domingo, 22 de septiembre de 2019

El orden y la Ley - Capítulo 30 - Las cuentas claras

Rose vio alejarse el coche con preocupación y ansiedad. Había sido seca y dura en su tratamiento, ni siquiera había dejado que se explicara, porque algún motivo debía tener para que al cabo de los años regresara en son de paz. ¿ Fue tan grave  el problema que tuvieron,  para ser su respuesta tan drástica? Y recordó los momentos amargos que pasó en aquel entonces, sobre todo cuando murió su padre, lo sola que estaba y que se sentía.  A su memoria vinieron sus palabras  cuando tramitaban la hipoteca del rancho

- Deja que te ayude.  Deseo protegerte. No quiero recibir una llamada por la noche diciéndome que te han herido.  No lo soportaría...


¿ Qué  fue de él durante esa larga ausencia ? ¿ La seguiría queriendo ? ¿ Cómo reaccionaría cuando le dijese que Ada era hija suya ?  Demasiadas preguntas.  No entró en su casa, sino que comenzó a dar vueltas por el porche sin saber qué hacer.¡  Si al menos tuviera a alguien en que pudiera volcar esas preocupaciones y la ayudara a despejarlas!  Y pensó en Zulma.   Ella la conocía desde que nació y siempre estuvo a su lado y sus consejos siempre la hicieron bien. ¿ Debía hablar con ella?  Y sin pensarlo más entró al interior de la casa y fue en su búsqueda.  La encontró en la cocina preparando la comida.  Al verla entrar la dijo:

-Pensé que se quedarían a comer. Pero se ve que han venido de paso ¿ Ocurre algo  ?
- Si.  Claro que sí y no sé lo que hacer. Le he echado, no con esas palabras pero se lo he dado a entender. Sé  que tengo que hablar con él, pero ¿ cómo ? ¿ Cómo decirle que tiene una hija ? Y que aún le quiero
- Pues diciéndoselo.  Es así de simple.  Estoy segura que él también te quiere, sólo que no le has permitido hablar, sólo le has abroncado.  No hay más que ver cómo te mira.  Desde siempre.  Ve a su encuentro. Sentaos los dos y hablad todo cuanto tengáis que deciros.  Aclarad vuestras cuentas y vivid en paz.  Niña, la vida es corta como para desperdiciarla en resquemores añejos.  Lo que sea que tengáis, tenéis que aclararlo, no ya por vosotros, sino porque tenéis una hija en común y ella ignora quién es su padre. Has de decírselo a ambos.  Si quieres mi consejo , ve ahora mismo  y búscale
- No sé dónde está
- ¿ Te ha dado su teléfono  no ? Bien, pues llámale y di que tienes que hablar con él urgentemente, ahora mismo si es posible.  Anda, no lo pienses más.  Si regresa a su casa sin haber aclarado nada, te vas a arrepentir toda tu vida.  Hazme caso que estoy de vuelta de casi todo. Desecha el orgullo, los rencores y abraza al amor de tu vida, hazme caso

Llorosa y acongojada por el temor a que él no atendiera su llamada, marcó su teléfono.  Enseguida escuchó su voz rotunda como siempre pero al mismo tiempo algo apagada como con preocupación


- Te has ido muy deprisa y no me has dado tiempo a nada.  He de hablar contigo, es importante
- No me has dejado ni respirar ¿ qué creías que podía hacer?  Tu ya has tomado el rumbo de tu vida que no coincide con el mío, así que pienso dejarte en paz y no te molestaré nunca
- No es eso lo que deseo. ¿ Dónde estás? ¿ Puedo ir a tu hotel y hablamos?  Es urgente
- Me estás preocupando y mucho, pero de acuerdo si es tan urgente lo que has de decirme, está bien.  ¿Vendrás con tu marido ?
-¿ Qué ? ¿ De qué marido me hablas ? Dame la dirección, es largo y he de decírtelo frente a frente.  No es algo que se pueda discutir por teléfono

James le dio la dirección del hotel y ella subió corriendo las escaleras para arreglarse.  El corazón la palpitaba deprisa. Tenía miedo y alegría a un tiempo. Ojalá y todo se arreglara, porque en verdad le necesitaba.  Siempre le había necesitado aunque se creyera muy auto suficiente para caminar ella sola por la vida.

- Me voy - dijo a Zulma nerviosa - He hablado con él y voy a seguir tu consejo. Llegaré tarde;  es muy largo lo que hemos de hablar
- No te preocupes y no tengas prisa.  De Ada me encargo yo. Ven cuando quieras - ,  Lo dijo sonriendo;   presentía que las cosas se arreglarían y necesitaban tiempo

 Llegó al hotel y en recepción pidió que avisaran al señor Donovan.  James no tardó  en bajar a buscarla y lo hizo con el rostro tenso y preocupado ¿ Qué es lo que había pasado para esa reacción de ella ?


- Como te he dicho tenemos que hablar, es urgente porque seguro que regresaras a tu casa pronto y después  no sé si querrás volverme a ver.  Vayamos a un sitio en que nadie nos interrumpa
- Creo,  y si no te importa,  que subamos a mi habitación y allí hablaremos con tranquilidad, porque lo cierto es que me estás preocupando,  y mucho
- Me parece bien. ¿ Y los chicos?
- Ellos tienen su propia habitación.  Podremos hablar con toda libertad
  Además salieron a comer fuera.  No te preocupes, nada ni nadie nos interrumpirá.  ¿ Quieres tomar algo ?
-  Creo que me vendrá bien algo fuerte
-¿ Tan grave es lo que has de decirme?  No te entiendo.  hace mucho que no nos hemos visto, por tanto no será algo que yo haya cometido
- Pues sí, lo es- respondió Rose
-Puedo asegurarte que si he cometido alguna falta, ha sido sin querer.  A propósito nunca te haría daño

Y en ese momento, y sin pensarlo Rose se lo dijo de un tirón.  No soportaba más la angustia y tenía miedo, mucho miedo a la reacción de  el

- La niña que has visto esta tarde, Ada, es tu hija y también mía

James se puso lívido. ¿ Había escuchado bien ? ¿ Cuando ? ¿ Por qué  no lo ha dicho antes ? ¿ A qué juego macabro quiere someterme?

Comenzó a dar vueltas por la habitación pasando su mano por la frente como para despejar un pensamiento.  Rose  estaba expectante esperando alguna palabras de él que no pronunciaba, hasta que con voz alterada y crispada, se paró frente a ella mirándola con dureza y la dijo

- No te conozco ¿ Cuantos años tiene la niña seis, siete? ¿ Me lo dices ahora ? Hubieran cambiado muchas cosas si hubieras hablado cuando debías
- ¿ Que quieres decir ? ¿ Dónde estabas entonces?  Te fuiste  y nunca más volví a saber de tí hasta ahora.  ¿ Crees que ha sido fácil ?  Mi padre  murió y ni él lo sabía. Me vi sola embarazada, y teniendo que hacerme cargo del rancho ¿ De verdad crees que yo busqué esa situación? Lo dejé todo, y es una ironía de la vida porque discutimos precisamente porque no quise renunciar a mi trabajo, y al final lo perdí todo y a tí también. ¿ Qué has hecho en todo este tiempo?  Seguro que solo no has estado lamiendo tus heridas, que según tú te produje.


James no esperaba esa respuesta.  Tenía razón,  no volvió a llamarla ni escribirla y se fue a Boston dejando todo atrás.  Y se casó.  Pero su reproche era porque deseó al casarse tener un hijo, y Claire no se lo dio, Y sin embargo ¡ lo tenia ! además con quién amaba, pero lo ignoraba.  El también había cometido errores, pero los suyos no tenían comparación en gravedad  como el ocultar que era padre.
El seguía sin responder, y ella lo interpretó como que no quería ni verla, ni tener más conversación, pero al menos ya lo sabía.  El resto corría de su cuenta.  Decidió que allí ya no pintaba nada y salió al pasillo en dirección al ascensor.   Antes de llegar a él, una mano fuerte, la agarró del brazo e hizo que se detuviera en seco.

- ¿ A donde crees que vas?  Me das esa noticia y decides que ya has cumplido y todo solucionado ¿ no ? ¿ Que crees que puedo pensar ? Necesito que hablemos detenidamente y ahora. Necesito saber,  conocer todos los detalles, creo que tengo derecho.  Así que vamos,  entra de nuevo en la habitación.  Creo que la noche va a ser larga y muy intensa

No hay comentarios:

Publicar un comentario