Bajo en silencio las escaleras, ya que todos se habían retirado a dormir y le dijo:

- Demos una vuelta.  He de decirte algo y aquí podrían escucharnos. Deseo que seas tu el primero en saberlo.  No es necesario que salgas de tu casa.  He decidido volver a Nueva York. Es allí a donde pertenezco, donde tengo mi lugar en la tierra, y no aquí. No creas que no os agradezco que me acogierais, lo agradeceré toda mi vida.  Pero todo ha cambiado y debo regresar. No soy la chica egoísta e inconsciente que era cuando llegué aquí.  Sé apreciar el valor de las cosas.  He de abrirme camino por mi misma, y ahora es la mejor ocasión.

No hay comentarios:

Publicar un comentario